i.
Marzo, 1986
Katerina Buckley se encontraba en el auto de Harrington junto a su hermana, los tres se dirigían a la preparatoria Hawkins. Hoy había una asamblea importante y un partido del equipo de baloncesto.
Pensaba en Max, esa pelirroja siempre, en algún momento del día, se pasaba por sus pensamiento y lograba entristecer su día o alegrarlos, pero todo cambiaba cuando la veían en clases, o cuando Mayfield la ignoraba a veces y algunas veces no.
—¡No digas boobies!
La voz de su hermana la saco de sus pensamientos, se sacó el cinturón y se acero entre medio de los dos asiento. Observó cómo Steve las miraba a ambas de reojo mientras decía.
—¡No es la gran cosa! —comenzó Harrington. —¡A mí me gustan las boobies! ¡A Kate le gustan las boobies! A ti también te gustan, Robin. —se defendió. —¡A Vicky le gustan las boobies! Definitivamente.
—¿Por qué hablan de boobies? —consultó la menor, mirando con confusión a su hermana y luego a Steve.
—El punto es… que tu hermana no acepta que solo sigue en esa banda, por Vicky —aviso él.
—¡Eso no es verdad! —discutió la de cabello corto.
—¡Lo es!
Kate soltó un risa antes de que se colocará sus audífonos y le dio play a la cinta que reproducía “We’ll meet again “ mientras que escuchaba a la lejanía las voces de los mayores. Cerrando los ojos se durmió.
—Kate ya se durmió —resoplo Steve, mientras miraba por el espejo retrovisor a la castaña.
—No durmió mucho anoche —aviso Robin, mientras se volteaba a ver a su hermanita con cariño y preocupación. —Peleo con Max.
—¿Otra vez? —pregunto con un deje de preocupación.
—Si… —afirmo ella. —Volvió un poco tarde anoche. Al principio pensé que sus problemas se habían resuelto. Pero Max solo la ignora.
Steve miró a su amiga, mientras asentía con la cabeza. Quería que la Kate que siempre estaba feliz y sonría a todos volviera. Pero no por el, por la niña que dormía en el asiento. La veía como la hermana pequeña que nunca pudo tener, y quería protegerla con todo lo que estuviera al alcancé de sus manos.
Ambos dieron por terminado el tema cuando llegaron a la escuela y tuvieron que despertar a la adolescente. Las hermanas saludaron a Steve y se adentraron al establecimiento.
—Yo iré con Lucas y Dustin —aviso a su hermana.
Robin asintió mientras besaba la parte superior de su cabeza y le decía que tuviera cuidado. Y se dirigió a dónde se encontraba la banda.
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Después de que le diera algunas palabras de apoyo a Lucas, Kate camino hasta las gradas, dónde se encontró con Dustin y Mike discutiendo algo sobre sus novias, no le interesaba mucho ese tema.
Todo el gimnasio estaba lleno de aplausos y gritos que la gente daba a las porristas y a la banda. Comenzaron a aplaudir, más fuerte, cuando el equipo entro al lugar, ella saludo a Lucas con una sonrisa cuando el chico la saludo, con una sonrisa nerviosa.
Max, quien se encontraba al lado de Mike, miró a su exnovia al ver cómo interactuaba con Sinclair. Kate aún no se había dado cuenta que ella se encontraba allí, a unos pasos de distancia. Soltando un suspiro pesado, desvió la mirada de los dos y la centro en cualquier otro lugar.
En el momento que Jason Carver tomo el micrófono, Kate volteo sus ojos con cansancio. No le agradaba de todo es chico, además de que ya estaba en el último año. Él siempre trataba mal a Eddie y a todo el grupo Hellfire. Katerina no formaba parte, pero cuando no sabía a dónde ir, ella se dirigía a donde los chicos solían reunirse y los veía jugar y reírse. Munson nunca tuvo problema en que la chica Buckley este allí.
—… Piense en Jack, piensen en Melissa, piensen en Heather —salió de sus pensamientos cuando escuchó como Carver empezaba a nombrar a las persona que habían fallecido el año anterior. —Piensen el Billy…
Al ver cómo las miradas se dirigían a un lugar, Kate las siguió y se encontró con la pelirroja, quien miraba el suelo con su mirada cristalizada y un poco incómoda por como todos la veían. Buckley, al ver la incomodidad de Max, soltó un fuerte estornudo falso, lo que hizo que las miradas ahora estén en ella. Sonrió con timidez mientras se encogía un poco en su lugar y luego todos siguieron escuchando al capitán del equipo.
Mayfield al ver lo que Kate había hecho por ella un pequeña sonrisa se escapó de sus labios mientras miraba a la castaña, pero Kate no la miro.
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La castaña se encontraba apoyada en la pared que estaba al frente de la puerta de la Sr. Kelly, dónde Max se encontraba teniendo una sesión. Mientras miraba sus uñas decoradas de un color morado, escuchó como la puerta se abría y de ahí salía Mayfield. La pelirroja no la vio o solo la ignoro, ella no lo supo. Pero sin importa ella le hablo.
—Hey, Max —dijo mientras comenzaba a caminar detrás de ella.
Maxine se giró hacia ella, para después soltar un suspiro y preguntar: —¿Acaso estás siguiéndome, Kate?
—¿Qué? ¡No! Solo quería darte esto —extendió su mano para poder darle el papel a ella.
—¿Qué es?
—Una entrada para el partido de Lucas —aclaro, mientras seguía detrás de la pelirroja. —Se que no te gusta ir a los partidos, pero es importante para él.
—¿Importante? ¿Enserio le importa? —pregunto sin creerle la chica Mayfield.
—Si, lo hace. Y creo que deberías despejarte e ir.
Detuvo su paso cuando la pelirroja lo hizo, Max se giró a verla mientras fruncía su entrecejo: —¿Qué se supone que significa eso?
—Es que… es como si no estuvieras aquí, Max —explico en voz baja la castaña. —Pareces… un fantasma.
—¿Un fantasma? ¿En serio? —pregunto Maxine, mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse.
—Se que tienes problemas, Max —soltó Katerina.
Max sabía que la chica frente a ella siempre se dió cuenta de sus estados de ánimo y cambios de actitudes, pero nunca se lo había dicho. No como ahora.
—Claro. Si, debo tener problemas porque terminé contigo —dijo con sarcasmo, tratando de defenderse.
Aunque le había dolido, Kate no lo demostró, solo su aviso su mirada mientras se acercaba un poco más a ella: —No es eso de lo que estoy hablando.
Max dio un paso atrás y le contesto: —Kate, las personas cambian, ¿Okey? Yo lo hice. Aceptalo —termino de hablar mientras se dirigía a la puerta del baño que había a un costado.
Katerina solo veía lo que ella hacía, mientras pestañaba para que las lágrimas no salieran de sus ojos. Le dolía ver a la chica que amaba en ese estado, tan rota.
—Deséale suerte a Lucas.
Mirando los dos boletos que tenía en sus manos, la chica Buckley se encaminó hacia la salida y luego a su casa. Aún que se encontraba lejos del lugar que consideraba su hogar, no le importo. Comenzó a escuchar música hasta que por fin llegó.
Se dirigió a su habitación con rapidez, luego de saludar a sus padres, y se acostó en su cama. Cerró los ojos y descansó.
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—Kate… ¡Kate!
Se levantó de repente, golpeándose la frente con otra mientras caía de su cama. Aún adormecida, se levantó y comenzó a lanzar golpes a cualquier lado mientras que sus ojos se acostumbraban a la luz.
—¿Steve? —pregunto confundida. —¿Qué haces aquí?
—Vamos tarde —le reclamo, mientras tenía su mano en la cadera y la miraba con reproche. —Siempre voy tarde contigo, Kat. ¡Vamos, apúrate!
Comenzó a murmurar afirmaciones mientras se dirigía a su closet y saca un pantalón azul junto a un suéter con mangas violetas y un corazón naranja en el centro. Se dirigió a su baño con rapidez y se cambió, también se peino con dos evillas pequeñas en su cabello, logrando que no molestará en su rostro.
—¡Ya estoy! —aviso mientras bajaba las escaleras y veía a su hermana y Harrington conversando. —¡Hey!
Los mayores se levantaron al escuchar el grito y corriendo fueron hacia el auto, y se encaminaron a la secundaria.
Al llegar a la escuela, bajaron del auto y se adentraron, dieron sus boletos y mientras Steve junto a Kate se acomodaban en unos asientos, Robin se preparaba con la banda.
Buckley menor hizo una mueca cuando escuchó a Tammy Tomphon cantar en himno nacional.
—Suena genial, ¿Verdad? —pregunto una chica que se encontraba al lado de ambos.
Steve y Kate se miraron con caras confundidas mientras soltaban una pequeña risa y asentían a la chica. Obviamente no pensaban igual. Miraron a Robin, quien también los miro. Harrington y Buckley modularon un “Muppet” con sus labios mirando a la de cabello corto, para después soltar una risa los tres.
Después de que Tammy terminara, gracias al cielo, de cantar el himno. El juego había comenzando, Kate y Steve se abrazaban de costado asiosamente mientras veían como Lucas arrojaba la pelota hacia el aro. Faltaban solo unos segundos para que todo terminará y Sinclair anoto el punto final.
Saltando y gritando de felicidad, Harrington choco los cinco con la castañas mientras saltaban y gritaban el nombre de Lucas, ambos muy felices por su amigo.
Luego de que lo felicitarán, Lucas caminaba afuera del gimnasio mientras escuchaba y sonreía lo que Jason le decía. Paró de caminar y vio a Dustin y Mike, junto a su hermana menor salir de uno de los pasillos, también festejando felices. Pero él sabía que no era por el juego o por el.
Alejo esos pensamiento al casi caer de cara al suelo cuando sintió unos brazos envolver sus hombro y ver unos cabellos castaños claros. Paso sus brazos por la cintura de la chica mientras reía.
—¡Lo hiciste! —grito Kate emocionada. —¡Ganaste, Lucas!
Sinclair la miro con una sonrisa feliz mientras asentía y se alejaba del abrazo. —¡Lo hice, Kate!
—Estoy tan feliz por ti —le dijo sinceramente Buckley. —¿Irás con el equipo a celebrar?
—Emm, si. De hecho ahora me iba a ir con ellos a no sé dónde —respondio la pregunta de su amiga, pero luego dirigió la vista a los chicos de atrás de ella. Le hubiera gustado que ellos también lo felicitarán cómo lo hizo Kate.
Katerina siguió la mirada detrás de ella y soltó un suspiro a ver a Wheeler y Henderson reír junto al club. Todo los ojos y se volteo a su amigo: —No les prestes atención, ellos se lo perdieron.
—Si… me hubiera gustado que hubieran ido. Al parecer Eddie y su grupo es más importante —dijo desanimado.
—Son unos idiotas. Ve a disfrutar tu victoria, Lucas. —lo empujó suavemente, con una pequeña sonrisa.
Se abrazaron una vez más, antes de que Sinclair corriera a la camioneta junto al resto del equipo y fueran a festejar.
Kate observó cómo su amigo se aleja mientras que una pelirroja inundaba su mente. Sabía que Max no iría a ese partido, ella nunca iba.
Estaba un poco asustada, no quería perder a Max, tampoco quería que ella misma se perdiera. Pensando que mañana podría hablar con ella, se encaminó al auto de Harrington, quien ya la esperaba con su hermana dentro.
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