Capítulo cincuenta y cinco: Drago.
Min Yoongi.
—¿Chicos? ¿Cómo están? —La voz de Jin saliendo del Walkie Talkie me hace voltear hacia el porta-vasos, donde el aparato se encuentra. Trato de agarrarlo, pero la mano de Jimin es más rápida, así que sólo me limito a mirarlo unos segundos junto con una sonrisa, para después volver a poner la mirada al frente.
—Sí, estamos bien. Hemos revisado un mini-súper, pero no encontramos mucho, aunque... —Jimin deja de hablar por unos segundos para después mirar hacia atrás —. Traemos a alguien con nosotros.
—¿A quién? ¿Un superviviente? —Pregunta Jin, por lo que Jimin vuelve a quedarse en silencio, así que volteo a verlo unos segundos, y después desvío la mirada hacia el Pastor Alemán, quien se encuentra descansando cómodamente en uno de los asientos individuales traseros.
—No, bueno...Cuando estábamos recogiendo algunas cosas, oímos que algo se acercaba. Cuando me volteé, había un perro sano detrás de mí. Recogimos un Pastor Alemán de ahí, espero que no te moleste.
Del otro lado hay silencio, por lo que seguramente sí se enojó.
—...¿Por lo menos encontraron algo de comida para el perro? Deben de estar conscientes que nos podemos darle de nuestra comida. Recuerden que ya no somos sólo siete, sino un grupo completo.
—Sí, había un par de bolsas de comida para perro en el área de mascotas —Dice Jimin después de soltar una pequeña risita.
—Bueno, cuando lleguen a casa debemos revisarlo para ver que no esté infectado o tenga pulgas. No sabemos dónde ha estado, así que lo mejor será que lo supervisen bien, recuerden que los perros también se vuelven infectados como nosotros.
—Sí, Jin. Nosotros nos encargaremos de él hasta que regresemos. Seguramente por el viaje, regresaríamos en la noche o mañana por la mañana. Hay muchos vecindarios en la ciudad que no parecen tan saqueados como parecen. De todos modos, trataremos de no adentrarnos tanto a la ciudad porque extrañamente no hemos encontrado muchos infectados.
—Muy bien, me parece perfecto. Estaré contactándome con ustedes cada tres horas hasta que me indiquen que ya viene de regreso, ¿Sí? —Dice Jin, y puedo notar el aire de preocupación en su voz —. Cuídense mucho, chicos. Los quiero a las dos con vida.
—Estaremos bien, Jin. Nos vemos en unas horas —Intervengo, así que solamente recibo un suspiro del otro lado, antes de que todo se quede en silencio. Una vez que Jimin deja el Walkie Talkie sobre el porta-vasos, siento como él apoya su cabeza sobre mi hombro, para después soltar un suspiro de cansancio.
No digo nada, simplemente sonrío levemente sin dejar de mirar al frente.
—¿Crees que nos tengamos que quedar en alguna casa para descansar? —Pregunta Jimin, por lo que asiento.
—Seguramente sí, lo mejor será que salgamos hasta mañana y ocupemos todo el día de hoy para recoger suministros, casi no traemos nada —Contesto, por lo que Jimin se separa de mí mientras estira sus brazos sobre su cabeza, para después dejarse caer en su asiento de nuevo.
—No me gusta quedarme lejos del refugio... —Dice, por lo que volteo a verlo. No me está mirando, pues él se encuentra con los ojos fijos hacia su ventana —. Me da miedo todavía, a pesar de que ya pasó un año.
—Lo sé, Jiminie. A mí tampoco me gusta, pero estaremos cuidándonos uno al otro, y además, tenemos a un compañero nuevo que podrá ayudarnos, ¿No lo crees?
—Supongo que sí, pero todos modos, no creo poder dormir esta noche —Dice mientras hace un puchero, por lo que sonrío pasando una de mis manos hacia su cara, para poder acariciar lentamente su mejilla.
Jimin ríe levemente tomando mi mano contra la suya, para entrelazarla por arriba de ésta y que así yo pueda tomar la palanca de velocidades sin ningún problema. Pero un pequeño chillido, hace que Jimin suelte mi mano, para poder voltearse por completo hacia atrás y poder mirar al causante de los ruidos.
—Hey, ¿Qué tienes? —Pregunta Jimin al perro, pero éste lo ignora, continuando con sus pequeños chillidos que me hacen voltear por el retrovisor por uno segundos.
Parece muy asustado.
—¿Lo habrán mordido? —Pregunta Jimin mirándome —. Lo revisaré.
—Ten cuidado, por favor —Digo antes de que él salte hacia atrás, pasándose a los sillones traseros donde el perro está levantado, mirando hacia todos lados con nerviosismo.
Los observo durante varios segundos, sin dejar de poner atención al frente para no chocar contra nada. Y después de varios minutos en los que Jimin se ha puesto a revisar al perro, no encuentra nada que indique que esté lastimado o incluso con alguna mordida, me doy cuenta que solamente puede ser una cosa.
Olió algo que posiblemente lo alertó, pues nuestras ventanas se encuentran entre-abiertas por el maldito calor que está haciendo afuera.
—Yoonie, creo que está nervioso por algo...deberíamos desviarnos, está muy asustado.
—Lo haré, en la próxima calle daré la vuelta —Digo tratando de tranquilizarlo, así que él asiente abrazando suavemente por el cuello al perro, quien no ha dejado de chillar.
—¿Será posible que el perro haya olido infectados? —Pregunta Jimin, por lo que lo miro por el retrovisor con cierta duda.
—Pero, no chilló cuando estuvimos en el supermercado, y había infectados afuera, es ilógico —Digo mientras niego con la cabeza —, ¿Y si olió algún mutante? Mierda, será mejor salir de aquí antes de que salga una de esas mierdas.
La tarde comienza a caer, por lo que Jimin y yo estamos terminando de revisar otro vecindario, que para nuestra mala suerte, no tiene muchas cosas las cuales podamos llevarnos. Desde hace tres horas, todo ha sido igual; Entrar a las casas, matar algunos infectados y saquear lo poco que se encuentra en ellas.
Por suerte, ahora también teníamos una tercera ayuda; El perro, quien había sido de buena ayuda para combatir a los infectados, ya que éste antes de entrar, olfateaba el aire y segundos después, si había infectados dentro de la casa, se sentaba sin mover la cola.
—¿Crees que el pequeño haya sido de la policía? Está muy bien entrenado como, no ha ayudado con los infectados —Dice Jimin mientras guarda las cosas que encontramos en la casa anterior, mientras que yo lo cuido por si algún infectado llegaba a atacarnos por detrás.
—Posiblemente, o seguramente sus anteriores dueños le enseñaron a detectar infectados, no lo sé —Digo, antes de tomar la llave de la camioneta y cerrarla cuando Tú tienes mi reloj.
—Son exactamente...las cinco de la tarde —Dice mirando su muñeca con una sonrisa —. A las seis deberíamos buscar un lugar donde quedarnos o nos agarrará la noche aquí afuera. Y no pienso dormir en la camioneta porque sabes que me da miedo que algún infectado abra la puerta y me coma.
—¿Cómo te va a comer? Las puertas tienen seguro.
—¿Qué sabes tú? Al principio pensábamos de sólo era un simple virus de gripa, y ahora hasta hay infectados que te lanzan lo que se encuentran en su camino —Sin poder evitarlo, río suavemente mientras camino junto a él.
—Ven... ~ —Le digo al perro, quien rápidamente al oírme corre hacia mi dirección para comenzar a caminar junto a mí —. Oye, eres muy obediente, ¿Tienes un nombre?
—Si es un perro policía, seguramente tiene un nombre rudo... ¿Qué tal, Lucifer? —Pregunta Jimin, y ante su comentario, comienzo a reír —, ¿Qué? Es bastante rudo.
—No creo que se llame Lucifer...¿Manchas, quizá?
—¿De dónde demonios le ves las manchas? —Pregunta Jimin levantando una ceja, por lo que río ante la estupidez que dije —Tiene una placa de identificación en el cuello...pero casi no se pueden leer las letras, está muy dañado el metal.
—Bueno, entonces podría llamarse...no sé, ¿Bruno, Max? —Pregunto, pero el perro ni siquiera nos voltea a ver, sólo sigue caminando a mi lado —. A ver, yo reviso la placa, soy experto leyendo letras casi ilegibles.
Jimin ríe con burla, y yo lo miro mal durante unos segundos, para después agacharme y tomar la placa entre mis dedos. El perro, quien pacientemente espera sentado, me mira con la lengua de fuera, por lo que me hace sonreír antes de seguir adivinando el nombre.
—Dro...Dra...creo que dice, Drago...—Digo mirando al perro, quien, al oír el nombre, levanta las orejas emocionado —. ¡Adiviné, se llama Drago!
Sonrío, pues él y el perro comienzan a jugar delante de mí como si se conocieran toda la vida. Y son estos momentos, en lo que me encantaría volver a mi vida normal, junto a él y a todos los que me rodean que son mis amigos.
Son recuerdos que deseo guardar para siempre.
—Jiminie, sigamos buscando o se nos hará de noche —Digo minutos después de que ellos dos han dejado de jugar, para mirarme al mismo tiempo. Jimin asiente, así que los tres caminamos directo a las últimas tres casas que nos quedas, para poder pasar a los siguientes vecindarios a nuestro alrededor.
Un suspiro de satisfacción sale de mis labios en cuanto subo la última bolsa a la camioneta; Después de revisar las últimas casas, habíamos encontrado suficientes cosas para poder decir que nuestra misión estaba completada. Sin embargo, ya era demasiado tarde como para regresar a la base. Pues las luces de la camioneta por la noche podrían llamar la atención de personas o infectados que no deseábamos llevar a nuestros seres queridos.
Jimin termina de subir las cosas también, así que cuando todo está arriba. Jimin cierra la cajuela y le ordena a Drago que entre a la camioneta. Éste obedientemente sube en la parte de atrás, y luego él, así que yo troto dándole la vuelta a la camioneta para poder subirme de mi lado y poder encender el motor.
—¿Viste algún lugar donde podamos quedarnos? —Pregunta Jimin abrochándose el cinturón. Yo lo imito, y cuando he puesto todos los seguros, enciendo la camioneta para comenzar a movernos de ahí.
—Sí, vi una casa tres calles atrás donde podríamos dejar la camioneta en el garaje. Estaba abierto, así que podremos cerrar las puertas para que no llame la atención. Fue una de las casas que limpiamos, así que no será necesario gastar nuestras armas.
Jimin asiente, así que yo me quedo en silencio para comenzar a manejar hacia la casa donde nos vamos a quedar. No son tantos minutos, cuando ya nos encontramos frente a la casa. Y gracias a que no hay infectados cerca, puedo estacionar la camioneta dentro del garaje, para que Jimin pueda bajar y cerrar las puertas.
Apago el motor, y lo único que ilumina el lugar son las luces interiores de la camioneta, así que antes de que éstas se apaguen, Jimin rápidamente saca de su mochila su linterna, para poder iluminar la entrada de lo que parece ser el pasillo hacia la sala principal.
—¿Dejamos las cosas en la camioneta? —Pregunta Jimin volteándome a ver.
—Sí, sólo hay que cerrar bien las puertas para poder subir a dormir a los dormitorios —Digo abriendo la puerta para que Drago pueda bajar, y yo también pueda sacar de los asientos traseros una de las bolsas de comida —, ¿Tienes hambre, pequeño? Vamos a darte de comer. Y así también aprovechamos para comer algo, que estoy hambriento.
—Vamos Drago —Dice Jimin moviendo una de sus manos para que el perro se acerque, y éste rápidamente lo sigue, así que cuando la luz de la linterna se va haciendo más lejana a mí, cierro la camioneta con los seguros, para después comenzar a trotar hacia donde ellos se encuentran.
Jimin está en la cocina cerrando las cortinas, así que rápidamente busco todas las puertas del primer piso para cerrarlas y poderles poner seguro, y luego me aseguro de que todas las cortinas estén abajo.
Por suerte, éstas son pesadas y oscuras, por lo que seguramente la luz no llamará la atención de alguien que esté afuera.
Cierro la última puerta, para poder regresar a donde Jimin está sirviéndole croquetas a Drago en el plato, quién en cuanto se da cuenta de que la comida ya está en el suelo, este se abalanza para comer desesperadamente.
—Creo que sí tenía mucha hambre, pobrecito... —Suspira Jimin después de abrir un par de latas de verduras y servirlas en platos que ha dejado acomodados sobre la barra —. Comamos algo para poder irnos a dormir, ¿No? Mañana saldremos muy temprano para que Jin no se preocupe de más.
—Tienes razón, además, manejar me cansa mucho —Digo sentándome frente a Jimin.
—Ya te dije que me enseñes a manejar, bobo —Dice Jimin después de meterse un bocado a la boca.
—Y yo te dije que sí, pero cuando estemos en un lugar abierto, y en donde no nos persigan cientos de infectados —Contesto con una sonrisa, por lo que Jimin niega mientras sigue comiendo. Después de unos segundos, nadie habla, sólo se oye cómo Drago mastica, y cómo los cubiertos sobre el plato chocan suavemente.
Yo soy el primero en terminar, así que recojo mis platos y rápidamente regreso a mi lugar para esperar a Jimin. Le falta muy poco, así que desvío mi mirada hacia Drago, quién también ya ha terminado de comerse lo que hay en su plato y sólo se encuentra moviendo la cola alegre.
—Listo, he terminado. ¿Vamos a la habitación? Ya tengo mucho sueño y me quiero cambiar de ropa —Dice Jimin levantándose, así que asiento imitándolo para poder tomar la linterna que se encuentra en la barra y poder iluminar las escaleras.
Comienzo a caminar, así que Jimin y Drago me siguen escaleras arriba, donde conforme voy caminando, cierro todas las ventanas y cortinas que me encuentro.
—Hay que quedarnos aquí, está cerca de las escaleras y tiene una gran ventana por si tenemos que escapar —Dice Jimin entrando a una de las habitaciones, que se encuentra iluminada levemente por la luz de la luna.
—Ven, Drago —Dice Jimin cuando los tres ya nos encontramos dentro la habitación. Él le extiende una cobija que ha encontrado en una silla, así que él se recuesta sobre la tela mientras que yo cierro la puerta con seguro.
—¿Te cambiarás la ropa? —Pregunta Jimin buscando algo en el armario frente a nosotros —. Puede que nos quede algo de aquí.
—Sí, veré si hay agua en el baño —Digo trotando hacia la puerta donde está el baño individual. Este tiene la única ventanilla abierta, por lo que es la única que dejo debido al calor que se siente por la primavera —, Jimin, aún hay agua, pero está fría. Me meteré a bañar y si quieres luego tú lo haces.
—Sí, te dejaré ropa en la cama, no te tardes mucho que no me quiero dormir con el cabello mojado —Contesta Jimin, por lo que cierro la puerta antes de comenzar a desvestirme y poder tomar un baño que ansío desde que el calor de la tarde me hizo sudar horriblemente.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top