11. "Creer, pero..."


Ella estaba molesta y preocupada, Sanha no había regresado a dormir la noche anterior y tampoco se comunicó de ninguna manera, comprendía que no tenían la mejor relación de madre a hijo, quizá había sido demasiado dura con él, pero no encontraba una manera mejor de hacerlo entrar en razón.

Fue a la habitación de su hijo, esperando encontrar algo que le dijera en qué pasos andaba ahora.

El cuarto de Sanha se encontraba en el segundo de piso, su madre buscaba en sus cajones cuando escuchó que llegó un auto; asomó su cabeza y vio a su hijo bajándose y a un chico acompañándolo.

Bajó hecha una furia, ¿había pasado la noche fuera con un desconocido?




—¡Yoon Sanha! ¿¡Crees que te mandas solo!? ¿¡En dónde carajos habías estado!? ¡Dijiste que te quedarías en casa este fin de semana! Estuve llamando a tu residencia y jamás respondiste.




Una fiera se quedaba corta en comparación de la madre del menor, su rostro estaba casi rojo del coraje y sus expresiones daban miedo, sumándole su voz ligeramente ronca... Sanha se quedó quieto sin decir una sola palabra... recordó la ocasión en que Yeonjun lo había llevado y su progenitora había salido casi con la misma actitud.

Eunwoo se quedó paralizado, ¿esa era la mamá de Sanha? No se parecían... es decir, lo poco que conocía del menor era muy distinto, nunca lo había visto enojado, molesto sí, solamente esperaba nunca hacerlo enojar realmente, porque si tenía el carácter de esa mujer frente a ellos, definitivamente sería muy terrible.




—Llegué en una pieza. ¿Cuál es el problema? —Respondió con fastidio, odiaba que la mujer siempre lo avergonzara. Eunwoo notó el cambio de humor del menor, no recordaba haberlo visto tan mortificado.


—¿¡Cuál es el problema!? ¡Tú eres el maldito problema! —Soltó entre sollozos—. ¿Volviste a esos pasos cierto? ¿estás haciéndolo de nuevo? ¿por eso no regresaste anoche?





Cha se quedó observando la escena de madre e hijo, recordó ciertos rumores que escuchó sobre Yoon, los cuales hablaban de que tuvo una vida repleta de adicciones y excesos, entonces, probablemente a eso se refería la señora; sin embargo, ver el rostro acongojado y sombrío del menor lo hizo eliminar cualquier pensamiento negativo al respecto, porque bueno, él no estaba haciendo nada malo.





—Señora, disculpe. —Interrumpió el fatídico momento madre e hijo. Ella lo miró extrañada—. Soy Cha Eun Woo, heredero de la franquicia "Cha Boutique's K". —Las facciones molestas de la mujer disminuyeron. El azabache le entregó su tarjeta—. Sanha pasó la noche conmigo y con mi hijo, no sé si lo sabe, pero es un excelente niñero y ayer después de pedirle que cuidara de Dongmin, nos quedamos charlando y viendo partidos en la televisión hasta tarde, lamento no haberlo traído a tiempo. —Hizo una gran reverencia que dejó impresionada a la señora Yoon.


—¡Ommo! Entonces eso fue lo que pasó... —Sonrió incomoda, supo que la había regado en exageración—. ¡Vaya, pero mírate, tan educado! —Dio una palmada sobre el hombro de Cha, captando ambas miradas contrarias.


—Sí, una disculpa nuevamente es solo que no sé que haría sin su hijo.






Esas palabras provocaron que el corazón de Sanha palpitara con fuerza, era tan hermoso escuchar que alguien dijera eso sobre él, sabía que probablemente de existir otro niñero o niñera para Dongmin la situación sería la misma, pero el hecho de ser él quien estaba en ese papel en esos precisos momentos, lo volvía completamente especial. Sus expresiones cambiaron por completo. Estaba feliz...





—Él cuida tan bien de mi hijo que, no quiero dejarlo ir. —Soltó una pequeña risita tras darse cuenta de cómo había sonado aquello—. Y créame que él no tiene vicios ni hace cosas indebidas, también lo veo en la escuela y es un buen estudiante.





Sanha no podía despegar su mirada de Eunwoo, era increíble que le estuviera diciendo todas esas cosas a su madre, estaba tomando su lado, lo estaba defendiendo... tan cálido, tan amable, tan único...

La madre del menor estaba sorprendida de que un joven como Cha estuviera diciéndole eso sobre su hijo, se notaba que era de una familia educada y que no era un mentiroso, pero le costaba creer que su hijo estaba en un buen camino, aunque por esa ocasión... dejaría pasar cualquier cosa. Ella también se sentía feliz.





—Sanha, ¿más tarde crees poder acompañarme con el pediatra? —Preguntó Eunwoo, recibiendo ambas miradas curiosas.


—¿Al pediatra? Cla-claro, Eunwoo sunbaenim. —Aquella forma de responder fue la gloria para su madre, estaba sonando como todo un joven educado.


—Sí, las otras veces va mi madre conmigo, pero... hoy estará ocupada.


—¿Y la mamá del bebé?




La mujer se moría por preguntar eso desde que le dijo que Sanha era niñero de su bebé, no podía quedarse con la duda.




—Estamos separados y yo tengo la custodia. —Sonrió con dificultad, sabía que veía una mirada de lástima.


—¡Ya veo! Entonces... ¡Sanha! ¡no dejes al joven ir solo! Claro que te acompañará, querido. —Sonrió y hasta ese punto, Yoon no sabía qué estaba ocurriendo con su progenitora.




De esa manera, Cha agradeció y le dijo al menor que pasaría a las cuatro de la tarde por él, luego subió a su auto y regresó a casa.

Mientras tanto, la señora Yoon y Sanha se quedaron viendo cómo se alejaba el auto del azabache.

La noche y la mañana de la mujer habían sido bastante molestas, llenas de frustración y enojo, sin embargo, la llegada de Sanha con ese joven había cambiado todo, estaba muy contenta de recibir las palabras de aquel chico sobre su hijo, le agradaba pensar que era verdad y que en serio él estaba haciendo su mejor esfuerzo por recuperarse del pasado.

Sin esperarlo, ella tomó del brazo a su hijo y empezaron a caminar para adentro de la casa.




—Lamento si siempre soy... molesta contigo. —Dijo una vez dentro. Sanha la miró dudoso—. No quiero verte caer de nuevo ¿entiendes? Eres mi único hijo y si algo te pasa...




Era de las pocas veces que Sanha veía llorando a su madre y mentiría si dijera que eso no le dolía, le causaba un terrible mal estar verla de esa manera.




—Entiendo, soy yo quien debe disculparse por eso, fui yo el que no supo controlarse...


—Me alegra ver que estás haciendo las cosas bien. —Acarició la cabellera castaña de Sanha, recordó cuando hacía eso años atrás—. Prometo no volver a molestar con cosas pasadas, pero prométeme que todo seguirá como hasta este día.


—Lo haré mamá, pasar tiempo con la familia Cha... —Suspiró—. Ha sido un alivio en mi vida... salí de un infierno para ingresar al paraíso ¿sabes? —Sonrió.


—Lo noté, ese chico te hace sentir bien ¿cierto?




Sanha dirigió una mirada llena de confirmación a su madre. Eran tan ciertas esas palabras, el azabache definitivamente lo hacía sentir cosas que pensó, estaban desaparecidas desde la muerte de Soobin, habían pasado dos años sintiéndose muerto en vida y, al conocer a Eunwoo, fue como si hubiera activado el switch de las emociones y sentimientos de nuevo... no podía detenerse ahora.

Le impresionaba ver a su madre tan tranquila... aunque bueno, anteriormente su relación no había sido mala, no hasta que él y Soobin empezaron a meterse en más idioteces con la llegada de Vance. Su madre siempre aprobó su relación con Choi, ella estaba feliz si él era feliz, a cada instante se lo dijo en el pasado y ella lo veía feliz a lado de Soo, lamentablemente todo empezó a quebrarse... su progenitora se transformó en una bruja que siempre le recordaba lo miserable que era, pero las cosas parecían cambiar ahora.





—Bien, ve a hacer tareas para que puedas acompañar a ese joven más tarde, estoy segura de que su bebé también estará feliz de verte.


—Claro, iré a bañarme y cambiarme de ropa, luego hago mis pendientes.


—Y Sanha... no lo arruines, por favor. Sé que puedes mantenerte.





Él sabía que las palabras de su madre no iban en un mal sentido, pero odiaba que le dijera cosas así, era un "te creo, pero sigo desconfiando".


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