Capítulo 1

Maia

-¡Un poco más adentro vamos! -exclamo, me duele todo el cuerpo y estoy sudando.

-¿Más adentro? No ves que no cabe -se queja.

-Venga solo un poco más, verás que si cabe -suplico poniéndome de puntillas para lograr que entre de una maldita vez.

-¡¿Que diablos sucede aquí?! -mi madre interrumpe en mi habitación dándonos un susto mientras Daria y yo intentamos meter toda la ropa en la maleta para que al fin cierre.-Ahh, que susto -. Se lleva las manos al pecho con alivio. Sigo sin entender. Mi amiga y yo nos miramos con los ojos entrecerrados, niego. No, no puede ser. Daria afirma lo que estaba pensado con un asentimiento de su cabeza.

-¡Mamá! -exclamo <<¿cómo puede pensar algo así?>>

-Lo siento cariño, hacías ruidos raros -confirma nuestras suposiciones.

-¿Será posible? Solo intentábamos cerrar la maleta.

-¿Por qué llevas tantas cosas? Solo estarás allí tres días -señala mi madre la maleta <<dale que te dale con lo mismo>>

- Le he dicho lo mismo -agrega Daria apoyando a mi madre.

-Por una vez que soy libre de hacer lo que quiero ¿me cuestionarás? -pregunto a mi madre, quien dibuja una cremallera imaginaria en su boca.

-Me voy al trabajo -se acerca para darme un abrazo -. Que tengas un feliz cumpleaños cariño.

-¿Y papá? -pregunto antes de que acabe el abrazo, pero se despega de mí y con sus manos acaricia mi mejilla.

-Sabes que tiene mucho trabajo, ya te llamará-es mentira, siempre olvida mis cumpleaños y luego lo quiere arreglar con algún regalo caro.

-Como sea, ya estoy acostumbrada.

-Cariño...

-Estoy Bien mamá -corto lo que sea que dirá para justificar a mi padre y sus actos.

-Bien, James las llevará al aeropuerto... que disfrutes tus dieciocho, solo se cumplen una vez en la vida. Nos vemos en tres días-asiento y tras darme un beso en la mejilla desaparece por la puerta.

-¿Todas las edades no las cumplimos una vez en la vida? -cuestiona Daria con un dedo en su barbilla, lo que dijo mi madre.

-Lo dirá por ella, que lleva cumpliendo 42 hace cinco años -estallamos en risas. Esa manía femenina de cuando llegan a los cuarenta quieren seguir teniendo treinta.

Año tras año siempre a sido igual, grandes cumpleaños en los mejores sitios, cenas en los mejores restaurantes de New York, viajes de niña a Disney, vestidos hermosos, hoteles caros, conciertos de Adele, todo lo paga, pero nunca está ahí conmigo, su trabajo: su excusa. Entiendo que tenga un trabajo complicado, pero ¡soy su única hija! Merezco un poco de atención y cariño, no todo es el maldito dinero. Y para variar me tiene presa en casa y cuando no, perseguida por sus guardias que parecen gorilas. No lo soporto. Por suerte pasaré tres días a solas con mis mejores amigos en Punta Cana.

-No te pongas depre. Hoy es tu cumpleaños. Lo vas a arruinar con malas vibras. Ven siéntate aquí y purifiquemos esa mala energía. -palmea la cama para que me siente frente a ella. De mala gana la imito tomado asiento como si fuésemos a meditar.

-¿Qué hará esta brujería? -pregunto con los ojos cerrados.

-No es brujería, se trata de energía, el universo, los astros...

-Sigue siendo brujería.

-¡Quieres callarte! No podemos subir al avión con toda esta mala vibra encima. Respira -comienzo a creer que YouTube le está haciendo mucho daño.

-¿Cuando vendrá Tommy? -pregunto aún en la misma posición, pero con los ojos abiertos. Daria me observa con su ojo derecho mientras el otro está atrapado aún canalizando la energía del universo.

-Ha dicho que venía en camino.

-Llegaremos tarde.

-Iremos en un avión privado Maia ¡¿Que te pasa?! -abre ahora sus dos ojos y se pone de pie <<joder que pedazo de bikini>>.

-¿Por qué no había yo visto ese bikini? -cuestiono. -¿Donde te lo has comprado? -señaló el bikini naranja que lleva puesto, la parte inferior cubierta por una saya tejida hecho a mano, seguro por su madre.

-Me lo ha hecho mi madre, es único en el mundo -resoplo. Las manos de Teresa han echo esas bellezas.

-Como te envidio -Cuando eres adolescente y amas más que nada la ropa y las nuevas tendencias solo deseas tener una madre diseñadora de modas, una de las mejores de New York. Teresa Gardelliny. La madre de mi mejor amiga.

-Deberías hacerte uno -sugiere.

-O decirle a tu madre que me haga uno. Eso hacen las mejores amigas, pero no, tu solo quieres compartir la buena energía del universo. Ya te vale.

-¡Hello everybody! -abre la puerta de mi habitación como si fuera suya, Tommy.

-Solo estamos nosotras aquí, no veo público...y llegas tarde -espeto.

-¿Pero que te pasa? Deberías hacer yoga o meditar un poco -dice.

-Eso hacíamos ante de que llegaras -habla Daria.

-No funcionó ¿cierto? -niega Tommy tras sus palabras.

-Lo único que me va a relajar es estar en punta cana dentro de tres horas... ¿Nos vamos? -tomo mi maleta <<como pesa esto>> para salir de casa en busca de James quien nos llevará al aeropuerto donde tomaremos el avión de papá.

Sentir el avión despegar y observar a mi alrededor y no ver a nadie más excepto a mis amigos me trae paz y una especie de libertad que no conocía. Pues tenía que ir a todos lados con mis padres o los guardaespaldas. Lo bueno es que esta vez es diferente, ya tengo dieciocho y pronto iré a Londres, cosa que propició que pudiera salir estas vacaciones, que pudiera abrir las alas y volar. Hay millones de cosas que nos quitan la libertad y no solo la cárcel, también los miedos, una mala relación, los sentimientos agobiantes y otras tantas cosas. En mi caso lo eran mis padres como consecuencia de sus trabajos. Hasta la secundaria recibía clases en casa y luego hice una huelga de hambre para que me dejaran ir al instituto. Allí hice buenos compañeros, conocí a Tommy porque Daria es mi vecina desde que tengo uso de razón.
Di mi primer beso y tuve un novio, conocí lo que era socializar aunque se me de fatal y no lo soporte. A decir verdad, mi padre vive con el miedo constante de que algo me ocurra, sin embargo, lo entendió. No puede mantenerme encerrada toda la vida dentro de su falsa burbuja de perfección porque lo perfecto no existe, sino no estuviera aquí sola porque sus asquerosos trabajos son más importantes que yo.

Miro el reloj, aún queda mucho tiempo para llegar y mis amigos ya están soñando con la arena fina de la playa mientras el viaje transcurre, será mejor que haga lo mismo y que empiece a soñar.

-¡Maiaaaaa! -un grito acompañado de una sacudida de mi cuerpo por otra persona me ponen en alerta. Abro los ojos asustada y me encuentro con una cabellera azul frente a mi.

-¿Qué pasa? -gruño somnolienta.

-¡Hemos llegado! - Chillan mis amigos al unísono. Observo por la ventanilla, ya se ha echo de noche y el cielo está repleto de hermosas estrellas. Tomo mi cartera y salgo disparada del avión saltando sobre Daria y Tom que ya están fuera esperando que suban nuestras maletas al auto.

-¡Ahhh, presiento que será el mejor cumpleaños de mi vida! -chilló por todo lo alto.

-¡Lo será amiga, lo será! -afirma Daria.

-Hagamos algo -Comenta Tommy antes de subir al coche para ir al hotel -. Prometamos que viviremos al límite estos tres días, que serán inolvidables -juntamos nuestras manos, primero Tom, luego Daria y por último yo.

-¡Promesa de amiguis! -gritamos al unísono y elevamos nuestras manos al cielo. He perdido muchos años encerrada en casa y seguida por los gorilas de mi padre sin oportunidad de divertirme como toda adolescente debe hacer, pero eso cambiará, esta noche.

El Sanctuary Punta Cana es más hermoso de lo que vimos por fotos cuando elegimos el destino y hotel del viaje. Los tres caminamos hacia La villa que escogimos. El salón es hermoso y con unas vistas increíbles, ni hablar de la terraza y la alberca, un sueño hecho realidad <<Pellízcame que creo estar soñando>> En la terraza extiendo los brazos y cierro los ojos al estilo Titanic sintiendo como el aire tropical despeina mi cabello. Paz y amor, todo lo que necesitaba.
Siento un ruido a mi lado y abro los ojos para ver a mis amigos imitarme. Sonrió.

-Es hermoso -comienza Tommy.

-Umju, a esto le llamo yo libertad -agrego.

-Hoy conocerás tu la verdadera libertad... ¿Qué haremos esta noche? -pregunta Daria dejando todos el estilo Titanic <maldita peli, como me hace llorar cada vez que la veo>>

-Escucho sugerencias, ustedes son los expertos en diversión -me libro de elegir el lugar.

-Umm -piensa Tommy -. ¿Playa? ¿Paseo fuera del hotel? -negamos. -¿disco? -sugiere y luego de observaremos por unos segundos entre los tres decidimos con una sonrisa cómplice. A eso lo llamo yo, telepatía.

-¡Perfecto para comenzar el plan "Pervirtiendo a Maia"! - grita animada Daria.

- ¿Qué plan? -pregunto.

-Verás, trata sobre vivir.

-¿vivir? -interrogó confundida y cruzándome de brazos <<no entiendo nada>>

-Si. Tienes que vivir en tres días lo que no has hecho en dieciocho años -explica Tommy.

- ¿y qué haré exactamente?.

-Lo que quieras, ese es el plan, no hay límites Maia, ni nada que nos detenga -habla Daria.

-¿Sin reglas? -pregunto eufórica.

-Sin reglas -hablan al unísono mis amigos.

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