Maia

__¿Por qué nos vamos? __pregunto con la furia recorriendo mis venas cuando pone seguro a la puerta el auto.

__Trabajo.

__¿y me tienes que llevar contigo a todas partes como si fuera tu jodido equipaje? __continuo discutiendo. Me encanta discutir. Me viene de familia.

__¡Si, si tengo que hacerlo joder! ¡Si algo te pasa!, Si algo te pasa, no me lo voy a perdonar nunca... __su voz se vuelve delgada, casi quebradiza. Obligándome a bajar la guardia.

Sus manos se aferran al volante y baja la cabeza dejando que algunas lágrimas desciendan por sus mejillas. Jake está llorando, frente a mis ojos. A cualquier persona que le cuente esto dirá que miento, e incluso creo que pagarían por verlo.

Intento acercarme de apoco, con miedo de que me aparte reposo mi mano sobre su espada. Su frente descansa sobre el volante, incluso puedo notar por las vibraciones de su pecho que llora e intenta retenerlo dentro de si mismo.

__Lo siento, siento lo que le pasó a tu hermano __lo escucho sollozar con más fuerza, incluso deja el volante para llorar sobre mi regazo. Primero me sorprendo ante su impulso, pero luego lo dejo estar, dejo que su cabeza encuentre un lugar sobre mis piernas y descargue todo el dolor que tiene acumulado en el alma. Se que su estado es por ello, pude notarlo, que se culpa.

__Era un niño cuando le mataron frente a mis ojos. Y no puede hace nada ¡No pude hacer nada Maia! Jared estaría vivo, si yo no hubiese salido de casa tras esa pelota, si le hubiera hecho caso, él estaría vivo. Mi hermano lo estaría __ sus ojos vidriosos y rojizos me observan con tristeza. Mi corazón se hace pequeño y no puedo evitar derramar alguna lagrimas. Es doloroso que Jake se culpe por la muerte de su hermano.

__No ha Sido tu culpa.

__Si, yo mate a Jared.

__¡No, no, tu no lo hiciste! Eras un niño Jake, como puedes culparte por algo así __le obligo a mirarme. Y acaricio sus mejillas llenas de lágrimas con ambas manos, atesorándola entre el calor de mi piel.

__¿Por qué eres tan buena? __pregunta a lo que parpadeo confundida. No contesto. __¿Por qué estás aquí todavía? ¿Por qué no puedes odiarme?

__Si te odio Sandlers. Soy una Evans. Estoy destinada a odiarte __sonrío buscando la suya. Quiero que lo haga, que olvide.

__No, ya no. Ahora eres Maia Sandlers... Mi esposa __trago saliva bajo la evidente tensión que ha provocado la delicadeza con la que ha dicho sus palabras.

__Solo en el papel __lo noto acercarse, sus ojos vidriosos ahora parecen dos soles de como brillan.

__Eso puede cambiar __vuelvo a tragar saliva nerviosa ante su cercanía. Y la forma tan malvada con la que pasa su vista de mis ojos a mis labios; me hace inquietar.

__No lo hará, no permitiré que eso pase, prefiero morir antes que estar contigo __cambio el rumbo de la conversación ante el ligero temblor ansioso de mi cuerpo. Necesito salir de esta encerrona. Y cuando me siento presa suelo decir tontería, decir lo primero que me pasa por la cabeza. Soy una idiota.

Esboza una amplia sonrisa que me permite ver su blanca y perfecta dentadura.

__ No veo que has muerto, y mira que sí estuviste conmigo. Porque ese bebé no se hizo solo ¿O si? __retrocedo ante sus palabras que erizan mi cuerpo y ponen a bailar mis sentidos.

__Ya dije que podía no ser tuyo __bromeo llevando mi vista al paisaje a través de la ventanilla. Aun estamos frente a casa.

__Dificil, ese día estabas tan apretada que... __mi mano viajó a su rostro. Esbozo una o con mi boca del asombro ante mi rápida acción. Algo impulsivo me llenó el cerebro hasta que exploté. Sus ojos me observan con asombro, con rabia y... Y algo más, algo que hace sus ojos más brillantes...

Retrocedo en el asiento cuando noto que se acerca con una extraña y diabólica sonrisa.

Parpadeo y trajo saliva cuando me acorrala contra el asiento y la puerta. Pongo mi mano en su pecho para detener lo que sea que hará, sin embargo, los fuertes azotes de su corazón me desconcentran y antes de que me pueda dar cuenta sus labios carnosos están sobre los míos. Trazando, pitando e incluso dibujando cada borde de los míos con sus besos.

Tira de mi labio inferior cuando nota que nos falta el aire. Quiero apartarme, pero el tirón me obliga a cerrar los ojos y gemir de placer en su boca. El gruñe cuando mis gemidos atraviesan sus labios, y entonces coloca su mano tras mi nuca e intensifica más el beso. Su cuerpo poco a poco deja su asiento hasta prácticamente estar sobre el mío.

Mis manos viajan a sus hombros queriendo retenerlo a todo él dentro de ellas. Que nuestros cuerpos se fundan porque no tengo suficiente con sus besos. Pues quiero más, que esté dentro de mi, completamente.

Subo mis manos a sus cabellos y luego los deslizo por su espalda hasta recorrer el camino de su abdomen bajo la camiseta blanca que lleva puesta. La que por cierto, le asienta de maravilla; pero que si se la quita, se vería mucho mejor.

__Maia... __susurra entre mis labios. Siento como lentamente sus labios se despegan de los míos. El frío llena el sitio donde antes inundaba el calor. Mis labios están helados ahora, helados y sedientos.

No digo nada, no puedo hacelo. Mi voz sonaría cortada y tan débil y quebrada que Jake se daría cuenta que me desarma.

Al fin y luego de algunos segundos de espera silenciosa decide poner en marcha el auto y dirigirnos a casa.

En todo el camino nadie dice nada, solo el sonido de nuestras agitadas y descontroladas respiraciones es música en el ambiente.

Solo ha habido un chico en toda mi vida sexual, y ese es Jake. Aquella fue una noche fugaz, pero que recuerdo con lujos y detalles. Cada pequeño e insignificante momento lo tengo grabado en mi piel y cabeza, y cuando le veo y siento cerca es como si viviera una vez más aquella noche.

Cómo sus suabes labios recorrían el camino de mis senos hasta mi estómago, luego con delicadeza cada cara de mis muslos hasta besar mi centro y estremecer todo mi cuerpo.

Lo recuerdo todo, como además sus manos se entrelazaron con las mías cuando entro tan profundo que por un segundo me faltó el aire. O cuando segundos después balanceo sus caderas y agitó cada espacio interior de mi cuerpo pequeño bajo él. Sentí tantas cosas: mariposas, un extraño calambre que cruzo mi vientre y arremetio tan fuerte dentro de mi que me hizo temblar.

Mi corazón bombeaba tan deprisa que tengo la certeza que aquella noche toqué las nubes con la yema de mis dedos. Y no eran las nubes, eran sus cabellos negros alrededor de mis dedos, los cuales buscaban la manera de atesorar cada espacio de el con mi tacto. Cómo un ciego que desea guardar y descubrir con sus dedos lo que no puede persibir con sus ojos.

Nunca había llegado tan lejos como aquel verano, en la que a pesar de despertar aterrada y nerviosa. Se convirtió en algo que jamás olvidaré.

Vuelvo al plano tierra cuando nos detenemos en casa de los padres de este. Jake quita el seguro del auto y el clic de botón a mi lado provoca que salga disparada como loca de aquel sitio que ya parecía acaparar todo el aire de mis pulmones.

Dispuesta a subir a la habitación y encerrarme allí hasta que llegase el día de viaje, atravieso el salón encontrándome con Bianca y la que creo es Megan.

__ Maia __me detengo antes de pisar el primer escalón. Quería ignorarlas, pero esta chica es imposible.

__¿Qué quieres? __me volteo a ella de brazos cruzados. No la soporto y tampoco pienso ocultarlo.

__Es eso cierto ¿Se marchan mañana a Italia? __me imagino siendo un bote, y que pongo sobre mí una tapa para controlar y retener toda la rabia que crece dentro de mi.

__Si, eso parece __respondo su pregunta e intento irme con la misma, pero la que me detiene por segunda vez es la voz de Megan.

__A Jake le encanta Italia. Seguro que se van a vivir al piso en Portofino. Es un sitio hermoso __ ¿Portofino?.

__¿Portofino? __ la curiosidade me gana.

__Si, allí viví un tiempo con Jake. Seguro te encantará el depa. Desde la habitación puedes ver el mar...

__El mar... Buenas tardes __corto sus palabras terminando el plan que tenía previsto desde que entré, lo de subir a la habitación hasta que Italia me consuma.

Las imágenes de ellos en Italia invaden mis pensamientos y una extraña sensación de rabia se instala en mis sentimientos.

La puerta se abre segundos después mientras descanso sobre la almohada.
Y pienso. En Jake, y en Megan. Que vivieron juntos y que me llevará a Portofino, al lugar donde pueden ver el mar bajo sus pies y lo peor es que dormiré en la misma cama donde lo hicieron ellos ¡Ahhh! Quiero gritar.

__No iré a Portofino. No viviré allí ¡Me oyes! __me incorporo al decir las palabras anteriores. Últimamente soy un manojo de impulsos. Tengo que controlarme.

__Estás todo el rato pelando sin sentido. Estás mal de la cabeza. Ya no entiendo nada __se quita la chaqueta frente a mis ojos y luego el pullover color negro para déjame ver su torso desnudo. Jake no es alguien lleno de músculos. Mas bien un chico normal, delgado, sexy por naturaleza.

__¡Ahora la loca soy yo! Eres increíble. Me quieres llevar a vivir al mismo sitio donde vivías con esa pija. Y me llamas loca ¿A mí?__ una risa se escapa de su garganta cuando me pongo de pie en la cama para encararlo.

__¿Quién te ha dicho eso? __ retrocedo cuando escucho su pregunta.

__Nadie __camina hacia mi, justo hasta que sus piernas chocan con el borde de la cama.

__¿Megan? Te lo ha dicho ella. Lo sé. Lo veo en tus ojos, ¿Qué te ha dicho exactamente?.

__Que vivíais juntos en Portofino y ...__mira expectante cada uno de mis movimientos.

__¿Y? __inclina la cabeza hacia arriba con una sonrisa. No diré nada más.

__No me mires de esas forma __me apoyo de su hombro para intentar bajar, pero sus manos no me lo permiten cuando envuelven mi cintura y sin mínimo esfuerzo me pone en el suelo.

Entonces allí me quedo hipnotizada. En el embrujo de sus ojos risueños y la calidez con las que sus manos se aferran a mis caderas y me atraen hacia él, aún más.

__No quiero ocupar su lugar __confieso.

__Solo hay una persona que tiene un lugar junto a mi Maia, y esa persona eres tú. Además, no mereces ocupar el lugar de nadie. Eres única.

No sé porqué sonreí, porqué me gustó lo que dijo y porqué olvidé cada cosa que había hecho antes. Jake tiene el poder de voltear todo a su favor. Y tengo miedo, de que eso me guste.