Epílogo
Epilogo
Mirarte a los ojos es un tema complejo, en verdad lo es. Uno no suele enfrentarse a menudo con unos ojos tan decisivos.
Pero el desconcierto puede ser aún mayor, ya que uno no logra terminar por descubrirte, pero al menos, quisiera atreverme a asumir aquel riesgo.
Porque mirarte a los ojos es todo un tema, en verdad lo es. El resultado de un gran acontecimiento, y ahora me doy cuenta de ello.
-Eun Bi, ¿qué haces aquí? –pregunto al fin, luego de verme sentada en el sofá de su casa por unos largos minutos de silencio y fijación absoluta.
-Tu hermana me dio la dirección y me dijo la contraseña. –conteste con seriedad al verlo depositar su chaqueta a un costado.
-Bueno, ¿quieres un té? –se dirigió hacia la cocina, supongo- seguro prefieres un café, ¿verdad?
-Testaruda manera de desarmarme. ¿Eh? –comente poniéndome en pie- Jung Ho Seok.
-Apareces con aquel escudo y sueltas tu forma de ser tan impredecible, la misma de siempre, -sonrió negando- Hwang Eun Bi. ¿Sabes qué eres de lo que no abunda? –encendió la pava eléctrica mientras preparaba las tazas.
-¡Vamos! Tú solo desapareciste durante cinco años, -frunci el ceño- ¿también era necesario cambiar tu número?
Sonrió sin voltear a verme- Y eras tú la desconfiada…
-Pero, ¿no me dijiste una vez que desajustara aquella desconfianza? Bueno, lo mismo te repito.
-Era…
-Ni se te ocurra decir que era por mi bien. Si, estaba confundida, no entendía lo que sentía y lo que creía conocer. Pero tú solo te fuiste luego de declararte.
-¿Qué debía de hacer entonces? –pregunto correctamente al fin.
-Oír la respuesta, -volteo a verme- imbécil. –se apoderó de su corbata con frialdad en sus ojos, pero sonrió al ver los contrarios y junto sus labios al fin, en un tierno y necesitado beso ensoñado por años.
-¿Qué…? –pronunció pero sin que lo dejará terminar asi como asi.
-Con un poco de ti y otro tanto de mí, la cosa seria mucho más entretenida, ¿no te parece? –susurro cercana a sus labios, bajando hasta su cuello y besando este con una innegable sonrisa al sentir sus jadeos y su cuerpo reaccionar ante ella; la luz se cortó cegándonos momentáneamente.
Sin decir una sola palabra más, en una completa oscuridad, asi lo elegieron. Decidieron no preocuparse más por los contratiempos. Ambos de pie, enfrentándonos, y quien se moviera primero, puede ser aquel que pierda o tal vez, puede ser aquel que gané todo.
Aún asi, Eunbi levanto sus manos y desabroche aquella hebilla que recogía su cabello en un simple recogido de oficina, y él lo descubrió gracias al ruido que esta provoco al chocar contra el suelo.
Y sin más tiempo que perder, Hoseok comprendió que era su turno y se acercó para con su mano derecha tomar de su cabello, acariciarlo con tanta ternura, y por su lado, con su mano izquierda, sostener su muñeca. Aquel apretón era una súplica que imploraba por que le arrojará a la cama con su cuerpo a su lado, ya que no se trataba de un par de niños. Ambos lo deseaban a la par.
Ella recorrió sus labios con su dedo índice. Explorando aquel bello corazón que formaban entre si.
Él sin poder soportarlo más, desabrocho su propio pantalón y tomó su delicada y pequeña mano, junto aquel deseado índice, llevándolo hacia el descenso.
Termino rindiendose por completo, cayendo sentada en el borde de la cama, y aunque ninguno dijo palabra alguna, los latidos resonante sobre sus pechos, eran suficiente.
Hoseok se posicionó encima de sus bellas caderas, recostándose en la cama, y por siguiente, aquella dulce melodía llena de boconadas, y suspiros agudos y graves, ambos combinados en una sola sinfonía; tomando la atmósfera por completo.
Aquellos inconfundibles estruendos era tangible, ambas pieles juntándose a un mismo ritmo. Pero ninguno dijo palabra alguna, porque ambos se encontraban gritándo y murmurándo entre si, todo aquello que sobraba por decir, lo que anhelaban con desesperación, aquello que amaban con locura de niños, y ahora de adultos, con inquebrantable lujuria.
Aquél futuro sin precedentes, ni seguros confirmados, pero si a sabiendas de una sola cosa, la más importante de todas. Un futuro en mutua compañia, un futuro juntos.
-Es extraño... pero te recuerdo, como si te hubiese conocido. -él sonrió para acariciar su cabello
-Tal vez nos conocimos, ¿quién sabe? En la adolescencia, en un humilde barrio al que te mudaste de pequeña.
Sonrió para negar levemente- En estos últimos cinco años, he soñado mucho contigo.
-¿A si? -besó sus labios con una sonrisa traviesa de por medio- ¿Qué tipo de sueños? No me quejo si eran humedos. -más recibió un golpee para luego ser soltada una contagiosa risa, inigualable.
-Tonto. -acarició su pecho desnudo- Nos vi, como trainers de una empresa, nos vi como idols separados por el reflector. Tambien nos vi, a ti como el buen primo que vela por el bienestar de su menor y a mi, como la novia de aquel primo egoísta. Nos vi, como la niña del corazón roto y como el héroe que llegó para salvarme. Nos vi, como una extraña especie avanzada de la humanidad, en dónde era mucho mayor que tú.
Rió al oirle, provocando un sonrojo un poco evidente en ella.
-Me vi, siendo una descorazonada futura madre, dispuesta a perderte por el deseo de libertad. También nos vi, como una pareja de recién casados, rodeados por buenos amigos. E incluso, nos vi, en un internado, sin esperanzas al mañana, conectados por el trauma y la necesidad.
-¿Mundos alternos? -preguntó acariciando su delicado hombro.
-¿Crees qué estoy loca? -negó.
-Claro que no. -se acerco para besar sus labios.
-¿Sabes qué era lo único similar en todas estos "mundos"?
-¿Qué? -una sonrisa adorno sus finos labios.
-Que en cada uno de ellos, sufrimos demasiado. Era tan doloroso, que una fuerte opresión se apoderaba de mi pecho, y me sentia morir, hasta que conseguía abrir los ojos... -sus brazos le rodearon sin dudarlo, atrayendo sus cuerpos sin pudor- pero luego, los momentos dulces aparecían. En cada vida, siempre eramos tú y yo, amandonos, sinceramente. -volteo, alzando su rostro para contemplarle- ¿Sabes a qué conclusión llegué?
-¿Mhm? -las llemas de sus dedos acariciaban y frotaban contra su calida piel desnuda.
-Que te amó, Jung Ho Seok... -y besó sus labios en un dulce rose de ternura.
-Te amó mucho más, Hwang Eun Bi… -él besó su frente en un casto intento de expresar el deseo ferviente de protección y cuidado prolongado. Eterno, si pudiese decirlo.
“Y todos los besos parecen ya inventados, y todas las historias parecen ya contadas, porque todos los recuerdos parecen ser los mismos. Sea hoy, ayer o mañana...
Contigo, la novedad no acaba para nada, mi dulce y misterioso destino.”
|Destiny |
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