Capítulo 2

Jake

Unas vacaciones nunca están de más, ya las iba necesitando sobre todo porque llevo el peso de la empresa sobre mis hombros. Es como un remolino de problemas del que no me puedo deshacer, creo que si muero, me siguen a la tumba.

Este viaje más que para vacacionar es por una reunión con un viejo amigo de mi padre, que no conozco, pero mi progenitor insistió en que debía de hacerlo y así llevar a New York unos importantes documentos.

Tomo aire en la terraza mientras espero que Daniel, mi mejor amigo y mano derecha termine de vestirse. Estoy de pie al borde del balcón observando la hermosa vista del Mar Caribe. Hacía mucho tiempo que no me sentía pleno, incluso, comienzo a pensar que haber venido fue una excelente idea. Quizás este viaje sirva para aclarar mis pensamientos y darle una nueva perspectiva no solo a la empresa sino también a mi vida.

—Listo, nos podemos ir —aparece Daniel muy animado y ambos nos encaminamos al elevador para ir hacia el restaurante donde tendremos en breve la reunión con el italiano Alexandro Ferrara. Mi padre es fanático de los secretos y las sorpresas, cosa que detesto más que nada. Sobretodo porque sus sorpresas van en contra de todo lo que creo.

El restaurante es agradable. Brinda una vista panorámica de todo el Mar Caribe incluyendo un refréscante aire que me relaja en grandes niveles. La camarera nos indica donde se encuentra nuestra mesa, la cual horas antes había reservado para la importante reunión. Tomamos asiento a solo unos pasos del mar desde donde se puede observar si te inclinas un poco las olas impactando contra las rocas.

La camarera se acerca con el menú y segundos después se marcha cuando indico que esperamos a alguien más.

Observo el reloj por segunda vez, odio la impuntualidad. La paciencia no es un rasgo que habite en mi, por ello respiro profundo.

—Calma amigo.

—¡¿Qué me calme?! —exclamo por lo bajo. —debería estar aquí hace media hora.

—Cinco minutos. Cinco minutos más y si no aparece nos largamos.

—Bien, solo cinco minutos —sentencio. Es insoportable para mi la espera y la indisciplina. No lo tolero.

Cinco minutos después decido ponerme de pie indignado y enfadado, se supone que era una reunión de trabajo, negocios ¿Qué puede ser más importante que eso? Pero un señor con blancas canas y una camisa bastante colorida se acerca a nuestra mesa con una despampanante sonrisa <<Dios mío dame paciencia>> Este no puede ser el señor por el que mi padre me ha pedido que venga aquí. Paso mi mano por la barbilla cuando el señor se acerca a la mesa quedando frente a mi.

—¡Jake Sandlers! — Habla español sin dejar de lado su particular acento italiano. Lo observo de pies a cabeza hasta terminar en su mano la cual extiende hacia mi para que le salude. Lo hago luego de comprobar que en su otra mano lleva unos documentos. 

—¿Alexandro Ferrara? —asiente con una sonrisa y pasa a saludar a Daniel. Luego le indicó con un gesto de mi mano que tome asiento frente a mi y lo hace.

—Disculpe la tardanza, estaba en algo importante —¿Algo importante?. Sonrío sin querer hacerlo. Nada es más importante que esto.

—Señor Ferrara, le seré sincero. No me voy con rodeos —una sonrisa se dibuja en su rostro. —Mi padre me ha enviado por unos documentos ¿De qué va todo este misterio?.

—Tranquilo, ya me han hablado sobre tu peculiar personalidad...Ahora bien. Tu padre ha comprado el cincuenta por ciento de mis acciones en italia. Ahora son tuyas —¿Qué? No entiendo nada. Miro hacia todos lados para no explotar de rabia aquí mismo.

—Sigo sin entender —elevo una ceja.

—Jake, serás mi socio en Italia. Haremos grandes negocios juntos —Italia, los japoneses ¿Qué estas tramando padre? —Estos son los documentos que debes de firmar.

Miro detenidamente los papeles ahora frente a mi. No firmaré sin más, eso es imposible. —Necesito revisarlos. No seré socio de una empresa que no tengo la mínima idea de lo que va. —Vuelve a aparecer su sonrisa.

—Me parece inteligente... Sandlers, lamento informarte que tengo un vuelo en dos horas —se pone de pie mientras observa el reloj en su mano. —Esperaré tus noticias. —. Extiende por segunda vez su mano para despedirse de Daniel y de mi.  Solo eso y se marcha sin más. <<Padre que tramas>>

—Que tenga un buen viaje —concluyo.

Tomo el sobre en mis manos y lo rompo con cuidado de no destrozar las hojas dentro de él.

Ferrara Entertainment, así se llama la empresa de Alexandro. Es raro que mi padre no me haya hablado de este señor hasta ahora, que todo está patas arriba.

—Averígua sobre esta empresa, quiero saberlo todo, de ella y su dueño —doy instrucciones a mi amigo. 

—No me gustó nada esta rara asociación ¿Crees que tu padre...

—Ni lo menciones —interrumpo sus palabras. Necesito relajarme. —¿Te apetece ir a beber algo? —Daniel me inspecciona con los ojos entrecerrados y una leve sonrisa. —No me hagas arrepentirme.

—Ok, ok  —alza las manos como delincuente siendo atrapado por la policía.

Salimos del restaurante sin siquiera haber cenado. Daniel deja los documentos en mi habitación mientras le espero a las afueras de la disco.

Un montón de personas entran y salen del lugar en un lapso de diez minutos, son muchas personas en un sitio tan cerrado, no creo que sea buena idea lo de venir a relajarme, pero que va, lo necesito. Si pienso en trabajo me explotará la cabeza.

Mi amigo camina en mi dirección. Desde que llegamos no deja su estado de euforia total, parece que está disfrutando demasiado del viaje, aunque para él sea algo normal este tipo de diversiones, pues cada finde está en un hotel diferente con una chica distinta.  A Daniel no se le escapa nada, ni una morena, ni la típica rubia de ojos claros, ni la pelirroja con pecas, nadie.

Entramos y automáticamente el ruido de la música ataca mis oídos. Una buena copa de alcohol me hará volver a mis viejos tiempos donde esto era mi día a día. Así que salgo a la barra olvidándome de mi amigo, sin embargo él ya se ha olvidado de mi cuando lo veo en esta coqueteando con la barlady para le atienda primero. La chica sonríe y deja la cola a otro chico atraída por sus encantos <<no pierde sus costumbres>> Minutos después viene a mi con un vaso de algún tipo de bebida colorida que conozco. Hace mucho tiempo no bebo.

La bebida quema mi garganta obligándome a achinar los ojos. Esta muy fuerte ¿Qué demonios es esto? Observo el vaso vacío y quiero más. Daniel sonríe y va en la búsqueda de la exótica bebida de un extraño color rojo.

La disco empieza a parecerme un lugar más agradable incluso la música ya no molesta a mis oídos y para variar mi cuerpo me pide baile y calor. Salgo a la pista dando tropezones. Beber luego de años sin hacerlo es un pecado, no dejen de beber nunca.

—¡Creo qué estas muy borracho! —habla Daniel tras de mi mientras aparto personas para ir a bailar.

—¡Estoy bien! —me quejo. —¡Solo quiero bailar!

—¡Bien, yo... voy por algo de beber! —asiento y Daniel se pierde entre el gentío. Dice que a buscar algo de beber, será a beber de los labios de alguien.

Siempre he sido un chico guapo deseado por las chicas, y hoy luego de varios años sin salir de casa para otra cosa que no fuese trabajo, compruebo que aún no pierdo el encanto.

Las chicas me rodean, dos rubias con hermosos ojos, creo que rusas. Sus caderas se mueven al compás de la música rozando su cuerpo contra el mío. Una baila delante de mi y otra por el lado.
Ya tengo mucho calor, será mejor que salga urgente de aquí.

—¡Vuelvo enseguida! — grito, la música esta muy alta e impide dialogar. Así que me despego de ellas y voy en busca de mi amigo. Por suerte aún puedo ver con claridad. 

Daniel está en la barra comiéndole la boca a la chica de antes, por ende me limito a quedarme esperando que otro chico me entregue algo de beber. Hay fila y tengo poca paciencia, ya escasa porque una pequeña rubia se acaba de colar <<Aquí no respetan>>Toco su hombro, pero pasa de mi moviendo su cuerpo contra el mío. Retrocedo pero no mucho, pues hay personas detrás de mi a la espera que le sirvan sus tragos.

—¡Eyyy! —grito cerca de su oído. A lo que responde volteándose hasta quedar frente a mi. Su cabeza me da por la barbilla, es muy mona.

—¡¿Por qué gritas?! —protesta t
Retorciendo los ojos.

—Te has colado enana —resopla dándome un pequeño empujón que no hace el efecto que ella espera. La tomo por la mano que me empujo y la atraigo hacia mi con más fuerza. —¡No lo vuelvas hacer! —Espeto con seriedad y ella me taladra con la mirada. La suelto y sonrió.

Entonces y sin previo aviso sus labios carnosos se estampan contra los míos en un desenfrenado y apasionando beso que eriza todo mi cuerpo. Siento escalofríos que provocan despegarme de ella, pero cuando la observo detenidamente, sus hermosos ojos brillantes y labios rojos e hinchados soy quien la besa por segunda vez. No se que mierda está pasando, pero me gusta. Sus manos se enredan en mi cabello y tira de ellos por lo que aprovecho para tomarla por la cintura <<pequeña cintura>> y juntar nuestros cuerpos. Sus besos son desesperados con una sed insaciable. Esto amerita mucha más privacidad.

—¡¿Quieres divertirte conmigo enana?! —despego nuestros labios para proponerle un mejor plan.

—¡Si me vuelves a llamar de esa forma quizás... —tiro de ella fuera de la disco, pasando de todas y cada una de las personas que empujo para salir de allí.

Casi corremos en dirección al hotel, no quiero perder el tiempo ni que se esfume lo que sea que hay entre los dos, sin embargo, se detiene soltando mi mano. Me volteo a ella confundido.

—¿Ocurre algo? —<<no te arrepientas por favor>> ruego.

—Solo dame un momento —se inclina para quitarse los tacones. —listo. — se incorpora tomando mi mano con una sonrisa, para continuar el camino.

Dentro del elevador vuelvo a atacar su boca y me maravillo con la intensa conexión que nuestros labios se juntan y pierdo la cordura <<Qué es todo esto>>El elevador se abre en mi habitación y no me despego para entrar sino que la levanto del suelo cargándola. Esta enrolla sus piernas en mis caderas e intensifica más el beso. Mis manos desean bajar más a bajo, pero sus labios se despegan de los míos y me observa con la boca entrecerrada y parpadeando un par de veces.

—alcohol, quiero más alcohol —pide obligándome a sonreír. Entonces la dejo en el suelo y voy a la cocina por algo de beber. Ella me sigue mientras entretenida observa todo a su alrededor.

—¿Cómo te llamas? —capto su atención.

—Mmm... Isabela —dice acercándose a ver cómo preparo las bebidas <<esta cree que soy tonto>>.

—Isabela... has desviado la mirada cuando te lo he preguntado ¿Cómo te llamas, tú nombre real? —pregunto ofreciéndole la copa de vino.

—¿Cómo te llamas tú? —interroga bebiéndose la copa de un solo trago. 

—Jake ¿Entonces? —continuo indagando cuando se acerca a mi rozando todo su cuerpo contra el mío provocando que un escalofrío se apodere de mi.

—Para follar no hace falta liarse mucho ¿o si? —<<Que va, nada de nada>>. Sonrio por su ocurrencia y ataco sus labios con fiereza levantándola del suelo por segunda vez para llevarla a la habitación.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top