Capítulo 17

Jake

Lo intento, ser mejor, dejar de comportarme como un completo idiota que no logra nunca gestionar sus emociones, sin embargo, ¿Cómo lo puedo hacer? ¿Cómo se llena el vacío que te deja una persona que sabes y tienes la certeza que no volverás a ver? ¿Cómo te convences de que ya no está? De que sí, que se marchó para siempre.

Han pasado años, y creo que nunca lo voy a superar. Con su partida se fue un pedazo de mi, de mi alma y mi ser. Jared era mi otra mitad. Mi super héroe. Se supone que ellos están para salvar al mundo, pero qué hay de él, a él nadie le pudo salvar, ni siquiera yo que estaba ahí, a solo dos pasos de...de..., ¡Mierda!

Me desvío a Central Park. Necesito estar solo, pensar, poner en orden mis pensamientos. Ensayar lo que le diré a Maia, porque me dolería mucho que lo que forjamos ayer se rompa. Tuvimos un momento especial, así lo sentí y se que ella se sintió de la misma forma. Pero como nunca nada en mi vida es color rosa, tuve que cagarla. Como siempre.

Camino por el parque viendo todo, desde el color verde de las hojas de los árboles hasta mujeres haciendo yoga en medio del césped.

Vivo hace muchos años en New York, pero jamás me había detenido a observar cada detalle de la hermosa ciudad que me rodea. Aunque prefiero Italia, allí me siento más en casa, más cerca de mi hermano.

Tomo una bocanada de aire cuando me siento en la fuente te Bethesda, uno de los sitios más visitados de Central Park.

Miro a mi derecha cuando una música suena y un chico se arrodilla para pedirle matrimonio a una chica. Ella llora de la alergia y él la carga entre sus manos dando vueltas con ella en brazos. Entonces, no puedo para de pensar en Maia, en nuestra apresurada boda, en que si para mi está siendo difícil, no quiero imaginar para ella.

Una idea cruza mi mente y me veo a mi con el teléfono en la mano a punto de marcarle a Leyla. La dejé al cuidado de Maia, porque a veces siento que en cualquier momento puede desaparecer, y para ser sincero no se que pasaría conmigo si sucede. Ese niño que lleva dentro de su vientre a cambiado mi vida, me ha dado nuevas esperanzas. 

Observo el teléfono por segunda vez y decido al fin llamar a Leyla. Sin embargo, el celular vibra entre mis manos indicando que una llamada acaba de entrar. En la pantalla aparece el nombre de mi padre. Resoplo, maldigo, pero al fin y luego de varios timbres. Lo tomo.

__¿Qué ocurre Enzo? __pregunto.

__¿Dónde demonios estás? Te necesito en la empresa. Algo a ocurrido.

__¿Qué a ocurrido? __mis sentidos se disparan y me pongo de pie.

__No tenemos tiempo. Tienes que firmar el acuerdo con el italiano. Estamos en quiebra __mi respiración se corta. Es imposible. He estado evitando todo este tiempo que esto ocurriese ¿Pueden imaginar cuántas personas se quedarán si empleo?

__Enseguida estoy contigo __cuelgo el celular y voy por mi auto por toda la calle 72 hasta llegar a la empresa.

A penas estaciono el auto, bajo de este como un rayo en direccion al elevador, por el que debo esperar unos minutos a que llegue. Vuelvo y repito, la paciencia y yo no somos buenos amigos.

Cuando entro, noto que todos lo empleados están reunidos cotillando, los cuales hacen silencio de golpe cuando me ven entrar. Algunos me saludan, otros solo me dedican miradas de tristeza y preocupación. Muchas de esas personas perderán el empleo. Y algunos son el sostén de sus familias.

Abro la puerta de la oficina para encontrarme con mi padre sentado en mi silla giratoria. Se que era su puesto, pero sabe que ya no es suyo y que odio que toquen mis cosas, sobre todo porque está jugando con las  piedras lunares que me obsequio mi madre cuando  notó que necesitaba algo entre mis manos para relajarme en un proceso de estrés. .

__Tienes que firmar el contrato...

__Habíamos hablado sobre eso. Soy dueño de una contructora. No un maldito narcotraficante__ como siempre hace cuando  siente acorralado; golpea la mesa. No me muevo de mi sitio, incluso camino a él.

__Nos iremos a la ruina. Es la única salida.

__Tú salida. Yo tengo cosas más importantes por las que debo preocuparme. Están los empleados allí fuera, personas dependen de esta empresa, de mi. Y está mi familia?, Crees que tú idea de sacarnos de la ruina es la más adecuada?, ¡No jodas Enzo!

__Esa chica es parte de un plan, recuerda quien es su padre.

__No hablamos de Maia, sácala de esto __ordeno.

__Firma el contrato y lo haré.

__ Eres un gran manipulador __confieso.

__Lo sé...si firmas eso, irán a Italia por un tiempo. Será bueno para ambos. Un cambio, quizás estar solos los ayude a entenderse __<<¿Volver a Italia?>>, Pienso durante unos minutos. Quizás sea una buena idea después de todo.

__Firmaré, con una condición.

__¿Qué condición?

__me iré, después de este trabajo, me iré lejos. Quiero ser libre. Que no me busques, una ves me haya ido __lo piensa, pasa los dedos por el puente de su nariz y lo vuelve a analizar.

__Está bien, como quieras, pero hijo. Una vez entras en este juego. La única manera de salir... Ya sabes cómo es.

__Tu harás que nada me pase, ni a mí, ni a mi familia.

__Lo intentaré.

__Con eso me basta __me acerco para quitar de sus manos las piedras lunares, una blanca y una negra. Mi madre me observa casi a punto de llorar. Sabe lo que mi partida significa.
Que estaré en peligro sin la protección de Enzo. Cuando decidí sacar a la familia de los negocios sucios me hice de muchos enemigos. El ataque en mi depa es una causa de ello. Al romper las relaciones muchos negocios cayeron, se perdió dinero, a mí no me importo, pero a ellos claro que si. Será un riesgo, un riesgo que necesito correr. Por mi, por la memoria de Jared y por mi familia. Mi nueva familia.

Luego de firmar los documentos del italiano por el que fui a esas locas vacaciones dónde termine procreando a mi hijo, tomo el celular y decido marcarle a leyla. Lo toma a la primera.

__Jake.

__llévala a casa

__No creo que pueda __responde.

__¿no crees? ¿Qué a ocurrido? __lo que último que me falta es que Maia se le haya escapado de sus narices.

__Está con ese chico. Con el de la CIA.

__¿Chad?.

__Si señor.

__Envíame la ubicación __cuelgo tras mis palabras.

Una vez más me desvío del camino a casa para ir al sitio marcado por la ubicación. Al menos aún no se han ido de su casa.

En menos de media hora llego a casa de Maia. La verdad no estoy en mis mejores condiciones mentales, pero algo en Chad no me gusta, él no me acaba de cuadrar.

Llamo la timbre, segundos después una chica me recibe y sin decir una palabra la hago a un lado y entro sin previo aviso. La chica grita que me detenga, pero no le hago caso. Algunos guardias me rodean y desde la segunda planta se asoman Maia, Chad que me taladra con la vista y los amigos de la primera.

__Es mi esposo, déjenlo pasar __habla Maia y un corrientaso cruza mi cuerpo, y los guardias se hacen a un lado. Esta baja las escaleras hasta estar frente a mí  tras ella, su supuesto hermano y sus coloridos amigos (buenas elecciones de colores de cabello) la persiguen como si fuesen la cola.

__¿Por qué vienes así? No puedes presentarte de formar normal __replica.

__Tenemos que irnos.

__No quiero __respiro para controlar mis impulsos de tomarla por las manos y tirar de ella. Respira Jake, respira.

__Maia, tenemos que irnos.

__¿A dónde?

__A Italia.

__¿Qué? ¡No me iré a Italia contigo! __exclama.

__Si lo harás.

__!no lo haré!

__¿Estás segura? __ella camina a mi, tan segura de si misma que me obliga a esbozar una sonrisa. Amo cuando me pone a prueba.

__Si.

__Bien __la subo sobre mis hombros entre gritos de ella y sus amigos porque me detenga. Chad solo avanza tras nosotros. Sabe que no puede hacer nada. Maia es mi esposa.






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