Narrador omnisciente.

Pasaron un par de semanas desde que Sanha empezó a trabajar como niñero de Dong Min, había cambiado todas sus clases para la tarde, lo bueno fue que no tuvo problema, en la tarde los grupos nunca estaban llenos, de modo que no había sido difícil reubicarlo.

Para sorpresa de éste, YeoSang, Rocky y Yang habían pedido el mismo cambio que él... al parecer no querían dejarlo solo, eso lo hacía sentir un poco mejor.

Cada vez le parecía menos complicado cuidar del bebé de Eunwoo, tal y como decían, era un niño hermoso, tranquilo e inteligente, en ocasiones se ponía necio, pero poco a poco lograba hacerlo sentirse tranquilo.

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Eunwoo iba caminando por la explanada, sus clases habían terminado, miró a sus alrededores con curiosidad, buscaba a una persona. En esos instantes llegaron Moonbin y su novia.

—¿Buscas a alguien? MJ llegará mas tarde, dijo que te avisáramos. —Habló Moon, dejando la mochila a un lado.

—Tu amigo... Yoon Sanha. —Calló y siguió pasando su mirada en diferentes direcciones—. ¿No ha venido?

—Cambió su horario. —Contestó atento, Cha nunca preguntaba por nadie—. ¿Por qué? Pensé que no te agradaba.

—¿Por qué lo cambió?

—Mmm... ¿en serio no lo sabes?

Cha miró ahora a su amigo, entonces ¿era verdad que él era el nuevo niñero que no había huido a la semana? Incluso, cambió el horario de sus clases para poder cuidarlo...

—Pensé que era una broma. —Dijo acomodándose con evidente incomodidad.

—¿Por qué bromearía con cuidar a tu hijo?

—Porque no parece ser esa clase de persona. —Su voz sonaba fastidiada en ese instante.

—¿A qué te refieres exactamente con eso?

El tono de Moonbin dio a conocer que no le había agradado la primera respuesta de Eun. Su novia lo tomó del brazo como seña de que debía calmarse.

—Investigué un poco sobre él, según lo que vi era un chico envuelto en vicios, consumía ciertas drogas ligeras, alcohol y... algo sobre una muerte por esas acciones... —Frunció el entrecejo al recordar la información recopilada—. No quiero que mi hijo esté al cuidado de alguien así.

Tomó su mochila y empezó a caminar al centro de la explanada universitaria, pero su caminar fue detenido, lo giraron hacia atrás y un golpe en el rostro lo regresó hacia donde se dirigía en un primer momento.

Cha se quedó estático, procesando lo que acababa de pasar, parpadeó un par de veces y luego llevó su mano hasta su labio reventado. Miró al chico frente a él, enfurecido.

—¿Qué... qué ha sido eso? —Lo miró incrédulo, estaba tan sorprendido. Él y Moonbin jamás habían peleado y eso, eso iba más allá de una simple pelea, acababa de golpearlo.

—Estoy hasta la madre de que te la vivas hablando mierda de Sanha cada que se presenta la ocasión. —Inhaló, parecía intentar controlarse.

—¿De que hablas? Ni siquiera lo había mencionado antes... creo. —Miró con duda al suelo—. Además, ¿Qué se supone que te diga? Es lo que he leído y escuchado respecto a él, no he dicho algo con la intención de crearle una mala reputación que ya tiene.

—Por Dios... ¿Es en serio Cha? Tú no eres así ¿Qué diablos te pasa? ¿Por qué te empeñas tanto en sacarle cosas negativas a Sanha?

—Yo no...

—Lo único que ha hecho es cuidar de tu hijo estas últimas semanas, ¿has encontrado algo malo ahí? ¿has visto que tu hijo este mal cuando regresas? ¿Sanha ha hecho mal su trabajo?

—No... es solo que...

—Basta. Él está intentando salir de toda esa basura que se encargaron de marcarle, en serio ha estado luchado demasiado para no rendirse...

El rostro de Moon se distorsionó... estaba llorando.

En todos sus años de amistad, era la primera vez que Eunwoo veía llorando a Moonbin.

—No tienes ni puta idea de lo difícil que ha sido para él... deja... deja de menospreciarlo y de intentar sacar todas esas mentiras que han inventado sobre él. Basta...

Eunwoo se quedó sin habla. Simplemente quitó la sangre de su labio, caminó a su amigo y le dio un abrazo. ¿Qué era Sanha para Moonbin?