Los ojos de Ho Seok se abrieron con pesadez, su corazón dolía y aquello le causo un fuerte éxtasis de nostalgia. Se puso en pie, tomó el teléfono y mandó un mensaje, como pudo se dirigió al cuarto de duchas y se bañó.

Era momento, entonces, de que anuncie al final todo aquello que vendría en breve. 

-Leí el mensaje, fui al estudio y no estabas, ¿pasó algo? –suspiro para sentarse frente a mí en aquella mesa- Hoseok, sabes que estoy algo ocupado, no tengo tanto tiempo libre como para juntarnos a ver cómo van las cosas del otro… aunque quiera.

-Esos reclamos me recuerdan tantas cosas. –sonreí con aquella taza entre mis manos, observando los autos pasar por las calles- Bueno, ¿estás listo? Necesito toda tu atención.

-Dime… -tomo la taza que había pedido para él.

-Soñé con ella, otra vez.

-¿En serio? Después de tanto tiempo desprendida de tus recuerdos, que bárbaro… han pasado cinco años, ya tienes veinte cuatro años.

-¿Lo ves? asi como te digo. Se le ocurrió ingresar a mi presente, a través de mi mente, esta chica… -negué aun con una sonrisa entre mis labios- y no tienes idea del sueño que fue.

-¿Hubo sexo? –sonrió con picardía. Negué.

-En lo absoluto, solo era ella, haciendo de las suyas de nuevo. Creo que estaba con el novio… pero aún asi, su presencia parecía buscarme y hacía lo imposible por alcanzarme. Todos los rasgos que primaban cuando la conocí, simplemente... aparecieron en este sueño. Siendo aquellos jóvenes, no pudimos contra ello y aún no podemos, ni siquiera en los sueños.

-¿Pero paso algo más?, ¿recuerdas algo más?

-Más o menos, pero al intentar recordar, es como si mi propio cuerpo dijera: “¿otra vez necesitas vivir esta sensación única? -sonrei con burla hacia mi mismo- Entonces, ahí vamos”. Y solo me lleno de tensión y de aquella cosa que comienza desde el estómago hasta la tráquea, al intentar recordarla, me atoro en el tiempo… pero ya está, es pasado y quisiera crecer.

-Aun asi, tu cuerpo la recuerda…

-Asi es, al parecer aun alcanzo a recordar todo lo que alguna vez pudimos lograr. Quizás es mi castigo o tal vez un obsequió, por haberlo intentado tan duro.

Suspiró para tomar su taza de capuchino- Y te levantaste en la mejor parte, ¿no? -asenti despacio.

-Hubo un solo momento en el que me sentí abofeteado en mi propia realidad…

-¿Cuál? –negó Eunwoo al verme tan sumergido en mí mismo. 

-Cuando me beso, con el mismo beso que siempre tenía reservado para mí en aquellos tiempos. Aquello me aniquilo por completo, solo pude besarla de nuevo y no sé si fue mi propio deseo, pero la bese con tanta sinceridad, que solo se basó en ello…

-Los sueños son un misterio amigo. -o quizás ella es el misterio de mi vida.

-De igual modo la realidad… -el sonrió ante lo dicho, por mi parte, solo observe por la ventana del local, el día era nublado, y pronto llovería.  

Lo que ocurre en nuestras ausencias, a nuestra interpretación es negativo, pero en verdad, nos acerca.

Toda aquella vida, aquél tiempo, el atardecer y los días nublados, las tazas de café y las risas que no compartimos...

Pienso que todo, de alguna manera, debería ayudarnos a contemplar nuestro propio paisaje, y agregarle un poco de mis colores al otro, quizás y con suerte, pueda brindarte fuerzas… mi dulce y ansiado misterio.