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Asi lo hice, me despedí de mis padres, los cuales ya no vivian juntos. Papá se fue de la casa, más eso no significaría que ya no nos visitaría los fines de semana y aún con mi partida lo seguirá haciendo.

Jungkook lloró en brazos de mamá, Yoongi me abrazó y pude descifrar su voz quebrada, sonreí para corresponder y observar a la única persona que pudo haber sufrido el mismo ataque de ansiedad que yo, pero a diferencia de mí, lo sufrió de golpe en soledad.

-¿Estarás bien? –pregunte antes de abrazarla, ella correspondió.

-Lo estaré, no te preocupes por nosotros y se feliz, lo mereces más que nadie. –bese su cabeza y miré a los tres chicos detrás nuestro.

-Cuídenla… -pedí y ellos asintieron, me separé de ella y no pude evitar llorar, más sus manos limpiaron mis mejillas y su hermosa sonrisa apareció.

-Oppa, cuídate…

Al subir aquel tren, observé como Taehyung tomaba la mano de Yerin, a papá sonriendo al ver a Jungkook llorar nuevamente, Yoongi abrazó a mamá evitando que asi llorase.  

En aquél largo camino sólo pude pensar en lo difícil de nuestras elecciones; las chicas no volvieron hablar entre sí, Sojung aunque comprendió el sentimiento de ambos, no significaba que no le duela al verlos juntos. Yuna y Yewon aún no pueden hablarse más allá de la formalidad.

Una pequeña decisión puede cambiar tu desenlace y el de los que te rodean.

Sólo espero encontrarte y que estés bien…

Los meses pasaron, me acople en aquella pensión, me hice amigo de los vecinos, entre ellos de un futuro compañero de clases, Eunwoo era su nombre. El chico era serio y agradable, me cae realmente bien, aunque tengo la sensación de haberlo visto antes...

Poco falta para el inicio del ciclo lectivo, no puedo evitar sentirme ansioso y nervioso. Hace dos meses y medio que estoy en Seúl, y aun no la eh visto o encontrado; siempre habló con mis hermanos y me alegra saber que nada ha cambiado, que sus destinos siguen intactos.

Mirando los arboles de aquel vecindario, logré interceptar una figura que llamó mi atención, que hizo enaltecer a mi corazón. Apareciste cual intrusa y caí en cuenta, al fin te encontré.

Cabellera larga y algo ondulada, color azabache intenso; aún recuerdo tu cabellera rubia y para ser honesto, amó como te queda el oscuro, resalta cada una de tus hermosas facciones.

Sin siquiera notarlo, estoy pensando en que voy a decirte, lo premedito varias veces, como si armase una estrategia semántica para persuadirte, y que con todas las convicciones y las ganas, puedas decirme que sí.

Pero no puedo dar un paso, porque le veo acercarse y robarte una bella sonrisa, para rodear tus hombros con sus fuertes y anchos brazos.

-Hyung… -susurro y lo que me temía ocurrió, un beso fue depositado en tus labios y lo disfrutaste.

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