Las semanas pasaron, junto a ellas los meses y Seok Jin se veía más que feliz, completamente enamorado; claro, ¿quién no lo estaría? Eun Bi se veía cada día más radiante, más hermosa.

-Hermanito… Hoseok…

-Lo siento, ¿qué decías? –frote mis ojos con cansancio y preste atención al teléfono.

-Oppa, ¿estás bien? –asentí- hablo en serio, ya pasaron tres meses desde que iniciaste el clico lectivo, dime, ¿ya te has acercado a ella?

Sonreí con pesar- Tiene novio…

-¿En serio? –su timbre de voz era más bajo de lo usual- pero, el destino puede cambiar, oppa…

-Lo sé, pero quizás es mejor asi, ¿no lo crees?

-Claro que no, oppa tú la amas, –suspiro- es una gran locura todo lo que está pasando, pero si tu deseo fue tan fervoroso para abrir un hueco entre el espacio y el tiempo, eso significa que no pensaras rendirte ahora. ¿Verdad?

-¿Cómo están las chicas? –cambie de tema, lo sé, pero es que, en verdad me preocupa su restauración, de igual modo.

-Yuna y Yewon de a poco avanzan en su relación, son pasos pequeños pero firmes, Eunha está feliz por ello… en cuanto a unnie… creo que me odia…

-No digas eso, es imposible. Yerin, esta dolida, pero jamás te odiaría.

-Lo sé, pero han pasado tres meses y solo me esquiva con todas sus fuerzas… -suspiro rendida pero detrás de ella las risas de Jungkook llamaron mi atención.

Rápidamente se acercó al ver que hablaba conmigo y prácticamente le arrebato el celular. Todos reímos tras la línea, Yoongi apenas había llegado y se unió a la pequeña junta de hermanos que se presentó en la ocasión.  

Estaba feliz de poder oír sus voces, saber que todo estaba más que bien, nuestros padres están en trámites de divorcio y esta vez, están más cerca de terminar los documentos; despues de tantas dudas y penas para con nosotros. Aún asi, ambos mantenienen un buen trato, aquello de cierto modo me traía algo de consuelo.

Al cortar la llamada quedé pensando en aquello que Yerin me dijo, tiene razón, al parecer lo desee con fervor, no puedo rendirme ahora.