Capítulo 2 "La tragedia del 9 de abril"

Taiona tiro la basura y luego se acercó a al paso de zebra donde siempre cruzaba y de pronto sintió que todo se volvía negro, sintió un grave dolor en la cadera del lado izquierdo. Abrió los ojos y vio algo como azul, luego vio unos árboles y después el asfalto. En su cabeza solo podía pensar "no, no, no, no, no, esto no me puede pasar a mi" de pronto volvió a abrir los ojos y estaba en el suelo, sentada y lo primero que hizo fue gritar, gritar a todo pulmón, como si no hubiera un mañana.

Se sintió sumamente mal así que decidió acostarse sobre el suelo pero sintió un dolor extremo en la espalda y se volvió a sentar, la gente se le empezó a acercar y ella se arrastró del suelo hasta los contenedores en los que antes había tirado la basura.

—¿Estas bien?— pregunto un señor que no conocía

—No— dijo asustada y llorando —Mi mamá— sacó su móvil y abrió el chat de su madre y así le llamo

—¿Que paso?— se escuchó por el otro lado de la línea

—Me han atropellado— gritó a la pantalla

—¿¡Que!?— gritó la madre por el otro lado

—¿Como que te han atropellado?— se escucho como hablaba su padrastro

—Estoy en la esquina de casa— dijo para luego cortar la llamada y guardar su móvil en su bolsillo

Ella estaba asustada y empezaba a gritar, miraba a su alrededor y estaba totalmente inmóvil después de eso. Miro el coche y vio que el capote estaba totalmente hundido. Los segundos pasaban lentos, como si no se acabaran jamás, veía las cosas en cámara lenta pero al mismo tiempo todo era tan rápido. Estaba mirando a la nada cuando escucho la puerta del coche, una vez, dos veces y conecto su mirada con una mirada asustada, no, más que eso, aterrada. Era en un chico con lágrimas en los ojos, se intentó acercar a ella pero una señora lo detuvo. El chico estaba a punto de hablar cuando llegaron 2 paramédicos.
—Hola, me llamo Luis— Dijo el hombre mayor en uniforme hablándole a la pequeña indefensa —¿Como te llamas?—

—Taiona— dijo entrecortada y llorando mientras seguía mirando como el chico empezaba a romper en llanto, un llanto peculiar, por que era totalmente silencioso.

—Que bonito nombre— dijo tratando de ser amable con la pequeña —¿Que es lo que te duele pequeña?

—-No se, todo— ella casi no podía ni hablar, se le cortaba la voz, las lágrimas eran mayores a todo, y sentía como temblaba y le dolía todo el cuerpo

—Ignacio llama a todas las unidades y tráeme una manta isotérmica— dijo Luis hacia su compañero

El compañero actuó rápido, llamó a todas las unidades por la radio de su ambulancia y trajo una manta isotérmica. Pero ¿de donde salian estos chicos? Eso también se preguntaba Taiona.

—Mira yo soy un paramedico— dijo comentándole a la pequeña —Vine a dejar a una señora de su rehabilitación por que se había roto el fémur— ahí es donde se acordó que en la esquina de su casa había una residencia de mayores —Ignacio, mi compañero, ha llamado a todas las unidades, así que no te preocupes

Le pusieron la manta isotérmica y llegó su madre y su padrastro. Su madre se puso a llorar cuando la vio así, tenía miedo de lo que le pudiera pasar a su hija. De pronto los padres se estaban peleando con la señora que salió del coche, llegó la policía, un bombero, una ambulancia pero que no la podía llevar al hospital y los ojos del chico seguían en ella, como si no hubiera despegado su mirada en todo el tiempo, el señor hablaba de su hija y de cosas así, pero ella no prestaba atención, como si no estuviera en ese mundo.

—Ese chico te mira mucho ¿Lo conoces?— pregunto el señor haciendo que ella reaccionara

—No— dijo haciendo que el chico la mirara otra vez

—Hola— Luis le hablo al chico —¿Como te llamas?

—Ik spreek geen Spaans— dijo el chico provocando que lo miráramos de una manera extraña, y él se dio cuenta —I don't speak Spanish— dijo en un perfecto inglés, el decía "No hablo español"

—Ohh ok I understand— dijo Luis en un terrible inglés "Ohh ok entiendo"

—What's your name?— "¿como te llamas?" Le preguntó Taiona en un buen inglés, aunque con la voz entrecortada

—My name is Joost, Joost Klein— "mi nombre es Joost, Joost Klein" dijo el chico que tanto la miraba

—My name is Taiona— "Mi nombre es Taiona" dijo ella

Antes de que el chico pudiera decir nada más, llegó una ambulancia. Eso si que fue feo. La tuvieron que subir a la camilla con dos especies de palancas pero eso fue doloroso por que le pillaron un poco de la pierna izquierda y le provocó un dolor insoportable. Ahí se dio cuenta que no podía mover la pierna izquierda, al parecer el chico entendía lo que ella decía por qué cuando ella empezó a gritar que no podía mover la pierna, se desesperó, le decía cosas a la señora del coche, ella en eso momento no pensó, pero ¿que tal si venían juntos? Ella no tenía tiempo en pensar en eso, no podía mover la pierna y ese era su único problema.

Los de la ambulancia se encargaron de ponerle una vía en el brazo izquierdo y también de tratar de tranquilizarla, pues ella no había parado de llorar y de temblar desde el momento de accidente. Desde que subió a la ambulancia perdió todo contacto con el chico, su madre se subió a la ambulancia con ella y el camino parecía interminable. Al llegar la pusieron en urgencias, en una camilla con de 5 doctores y 6 enfermeras. El tiempo era lento y rápido, por que era lento pero cuando cerraba los ojos y los volvía a abrir sentía que habían pasado mucho tiempo.

No se demoraron mucho en mandarla a radiografías, se hizo 6 radiografías en total. Fue una experiencia horrible para Taiona, tuvo que ir en la camilla, fue un recorrido largo para ella, tuvieron que cambiar de edificio por lo menos 3 veces y tomar por lo menos 4 ascensores, sin contar un aterrador pasadizo, los médicos se pusieron en dos filas a los costados de la camilla, era todo un pasillo de gente mirándola, preguntándole su nombre y comentándose cosas por lo bajo, hacer la radiografía fue horrible, todas y cada una de ellas, al comienzo para ponerla sobre la mesa fue un lío, por qué moverla de la camilla a la mesa era un lío, cuando ya estuvo sobre la mesa, después de tanto llanto le pedían que no se moviera, para ella, no se estaba moviendo pero para los señores que estaba ahí, sí que se movía, y claro, ¿Como no se iba a mover cuando literalmente estaba pasando un momento traumático? Había un joven, no muy amable, pero Taiona lo era, le dijo que le gustaba su tatuaje y él sonrió, nunca supo su nombre, ni de ninguno de los que estaban ahí, a elle le hubiera gustado saberlo, solo sabía que había un radiólogo que era colombiano, hasta le contó un chiste para que Taiona se riera un poco, cuando terminaron de hacer la radiografías, se la llevaron en una camilla, y luego volvió a la camilla de urgencias. Pasadas unas horas le dijeron que la mandarían a observación y luego la pasarían a un cuarto para hospitalizarla a todo esto, ella había perdido la noción del tiempo.

—¿Que hora es?— Pregunto al aire, por qué llevaba un cabestrillo y no podía ver nada más que una luz al frente de ella

—Las 12:30– dijo su madre

Paso un rato y le quitaron el cabestrillo y la pusieron en una sala de observación, estaba en la camilla y al estar ahí después de un momento volvió a abrir los ojos y vio a esos ojos triste que estaban presentes desde hace unas horas, ya habían pasado 5 horas y él seguía a ahí

—¿Que haces aquí?— pregunto ella sin pensar que él no hablaba español

—Estaba preocupado— dijo en un buen español que dejó sorprendidos a todos

—¿Que no..?— estaba ella hablando cuando fue interrumpida por el

—Si, si hablo español, es una historia simple pero no es imposible que te la cuente ahora— Dijo para luego hacer una pausa —Preocúpate por ti

Esas palabras empezaron a sonar en su cabeza "Preocúpate por ti"

Todos estaban en silencio, ella no hablaba, paso una hora y en esa habitación estaban Taiona, su madre, su padrastro, Joost y un policía que lo acompañaba.

—Te vamos a subir a piso— dijo una enfermera entrando a la sala de observación con una silla de ruedas —solo se permite una persona durante la noche, durante el día pueden ser dos—

El chico de los ojos tristes miro a su acompañante que negaba con la cabeza. Taiona se levantó de la camilla con ayuda de la enfermera para poder sentarse en la silla de ruedas, se iba a quedar la madre de Taiona y el padrastro de ella solo la miro y dijo "bueno, me vas contando, suerte, las quiero" para luego irse por la puerta con un semblante totalmente triste.

—¿No me puedo quedar?— dijo el rubio para que acto seguido el policía le negara con la cabeza —¿Y podré venir mañana?

—Ya veremos— Dijo el policía —Primero veremos donde te quedarás

El chico de los ojos tristes se acercó a Taiona y con mucho cuidado le dio un beso en la mejilla, sin tocar nada más

—Suerte, perdón por todo— dijo llorando para luego darle un abrazo al policía que se compadecía del chico. El policía era relativamente joven y al parecer le estaba cogiendo un poco de pena con cariño al chico

Subieron a Taiona a una habitación con su madre, lamentablemente era compartida con un bebé y no pudo dormir en casi toda la noche mientras que su madre estaba en un sofá cama que se veía muy incómodo.

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