016

Aún no podia digerirlo, es decir, ¡¿cómo podria creérmelo?! pero de alguna extraña forma, ocurrió.

Regresé en el tiempo, una semana ya ha pasado y aún sigo aquí. Mis padres sonríen, mi hermana juega y rie, mi familia es feliz, pero falta poco para que ese terrible día ocurra.

El día en el que nuestra alegria ceso, el dia en el que nuestra sonrisa abandono nuestros semblantes; el día en que nuestro ángel nos dejo.

Ese desdichado día, era hoy, y no tenia planeado permitir que ocurriera.

-Omma, deja que valla yo por las compras hoy. -pedi, pero ella no estaba segura, como buena madre, solo queria que valla al colegio; más decidi mentirle- La profesora de primer hora anuncio que faltaria la semana pasada.

-Entiendo, te lo agradezco cielo. -sonrio para sentarse y anotar cada artículo en una pequeña libreta que tenia, arranco la hoja y me la dio- Ten cuidado, ¿si?

Asenti para antes de marchar aferrarme a su cintura y abrazarla con fuerza, oyendo su risa y sintiendo sus cálidas manos sobre mi espalda.

-Te amo mamá... -fue lo unico que logre pronunciar antes de separarme de ella y alejarme de la casa.

Me encamine con cuidado a cada lugar donde ella me mandó a comprar y evite aquella calle dónde ocurrió el accidente, mi cuerpo estaba nervioso por inercia. Más decidi ser precavido, incluso marque a la estación de policía sin vacilar, no deseaba que esa tragedia arruine mas vidas.

¿Estó sera suficiente? Solo una forma de saberll había.

Al llegar a casa intente tranquilizar mi acelerada respiración, abri la puerta y observé a Yerin sentada en el suelo del salón principal con su mochila a un lado, dedusi que se encontraba haciendo tarea, por sus rígidas expresiones faciales.

Mamá se acercó para depositar una taza de leche con galletas sobre la mesita, y oirla quejarse de lo dificil que le resultaba, más rio para acariciar su cabello.

-Llegue... -informe y ambas voltearon hasta mi con una sonrisa.

-Oppa~ ¡ayudame! -suplico con descaro.

-¿Conseguiste todo? -mama se acerco para ayudarme con las bolsas, y asenti- Gracias mi amor. -sonrio para acariciar mi mejilla e ir hacia la cocina.

-Oppa, ¿por qué estas llorando? -oi la dulce voz de Yerin y sonreí limpiando mis mejillas.

-No es nada, te ayudare con la tarea pequeña...

-¿En serio? ¡si! -recogió su cuaderno y me lo mostro para comentarme de que trataba.

Lo hice, evite el desatre, salve a mamá. ¡Lo hice!

Yerinie crecerá y todo lo referente a su adolescencia junto al cambio que sufrirá su cuerpo lo experimentará de la mano de mamá.

Papá no sufrirá, no terminara debastado ni mucho menos consternado, seguirá sonriendo al verla, justo como ahora lo hace.

Logré que mi familia siguiera siendo feliz, que aún se encuentre completa y unida.

No se quien lo hizo posible, aún asi, estoy agradecido... gracias.

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