•「 Celar 」•

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• No me quieres contigo, pero tampoco quieres que esté con alguien ¿Esto te hace feliz? •
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La tarde parecía ser un poco cálida, en aquella escuela la gente iba y venía, era uno de esos días ajetreados para toda la comunidad estudiantil. Cierto Azabache estaba caminando rumbo a la biblioteca, le envió un mensaje a Shinobu que el día de hoy tendría algo por hacer, apago su teléfono una vez que cruzo el umbral de la puerta, más que nada porque no quería distracciones, busco entre todas las mesas a una de sus compañeras, era una chica de cabello café. En cuanto la vio, el joven comenzó a caminar hasta ella, tomo una de las sillas para sentarse al frente

- Buenas tardes Komori - habló con su ya característica manera seria - El profesor me pidió que te ayudara a entender algunos temas

La mencionada dejo aun lado todos los libros que encontró sobre aritmética, se llevó ambas manos a la cabeza, realmente le costaba entender un poco sobre esos temas.

- No entenderás nada si mezclas diferentes libros - volvió a hablar cierto chico con una voz muy seria - ven déjame responder todas tus dudas

- No sé ni dónde comenzar, todo se me es tan complicado - respondió ella con mucha vergüenza

- Entiendo... vayamos por partes, déjame ver tus ejercicios

Giyu arqueo la ceja al ver que su compañera efectivamente no entendía ni idea de que hacer, un prolongado suspiro fue lo único que hizo el muchacho, luego de eso tomo una hoja de papel nueva, comenzó a escribir algunas formulas, se acercó a ella para comenzar a explicarle.

Pasaron las horas, en la mesa donde estaban comenzaba a llenarse de hojas de papel, Giyu tenía mucha paciencia a la hora de explicar, la chica poco a entendía sobre algunos temas, lo cual era un poco más reconfortante para Giyu, aunque no lo demostraba estaba feliz porque ella estaba aprendiendo.

- Gracias por su ayuda Tomioka - respondió ella cuando termino la última ecuación

- Solo espero que te ayudara con tú tarea - Giyu sonaba igual que siempre, carente de emoción

- ¡Y lo fue! Gradezco mucho tú amabilidad

- Komori, los exámenes están cerca ¿quieres que te ayude a repasar? - el azabache soltó de golpe la pregunta, más que nada porque ella realmente era terrible en aquella materia, en respuesta la chica asintió, ambos comenzaron a guardar sus cosas.

- Te veo mañana a la misma hora - soltó el muchacho sin ninguna emoción

Eran las 6 de la tarde cuando el azabache iba rumbo para su hogar, el cielo apenas se estaba tiñendo de colores anaranjados y rojizos, el chico prendió su teléfono, fue a la parada de trenes para tomar el que lo llevaría a casa, lo más extraño era que no tenía llamadas de Shinobu, quizás estaba ocupada, negó con la cabeza, la idea de que le estuviera siendo infiel nuevamente era solo un pensamiento erróneo. Quizás la escuela o su familia le absorbía tiempo.

Espero un momento, mientras lo hacia la inseguridad de Tomioka jugaba con sus pensamientos, tras mucho batallar, decidió hablarle, con la excusa de saber si ella estaba bien, todos se preocupan con por su pareja, quizás solo así se quitaría esa inquietud. Sin embargo, ella no le contesto, quizás su querida chica estaba atareada, por lo que trato de no alarmarse.

Durante su viaje volvió a llamarle unas dos veces más, pero el resultado era lo mismo, trataba de calmarse, ella no estaba en peligro, estaba a salvo, en su hogar.

Llego al departamento que compartía con su amigo, muy al fondo, en la mesa del comedor había libros y muchas hojas regadas cerca, observó que el joven tenía compañía, un par de chicas estaban aun lado de él.

- Espero no interrumpir - habló a lo lejos el moreno

- Buenas noches - Respondieron los tres al mismo tiempo, aquello no le llamó en lo más mínimo a Giyu, conocía a su amigo y aunque estuviera rodeado de mujeres jamás le sería infiel a la chica de ojos aguamarina.

El joven de orbes azules, no espero ni un minuto cuando se adentró a la habitación, prendió las luces y llevó su mirada a cada rincón de cuarto, su habitación era simple: un par de cajones, su cama perfectamente tendida con colchas con patrones azules, no poseía ni posters ni algún adorno en las paredes, solo tenía un cuadro de cuando era niño, estaba él con su hermana y su abuelo, dejo su mochila aun lado de la mesa de noche, donde estaba su computador. Fue directo a su cama, reviso por última vez su celular, sin respuestas de la joven mariposa, se resignó a no tener algún mensaje de ella, para después cerrar los ojos, aunque tenía tarea, el cansancio le estaba ganando.

Era otro nuevo día, Giyu se encontraba en clases, aunque no lo pareciera el joven no le prestaba mucha atención al profesor, solo veía hacia el frente, nada más. Fue hasta la hora del almuerzo que el joven trataba de mantenerse calmado, Shinobu comenzaba a comportarse raro, iba tan pensativo en su camino que apenas se dio cuenta de que su compañera Komori se acercó hasta él.

- Buenos días Tomioka, como muestra de mi gratitud quiero invitarte el almuerzo - la joven le extendió una bolsa de papel, en una charola de plástico venían bolitas de arroz con un emparedado

- Gracias, pero... no puedo aceptarlo

- Por favor Tomioka, la verdad me ayudaste bastante

Eso le dio un poco de pena y a la vez pánico, todos a su alrededor comenzaron a ver de manera negativa a los dos, dejando sin opciones, el chico acepto, pero solo por cortesía, aparte de que su hermana siempre le dijo que era de mala educación la tirar la comida.

Se fue al área de la cafetería, él solo había empacado una caja de leche y pan integral, no comía mucho de todas formas, por lo que ya estaba acostumbrado a comer raciones pequeñas, busco un lugar alejado de todo el bullicio generado por sus compañeros, encontrando el lugar perfecto para su almuerzo, comenzó a acomodar en la mesa su alimento, apenas estaba probando su alimento cuando su tranquilidad se vio interrumpida por la joven de puntas moradas, estaba frente a él, quien a pesar de tener una sonrisa en los labios era más que claro que estaba molesta.

- ¿pasa algo? - pregunto un poco confundido

- ¿Quién te dio esa comida?

- Una compañera ¿tiene algo de malo?

- tírala

Aquella respuesta dejo sorprendido al muchacho quien solo trataba de entender la situación ¿era malo recibir comida de alguien más?

- ¿No me oíste? Tira esa asquerosidad ahora - aquello era una orden que el pobre chico debía acatar, sin embargo lo que hizo enojar mas a Shinobu fue que él no se movía ni un solo centímetro, ella tomo toda la comida ajena para tirarla en el próximo bote de basura, Giyu comenzó a sentir como la pena iba recorriendo cada parte de su cabeza, por un lado, su compañera quizás se había esforzado por hacer aquel almuerzo y ahora había acabado en la basura, por el otro trataba de entender el motivo del porque su novia estaba recriminándole el hecho de que él tuviera comida hecha por otra mujer.

- Solo yo puedo darte comida ¿me entendiste? Si no es hecha por mi madre o por mí, no quiero que vuelvas a comer nada más ¿Está claro?

El desafortunado chico solo asintió, realmente no había sido su intención hacerla enojar

- Shinobu... perdón por aceptarle comida, es solo que

- No me interesa el motivo del por que te dio comida, solo espero que ya no le aceptes comida ¿está claro?

- Lo entiendo... - Vio como la chica se levantó molesta - Espera ¿A dónde vas?

- No tiene caso que siga aquí, venia a traerte el almuerzo, pero por lo visto ya no será necesario

- ¿Me trajiste de comida? - preguntó atónito el joven de orbes azules

- Lo hice, pero por lo visto ya debes estar lleno, por lo que lo tiré también a la basura

Sin más la chica se retiró del lugar, muchos de los presentes también comenzaron a irse, Tomioka continúo sentado, eso era algo nuevo para él, quería entender en donde estaba el error, aun era nuevo en ser la pareja de alguien, era inexperto, pero ¿Qué podía hacer?

Así pasaron un par de días, Giyu seguía ayudando a su compañera Komori en las clases de tutoría, las cosas iban bien, se veían dos veces por semana, el examen estaba próximo, por lo que la chica estaba más concentrada en verse con el joven azabache, incluso comenzaba a llamarlo cada vez que tenía una duda, Giyu por su parte la ayudaba lo más que podía, era más una obligación que un gusto, ya que si ella pasaba el examen estaba dispuesto a dar clases de regulación y ganar algo de dinero, no le gustaba tener que pedirle a su abuelo para cosas que él necesitara.

Era una tarde muy calurosa, el joven se había quitado su sudadera deportiva mitad roja mitad de cuadros, estaba en la biblioteca esperando a su compañera de clases, vio a múltiples personas ir y venir, pero no a la chica, se estaba preocupando, ella no faltaba a ninguna de las lecciones y menos faltando 3 días para aquel examen. Aunque tenia una gran paciencia, de poco en poco la estaba perdiendo.

Pasaron unas 2 horas cuando decidió llamarla, se levantó de su lugar para irse a los más remoto de la biblioteca, pero ella no contestó ninguna de sus llamadas ¿acaso le habría pasado algo? Comenzó a preocuparse, realmente algo muy malo debió pasarle a la joven.

Volvió a la mesa donde estaban sus cosas, comenzó a guardarlas, iría a buscar a su compañera, no era una persona impulsiva pero su atraso era algo inusual y alarmante. Justo cuando iba saliendo de la biblioteca la vio en las jardineras, fue directo a ella, quería una explicación, pero justo cuando lo vio ella comenzó a alejarse de él. Había comenzado una persecución, hasta que la chica que estaba con ella lo detuvo.

- ¡Déjala en paz! ¡ella no quiere estar cerca de ti!

- ¿Por qué? - preguntó atónito ante lo dicho por aquella mujer

- ¿Qué no fui clara? ¡SOLO ALEJATE DE ELLA!

Giyu nunca estuvo tan perplejo y abrumado, realmente no lograba descifrar que era lo que había pasado, pensaba muchos escenarios que fueran las opciones del comportamiento de su compañera, aparte de que ella lucia con miedo y temor ¿acaso él le había faltado al respeto? Pensó incluso que quizás ellos dos podrían ser buenos amigos, la chica le agradaba, pero por la forma en la que la novia de esta le reclamó y le pidió que se alejara de ella supo que quizás esa idea de amistad estaba tan lejos de ser.

Un par de horas antes: La joven compañera de Giyu iba directo a la biblioteca como lo tenía planeado cuando fue interceptada por una chica con un broche de mariposa, aun lado de ella iba otra joven de cabello rosado con mechas verdes.

- ¿En que puedo ayudarlas? - preguntó un poco intimidada Komori

- Quiero darte un mensaje y espero que lo cumplas ¿De acuerdo? - a pesar de que estaba tranquila sonaba algo amenazadora - Quiero que te alejes de Tomioka, no quiero verlos cerca ¿está bien?

- Pero solo somos compañeros además de que me está ayudando con mi...

- ¿Qué no soy clara? Si te vuelves acercar a él otra vez no dudare en usar algunos de mis venenos en ti

Por la mirada de Shinobu, Komori sintió pánico, por lo que ella salió corriendo en dirección opuesta, aquello dejó con una sensación de desagrado a Mitsuri.

- ¿Era necesario hacerlo? - cuestionó temerosa la chica peli rosada

- Lo es, no me gusta que las mujeres se le acerquen demasiado

- ¡ESO ES EXCESIVO! Él También tiene derecho a tener amigas - contestó Kanroji

- ¿Pero de que hablas Mitsuri? Es justo lo que Obanai hace contigo, velo de la misma manera, él tampoco te deja tener amigos ni amigas, si no fuera porque Rengoku y yo te vemos como una hermana, tampoco nos tendrías a tu lado, así que no hago nada malo

Aquella respuesta salió con tanto veneno que dejó a su amiga helada, era cierto que su novio podría ser un poco celoso, pero no era la forma correcta de actuar de los dos.

- Shinobu ¿Cómo te diste cuenta de que ellos dos se veían? - aquello salió de la boca de la peli rosa como un susurró audible para Kocho.

- Es fácil, la tipa comenzó a llamarle muchas veces, no me gusta que Tomioka le preste atención a otras y menos cuando estoy presente... Aparte tu una vez lo dijiste Sin celos no hay amor ¿Cierto?

Esa frase era con lo que ella excusaba a su novio Iguro, debía reconocerlo, su novio era muy extremista a veces y ella lo permitía ¿Estaba mal en tolerarlo?

- Cambia esa carita Mitsuri - Shinobu ahora la estaba abrazando - Vamos por un té boba ¿Qué te parece?

La chica asintió con la cabeza, después de eso ambas salieron del lugar, que horas más tardé dejarían a un Tomioka algo confundido y algo preocupado.

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