Capítulo 26

Jake

-¿Y bien? ¿Cómo vez la situación? -muevo papeles de un lado a otro mientras reviso las cuentas de la empresa que dejó a la deriva él italiano.

-Deben un montón, vas a tener que aceptar lo que piden... Se lo que vas a decir, no me mires así, pero creo que es la única forma de pagar toda esa plata.

-Aceptarlo es ir a favor de mi padre, a favor de todo lo que odio y evito. No quiero meterme en sus negocios Daniel.

-¿Qué propones entonces?

-No lo sé, no tengo ni puta idea-me pongo de pie acercándome al ventanal de cristal, necesito tomar aire, y pensar.

-Serán solo un par de transportaciones.

-¿Un par?

-Unas diez para ser más exactos.

-¿Sabes todo lo que puede pasar si nos atrapan? Perderemos no solo esa mercancía que no es nuestra, deberemos aún más plata, y para peor, perderemos los barcos. Lo único que nos mantiene a flote.

-Sabes mejor que yo, que puedes hacerlo.

-Lo sé, pero no quiero. Y eso es lo que me aterra. No quiero fallarle a Maia. Menos ahora que está confiando en mi.

-¿La quieres? -detengo mi andar cuando sus palabras se adentran en mi cerebro. Las proceso. Yo se lo que siento, lo sé mejor que nadie, lo sé hace una década.

La quería cuando ni siquiera sabía lo que eso significaba. Porque si me preguntan cómo conocí el amor diría que por Jared, y luego, cuando todo se volvió oscuro y solo veía dolor, ella emergió de lo más profundo de mi ser y supo sacarme a flote. Ella fue esa flor que creció en la oscuridad de mi corazón. La quise desde el minuto cero que su ruidosa voz chocó con mis conductos auditivos. Y sobre todo cosió los bordes rotos de mi corazón cuando ni siquiera ella sabía que quería ser diseñadora.

Recuerdos de navidad, 2015.

Cada fin de semana era una tortura distinta para aquel niño de 12 años que soñaban con ser piloto de Fórmula 1. Era normal. Cada niño de su clase tenía el mismo sueño.

Cada mañana antes del desayuno tomaba su auto, el que le había regalado su hermano mayor el año anterior cuando fue de viaje con su padre a Italia.

Contaba una y otra vez del uno al cien hasta que llegase su madre por él. Pero ese día, ese día había sido diferente. Hacía frío, era Navidad y eso a su padre no le importo demasiado. Cómo tampoco arruinarle el sueño de que Santa vendría y colocaría bajo su árbol navideño algún regalo o galleta.

De que Santa no existía, que todos sus regalos se los compraba el dolor. En ese entonces no entendió. Pero le sentó mal que Santa no existiese, que lo único que creía verdadero también fuese mentira. Su familia también era una mentira. Sus padres no podían amarse, eso era imposible.

Pensó <<A quién amas, no puedes lastimar>> Su papá no quería a su mamá <<¿Entonces porque seguían juntos?>>

Entonces cuando llegó al número 87 por quinta vez alguien apareció a su lado. Le pareció en un principio molesta, irritable y un poco loca. Pero luego cuando se sentó a su lado y le pregunto:

__¿Por qué estás tan triste? __dijo la niña con cabellos dorados.

__No te importa __el niño respondió cortante.

__No tienes que estar triste, yo puedo ser tu amiga. Si es que necesitas una__ella insistía una y otra vez. Él solo quería escapar.

__No querrás ser mi amiga cuando te diga que, Santa no existe __la niña río a carcajadas y el niño pensó que era la risa más molesta y graciosa que había escuchado jamás. El río, Jake lo hizo.

__¿Por qué ríes? __ella negó aún entre sonoras carcajadas.

__Ya lo sabía.

__¡Ya lo sabías! ¿Pero si eres muy pequeña? __la niña cambió el semblante. No le gustaba que se burlaran de su minúscula estatura.

__Tengo diez __se paró frente a él de brazos cruzados.

__Pareces que tienes siete __ la imitó poniéndose frente a ella, aún entre risas.

__¡Y tu eres tonto!

__¿Por qué me dices tonto? __ambos ya estaban enojados.

__¡Por creer que Santa existe. Santa son las personas que nos quieren! ¿Lo entiendes? Las personas que nos quieren nos regalan por Navidad y nos engañan con que es un señor gordo vestido de rojo y que ríe horrible.

__Entonces esta navidad nadie me quiere __ las risas del niño cesaron y alguien más se puso triste.

__Yo puedo ser tu Santa __propuso la niña.

__¿Tu puedes quererme? __pregunto el niño.

__claro __respondió Maia.

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