10. "Miedo y acercamiento"
La fiesta ya estaba organizada, los padres de YeoSang eran verdaderamente modernos y amigables, aceptaron al instante de que su hijo les comentó que quería hacer una fiesta en su casa, además de eso, decidieron que el próximo fin de semana sería perfecto, ya que se irían a la casa de campo de su familia, el padre de YeoSang estaba escribiendo un libro y necesitaba concentrarse, de modo que su hijo tendría la casa sola.
Tal y como les dijo Yang, Minho y Hyunjin llevarían demasiada cerveza, todo gracias a que el padrino de Hwang era dueño de una cervecería artesanal en varias partes de Asia y cada que su ahijado necesitaba, él lo apoyaba, claro y sumándole que Minho tenía contactos en la cervecería más grande de Corea del Sur. No por nada siempre tenían las mejores fiestas, las únicas en donde jamás se terminaba el alcohol.
Eunwoo aceptó ir, sabía que necesitaba un tiempo libre, requería distraerse. Desde que Dongmin nació no había salido en ninguna ocasión, su vida era completamente su hijo, la universidad y el trabajo de medio tiempo. Se sentía agotado en todo sentido, no iba a rechazar la invitación a una fiesta. Por suerte, su madre tendría ese fin de semana libre para cuidar a Dongmin, así que todo quedaba perfecto.
Moonbin también aceptó ir, él conocía bien a la mayoría de las personas y estaba seguro de que lo pasaría bastante bien con todos, a parte, su novia no podría ir, ese fin de semana lo había apartado para estudiar y cuando ella se decidía a hacer aquello, nada la sacaba de ahí.
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Mientras tanto, era viernes y aún faltaba una semana para la fiesta, de modo que Sanha se encontraba cuidando nuevamente a Dongmin, era fin de semana para los universitarios, pero Eunwoo tenía entrenamiento de basquetbol, de modo que necesitaban que Yoon cuidara al bebé un par de horas.
A Sanha no le molestaba estar ahí, de hecho, se había vuelto su lugar favorito, no había nadie que le estuviera recalcando que era un ser miserable, con un futuro poco claro y con un pasado terrible y triste, porque bueno, de eso se encargaba su mamá cada que se veían, de modo que el chico prefería estar cuidando de una criatura tan divina como Cha Dongmin.
La madre de Eunwoo también lo trataba demasiado bien, cuando se veían en las mañanas lo invitaba a desayunar con ella, mientras alimentaban al bebé en una sillita. Las trabajadoras de la casa también lo trataban bonito, extrañamente lo llamaban "joven Yoon", parecía que lo veían como si fuera el hijo de los dueños de la casa también; nunca en su vida se había sentido tan cómodo en un lugar.
Bueno... alguna vez en su pasado llegó a sentirse parte de una familia de verdad, con los Choi... pero ya era cosa del pasado y no podía mantenerse en aquella vieja película por siempre.
—Vaya, tú parecido con tu papá es increíble. —Le dijo a Dongmin, al ver una fotografía de Eunwoo bebé—. Los clonaron diría yo. —Rio y el bebé simplemente jugaba con su sonaja.
—Así es, nuestro hijo salió a él. —La voz de una chica apareció, al girarse, Sanha la miró recargada en la puerta.
—¿Quién...?
—Soy Ga Young, la mamá de Dongmin. —Saludó de mano y se acercó a su bebé quien evidentemente la reconocía.
Sanha se quedó estático viendo todo lo que hacía la chica. Entonces ¿ella era la ex de Eunwoo? ¿qué hacía en la casa? Era una mujer bastante bonita, demasiado para que le agradara verla... estaba un poco celoso.
Llevaba un bonito vestido de rayas de color blanco y azul cielo, un par de zapatillas de tacón bajo, su cabello largo caía ondulado y semi recogido de un lado, llevaba sus labios en un rosa tenue y sus ojos estaban solamente delineados, en verdad era una chica hermosa, no le extrañaba que Dongmin fuera un bebé tan bonito.
Alzó a su bebé y empezó a darle muchos besos y mimos, a lo que éste respondía con risas, Dongmin estaba feliz de ver a su mamá, no cabía duda.
—Lamento haber venido sin avisar, es solo que, me enteré de que Dongmin tenía un niñero y quise acercarme para conocerte. —Sonrió.
—Ah, ya veo... —Sanha en verdad se estaba sintiendo de lo más incómodo, no sabía qué hacer o cómo reaccionar.
—¿Cuál es tu nombre?
—Sanha, Yoon Sanha.
—Mucho gusto, gracias por cuidar tan bien de Dongminnie. Estoy segura de que lo pasa muy bien contigo. Se veía feliz cuando llegué. —Dijo, su voz sonaba tan tranquila y relajante, era una linda persona, entonces ¿qué había pasado entre ella y Cha?
—No hay nada que agradecer, es un placer cuidarlo. —Respondió y apretó una sonrisa, porque, aunque era un ambiente tranquilo entre ambos, él no estaba cómodo.
Luego de aquello bajaron al primer piso, ahí, Ga Young se sentó con su bebé en la alfombra del cuarto de televisión, los primeros meses que pasó con Dongmin ese era su lugar especial. Sanha se fue siguiéndola porque, aunque fuera la mamá, él era quien debía estarlo cuidando.
No la conocía de nada y lo poco que sabía era que estuvo en una relación con Cha, comprometidos, tuvieron un hijo y después lo dejó solo con Dongmin, no tenía muy buenas referencias de ella, y no era que estuviera juzgándola, no era nadie para hacerlo, pero tampoco podía confiarle demasiado al pequeño.
El rato pasó, Sanha y Young cruzaron un par de palabras, ella parecía estar más entretenida con Dongmin y él, definitivamente no tenía gran interés en ella. Sanha acababa de sentarse en el sofá, mientras que la chica jugaba con un peluche y su bebé.
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Eunwoo acababa de regresar de su entrenamiento y llegando a casa vio el auto de Ga Young ¿qué estaba haciendo ahí? No lo había llamado en ningún momento para avisarle que iría a su casa.
Bajó y dejó su mochila en la sala, luego escuchó que una televisión estaba prendida al fondo de la casa, sabía que ella estaría en su lugar favorito, de modo que caminó hasta llegar ahí.
Se quedó de pie frente a la puerta, su antigua mejor amiga y expareja estaba con lo único que los unía ahora, Dongmin. Se le veía feliz, estaba tan sonriente como antes de que pasara todo lo que terminó de destruir su relación. Le alegraba verla así, su corazón se sentía cálido porque fueron bastantes momentos en los que la vio llorando por su culpa...
—Hey. —Saludó y se adentró al lugar.
Sanha se puso de pie, iba a saludar, pero Cha pasó de largo y se sentó a lado de su ex y su bebé. Aquello acababa de sofocarlo, fue como si le hubieran dado varios puñetazos invisibles en la boca del estómago.
—Nunu, ¿cómo te fue? —Saludó la chica bastante entusiasmada—. Lamento no haberte avisado, fue improvisado venir. Espero que no te moleste.
—Para nada, me alegra que estés aquí, Dongminnie te extraña, deberías venir más seguido.
La escena se veía bastante bonita, ambos jóvenes super guapos, sonrientes y con un bebé en medio, un adorable bebé que jugaba con animalitos de peluche. Habrían sido una bella familia, si tan solo hubiera funcionado.
Sanha sentía que estaba sobrando en esos instantes, estaba molesto, demasiado. Estaba sintiéndose tan celoso...
No dijo una sola palabra, salió de la habitación y subió a la de Dongmin, ahí tenía sus cosas. Recogió el pequeño desorden de la habitación del bebé, después bajó y al inicio de las escaleras se encontró con Eunwoo.
—¿Ya te vas? —Preguntó el mayor.
—Sí, ya llegaste tú y la mamá de Dongmin está aquí, así que... —Apretó una sonrisa—. No hago falta aquí. —Continuó bajando hasta quedar a dos escalones de Cha.
—¿Por qué no te quedas a comer?
—Yo... ¿debería?
Esa era la primera ocasión que Eunwoo le preguntaba si quería quedarse para la comida. Se quedaron observándose un par de segundos y el nerviosismo brotó de Cha.
—Si no quieres... entiendo. —Rascó su nuca y miró en otra dirección.
—¿Qué vamos a comer? —Dijo, aceptando la invitación. El azabache sonrió.
—Lo que se te antoje a ti. Pide lo que quieras.
Sanha eligió pasta, tenía muchas ganas de comer algo así, la ultima vez que comió eso fue cuando tenía trece años. Ga Young se fue temprano, se despidió con mucho amor de Dongmin y luego se lo entregó a Sanha.
Esa escena le pareció única a Eunwoo, su cabeza empezaba a imaginar cosas... le daba miedo hacerlo.
Una vez solos, Cha sacó lo necesario para preparar la comida y Sanha simplemente no podía creer que el mayor estuviera preparándola.
El menor traía a Dongmin en brazos, a él la hora de la comida se le había adelantado, de modo que estaba dándole su biberón, todo mientras observaba al azabache preparar todo con esa delicadeza que lo caracterizaba.
Sanha se sentó en la barra de la cocina y siguió dándole de comer a Dongmin. Su cabeza también estaba creando escenarios que era muy difícil que ocurrieran, pero no podía evitarlo. Cha le había gustado desde el primer día y ahora estaba así, cuidando de su bebé y en esos instantes él estaba cocinando para ambos...
—Prueba. —Eunwoo se acercó con una cuchara llena de salsa que utilizaría para la pasta.
Yoon fue tomado por sorpresa, abrió la boca sin pensarlo y probó. Eunwoo se quedó viéndolo, esperando su respuesta, quería saber si sabía bien, o si estaba muy condimentada, lo que fuera.
—Woahh... esto sabe muy rico, nunca había probado una salsa con este sabor. —Respondió luego de degustar, había sido una explosión de sabores increíbles. Cha sonrió amplio.
—¿En serio? ¿te gusta así? ¿no le falta nada?
—Está perfecta. —Esa mirada que Sanha acababa de dirigirle provocó que su corazón palpitara con más fuerza.
—Bi-bien.
Cha se dio media vuelta y continuó preparando todo. Estaba tan nervioso, era la tercera vez que cocinaba pasta y no quería decepcionar al menor.
Sanha por su parte, ¿cómo decirlo? No cabía en la felicidad, y pensar que veinte minutos atrás o media hora antes había estado molesto y triste.
Miró a Dongmin al mismo tiempo en el que pensaba en esas cosas y se dio cuenta de que el pequeño ya estaba en un profundo sueño.
Se puso de pie y le avisó a Eunwoo que lo llevaría a la cuna. Entrando a la habitación del bebé lo recostó y se quedó viendo ese rostro tan pacifico.
—No sé si esté bien decirte esto, sé que no lo entiendes, pero... creo que me estoy enamorando de tu papá. —Susurró y mordió su labio inferior, acarició la espalda del pequeño y lo dejó descasar.
Tras aquello salió y bajó las escaleras, Eunwoo ya se encontraba colocando los platos, la comida se veía tan deliciosa.
Ambos tomaron asiento y Sanha empezó a comer, pero Cha quiso esperar a ver la expresión del menor, la cual fue magia para sus ojos... Yoon lucía tan encantado con la comida, sus ojos brillaban y había empezado a hacer un bailecito extraño tras el primer bocado, lo estaba disfrutando a su manera.
—¿Te gustó? —Cuestionó el mayor, a pesar de ya saber la respuesta.
—Esto es de cinco estrellas Michelin. —Respondió con sus mejillas ligeramente abultadas—. ¡¿Cuándo aprendiste a cocinar así?!
—Hace un par de años, estaba estudiando dos carreras, una era para Chef, precisamente, me alegra no haber perdido el toque.
Sanha le sonrió, sin duda, ese chico frente a él era increíble, estar estudiando dos carreras era algo que él consideraba muy complicado, estaba admirando un poco más al azabache.
En determinado momento el menor vio a Cha acercándose a él y no pudo evitar sentirse cohibido, luego sintió en la comisura de sus labios un dedo; se quedó estático y miró ampliamente al azabache.
—Te embarraste de salsa. —Dijo como si nada el mayor y le mostró su dedo ahora sucio, luego pasó una servilleta y continuó comiendo como si nada hubiera ocurrido.
—Gra-gracias.
Ninguno supo cómo llegaron a eso, habían terminado de comer y Cha parecía no querer dejar ir a Yoon, pues le había invitado un par de cervezas mientras veían un partido de béisbol. Ya eran pasadas las 23 horas y ya no había ningún camión para el barrio de Sanha, de manera que debía irse caminando o Cha podía llevarlo.
—Solo iré a despedirme de Dongmin.
Dijo Sanha y subió las escaleras mientras que Eunwoo buscaba las llaves de su auto. Pasaron varios minutos y el menor no regresaba. Cha decidió subir y cuando ingresó a la habitación encontró a Sanha en la cama que estaba junto a la cuna de Dongmin, con él en brazos. Estaban dormidos...
Un gesto lleno de ternura se pasmó en la cara del azabache, una oleada de felicidad lo estaba abordando. Se acercó a ambos y se sentó a un lado de la cama sin despegarles la mirada.
—Son tan lindos... —Susurró. Y dio un beso en la mejilla de su bebé, para luego acariciar con uno de sus dedos la mejilla de Sanha.
El azabache se quedó así por un tiempo, no quería despertar a Sanha, se veía tan cómodo y descansado, incluso él mismo estaba entrando al mundo de los sueños. Las cervezas lo habían dejado bastante relajado, de modo que en cuestión de segundos perdió la consciencia.
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La madre de Eunwoo se levantó demasiado temprano, a pesar de haber regresado tan tarde la noche anterior, ella era una mujer ocupada, tenía gran vida social y laboral, de modo que casi siempre estaba fuera, esas eran las razones de que no pudiera apoyar como quisiera a su hijo con Dongmin, aunque cuando tenía días libres los aprovechaba por completo en el hermoso bebé.
Caminó a la habitación de su hijo, necesitaba dejarle encargado un documento, era necesario que lo firmara para que la nueva sucursal de ropa de su familia fuera aprobada. Al ingresar se dio cuenta de que la cama estaba completamente intacta, entonces eso significaba que había dormido en la habitación de Dongmin.
Se dirigió a la habitación del bebé, al acercarse y darse cuenta de que no se escuchaba ruido, abrió despacio la puerta y lo que vio la dejó paralizada un par de segundos.
Eunwoo estaba abrazando a Sanha, el niñero del bebé, tenía su rostro entre el cuello y el hombro del otro chico... ambos estaban en la cama con el pequeño Dongmin, Sanha tenía entre sus brazos al bebé, había tanta paz en el rostro de los tres...
No pudo quedarse más tiempo ahí, salió de la habitación y al cerrarla, Eunwoo despertó cuando se dio cuenta de que alguien había estado en la habitación y al percibir la manera en la que estaba con Sanha se levantó como resorte.
Bajó con rapidez las escaleras y ahí encontró a su madre terminando de guardar unos documentos.
—Mamá... —Dijo apenas audible. La mujer siguió acomodando sus cosas—. Yo... ¿tú subiste a la habitación de Dongmin? —Su voz temblaba. Su madre lo miró seria.
—Sí, fui a buscarte a tu habitación y como no te encontré, supuse que estarías en la de Dongmin.
—Lo que viste... madre eso no...
—¿Hasta cuándo, Eunwoo? —Dejó las cosas de lado y lo miró una vez más.
—Lo lamento... no es algo que pueda controlar... lo he intentado ¡lo sabes! Yo no pedí ser así...
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Sanha acababa de despertar, miró con pesadez todo a su alrededor y obviamente no estaba en su casa. Abrió más sus ojos y vio la habitación de Dongmin, luego se dio cuenta de que lo tenía entre sus brazos, aún dormía. Sonrió...
Acomodó al bebé en su cuna y salió de la habitación, encontrándose con la charla de madre e hijo...
—¿Hasta cuándo, Eunwoo? —La señora Cha acababa de dejar los documentos en la mesita de centro.
—Lo lamento... no es algo que pueda controlar... lo he intentado ¡lo sabes! Yo no pedí ser así...
Eunwoo lucía acongojado y su voz estaba quebrada. La señora Cha miró con tristeza al azabache y se acercó colocando su mano sobre el hombro. Sanha sentía que le faltaba el aire, no sabía específicamente de qué se trataba esa charla, pero ver así al azabache era extraño para él, era incómodo...
—Hijo, ¿qué está tan mal con ser así? —Esa respuesta hizo que Eun alzara su vista sin comprender.
—Papá... él nunca aceptó que a mí...
—Oh, Sanha. Despertaste.
La señora Cha alcanzó a ver al menor en la cima de las escaleras, de modo que intervino para que su hijo no dijera algo más, no era que no quisiera que él supiera, pero no consideraba que fuera el momento. Además, tenía prisa y debía irse, después hablaría con Eunwoo.
—Debo irme, luego seguimos hablando de esto y... deberías llevar a Sanha a su casa luego de que almuercen, su madre debe estarse preguntando en dónde pasó la noche.
Sanha sintió cómo el calor se apoderaba de todo su cuerpo, casi podía jurar que estaba saliéndole vapor del cuerpo, y sin duda su cara estaría como tomate.
Eunwoo no comprendía a su madre, no estaba entendiendo por qué se encontraba tan relajada después de haberlo encontrado de forma tan comprometedora con el menor, incluso a él lo saludó amablemente y lo dejó quedarse a almorzar...
La mamá de Cha se fue y dejó a ambos en la soledad de la casa.
—¿Dormiste bien? —Preguntó como primero el menor—. Lamento haberme quedado dormido... —Lucía realmente apenado.
—No tienes que pedir perdón por eso, estabas muy cansado, trabajas y estudias al mismo tiempo, supongo que habías estado acumulando todo el cansancio. Me alegra que mi casa haya sido cómoda para ti y que te hayas quedado.
Había sido sincero, él comprendía lo difícil que era hacer ambas, no cabía duda de que era agotador, mas si el trabajo se trataba de cuidar a un bebé que no es tuyo, era una responsabilidad muy grande. Además, esa noche en específico, había descubierto que... que él también estaba empezando a enamorarse del menor.
—Yo prepararé el desayuno en esta ocasión. —Sonrió, le hacía feliz escuchar las palabras del mayor, pero no solo feliz, estaba rebosante de alegría.
—Sorpréndeme entonces. —Dijo Cha con un brillo en sus ojos que Sanha acababa de descubrir.
Sanha sacó harina, leche, vainilla, bowls y empezó a preparar una masa. Eunwoo se dedicó a mirarlo, le gustaba observarlo, era tranquilizante.
El menor olvidó por completo el tatuaje que tenía en su brazo y remangó su camiseta para poder preparar bien el desayuno.
Eunwoo se percató al instante del tatuaje, no pensó que él tuviera uno y no era que le incomodara, solamente acababa de descubrir algo nuevo del menor.
—¿Tiene algún significado en especial? —Preguntó, sacando a Yoon de su concentración.
—¿De qué...? —Cha apuntó al tatuaje.
—Eso. ¿Tiene algún significado en especial?
Sanha bajó incómodo la manga y desvió su mirada de la contraria, empezó a verter la masa en la waflera y tomó un respiro. No estaba tan seguro de querer hablar sobre su pasado con Eunwoo todavía, recordar dolía muchas veces y aunque ya había pasado tiempo, por como habían ocurrido las cosas, era difícil.
—Es... es algo que compartí con alguien que ya no está en mi vida.
—¿Tatuaje de pareja? —Preguntó, cada vez le causaba más intriga.
En realidad, no le había gustado mucho descubrir que la piel de Sanha tenía algo que lo unía de cierto modo con otra persona, entendía que esas cosas ya se podían borrar, pero nada de eso quitaba el sentimiento de haber decidido tatuarte algo en conjunto con alguien especial...
—Sí bueno... ya pasó. —Sonrió falsamente y siguió con lo suyo.
Cha imaginó que era un pasado doloroso, luego recordó la "discusión" que habían tenido él y Moonbin en el centro comercial, luego de alejarlo del joven rubio ¿sería él su ex? Se preguntaba.
Eunwoo decidió no preguntar más al respecto, quizá los temas surgirían después, por ese momento se dedicaría a disfrutar de la compañía del menor, porque si se sinceraba, desde que Sanha había aparecido en su vida y la de su hijo, las cosas eran mucho mejor... era un ambiente de completa paz.
Tan guapos~~~
¿Cómo va todo?
¿Qué opinan de la historia? :3
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