Capítulo cincuenta y cuatro: Sorpresas.

Min Yoongi. 

El sonido del motor es lo único que oigo desde hace una hora, además de la música en volumen bajo que viene de la radio de la camioneta y los sonidos de la naturaleza a nuestro alrededor.

Después de que Jin y Namjoon nos dieron la lista de las cosas que debíamos traer, Jimin y yo emprendimos nuestro viaje hacia las afueras de los vecindarios, para comenzar a acercarnos un poco más a la ciudad y encontrar todo lo que nos habían señalado en nuestra hoja. Los dos sabíamos que era peligroso estar cerca de la ciudad de Atlanta, sin embargo, la ventaja que tenemos es que sólo somos nosotros dos, y así podremos escapar de situaciones difíciles si se llegase a presentar el caso.

—¿Puedes volverme a repetir las cosas que debemos traer? —Pregunto sin quitar la mirada del frente. Aunque la carretera se encuentre vacía, debía estar alerta, pues los animales infectados suelen vagar por aquí, y lo que menos quiero es estrellarme con uno de ellos.

—Umh... —Murmura Jimin desdoblando el mapa sobre sus piernas, para después comenzar a hablar —, comida enlatada, agua, ropa para niño, material para curación, medicamentos, combustible. También las chicas me pidieron algunas toallas femeninas y ropa interior para mujer...Lo mejor será que nos adentremos un poco a la ciudad y entrar a un supermercado, ahí encontraremos la mayoría de las cosas —Dice Jimin, por lo que asiento para mirar hacia el GPS de la camioneta —. También debemos de pasar a la zona de jardinería, Jin quiere hacer un huerto y necesitamos cosas para que él pueda crearlo.

—¿Lo escribió ahí en el papel? —Pregunto volteando unos segundos. Jimin asiente mirándome con una sonrisa —. Bueno, entonces no será difícil encontrar ese tipo de cosas. Ya vamos a llegar a la ciudad, mantén tus armas cerca por si acaso, ¿Sí? Recuerda tener cargada tu pistola, sólo por si lo necesitamos.

—¿Trajiste la granada? —Pregunta Jimin después de estar unos segundos en silencio, por lo que asiento tomando el volante del auto con una mano, mientras que con el otro rebusco en el bolsillo de mi pantalón militar para poder sacar lo que Jimin me ha preguntado; Una pequeña granada de color verde.

Y, ¿Para qué demonios la habíamos traído? Simplemente por seguridad, al ir a la ciudad, las posibilidades de encontrarnos miles de infectados eran muy probable, por lo que lo mejor era llevar algo grande para abrirnos paso y poder huir si lo necesitamos.

La única desventaja es el ruido, pero nos daría el suficiente tiempo para correr hacia la camioneta en caso de que se comiencen a salir hordas o incluso peor, nuevos mutantes.

—Oh mierda —Murmura Jimin mirándome —. Necesito orinar.

—Me pararé en la orilla de la camioneta, espera —Digo, para después bajar la velocidad de la camioneta y girar el volante hacia la izquierda, estacionándome en la orilla y que así Jimin pueda salir.

—Cuídame la espalda, quiero orinar tranquilo —Dice una vez que sale, cruzándose por el frente de la camioneta y saltando la valla de metal de menos de medio metro, para poder trotar hacia unos árboles.

Apago la camioneta y salgo de ahí, volteando a los dos lados para después acercarme y cuidarlo de que nada le vaya a salir y lo sorprenda. Pero todo está demasiado tranquilo, así que me dedico a sólo observar el cielo despejado.

—Debemos llevar papel de baño, con tanta gente, no creo que dure como antes —Dice Jimin, por lo que volteo. Él ya se encuentra volteando hacia mi dirección, mientras se sube la cremallera del pantalón —, listo, vámonos.

Asiento para después comenzar a seguirlo en silencio. Rápidamente quito el seguro a la camioneta para poder subir, y que segundos después Jimin también lo pueda hacer. Una vez que los dos nos encontramos dentro, vuelvo a encender el motor para seguir nuestro destino, el cual estaba a un kilómetro de distancia, según el GPS de la camioneta.

El resto del camino fue en total silencio, que, por suerte, no fue incómodo. De vez en cuando pude observar de reojo a Jimin, pero mi vista se desvió de él en cuanto las casas comenzaron a divisarse a lo lejos.

—Mira Yoonie, veo casas —Dice Jimin de la nada, por lo que volteo unos segundos hacia donde él se encuentra apuntando con su dedo índice. Y tiene razón, a unos metros se encuentra una caseta, y a los lados de ella, hay varias casas que aparentemente se notan vacías.

—Mantén tus armas cerca de ti —Le digo una última vez antes de acelerar un poco más, pasando rápidamente la caseta y dejando atrás todas esas casas bastante descuidadas.

Y conforme avanzamos, todo a nuestro alrededor comienza a cambiar; Cada kilómetro, las casas, establecimientos e incluso el asfalto es diferente, pues cada vez la ciudad está más cerca. Todo comienza a verse más moderno —A pesar de toda la basura, y los escombros que los departamentos destruidos a nuestro alrededor —, por lo que bajo cada vez más la velocidad hasta ir casi a veinte kilómetros por hora.

—¿Por qué está tan vacío? —Pregunta Jimin, observando lo mismo que yo; Hemos llegado a lo que parece ser una avenida, y esta se encuentra completamente vacía. Lo único que se encuentra en esta, son los autos que alguna vez se quemaron, junto con basura volando por doquier y algunos escombros. Es como una ciudad fantasma, donde no hay nadie más, más que nosotros dos —. Esto no me da buena espina, Yoonie.

—Lo sé, a mí tampoco —Digo observando a todos lados, dándome cuenta que hay unos cuantos cuerpos tirados en el suelo, pero casi en completa descomposición y algunos, en los puros huesos —. Deben de estar concentrados en otro lado, no creo que a toda esta gente le haya dado tiempo de huir y matar a los infectados que quedaron...

—Mira, da vuelta ahí, la otra calle está tapada por los autos —Dice Jimin señalando hacia la derecha, por lo que asiento girando el volante para tomar el nuevo camino.

"Ha llegado a su destino" Oigo al GPS de la camioneta, por lo que simplemente lo apago para seguir concentrándome en el camino.

—Dejaremos la camioneta en algún lugar donde nos quede una ruta fácil en caso de que tengamos que huir, ¿Está bien? Guarda todas tus cosas, no hay que dejara aquí dentro por si llegasen a robarse la camioneta —Digo una vez que he visto un lugar donde estacionar la camioneta —. Aunque no creo que llame mucho la atención, está asquerosa y parece que no la han arreglado en años por tantas abolladuras que tiene en el cofre y en el maletero.

Jimin simplemente asiente y yo me dispongo a estacionarme en donde he visto un lugar estable. Una vez que el motor ha sido apagado, observo a Jimin y él también lo hace, así que le sonrío con tranquilidad para después tomar las llaves junto con mi mochila que se encuentra en el asiento de atrás. Cuando tomo todas mis cosas, soy el primero en bajar, y segundos después, oigo como Jimin también lo hace, ya que veo como esta rodea la camioneta hasta estar junto a mí.

—Te sigo, Yoonie —Dice acomodándose la mochila en la espalda, así que asiento comenzando a caminar volteando a todos lados por seguridad.

Conforme caminamos, comienzo a leer todos los letreros que hay en los pocos postes de las aceras, siguiendo los señalamientos y verificando que voy en el camino correcto.

Y sí, lo estoy. A unos metros de mí hay muchos establecimientos y entre ellos, un supermercado que parece ser un poco grande.

Pero hay un problema; Hay más de una decena de infectados regados por la calle y parte de la entrada del establecimiento.

—Mierda... —Susurra Jimin tomándome del brazo —. Tengo una idea. Los infectados están por toda la calle, así que no será necesario matarlos a todos, hay que escabullirnos en los autos que hay alrededor y corremos hacia la entrada, sólo mataremos a los seis que la están bloqueando, ¿Qué te parece?

—Buena idea, vamos —Digo sacando mi machete de su soporte, y Jimin me imita, así que en cuanto los dos estamos listos, comenzamos a correr, escondiéndonos detrás del primer auto más cercano. Lentamente saco la cabeza por uno de los lados del auto, asegurándome de que ningún infectado nos vio.

Y estoy en correcto, así que observo a Jimin una vez más indicándole con la mirada el siguiente auto al que correríamos, el cual, estaba a menos de siete tres metros de nosotros.

—No te recargues en los autos... —Susurra Jimin antes de que comencemos a correr —. Las alarmas podrían sonar y estaremos muertos.

—Sí, tienes razón, vamos —Digo levantándome de mi lugar, para comenzar a correr de nuevo y luego volver a hincarme en el suelo. Volteo a ver a Jimin, quien también ha comenzado a correr, para después posicionarse a mi lado con una pequeña sonrisa que rápidamente le correspondo.

—Falta poco, vamos —Digo, para después volverme a parar y correr al siguiente auto y luego al siguiente, hasta llegar al más cercano de la entrada al supermercado.

—Tú la mitad y yo la mitad, ¿Sí? —Dice Jimin sacando un poco la cabeza en dirección a los infectados. Yo asiento, y cuando los dos estamos listos, rápidamente nos paramos de nuestro lugar, para llegar a los dos primeros infectados por atrás.

Y es bastante fácil, pues estos dos apenas y se dan cuenta de nuestra presencia, pero con los demás no corremos con la misma suerte, pues todos han volteado a vernos, gruñendo y comenzando a caminar lentamente.

Pero gracias a que nos hemos dividido el trabajo, los últimos cuatro que quedan comienzan a caer uno tras otro, gracias a los machetazos en sus cabezas. Cuando el último cae Jimin me toma de la mano, haciéndome correr dentro del establecimiento con rapidez.

—¿Qué sucede? —Pregunto susurrante después de tomar una gran bocanada de aire. Matar infectados no es lo más fácil del mundo, y menos cuando son más que tú.

—Vi una horda tres calles más adelante, por eso decidí entrar por si las dudas —Susurra de igual manera, por lo que asiento volteando a todos lados —. Mierda, casi no hay luz en el lugar...

—Andemos con cuidado, y trata de voltear siempre hacia el suelo, no vaya a salir un infectado de los estantes —Dice Jimin, por lo que los dos comenzamos a caminar en completo silencio, observando los estantes y de vez en cuando hacia atrás por seguridad.

Pero conforme caminamos, comienzo a darme cuenta que no hay muchas cosas, pues la mayoría ya han sido saqueadas de su lugar y sólo hay cosas inservibles.

—¿Oíste eso? —Pregunta Jimin deteniéndose, por lo que yo también lo hago para oír. Y tiene razón, se oyen como...quejidos.

Son parecidos a los quejidos humanos. No son de infectado, claro está, pero tampoco era de confiarse ante algo así. Observo una vez más hacia el lugar de donde parecen provenir, pero Jimin me toma rápidamente de la mano.

—Sigamos buscando lo que tenemos que llevar a la base, ¿Qué tal si es peligroso? Si es un humano, seguramente lo mordieron y no durará mucho, mejor sigamos para no perder más tiempo —Susurra Jimin, por lo que volteo a verlo. Parece un poco nervioso, así que lo mejor que hago es comenzar a caminar por otro pasillo para seguir buscando cosas.

Y poco a poco, vamos encontrando algunas cosas de la lista. No son tantas como esperaba, pero al menos nos iba a servir para una semana o más.

—Mira, ahí hay ropa de chica, vamos —Dice Jimin comenzando a trotar hacia donde me dice, por lo que yo también lo sigo hasta quedarme detrás de él —. Llevaré todo lo que queda, ¿Sí? Mientras, deberías buscar toallas femeninas y medicina en el área de enfermería, vamos.

—Pero ¿Estarás bien solo? —Pregunto no muy confiado.

—Está a dos estantes, lo puedo ver desde aquí. Ve a buscar los medicamentos que dice la lista, toma —Dice entregándome el papel, así que lo tomo para observarlo —. No hay mucho tiempo, corre.

No me confío demasiado, pero aún así, comienzo a trotar hacia el área que Jimin me dice. Pero el área de enfermería está igual que los demás estantes, casi vacíos. Rápidamente pongo mis manos sobre la barra de madera, para después impulsarme con los pies y brincar al otro lado.

Sin dejar de estar alerta, rápidamente reviso que no haya ningún infectado en el suelo y cuando estoy seguro de que no es así, comienzo a buscar entre los cajones todo lo que Jimin me ha pedido.

Sin embargo, la mayoría se encuentran vacíos, con tan sólo unos pocos antibióticos y las toallas que le han pedido a Jimin. Volteo hacia atrás una vez más, buscando a Jimin, pero al no verlo simplemente suspiro con nerviosismo.

Sé que está bien, pero me preocupa que esté solo.

Cuando ya he revisado todos los cajones, me dispongo a cerrar mi mochila de nuevo para poder salir de ahí y seguir buscando lo que sigue de la lista. Pero algo me hace detenerme, un extraño ruido que me hace quedarme completamente quieto; Son como las patas de algún animal chocando contra el suelo.

Mierda, seguramente es algún perro infectado.

Antes de que algo suceda, salgo de ahí con mi machete en la mano, listo para atacar en caso de que el perro o cualquier otro animal se aparezca frente a mí.

—¿Jimin? —Pregunto en un susurro, buscándolo en el área de ropa donde lo había dejado, pero ya no está —¡Jimin! —Vuelvo a susurrar volteando a todos, comenzando a preocuparme —, ¡Mierda, Jimin!

Sin poder evitarlo mis piernas comienzan a correr solas, buscando entre los pasillos más cercanos a Jimin, pero no hay respuesta. Y también, desde hace unos segundos he dejado de oír las patas del animal.

—¡Hey Yoonie! —Oigo a Jimin, por lo que me detengo rápidamente para voltear hacia atrás. Jimin viene corriendo hacia mi dirección y al lado de él, viene el causante del ruido; un pastor alemán bastante delgado y no muy grande.

—Estaba recogiendo algunas latas del suelo, y llegó por atrás. Estuve a punto de dispararle, pero chilló asustado... ¿Podemos llevárnoslo?

—No lo sé, Jiminie...¿Crees que Jin esté de acuerdo? —Pregunto mirando al perro, quien está sentado al lado de Jimin moviendo la cola de un lado al otro.

—Sí, supongo que sí. De todos modos, no pensaba dejar solo a este perro; incluso todavía hay comida para perro en los estantes. Vamos, hay que llevárnoslo. Parece que ha estado solo desde hace un buen tiempo y nosotros somos las primeras personas que ha visto.

—Bien...vamos. ¿Ya no vamos a llevar nada más? Porque yo llevaré la bolsa de comida, mientras que tú deberás de protegerme en caso de algún infectado quiera aventarse contra mí, ¿Está bien? —Digo, y Jimin asiente con felicidad, acariciando la cabeza del perrito con felicidad —. Vamos por la comida para llevarla a la camioneta y seguir buscando en otros lados. Aquí no había muchas cosas, así que será mejor buscar en otros lados.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top