Capitulo 3 "La tragedia desde el otro lado"

Joost perdió a su padre a los 9 años y hace 2 años perdió a su madre. Su tía se hizo cargo del chico de 14 años, pero la tristeza abundaba en él. Su tía Coranne organizó un viaje a Madrid para que pasaran 2 semanas en la capital de España, todo con el fin de que su sobrino subiera un poco los ánimos. Reservó un hotel en Madrid Norte, porque los hoteles en el centro de Madrid eran muy caros, por lo cual también alquiló un coche para poder moverse hasta Madrid.

El primer día fue bastante normal, llegaron temprano y el vuelo no fue tan agotador como pensaban. Pasearon por plaza sol y caminaron hasta plaza España. Después de eso cogieron el coche y se volvieron a una nueva ciudad de Madrid norte, que era donde estaba su hotel.

El segundo día fueron a visitar gran vía, había una gran aglomeración de gente, a pesar de que eran finales de Marzo.

El tercer día visitaron el Bernabéu y el Wanda, los dos estadios más importantes de Madrid, a Joost no le encantaba pero no se quejaba, era divertido conocer zonas nuevas

El cuarto día dejaron el coche cerca de una estación de metro cerca del hotel y bajaron en metro a Madrid para conocer el retiro, pasaron el día por ahí y pasaron por las calles lujosas de Serrano, aún que no compraron nada ya era una experiencia total. Volvieron a la estación de metro y cogieron el coche.

—¿Qué tal el día de hoy?— preguntó Coranne

—Bien, estuvo divertido— dijo sonriendo Joost. El viaje si que había ayudado, se veía que sonreía más, pero eso no evitaba que pensara en que a sus padres les encantaría estar aquí

—A lo mejor uno de los últimos días podemos ir a hacer un picnic en el parque del retiro— comentó Coranne con una sonrisa

—Si, estaría bien— Joost recordó que en la mañana había visto a mucha gente haciendo picnics, universitarios, familias, gente mayor...

—Pues lo vamos a hacer— dijo la señora para después ponerse la mano arriba de los ojos para tapar un poco el sol

—¿Qué haces?— pregunto el chico

—Me tapo del sol ¿ves que cae mucho?— dijo para después señalar hacia el sol

—Si— dijo el chico desviando su mirada junto a su tía

Eso fue un error, un gran error, porque cuando la tía volvió su mirada a la carretera, vio como una pequeña chica impacta contra el coche. Paro de golpe y miró a su sobrino. El chico miró a su tía con miedo. La chica empezó a gritar tan fuerte que se escuchaba por todos lados.

—Joost, no te bajes— dijo la tía en un tono que Joost no pudo descifrar

—Está herida— dijo el chico con miedo en todo el cuerpo

—Lo sé— Dijo mirándolo seria —No podemos hacer nada—

—No podemos dejarla aquí— dijo mirando como la chica se arrastraba hacia los contenedores

—¿Joost no te das cuenta?— el chico se quedó confundido ante estas palabras —Estamos metidos en un problema ¿Qué vamos a hacer? — la mujer se puso las manos a la cabeza

—Hay que llamar a la ambulancia— dijo sacando su móvil

—¡No!— gritó la mujer tirando al suelo del coche el móvil de Joost —No vamos a llamar a nadie—

El coche se quedó totalmente en silencio, la mujer pensaba que hacer y Joost tenía lágrimas en los ojos. Recogió su móvil y lo puso en su bolsillo. Mientras tanto la tía vio cómo unos hombres uniformados que estaban en la parte de atrás del uniforme, decían paramédicos, se acercaban a la chica.

—Hay que bajar— dijo quitándose el cinturón para que él también se lo quite —Por nada del mundo hables en español, si te preguntan no sabes y no te separes de mi—

—Pero yo sé español— dijo tímidamente mientras terminaba de sacarse el cinturón

—¿¡Nos quieres meter en un problema!?— gritó la mujer hacia él, no era la primera vez que lo hacía pero siempre le sorprendía la dureza de ella —Si quieres meternos en un problema ¡Hazlo! ¡Habla español— dijo provocando lágrimas en los ojos del chico —¿Quieres que me alejen de ti? ¿¡Quieres eso!? — a lo que el chico negó —Pues no dices ni una sola palabra— dijo con dureza para luego mirarlo con una mirada totalmente furiosa

Los dos bajaron del coche, primero bajo Joost y por instinto corrió a ver a la chica de lejos, cuando su tía llegó a su lado se intentó acercar a ella pero su tía se lo impidió. Los paramédicos que habían visto llegaron a donde la chica, al parecer llamaron a unas unidades desde la ambulancia y en menos de 5 minutos ya estaba la policía ahí. También llegaron los padres de la chica de la cual él no sabía el nombre. Su tía empezó a pelear con los padres y cuando llegó la policía le tomó los datos. Joost solo miraba a la chica, miraba como sufría, como gritaba, como lloraba, él veía que ella no movía las piernas, no movía el cuello, no movía la cabeza, no movía los brazos, no movía el torso, no movía los dedos, con mucha pesadez movía los ojos y hablaba vagamente con un señor a lado de ella, que era un paramédico, la chica no había parado de llorar, ni de temblar. No despegaba los ojos de la chica. Mientras que su tía se peleaba con unos policías, escuchaba como los insultaba, como insultaba a la chica que estaba en el suelo y como insultaba a sus padres.

El paramédico le miró y le dijo —Hola ¿Cómo te llamas?— estuvo a punto de contestarle pero recordó lo que me dijo antes su tía

——Ik spreek geen Spaans— dijo el chico sin pensar que los demás tampoco entenderían neerlandés, se apiadó un poco de la situación y habló en inglés — I don't speak Spanish— dijo en un perfecto inglés, el decía "No hablo español". Solo podía pensar en cuánto daño le hacía a la gente fingiendo que no sabe hablar español.

Él sabía hablar español como muchos niños de su edad, pues en Países Bajos se aprendían muchos idiomas desde pequeños por que el neerlandés es complicado y solo se habla ahí, por lo que él desde muy pequeño ya sabía hablar español

—Ohh ok I understand— dijo el paramédico que le había hablando en un terrible inglés

"Ohh ok entiendo"

—What's your name?— "¿cómo te llamas?" Le preguntó la chica en un buen inglés, aunque con la voz entrecortada

—My name is Joost, Joost Klein— "mi nombre es Joost, Joost Klein" dijo el chico con tristeza

—My name is Taiona— "Mi nombre es Taiona" dijo ella

Y antes de que el chica pudiera decir algo llegó otra ambulancia, el chico iba viendo de reojo cuánta gente llegaba, primero esos paramédicos, luego la policía, luego la policía nacional, luego la policía de tránsito, luego un bombero, luego una ambulancia que no podía hacer nada más que ponerle un cabestrillo y luego la ambulancia que la llevaría al hospital. Joost veía como la chica la chica gritaba de dolor, decía algo de su pierna, que alteraba mucho a Joost que tan solo podía quedarse mirando, ojalá él pudiera quitarle un poco de su dolor para que ella tuviera menos dolor.

Joost miró a su tía que acababa de parar de gritar con un policía para que luego el policía escribiera algo en una libreta.

—Wat gaat er met haar gebeuren?— "¿Que va a pasar con ella?" Dijo el chico

—Ik weet het niet en het kan mij ook niet schelen, kijk eens hoe ernstig dit is— "No sé ni me importa, mira lo grave que es esto" escupió la tía provocando una mirada triste del chico —WILT U U FOCUSSEN OP WAT ECHT BELANGRIJK IS?— "TE QUIERES CONCENTRAR EN LO QUE ES IMPORTANTE VERDAD?" Gritó la mujer provocando que un policía le empezara de decir cosas

Un policía que se le veía joven se le acercó al chico y se lo llevó un poco más apartado, la chica que había sido subida a la ambulancia, estaba siendo inyectada por una vía, Joost lo veía desde lejos, pero ella no podía verlo.

—Hola, me llamo Martin— dijo haciendo que el chico se cuestionara si hablar o no —No tenemos que hablar si no quieres. Pero se que hablas español— eso hizo que el chico se alarmarse

—No le digas a nadie por favor— rogó el chico con lágrimas en los ojos

—Todos lo sabemos, lo dijo tu tía— eso hizo que el chico se confunde más de lo que ya estaba

—Me llamo Joost

—Bien Joost ¿Cuántos años tienes?

—14

—¿Qué haces aquí en España con tu tía?

— de vacaciones

—De acuerdo— lo miro —oye no te quiero preocupar— hizo una pausa provocando que el chico se preocupara —Vamos a detener a tu tía— hizo que el chico desconectará totalmente —Va a estar hoy toda la noche y evaluaremos si se quedará mañana o cuanto tiempo más. Veremos qué haremos contigo pero de momento puedes acompañarnos a la comisaría con tu tía

—¿Y ella?

—Creo que va a La Paz, es un hospital más o menos cerca de aquí

—¿Vamos a ir?— preguntó con unos ojos tristes que conmovieron al policía

—Mmmh...— se cuestionó —Le voy a preguntar a mi superior pero yo creo que si

El policía se acercó a otro policía y después de unos minutos se acercó al chico para cogerlo del hombro y empezar a caminar hacia la patrulla.

—Vamos a ir al hospital— dijo abriendo la puerta de la patrulla

Durante el trayecto estuvieron en bastante silencio, solo se escuchaba rock en la radio. Al llegar entraron por urgencias y nada más acercarse al mostrador, Martín, el policía fue atendido, dijeron dónde está y al llegar una enfermera los puso al tanto. El chico de los ojos tristes veía a la chica en la camilla. Era una situación totalmente dura, y lo peor de todo es que no podían hacer nada para ayudarla.

Pasado un rato la llevaron a radiografías, estuvo un montón de mucho rato fuera y luego cuando volvió la llevaron a una sala de observación. Ahí fue, cuando después de muchas horas, se volvieron a conectar sus miradas, dos miradas tristes, en dos ojos tristes.

—¿Qué haces aquí?— preguntó la chica

—Estaba preocupado— Respondió el chico en un perfecto español dejando a todos sorprendidos

—¿Qué no..?— estaba ella hablando cuando fue interrumpida por él

-Si, si hablo español, es una historia simple pero no es imposible que te la cuente ahora— Dijo para luego hacer una pausa. Claramente no le podía contar ahora mismo la razón por la cual él no podía hablar español, ya la haría en otro momento, si tenía la oportunidad —Preocúpate por ti— dijo tratando de ser amable aunque eso dejó pensando a la chica

Todos estaban en silencio, ella no hablaba, pasó una hora y en esa habitación estaban Taiona, su madre, su padrastro, Joost y Martin, el policía que lo acompañaba.

—Te vamos a subir a piso— dijo una enfermera entrando a la sala de observación con una silla de ruedas mientras miraba a la pequeña —solo se permite una persona durante la noche, durante el día pueden ser dos— mencionó haciendo que en la sala se miraron los unos a los otros. La mirada de Joost viajó rápidamente a la mirada del policía qué negaba con la cabeza.

Taiona se levantó de la camilla con ayuda de la enfermera para poder sentarse en la silla de ruedas, se iba a quedar la madre de Taiona y el padrastro de ella solo la miro y dijo "bueno, me vas contando, suerte, las quiero" para luego irse por la puerta con un semblante totalmente triste.

—¿No me puedo quedar?— dijo el rubio para que acto seguido Martin le negara con la cabeza —¿podré

venir mañana?

—Ya veremos— Dijo Martin —Primero veremos dónde te quedarás— ante estas palabras, un preocupado Joost miro al suelo para pensar en qué hacer. Todo era totalmente surrealista.

El chico de los ojos tristes se acercó a Taiona y con mucho cuidado le dio un beso en la mejilla, sin tocar nada más

—Suerte, perdón por todo— dijo llorando para luego darle un abrazo al policía que se compadece del chico.

Cuando Taiona y su madre se fueron ellos dos también dejaron el área de urgencias. Se subieron a la patrulla que había sido aparcada en el parking y empezaron a hablar.

—¿Dónde me voy a quedar?— preguntó el rubio limpiándose las lágrimas

—Ahora vamos a la comisaría y vernos ¿si peque?— dijo sobándose un poco la cabeza para después encender el coche

—¿Qué va a pasar con mi tía?

—No lo sé— respondió haciendo una mueca —Dijiste que tenías 14 años ¿no?

—Si

—Yo tengo 25– Dijo mientras sonreía —No soy tan viejo ehh— dijo bromeando para sacarle una pequeña risita al chico —La comisaría está aquí mismo mira— El chico vio como Martin en ningún momento le señaló nada y tenía los ojos en la carretera, lo que le generó confianza al chico.

A pesar de que Taiona la estaba pasando peor que él, él también sufría, se sentía culpable, al fin y al cabo, eran muchas cosas todas juntas.

—Llegamos— Martin aparco el coche y se baja al mismo tiempo que Joost. Le dio la mano y caminaron a la comisaría —No creerás que eres muy mayor para darme la mano ¿no?— dijo ocasionando una risa en el chico mientras que negaba

Entraron a la comisaría y Martin le dijo a Joost que se sentara en una silla que había ahí dentro. Se le acercó una mujer y le parecía extraño por las altas horas de la noche. Él podía ver como el reloj al frente de él marcaban las 2:00 de la mañana.

—Hola— dijo la joven mujer —Mi nombre es Laura. Yo ya sé cómo te llamas ¿Te apetece hablar? — a lo que él negó — está bien, no tenemos por qué hablar ¿Te cae bien Martin?

—Si

—Es un gran tío ¿verdad?— a lo que Joost asintió

Al pasar unos minutos volvió Martin con una gran sonrisa.

—Tengo buenas y no tan buenas noticias ¿Cuál quieres primero?— dijo sonriendo

—Las no tan buenas— eso hizo que Martin pusiera una mueca

—Eso no tenías que contestar— se rieron los dos —La buena es que hoy no te vas a quedar solo. Mañana tengo el día libre de por sí y pasado me lo han dado, para que me pueda quedar contigo. Así que si no te molestas, puedes quedarte conmigo hasta qué solucionen el caso de tu tía y veamos si puedes volver a tu país o como va a ser todo esto

Joost sonrió, el simple hecho de pensar que podría quedarse en la calle le aterraba, y que Martin le dijera eso le daba mucha confianza. Salieron de la comisaría y se subieron al coche de Martin, era diferente a la patrulla, este era muy bonito, era un coche azul marino con 2 pantallas en la parte de adelante. Se veía un coche nuevo, el trayecto a casa de Martin fue muy corto, vivía en Madrid Norte, en la misma ciudad donde estaba su hotel.

—Está es mi casa— dijo abriendo la puerta de su piso —No es muy grande pero tiene lo suyo— era una casa hermosa, parecía decorada de revista —Mi hermana es decoradora de casas y me decoró la mía gratis cuando vivíamos juntos. En verdad era un piso bastante grande, pero en ese momento Joost no pensaba en eso y ni se dio cuenta.

—Es muy bonita— dijo Joost entrando de poco en poco

—Ven, te vas a quedar en esta habitación, te voy a dejar algo de mi ropa que seguro te queda y mañana iremos a tu hotel a recoger tus cosas— Lo empezó a guiar a una habitación. Lo dejo ahí y salió, volvió pasados unos minutos con ropa para el chico y salió para que él se pudiera cambiar

El chico se cambió y cuando terminó tocó la puerta de la habitación de al lado. Martin le abrió con una sonrisa, se le notaba cansado pero quería que el chico no se sintiera mal, a pesar de todo, Martin también tenía un pasado y entendí la incertidumbre de la situación.

—Ya estoy— dijo señalando el pijama que le quedaba un poco grande

—perfecto ¿Quieres comer? —Joost asintió y lo fui hasta la cocina, en el camino le mostró cuál era el baño —Come lo que quieras, como si estuvieras en casa—

Joost vio un paquete de galletas y se sirvió un poco de leche para comérselo con las galletas.

—Sobre tu tía

—¿Qué pasa con ella?

—¿Cómo era tu relación con ella?

—Buena, es muy bien en verdad, siempre ha estado para mi, y me ha protegido, sobretodo por que mis padres fallecieron

—Lo sé peque— dijo dándole una sonrisa triste —ella se va a quedar en la comisaría por hoy, mañana y pasado tendrá un juicio, tú te quedarás conmigo y ya veremos cómo hacer, al final de todo eres extranjero

—No quiero quedarme solo o ir a un orfanato, tampoco quiero una nueva familia

—ayyy peque. Ven aquí— le dio un abrazo que le llegó al alma a Martin. Se veía reflejado en este chico —Yo me voy a hacer cargo de ti, todo el tiempo que sea necesario, como si me tengo que ir a vivir a Países o tú a Madrid

—¿Vamos a poder ir a ver a Taniona?— dijo para que después Martin riera

—Taiona, se llama Taiona— dijo riendo —Si, mañana iremos

Eso hizo que Joost estuviera más feliz, se preocupaba mucho por la chica que acababa de conocer, de hecho, ni la conocía pero le preocupaba.

—Si ya acabaste hay que ir a dormir— dijo ya saliendo de la cocina

—¿Tú no comes?

—No, no tengo ganas— dijo alzando los hombros —te acompaño

Los dos caminaron hacia la habitación en la que se quedaría Joost. Al llegar un Joost cansado se tiró a la cama y se tapó con las sábanas. Martin dio un beso en la cabeza y luego salió de la habitación cerrando la puerta. Joost se quedó dormido al instante y su cerebro viajó al mundo de los sueños.

—————————————————————————

Holaaa, aquí Dani 🦖💗,

¿Les gusto el capítulo?

Perdón por la inactividad pero hoy hay capítulo largo, más de 3000 palabras y 8 páginas de Word.

Ya empecé a escribir el próximo capítulo y también va a estar largo JAJAJAJJAJA.

No se olviden de votar y comentar.

Besos y abrazos,

Dani 🦖💗.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top