🍣 ፧ 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼 • ✦⁾
—Recuérdenme una vez más por qué tenemos que estar haciendo esto.
—Porque por alguna razón nuestras parejas estaban en un equipo sin que nosotros lo supiéramos y tenemos que alentarlos, ahora cállate.
Sunoo rió al ver como sus dos amigos se ponían a pelear como solían hacerlo. Niki por su parte trataba de que pararan, como siempre sin mucho éxito, esos dos eran imparables cuando discutían, por suerte para el más joven, se cansaron después de corto rato.
La semana del festival había comenzado.
Normalmente los festivales en su escuela duraban tres días, ya que estaban divididos por eventos:
El primer se daban a lugar los alumnos podían montar puestos de lo que sea, como una forma para poder ganar dinero para utilizar entre ellos.
El segundo día se realizaban actividades deportivas, en las cuales participan otras escuelas invitadas para competir contra sus equipos.
El último día quedó dedicado a ellos para realizar sus presentación, como el gran cierre.
El primer día ya había terminado y su clase había sido capaz de recolectar bastante dinero (el cual ya planearon gastar en un viaje a Jeju), ya en el segundo día, ellos se encontraban en la cancha de fútbol de la escuela. Sunoo apenas se había enterado el sábado que Soobin, Sunghoon y Jay habían sido obligados a unirse a él equipo de fútbol. El tiempo que no pasó con Sunghoon, el chico lo aprovechó y se entrenó junto con los demás. Sunghoon le había asegurado que era realmente bueno pero Sunoo quería esperar y verlo él mismo, desde primera fila claro.
Para el alivio de todos los presentes, ese era el último partido que se realizaría en el día, de alguna forma todos los anteriores habían sido ganados por su escuela, su director no podía estar más feliz de lo que estaba en esos momentos. Todos esperaban con ansías que ganaran. Todos menos Yeonjun, que a pesar de que le daba curiosidad ver a Soobin jugar, ya quería irse a casa a descansar, ya eran las 6:30.
—Parece que llegamos a tiempo.
Los cuatro chicos voltearon, encontrándose a unos sonrientes Heeseung y Jake.
—Jake hyung, ¿no tenías que participar también? —preguntó Sunoo, haciéndoles lugar a los mayores para que pudieran sentarse.
—Los de tercero no podemos participar tristemente, aunque me hubiera encantado participar.
—La última vez que participaste, terminaste lastimándote, hasta estoy aliviado de que no participes.
—Valió la pena.
—Claro que no la valió, hasta perdieron ese día.
—Heeseung..
—Oh, ¡ya está por comenzar! —interrumpió con una exclamación un emocionado Jungwon, no estaba prestando mucha atención a los mayores si era muy honesto—. Espero que los padres de Jay hayan conseguido un buen lugar, quiero ver fotos después —volteó, tratando de buscarlos.
—La madre de Sunghoon me avisó que le habían guardado lugares tanto a los padres de Jay como a los de Soobin, así que no te preocupes —Sunoo sonrió a su amigo, aunque se percató de algo unos segundos después—. Ahora que lo pienso jamás habíamos conocido a los padres de Soobin.
—Son iguales a él, literalmente.
Todos clavaron la mirada en él.
—¿Ya los conociste? —dijo sorprendido Niki.
—¿Y no nos contaste? —dijo ofendido Jungwon.
—Fueron solo diez minutos y nada más —susurró apenas inaudible, la verdad es que jamás se había sentido tan nervioso en su vida pero los padres de su novio terminaron siendo excelentes personas y eso lo alivió un poco.
Antes de que sus amigos pudieran quejarse de cómo Yeonjun jamás les contaba nada, los gritos aumentaron y los equipos salieron a la cancha. La mirada de los tres jóvenes se clavaron en sus respectivas parejas, todos con una sola idea en la cabeza: se veían realmente bien con sus uniformes. Era la primera vez que los veían vestidos tan deportivamente, estaban que babeaban.
Sunoo sabía que Sunghoon notó que estaba embobado con él, ya que le guiñó un ojo, provocando que sus mejillas se tornaran rojas.
—Deberían jugar más seguido —comentó Yeonjun sin notarlo, ni siquiera le importaba que Soobin se estuviera riendo de él ahora.
—Estoy de acuerdo —respondió Jungwon, admirando lo bien que se veía su novio mientras se estiraba.
—También yo —dijo Sunoo también, sin poder despegar la vista de un Sunghoon que solo lo miraba y sonreía.
—Si voy a ser como ellos cuando me guste alguien entonces no lo quiero —susurró Niki, mirando a sus hyungs mientras se encontraba apoyado en el hombro de Heeseung.
—Todos reaccionamos diferentes a ciertas cosas Niki, no creo que debas preocuparte por eso —rió Heeseung, el menor le parecía adorable.
—Pero si tú reaccionaste igual cuando me viste jugar por primera vez —murmuró Jake más para sí mismo, Heeseung le dio una mala mirada.
—Como sea —lo ignoró al final, ganándose una mirada divertida por parte de Niki, realmente no quería saber nada.
Al final no solo los tres eran buenos jugando, sino que todo el equipo también lo era, el otro equipo estaba en desventaja desde el inicio. Claro que los tres chicos se estaban esforzando al máximo para sorprender a sus lindos novios, quienes por su parte no salían del asombro, estaban más que encantados.
Sunghoon había logrado anotar dos goles, Jay y Soobin uno cada uno, aunque el mayor goleador había sido Christopher, anotando tres goles, dándole a su equipo una victoria 7-3, realmente aplastante. La gente en las gradas se volvió loca y no dejaron de festejar y felicitarlos, los del equipo se tomaron la molestia de saludar y felicitar al otro equipo para después celebrar entre ellos.
Sunghoon se separó de los demás y se encaminó hacía Sunoo, no tardó un segundo de levantarlo de su asiento y de besarlo, ignorando los gritos de aliento de sus amigos y compañeros. Sunoo dejó de lado la vergüenza y se pegó más al mayor, devolviéndole beso con la misma intensidad, el ruido y la gente parecían alrededor haber desaparecido y cuando Sunghoon se separó, pegando su frente a la suya y le sonrió, no pudo evitar sentirse el chico más afortunado del mundo.
—Te dije que jugaba bien.
—Te creo ahora.
—Aw, que adorables —se escuchó una voz seguida del sonido de una cámara, ¿alguien les acaba de tomar una foto?
Tanto Sunghoon como Sunoo cerraron los ojos, ya era normal que los interrumpieran.
—Soobin, ¿algún día dejarás de interrumpir?
—Oye no fui yo esta vez, estoy tan ocupado como tú —se quejó él mencionado, abrazando a su novio—. Además no tengo voz de mujer.
Sunghoon se separó confundido y se encontró con su madre, quien tenía una cámara en las manos y sonreía encantada. Si los chicos no estuvieran ya acostumbrados a eso, se hubieran separado, pero ninguno de los dos se movió, es más, Sunoo recostó su cabeza en el pecho de Sunghoon y le sonrió a la madre del chico.
—Hola, ¿has tomado buenas fotos? —preguntó Sunoo, ganándose una sonrisa brillante por parte de la señora.
—Por supuesto, hoy puedes venir a casa y las veremos juntos.
—No lo dude, estaré ahí —sonrió, esta vez prestó atención y notó algo—. Oh, ¿y el señor Park?
—Está esperándonos en el auto, claro si vienen a comer a casa ahora, ¿o comerán con el equipo? —preguntó la mujer, esta vez mirando a su hijo.
—Todos pensamos que era mejor no hacerlo, mañana tenemos las presentaciones y todos quieren estar bien descansados. Estaban más emocionados por eso que por ganar hoy.
—Puedo imaginarlo, seguro todos trabajaron duro, como ustedes, bueno supongo que les cocinaré algo delicioso para celebrar —guardó la cámara en su bolso y después volteó a ver a Soobin, quien tampoco se separaba de Yeonjun para nada, y a Jay, quien se reía al ver a su novio emocionado felicitándolo—. Jay, Soobin —los llamó, ganándose su atención en un instante—. Sus padres los estaban esperando en la entrada, me pidieron que les avisara.
Los dos chicos le agradecieron y estaban por dirigirse hacía allá, aunque Yeonjun no se fue hasta que Heeseung le aseguró que él y Jake acompañarían a Niki a casa, después de eso, se retiró junto con los tres chicos. Los tres restantes felicitaron a Sunghoon, se despidieron y se fueron.
—Buenos mis niños, ¿nos vamos?
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—Sunghoon si sigues bailando después de todo lo que has comido vas a vomitar —le dijo mientras lo veía desde la cama.
Como siempre la comida de la madre de Sunghoon estaba deliciosa y habían comido más de qué deberían, los dos chicos se sentían llenos pero por alguna razón, el mayor había comenzado a practicar la coreografía de mañana hace unos diez minutos y no parecía querer parar.
—Sunghoon —volvió a hablar después de un rato, el mayor seguía concentrado.
—Estoy nervioso por mañana —dijo sin parar.
Sunoo se levantó en la cama y se encaminó en dirección al chico, tomándolo por los hombros para pararlo una vez llegó a su lado, Sunghoon lo miró confundido.
—Lo harás excelente, confío en eso, aunque también debes descansar, debes estar cansado por hoy —dijo llevando una mano a su rostro y acariciando su mejilla lentamente.
—Lo estoy pero..
—Nada de peros, es hora de dormir —canturreó el menor, mientras tomaba la mano del mayor y lo empujaba a la cama, él subió a esta y se acurrucó a su lado unos segundos después.
—¿No piensas que puede que arruine todo? ¿Y si nos sale mal por mi culpa? ¿Y si..? —el chico fue callado cuando unos labios se posaron en los suyos.
—Eres realmente talentoso Sunghoon, jamás dudes de ello, te irá bien mañana, a todos nos irá bien, no te preocupes —dijo Sunoo, tratando de convencerlo—. Además si algo sale mal, siempre me tendrás a tu lado.
—Eso me hace sentir mejor —rió Sunghoon, adoraba a ese chico con todo su corazón.
—Muy bien, ahora, ¡a dormir!
—Ni siquiera tienes sueño —dijo Sunghoon, pero no recibió respuesta alguna—. ¿Sunoo?
Sunghoon enseguida notó que el chico ya se había dormido, realmente no había notado que Sunoo estaba exhausto. Se acomodó como pudo y abrazó al menor más contra su cuerpo, listo para dormir.
Esa noche Sunghoon soñó con la presentación perfecta, con un Sunoo sonriente y feliz, que tomaba su mano.
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—Sunghoon, Sunghoon, Sunghoon —escuchó a duras penas, todavía estaba muy dormido—. Oye, despierta.
Poco a poco comenzó a abrir los ojos al sentir el constante zamarreo a su pobre cuerpo, encontrándose con Sunoo sentado sobre él, mirándolo con los ojos entrecerrados.
—Ya deberíamos estar desayunando bello durmiente, ¡arriba!
El pequeño se levantó de un salto y salió de la habitación, dejándolo confundido en su lugar. Se sentó como pudo y miró el reloj en su mesa de luz. Si, había dormido demasiado y si, debería estar desayunando ahora mismo. Se levantó rápido y corrió al baño a lavarse los dientes.
Que buena manera de empezar el día, ¿verdad?
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