-Nada lo fue Yerinie, tú creciste como aquella bella flor en la que decidiste convertirte. La que hoy florecio. -seguia rodeada entre sus brazos.

Aún así, gracias a ello decidiste sucumbir a esos crueles caminos, perdiendote a ti mismo, y todo por la maldita fiesta de quince.

-¡Fue increíble! -me fue inevitable sonreír mientras le mostraba unas cuantas fotos del cumpleaños de Yuna.

-¿Cómo el de Sojung y Eunha? -papá rió bastante apenado- Lamento que no podamos hacerte una fiesta asi pequeña... -se disculpo al ver el brillo en mis ojos.

-Lo entiendo papá, pero créeme, seré feliz con nuestra casa rodeada por las personas a las que más amo. -lo abracé, y senti su beso en mi frente- Lastima que mamá no pueda estar aquí...

-Cariño... -me reodeo con mayor apego hacia si mismo. Hoseok dejó su desayuno en la mesa y no dudo en unirse a nuestro abrazo.

-Aun asi podras usar su vestido -sonrio animadamete.

-Oppa, ¡nos aplastas! -los tres reimos al unísono.

Por supuesto que no planeabas dejarlo asi, simplemente te vendiste, enterraste tus propios valores y aceptaste unirte aquello que tanto aborrecias. Solo... por un estúpido capricho mío.

-¡Oppa! -exclame para dejar detrás a Eunbi y correr hasta él horrorizada- ¿Qué le pasó a tu rostro?, ¿Por qué tocas tus costillas? -frunci el ceño- ¿alguien te golpeó?

-Estoy bien...

-¡Oppa! -solo desparramaste mi flequillo para sonreir y cargar con mi mochila en silencio.

Yo muy idiota no lo vi, sólo me sorprendiste con aquél precioso vestido de novia que mamá uso en su boda, junto aquel hermoso salón que desconocía. Y me llevaron hasta el, completamente engañada, en donde me esperaban todos mis amigos con una rosa en cada mano, en donde Tae me invitó a bailar y me dio mi primer y tan ansiado beso, solo para despues, pedirme ser su novia.

Tengo que admitirlo, siempre velaste por mi bien estar, pero tu amor fraternal te cego, en parte fui tu perdición y lo lamentó tanto oppa. Porque no debias de ocupar un lugar que no te correspondía, tú eras mi hermano mayor, no mi madre.

Aquel mundo te arrebató el tiempo, la energía, la cordura, tus sonrisas, tu genuina alegría y cuando Eunbi tuvo el suficiente valor de confesarse, ya era demasiado tarde. Te había perdido, de igual modo en que papá y yo lo habíamos hecho.

-¿Se arreglará? -oi su voz susurrante, anhelante, volviendome en si.

-Tú volviste... -desee ser tu bálsamo, realmente lo desee.

-Pero, ¿y ella? -mas no puedo competir contra ella- Yerin. -no respondi, no pude- ¿Puedo volver el tiempo atrás? Quiero volver en mis acciones... -susurro sin fuerzas- Se honesta, no como mi hermana, si no como su mejor amiga. -negué- Yerin-ah, por favor...

-Despues de haberla lastimado tanto... lo mínimo que puedes hacer es dejarla ser feliz, y hacerte a un lado. -complete con dolor y  desgarradora sinceridad, por el bien de ambos.

Eunbi quiso viajar, nos hizo prometer guardar silencio y a este punto, tal vez ya le haya aceptado.

Hoseok por su parte, apenas consiguió salir de rehabilitación, y regresó a casa luego de tres largos años. Merece descansar y olvidarse de todo si le es posible, sanar las heridas, y perdonarse asi mismo ante todo.