Capítulo 8
Sin embargo, las cosas no siempre salen como se planean.
A pesar de los grandes esfuerzos de Chifuyu por ayudar a Keiko, el 31 de octubre ocurrió el suceso más importante de tus vidas; suceso que no era precisamente bueno.
Él estaba afectado por lo que sucedió, pues cuando se dio cuenta Baji se apuñala a sí mismo y terminó con su propia vida, pero había algo que le preocupaba todavía más; alguien tenía que darle la noticia a la familia.
Keiko no había comprendido por qué su hermano había estado extrañamente cariñoso ese día. Era consciente que se metía en cosas peligrosas que no solía mencionar para no preocupar a su madre, pero era extraño que se comportara así; estaba demasiado pensativo y se veía como si estuviera esperando lo peor del día.
Dijo que tenía un compromiso pendiente ese día y se marchó después de haberla abrazado a ella y a su madre con mucha fuerza; a las dos les pareció extraño pero ninguna lo cuestionó ni mencionó nada al respecto durante el resto del día.
Se empezó a preocupar cuando las horas seguían avanzando y no sabía nada de su hermano. Por supuesto que ese día también tuvo muchas cosas que hacer y no estuvo en casa la mayor parte del día, pero él solía llamarla o avisarle que había llegado a salvo a casa y todavía no lo había hecho; cosa que sólo logró preocuparla más.
Incluso salió temprano de su trabajo para esperar en su casa, pensando en que ojalá no le haya pasado nada malo y tratando de calmar a su madre.
Se alivió por un momento cuando escuchó a alguien tocar la puerta, pero se preocupó aún más cuando resultó ser sólo Chifuyu. El hecho de que se encontraba por su cuenta no disminuía su inquietud, porque casi siempre los dos se acompañaban, y además él no se veía precisamente feliz.
— Ahm... hay algo que tienen que saber. — habló casi en un susurro. Ella lo dejó pasar sin preguntar nada al verlo así, con la mirada fija en el suelo y los ojos apagados, como sin vida.
Les explicó a ella a su madre lo ocurrido de forma muy resumida y luego el silencio inundó la habitación hasta que el llanto de la madre de Keiko se escuchó. Chifuyu volvió a bajar la cabeza sin atreverse a mirar a Keiko a los ojos, mientras la fémina también sentía las ganas de llorar apoderarse de ella.
Ese día comenzó una época muy triste y oscura, porque Keiko no volvió a ser la misma desde que le dieron esa noticia.
Haber perdido a su hermano la hizo sufrir como no lo había hecho nunca en su vida a tan sólo unas pocas semanas de su cumpleaños; cumpleaños que tendría que compartir y celebrar con su hermano mayor, pero en cambio pasaría sola.
Se tomó un largo descanso de todas las actividades que siempre la tenían ocupada; dejó de trabajar y se encerró completamente. Aunque no mucha gente notaba su presencia, su ausencia fue notoria para la comunidad en la que vivían; ya no había nadie que le diera agua a las plantas y comenzaron a morir poco a poco, los animales callejeros no recibían la ayuda y alimento de ella y la pasaban peor que nunca, los niños a los que a veces animaba también se sentían solos, pero Keiko se sentía demasiado triste como para ayudar a cualquiera de ellos.
Chifuyu se sentía igual o peor que la fémina, pero tampoco podía dejarla hundirse en esa tristeza. Pensó que debería hacer lo posible para seguir adelante como Baji querría que lo hiciera, y tenía que transmitirle ese sentimiento a Keiko también a pesar de sentirse terrible con él mismo por no haber podido salvarlo.
—...¿Keiko? — entró a la habitación lentamente notando que estaba por completo a oscuras, pero no recibió respuesta de su parte. — Vine a visitarte y... quizás podríamos salir un rato; tu mamá está algo preocupada.
No era mentira, la madre de la fémina estaba consternada por todo lo que estaba pasando, pero ver a su hija así de mal la ponía peor.
— Gracias Chifuyu, pero no tengo ganas. — a juzgar por el sonido de su voz, probablemente estaba envuelta en sus cobijas y había estado llorando.
Él no supo qué más decirle; también se sentía bastante mal y si estuviera en su lugar tampoco querría levantarse ni hacer nada. De hecho, él mismo estuvo así de triste por un tiempo.
— Entiendo... pero ha pasado algo de tiempo, y también se acerca tu cumpleaños. Sé que no va a ser como querías que fuera, pero tal vez podrías-
— Creo que lo que menos quiero hacer es celebrar mi cumpleaños. — lo interrumpió. — Agradezco la preocupación, pero me quedaré aquí... y prefiero no hacer nada en mi cumpleaños.
— Keiko... — no sabía qué hacer para animarla; no sabía cómo animarse ni él mismo, pero algo tenía que hacer. Era ella la que normalmente lo ponía feliz, así que quizás, si hacía un esfuerzo por animarla, ella podría ayudarlo también. Sin pensarlo dos veces, fue hacia donde ella estaba recostada y la hizo sentarse para poder abrazarla con fuerza. — yo también lo extraño. — no pudo evitar comenzar a llorar. —...No pude ayudarlo, lo siento.
— Pero no es tu culpa.
— No me gusta verte así de triste; extraño que seas la misma persona alegre que solías ser, y soy consciente de que eso podría no ser posible, pero... pero realmente te quiero y no quiero que sigas sufriendo. Aunque sea acepta salir un rato; me he sentido terrible por todo esto, y no soportaría que dejes de celebrar tu cumpleaños por lo que pasó. Él no querría eso, ¿cierto? Y además, me pidió que te cuidara; de alguna manera tengo que mantener la promesa...— luego la sintió abrazarlo de vuelta.
— Está bien, lo siento si te preocupé. — hizo una pequeña pausa. — No tengo ánimos de salir de todas maneras; espero que me puedas perdonar.
— Bueno... por lo menos dime que vas a salir para celebrar tu cumpleaños.
— Lo voy a pensar.
— Eso me basta.
💗 Hice un recuento porque hay muchas historias que debo terminar, y a esta le hacen falta 4 capítulos para tener un total de 12.
Jamás planeé que fuera muy larga, así que por favor no piensen que lo hago por la prisa de terminar todas las historias, sólo que aún me hacen falta al menos 4 o 5 historias antes de publicar las otras 4 que tengo en borradores.
Ah, y vayan a seguirme en instagram porfa que ahí estoy pa echar chisme como aikadog_18
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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