•「 Culpabilizar 」•

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• ¿Soy aquello que te causa malestar?
¿Porque aún sigues conmigo? •
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Era una cálida mañana, los rayos del sol estaban iluminando cada rincón de aquel poblado, un joven azabache estaba en las estaciones de trenes, miraba el reloj que colgaba de aquella pared, se sentía ansioso por que llegara pronto el tren de Kioto, realmente se sentía emocionado.
Volvió a revisar la pantalla de los horarios, ahí decía que el tren arribaría en 3 minutos, minutos que le parecieron eternos ¿acaso no habían pasado 3 minutos ya?

Realmente la desesperación comenzaba a ganarle, no era muy paciente a la hora de esperar y menos cuando llevaba media hora antes en aquel lugar, era alguien precavido a la hora de esperar a las personas solo que la paciencia no era del todo su fuerte. Pero ahí estaba él, con la mirada azulada esperando a que su mejor amiga llegara, para así pasar momentos agradables con ella, atesoraría todos los buenos momentos que tendrían juntos, era una amistad inquebrantable y una muy buena.

Pronto el sonido del tren lo regresó a su realidad, observó como la gente pasaba apresurada, fue un alivio que él se quedara en aquella esquina viendo el mar de gente ir y venir, si no el ramo de flores que llevaba se le arruinaría. Cuando parecía que la mayoría de los pasajeros se habían marchado, pudo ver a una chica de cabello azabache, llevaba una diadema de tela en el cabello, no era una mujer que se arreglara demasiado, a ella le bastaba con ir “decente”.
Ambos jóvenes se vieron el uno al otro, para después correr apresuradamente para darse un cálido abrazo, era una emotiva escena, los dos chicos añoraban la presencia del otro.

– Te extrañé mucho – la voz de la chica era suave, pero lo suficientemente audible para Giyu – quiero creer que tú también me extrañaste ¿no?

Ambos se separaron, el joven azabache, le entregó aquellas flores blancas que traía consigo, no es que Yae fuera fanática de las flores, pero Giyu pensó que serían un lindo detalle llevarle un regalo para recibir a su mejor amiga.

– Son muy bonitas Giyu, tengo una duda ¿no me habrás esperado mucho tiempo o sí?
– Solo un poco – respondió apenado, eso hizo que la chica soltara una carcajada muy sonora – Perdona por eso
– No importa, mejor salgamos de aquí, odio que la gente nos siga viendo de mala forma

Ambos amigos comenzaron a caminar, Giyu llevaba la maleta de la chica, en el camino Yae comenzaba a contarle cosas de su carrera, Giyu solo escuchaba atentamente, aunque era alguien reservado con los demás, con su amiga era completamente diferente.

– Yae a todo esto ¿en dónde planeas quedarte? – preguntó el muchacho algo intrigado
– una de las hermanas de mi madre va a prestarme su departamento, así que de eso no te preocupes – respondió sin ninguna pena
– ¿al menos puedo ver en donde es?

La chica comenzó a buscar su celular, su tía le había enviado la dirección unas horas atrás, en cuanto lo encontró se lo mostró al joven pelinegro.

– No está lejos, pero si algo retirado de donde vivimos Sabito y yo…
– tranquilo, yo estaré bien, recuerda que se defenderme – respondió la chica enseguida que hizo una sonrisa al mismo tiempo que mostraba sus músculos
– pero aquí es ilegal tener una escopeta – refutó Giyu de manera seria, eso provocó que la chica le diera un ligero golpe en uno de sus hombros – Eso dolió

Ambos se acercaron hasta un taxi, Giyu le abrió la puerta a la chica, acomodó la maleta y las flores en la parte trasera para después entrar al carro, le dio instrucciones al conductor, estaban en marcha cuando la chica volvió a hablar.

– Me alegra mucho verte de nuevo Giyu
– Igual a mí me alegra verte
– ¿Tienes algunas novedades que debas contarme?
– No del todo – se encogió de hombros – Todo ya te lo eh dicho por teléfono o por mensajes
– Si, pero no tengo detalles sobre las cosas, por ejemplo, no me has dicho nada sobre tú novia

Eso tenso un poco el ambiente, Giyu le hablaba muy poco sobre Shinobu a Yae, no es que quisiera esconder su relación solo que omitía pequeñas cosas sobre ella.

– Por tu mirada deduzco que no vas a contarme nada ¿cierto?

El silencio reinó en el interior del auto, Yae solo observaba de reojo a su amigo, él iba concentrado en el camino, se estaba formando un ambiente un poco tenso, hasta que finalmente llegaron al lugar.

– ¿Aquí es donde viven tus tías?
– Creo que si – Yae bajo sus cosas, no dejó que Giyu la ayudara en lo más mínimo – Mi tía me dijo que las llaves las tiene el portero, ella me las dejó una semana antes
– ¿No quieres que te ayude?
– Puedo sola, anda ven

Ambos entraron al edificio, la cual estaba en perfecto orden, la chica se acercó hasta el portero, quien le dio las llaves después de inspeccionarla. Ella se acercó nuevamente a Giyu, lo invitó a pasar, pero él se negó rotundamente, dejando a la chica en completa sorpresa.

– Vendré por ti en la tarde, acomoda tus cosas, descansa un poco y te prometo estar aquí en la tarde
– ¿no te quedaras?

El chico negó con la cabeza, realmente estaba feliz de verla nuevamente pero aún tenía cosas por hacer antes de pasar todo el día con ella, eran mejores amigos se vieron como hermanos, por lo que deseaba que su primer día de estancia fuera especial.

•••

Eran las 3 de la tarde, la joven ya había desempacado sus cosas, había dormido una pequeña siesta, estaba en la recamara de huéspedes viendo la televisión cuando el sonido de su teléfono le llamo la atención, era un mensaje de Giyu, en cuanto termino de leerlo, se levantó de inmediato, apagó la televisión, tomó su pequeña bolsa de mano, metió lo necesario en ella, salió corriendo a la calle, se abalanzó al muchacho azabache, el cual estaba distraído observando su celular, en el acto ambos se cayeron, la cual ganó la mirada de algunos transeúntes que los observaban de manera curiosa.

– ¿A dónde piensas llevarme?
– Al parque… en ese lugar tienen algunas atracciones

Ambos comenzaron a caminar rumbo a la estación más cercana, volvieron a retomar una conversación tranquila, sería una tarde de ellos dos, tal como en los viejos tiempos, como cuando eran niños nuevamente, solo que esta vez no tenían un límite de horario para llegar a casa ni tenían a los adultos que los estuvieran acarreando o molestando.

– ¿comiste algo? – Preguntó el muchacho de repente
– Solo un emparedado, ayer me dijiste que me llevarías a comer – ella le contestó tranquila
– Precisamente, primero vamos a comer y después recorreremos el parque

La chica solo se limitó a sonreír, le dio un pequeño abrazo, realmente extrañó mucho al chico de mirada azulada, durante su transcurso hasta el parque su compañía fue buena, Giyu le mostraba a la chica algunas cosas que se podían ver por la ventana del transporte, realmente el tiempo que pasaban juntos le era de lo mejor, así fue hasta que finalmente llegaron a dicho lugar.
Tal como le dijo el chico, era un parque que tenía algunas atracciones, había puestos de comida, junto con algunos locales que tenían algunos juegos, también había algunos juegos mecánicos, aunque la mayoría eran para menores de edad.

– vamos, tenemos que ir a que comas algo – Giyu comenzó a jalarla hasta un local donde vendían comida occidental – ¿quieres una hamburguesa con papas fritas o pizza?
– Pizza me parece bien

Ambos iban llegando a una de las mesas, todo parecía ir con mayor naturalidad, estaban hablando como antes, ella le contaba sobre su carrera, aunque Tomioka se mostrara estoico, él realmente estaba escuchando con fascinación cada palabra que salía de su querida amiga.

En un rincón alejado, un grupo de personas estaban sentados disfrutando te la cálida tarde, dos chicas de cabellera azabache, ambas tenían bebidas frías, mientras que el otro era un joven de cabellera blanca y alborotada.
– Mira Shinobu – habló la mayor de las hermanas – Tomioka también está aquí
La nombrada llevo su mirada hasta donde su hermana había señalado, pero entonces las palabras dichas por la pareja de su hermana hicieron que su alegría se esfumara
– ¿Qué hace Tomioka con otra chica?
– Debe ser una amiga ¿No es así? – la voz dulce de Kanae resonó ante los oídos de la joven.
– puede ser, aunque puede ser que él me engaña, últimamente prefiere salir con otras chicas que conmigo.

Los presentes quedaron atónitos ante lo dicho por ella, realmente no creyeron que él muchacho le estuviera haciendo eso a la Kocho mediana.

– Si me disculpan, debo ir a otro lugar – la joven de mechas moradas salió del lugar, se veía triste cosa que preocupó a la hermana mayor.
– Deberías ir con ella – le sugirió el joven a su novia, ella asintió, para cuando Kanae se había retirado a una distancia, Sanemi fue directo hasta donde estaba Tomioka junto con la otra mujer.

Mientras tanto, en el otro extremo ambos jóvenes comenzaron a reír a carcajadas, estaban recordando algunos buenos momentos de su adolescencia hasta que el chico sintió arder su rostro, lo habían golpeado justo en la nariz, para después sentir un agarre en la parte del cuello de su playera, ambos jóvenes quedaron estáticos, frente a ellos estaba el joven de cabello blanco, estaba molesto con Giyu.

– ¡¿CÓMO PUDISTE HACERLE ESO?! – vociferó enfurecido aquel sujeto
– No se dé que me hablas – contestó aturdido
– ¡NO TE HAGAS PENDEJO TOMIOKA! ¿Quién es ella?
– Ella es mi… – No pudo terminar cuando comenzó a sentir los golpes propinados por el novio de la hermana de su pareja.

Yae quien observaba todo, se armó de valor al ver cómo era golpeado su mejor amigo, justo cuando Tomioka cayó al suelo, la chica se interpuso en medio de ambos

– Quítate perra
– ¿y que si no me quito? ¿me vas a golpear acaso?

Era un duelo de miradas entre ambos, el ambiente que se formó era uno tedioso, uno realmente pesado, la gente que los veían sentía como si hubiera dos fieras que en cualquier momento se lanzarían al cuello del otro.

– Quítate de en medio
– ¿O qué? – Yae parecía gruñir, en ese instante, ella se abalanzó sobre Shinazugawa, propinaba golpes a diestra y siniestra, el joven apenas podía cubrirse, un par de quejidos soltó aquel hombre, ya que fue el golpe más doloroso en su vida, la joven le había dado una patada justo en su entrepierna.
– ¡HIJA DE P…! – dijo entre alaridos
– ¡CALLATE IDIOTA! ¡TE LO MERECES POR GOLPEAR A MI HERMANO!
– ¿acaso… dijiste hermano?

La chica se acercó hasta el azabache, quien apenas podía moverse, ella se llevó a Giyu hasta una de las sillas, dejando atrás a un adolorido Sanemi, la chica comenzó a revisarlo para ver si no tenía heridas graves. Ambos giraron su cabeza cuando escucharon el grito de una chica.

– ¡¿Qué fue lo que pasó?! – Kanae había llegado con Shinobu, ambas estaban buscando al peli blanco
– Esa bestia llegó a golpearnos – Yae se paró frente a Kanae, también estaba molesta
– ¡¿Y quién demonios eres tú?! – Shinobu comenzó a sentir como la ira comenzaba a ganar
– Soy un familiar de Giyu – Es obvio que, por la mirada de los presentes pasaron a ser una de angustia en lugar de enojo
– ¿Familia de Tomioka? – Kanae trataba de entender la situación, se acercó hasta Sanemi, comenzó a tratar los hematomas que la joven le habría propinado
– ¿Kanae? – preguntó el peli blanco a la chica
– ¿Por qué los atacaste?
– Es solo que Shinobu…
– Shinobu ¿Qué?

Era un momento con mucha tensión entre ambos, la dulce mirada de la joven, cambio a una fría y algo seca, el pobre muchacho solo se limitaba a ver a su novia. No era que le tuviera miedo o que ella infundiera cierto temor ante él, solo que tenia que medir sus palabras.

– Ella dijo, que…
– ¿Te dijo que lo golpearas?

Se acabó, no tenia palabras para tratar de arreglar su error, no había alguna excusa o explicación de parte del Shinazugawa. Él actuó por instinto, por querer hacer justicia por cuenta propia. Tomioka no era de su agrado, nunca terminó de convencerse de que él fuera un buen partido, sin embargo, nunca se había metido en la relación de su cuñada, pero si algo malo le pasaba por culpa del joven pelinegro, él no dudaría en hacer justicia por cuenta propia.

Mientras tanto, Shinobu se había acercado a los dos pelinegros, Yae trataba de curar sus heridas, Tomioka tenia una ligera hemorragia nasal.

– Yo… lo siento tanto, no pensé que ese salvaje los atacaría de esa manera.

Ambos voltearon a verla, Shinobu trataba de ver más de cerca a Giyu, algo dentro de Yae le empezaba a darle desconfianza la chica del pasador de mariposa.

– ¿Quién eres tú?
– Me llamo Kocho Shinobu, supongo que tú debes ser Yae, Giyu me ha platicado mucho sobre ti – mostró una sonrisa falsa, una que para cualquiera no dudaría en pensar que todo estaba bien alrededor.
– Yae, ella es mi novia

La chica únicamente se limitaba a verla, sentía algo revolverse en sus entrañas, era extraño, la presencia de Kocho le causaba un sentimiento de negación, nunca le había conocido una novia a Giyu y ahora que la tenia en frente, pareciera que ella no le agradaba ¿acaso sentía celos?

– Déjame ayudarte a limpiar tu rostro, te acompañare al sanitario ¿podrías traerle una botella de agua? Por favor
– ¿Giyu?
– Por favor Yae – le pidió ahora él joven azabache.

Una vez que estuvieron solos, la joven de mechas moradas comenzó a llevar a Giyu a los sanitarios.

– Esto es culpa tuya…
– ¿mi culpa?
– Si tú no hubieras aparecido con esa mujer, no estarías golpeado ¿Qué estabas pensando en aparecerte aquí con ella?
– Pero es mi amiga, es casi una hermana para mi
– Todo esto que pasó es tu culpa, tú no piensas en nada, espero que esto te sirva de lección Giyu, no debes traer a nadie que no sea tú novia a una cita romántica, es culpa tuya que ellos pensaran que Yae era la nueva con la que me cambiaste

Aquello dejo algo confundido al chico, él no trajo a su amiga a una cita romántica, pero seguramente pensaron que ella era algo más por la manera en la que se trataban.

– ¡oh! No me hagas esa cara, los tres vimos como te abrazaba, como ella te daba afecto y cariño, es tú culpa de que pensemos eso, no debes abrazar a nadie que no sea tú pareja, recuerda que solo yo te amo, ella no lo hace de la misma forma que yo, que bueno que te han dado una lección

Tras un par de minutos, ambos jóvenes regresaron hasta donde estaban Kanae y Sanemi, el joven azabache se acercó a ellos, con una voz apenada se disculpó con ambos.
Kanae miró con desaprobación a su hermana y después a Giyu, pero no pudo más que fingir que todo estaba bien, ya que en realidad ella era la más apenada por el comportamiento de su pareja.

Luego de aquello, Tomioka se acercó a Yae, a manera de regaño, el joven sugirió a la chica, que pasaran el tiempo los dos con su novia, ya que se sentía culpable de que ella pensara que la engañaba con su mejor amiga.

El día terminó con más pena que gloria, una vez que Tomioka estuvo en casa, recibió un mensaje extraño de Shinobu;

he recibido un regaño por parte de Kanae, espero que estés satisfecho...”.

Este solo se desplomó en el sillón, realmente no pensó que ella seguiría recriminandole todo lo que pasó en este día, si algo había conseguido Shinobu era hacerlo sentir culpable.

"¿Por qué te empeñas en arruinarme todo?"

¿Realmente todo lo malo sucede por él? Ahora también se sentía mal por que Yae no disfrutara del día por tener que cuidar que su nariz no sangrara.

"Por eso soy la única que te soporta... Tienes suerte"

A veces Shinobu tenía razón, él era un completo idiota, uno al que sólo lo amaría una sola mujer y esa era Shinobu, entonces ahora que lo pensaba mejor, él tenía suerte de que ella lo hiciera.

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