Al finalizar las clases quedamos con Eunwoo por ir juntos a la cafetería, en el camino entre risas por nuestra parte oímos un grito fuerte y volteamos encontrándonos con Moonbin y su brazo extendido hasta nosotros.

A su lado estaba Eunbi recostada entre las rejas de la entrada al campus, con una campera negra y su capucha puesta. Se veía adorable ante mis ojos, pero al parecer andaba de mal genio por sus expresiones.

-¿Todo bien chicos? –pregunto Moonbin con una gran sonrisa.

Eunwoo sonrió- ¿Y ustedes? Huelo mucho mal humor por aquí. –se acercó levemente hasta la más baja que lo miro con seriedad- ¿tu actitud como se encuentra Eunbi queen?

-No jodas… -su mejor amigo rio junto a Eunwoo.

-Anda de mal humor porque un idiota quiso sobrepasarse con ella… -sin más golpeo el hombro de Moonbin- oye si es verdad… -se quejó.

-¿Estás bien? –pregunte preocupado ya que una cosa era que hyung pudiera tocarla y si, era doloroso para mí, pero odiaría pensar que alguien que ella no quiere lo haga.

-Si… -dudo unos momentos en decírmelo- solo fue un imbécil, pero ya paso. ¿Seok Jin no vino a clases? –pregunto y Eunwoo negó.

-Creo que tenía la visita de su abuela en casa, oye, ¿no deberías de saberlo? Eres su novia después de todo.

-¿Quieres morir cara bonita? –amenazo y el más alto sonrió.

-¡Ahh! Si hyung te oye se sentirá ansioso. –se rio Moonbin y ella intento golpearlo pero este fue más rápido y no le alcanzó a llegar.

-Es irónico, Seok Jin hyung también es un cari linda pequeña.  –Eunwoo acarició su cabeza con capucha y todo, ocasionando la risa de ambos, yo únicamente sonreí al ver lo bella que era, amaba contemplarla asi.

Los años habían pasado con tanta lentitud, seis años, pero era más que eso, en total llevo nueve años huyendo de ella; nueve malditos y largos años. En esta oportunidad solo quiero observarla y valorar cada pequeño detalle de su hermoso ser. Sus facciones, su semblante, el timbre de su voz, todo de ella era arte y digno de admiración.

Gracias a Moonbin y Eunwoo, ambos menores nos acompañaron al café, pero terminó siendo una hamburguesa en vez de una bebida.

Las risas era fuertes, las anécdotas de ambos eran incontables, verlos a ambos reir y pelear entre sí por quien cuenta la anécdota correctamente era divertido para ambos.

Solo verla me hace desear mudarme a su piel, encontrándome con cada sorpresa en aquel recorrido; porque lo tanteable no es lo único que forma parte de ella, claro que no, también existen emociones y experiencias internas que forman parte de su piel y quiero recorrer aquellos altos y bajos. Volver a mirar con total ansiedad aquellos ojos que en su momento me desearon, tanto como yo a ella; que en su momento me alteraron. Amaría poder verte al frente de aquel espejo, conociendo quién eres en medio de tu soledad, sin que nadie te interrumpa.

Admirándote cuando nadie más lo hace, verte ser cuando realmente lo eres, sin ningún ojo más a tu alrededor, poder apreciar aquella bella joya, descubriendo aquella maravilla que eres, Hwang Eun Bi.