Capítulo 14
Jamás hubiese imaginado que un paseo como el que estaban haciendo ambas en aquel momento era muy necesario.
Podían respirar el aroma de Fiore y sentir cómo los aldeanos miraban a las heroínas que pudieron transportar una aldea entera a las afueras de aquella ciudad.
Muchos se preguntaban cómo dos chicas que parecían muñequitas pudieron con tanto peso. Se precisaba de mucho poder, ¡y lo hicieron!
—Entonces... El Byakugou...—susurró Lucy. No dejaba de pensar en lo que ocurrió aquel día. A pesar de que conocía más o menos las técnicas de Sakura, jamás podría saber cuáles sus sus habilidades totales—... Es...
—Peligroso. Te resta tiempo de vida—declaró la Haruno—. Pero en mi estado actual solo pude aferrarme. Es la única manera que se me ocurrió de darle chakra a una maga. La verdad... No esperé que funcionara.
—Muchísimas gracias, pero—los ojos castaños de Lucy se aferraban al suelo. Cada vez veía cómo sus propios pies se movían a un paso lento—no quiero que la uses si te acorta la vida.
—No te preocupes.
Lo cierta era que Sakura siempre pensó que esa técnica no le restaría vida, porque creía que estaba destinada a morir en una batalla.
¿Un ninja muriéndose de anciano? ¿Cómo quién? ¿Cómo el sapo viejo pervertido? ¿Cómo Minato? ¿Cómo el tercero?
Suspiró, mirando como su rubia amiga estaba más contenta que de costumbre.
—¿Ocurrió algo?—le preguntó la Haruno.
—Nada. Solo se me ocurrió una pequeña estupidez.
—Entonces dime, ¡yo también quiero sonreír, shannaro!—golpeó con pequeña fuerza el hombro de la Heartfilia, que reaccionó al momento.
—Está bien, está bien. Solo pensaba en que... ¡sería una gran maga estelar si pudiese luchar como tú junto a mis espíritus!—se ruborizó debido a los ojos esmeralda de la Haruno, los cuales brillaban con cierto esplendor aquel día.
—¿Y por qué no-
—¡¿Qué estás diciendo, Saku-san?!—interrumpió, haciendo una rápida cruz con sus propios brazos.
—Tú eres la que me enseñaste que, a pesar de estar en otro mundo, podría usar mis habilidades. Creí que sería inservible, pero míranos, Lu-chan. ¡Somos unas heroínas! ¿Por qué no vas a poder? Tampoco digo que de la noche a la mañana te conviertas en una gran kunoichi. Yo tardé todos estos años. Y tampoco tienes chakra...—¿acaso le estaba animado, o estaba pretendiendo que se le fuese toda la ilusión?—... así que no podrás realizar técnicas ni invocaciones... Pero puedes practicar el taijutsu con tu propia fuerza. Tampoco serás igual de rápida que yo—la Haruno miró al cielo colocando su dedo índice sobre sus propios labios. Ignoraba a una Lucy bastante desanimada a su lado. Quizás sería mejor seguir con su magia estelar y con sus armas celestiales—... pero eres buena aprendiendo. Podría enseñarte un par de técnicas.
—¿T-Tú crees?
—¡Por supuesto, shannaro!—animó bastante entusiasmada—. Además... Debería hacer algo también. Mi chakra en este mundo se recupera muy despacio, así que debería depender de los kunais que hay en la mochila que traje conmigo. Y también hay una espada...—susurró.
—¿Sabes usar espadas, Saku-san?
—No lo recuerdo... Pero probé de usarla y acabé haciéndome un pequeño corte.
—¿Te lo curaste con tus habilidades?
—¡Por supuesto que no!—contestó de inmediato—. Suelo usar mis habilidades de curación en terceras personas. Si mi vida no peligra no me curaré. Necesito toda la fuerza posible para cuando ocurra algo que no esperábamos. Como por ejemplo... el monstruo del sharingan.
El monstruo del sharingan.
Así lo llamaron. Un monstruo enorme, poderoso, y que parecía indestructible.
Pero lo que más temieron era a la persona que estaba al mando. Los monstruos no siempre actuaban solos, de hecho, siempre había un ser humano manipulador detrás de todo.
—Wendy me contó que hubo un par de muertos...—susurró la Heartfilia. De repente, pararon. Observaron aquel cielo estrellado. Era de noche. Parecía que únicamente la noche transcurre en Fiore. Pero al fin y al cabo, lo agradecieron. Podían observar aquel paisaje tan bello que la naturaleza les había regalado—. Al menos... Sabemos que están bien.
—¿Cómo...?
—Todos creemos que si morimos luchando por Fairy Tail... moriremos felices—sonrió, aunque se veía un poco de pena en ella—. Es mi segunda muerte más deseada.
—¿Cuál es la primera?
—Morir de vejez. Junto a mis espíritus y la persona que amo.
La Haruno le sonrió. Tomó las manos de su mejor amiga y miró los ojos castaños de aquella chica.
Y de repente, un pequeño recuerdo apareció en su mente.
—¿Qué haces?—le dijo una mujercita rubia. Su vestimenta era lila y algo mostradora en cuanto a su piel pálida. Su cabello era larguísimo, pero lo que más te cautivaba de ella eran sus ojos celestes. Aquellos que jamás podrías dejar de mirarlos.
—Estaba entrenando—le informó Sakura toda sudorosa—. No puedo permitir que cuando él venga sea débil.
La chica de vestimenta lila rio.
—Eres mi mejor amiga. Jamás serás débil.
—¿Saku-san? ¿Estás bien?—Lucy fue quien interrumpió sus pensamientos.
Sakura se asustó. ¿Quién era aquella chica? Supuestamente era su mejor amiga.
¿Y quién era el "él" del que hablaban?
Suspiró, tocando su frente.
—¿Saku-san?
—Lu-chan—miró al frente—. Quiero entrenar.
—¿Qué? ¿Justo ahora?
—¡Shannaro, jamás será tarde para un entrenamiento!—animó la pelirosa, mirando al cielo. Lucy amaba las estrellas y ella amaba ser fuerte. Quizás era el momento de entrenar. De hacerse fuertes. De ampliar las posibilidades de combinaciones juntas.
—Pero tu chakra...
—Comenzaré a usar la espada—ni siquiera dudó—. Seré la mejor usándola.
—Saku-san, esper-
Pero ya fue demasiado tarde. La Haruno comenzó a correr para ir hacia su mochila, aquella que estaba llena de herramientas para hacerse fuerte. También, donde estaba aquella espada de un color esmeralda. ¿De qué estaba hecha? Mejor. ¿Por qué la tenía ahí? Ni siquiera podía sujetarla de una forma correcta.
Mientras corría, volvió a pensar en aquella chica rubia que aparecía en su mente.
¿Acaso era de lo que aquel Sasuke le habló? ¿Sus recuerdos estaban regresando a ella?
Se veían muy amigables juntas. ¿Quién era?
—¿Un cerdo?—rio Sakura mientras corría.
Lamentó haberla ignorado, pero en el fondo, confió en que la recordaría.
***
—¡Lucy!
—¡Sakura!
—¡Lucy!
—¡Sakura!
Ambos chicos gritaron en cuanto se levantaron y descubrieron que en toda la mañana no habían dado presencia en el gremio. Buscaron por sus dormitorios, por la enfermería, incluso por aquellos jardines.
Preguntaron a Wendy, Levy, Erza, Lisanna... pero nadie había visto a ambas chicas.
¡Ni siquiera Cana, que se pasaba casi todo el día en el gremio bebiendo!
Miraron por todos lados. Por todo Fiore.
—¿Y si de nuevo les ocurrió algo?—comenzó a impacientarse Natsu.
—Hum—y como de costumbre, aquella fue la forma de decir: "Yo también estoy preocupado" de Sasuke.
Los corazones de ambos querían salirse y guiar aquella búsqueda. Pero debían mantener la calma. Aparecerían, ¿verdad?
—Ah... N-Natsu—y fue Happy quien apareció de la nada—. Y-Yo sé dónde están...
—¿Dónde?
Ambos prestaron atención a aquel Exceed.
—Verás... Estaba intentando pescar... ¡Ayee! Pero no lo logré. El pez fue resbaladizo y quizás demasiado grande para m-
—Sé directo—interrumpió el Uchiha.
—Están en el bosque, ¡peleando entre ellas!—gritó asustado.
Los ojos negros de ambos chicos se miraron. ¿Qué debían de hacer? ¿Interrumpir?
Pero si ese fuera el caso, ¿a quién debían de proteger? ¿Sasuke a Sakura? ¿Natsu a Lucy? Entonces eso significaba que se enfrentarían, ¿verdad? No, imposible. Ambas eran amigas.
¿Pero y si estaban bajo una poción de agresividad? No, tampoco debía de ser eso.
—Happy, llévanos ahí.
—Aye, sirr...—afirmó sin ánimo.
Cogió a ambos, cada uno con una mano. Comenzó a lagrimear en cuanto vio que eran más pesados. ¡Además, Sasuke llevaba una espada con él!
En pocos minutos terminaron en el bosque, donde observaron con atención lo que estaba ocurriendo.
Natsu sonrió, Sasuke solo torció un poco sus labios en una pequeña forma de sonrisa.
Sí; estaban peleando.
La Haruno mantenía una espalda entre sus dos manos debido a que era muy pesada. Tenía un color que cada vez que apuntaba hacia su enemigo, comenzaba a brillar igual que sus ojos cuando estaban enamorados.
Sus dientes estaban apretados, igual que su mandíbula.
Observó a Lucy como si fuese su enemiga.
—Iré por la derecha—y no le mintió. Estaban entrenando, pero sobre todo, estaba enseñando a Lucy un poco de taijutsu. ¡Por supuesto que no quería matarla! Quería hacerle fuerte a pesar de que ya lo era. Quería que Lucy no se viese como un estorbo.
La pelirosa dio un paso hacia atrás. Después, volvió a centrarse en la rubia. Sus zapatos se clavaron en el suelo y su mirada fue feroz.
Lucy se arrepintió de tener a aquella contrincante. Sabía cómo era en batalla, pero solo la conocía como aliada.
La Heartfilia centró todos sus sentidos en la derecha.
Ambas estaban exhaustas. Habían pasado la noche practicando, y era imposible parar. No solo se estaban haciendo fuertes, si no, que se estaban divierto. ¡Y sus lazos jamás podrían estar tan unidos como en aquel entonces!
Siete...
Seis...
Cinco...
—¿No haremos nada?—Happy colocó sus manos en su boca, bastante asustado. ¿Y si se hacían daño? ¡Sus amigas estaban peleando!
—Por supuesto que no. No hay que interferir en una batalla—sonrió el Dragon Slayer. Aunque de intervenir en batallas él no lo entendía.
Sasuke solo se acomodó. Tenía curiosidad por ver sus avances. Pero, ¿qué hacía con aquella espada? Ella jamás había tocado una.
Abrió los ojos para estar más atento en cuanto vio que Sakura comenzó a correr hacia Lucy.
—¡Shannaaaaaro!—gritó.
—¡Kyaaaaaaaaa!—se asustó la rubia, intentando no cerrar los ojos por miedo.
Sus manos por un momento se dirigieron a sus llaves, pero recordó la promesa que se hizo a sí misma; ayudar a sus espíritus. ¿Cómo iba a ayudarlos en una batalla si la ayuda eran ellos?
Miró cada movimiento de ella. Apenas tenía unos segundos para apartarse y esquivar el filo de aquella bella espada.
Tres...
Sus ojos castaños recorrieron cada detalle del campo de batalla. Bien podría usar su látigo para apuntar hacia las manos de aquella chica y hacer que soltara su arma, pero no sería lo planeado.
La cuestión era esquivarlo.
Pero, ¿cómo se podía esquivar a un ninja?
—¡Golpea mi pecho, shannaaro!—gritó de nuevo la Haruno, a apenas unos centímetros de ella.
Lucy asintió, aunque no satisfecha por el hecho de que ella le había revelado las respuestas.
Aun así, actuó rápido.
Concentró toda su fuerza en aquel puño que había formado con su mano derecha. Era tan fuerte que incluso logró causarse heridas debido a las uñas que pronto tendría que cortar.
Miró la pelirosa, pero más miró el filo de aquella espada.
Se agachó con rapidez y golpeó el estómago de Sakura bastante fuerte.
Ni siquiera retrocedió. Sakura solo sonrió.
—No te fíes de un enemigo.
¿Dónde estaba la Sakura tan adorable que conocía! ¡Ella parecía una vieja malhumorada, justo como lo era Tsunade!
En un rápido movimiento, la punta de la espada ya estaba en el cuello de Lucy.
—No esperaba menos, la verdad...—se desanimó.
Quizás debía de rendirse. Pero, ¿tiraría una noche el vacío por aquellas derrotas?
—Lo cierto es que yo tampoco-
—¿Qué estás diciendo? ¡Fallé!—interrumpió la Heartfilia, observando cómo su amiga bajaba su arma.
—Bien podrías haberte rendido e ido a casa, pero has estado todo el tiempo aquí. Aguantaste mis golpes, mis gritos, mi mal humor. ¡Y siempre sonreíste! Además, pudiste mantener la calma para pensar en qué hacer en medio de una batalla—concluyó, dándole la espalda—. Lo has hecho muy bien, Lu-chan—sonrió de verdad—. En la próxima sesión, te prometo que podrás rozarme.
—Esto es asombroso...—habló Natsu—. Happy, ¿estás viendo eso? ¡Lucy no inventó alguna excusa para irse!
—A mí no me basta con ver esto—dijo Sasuke, tras intentar marcharse.
Pero fue agarrado por el Dragneel.
—¿Qué estás haciendo? ¡Somos sus compañeros! Ahora es cuando debemos ir y apoyar su entrenamiento.
—No.
—¡Sí!
—No.
—¿Chicos?
Antes de darse cuenta, Lucy estaba mirando aquella pelea. Detrás de ella apareció una Haruno bastante sudorosa y sedienta.
Miró a Sasuke-kun, ruborizándose al darse cuenta de que estaba escondido tras unos arbustos. ¿Acaso ese chico solía a ser así? No sabía si reír o dudar si realmente estaba enamorada de él, como bien le había dicho Loke.
—¿Natsu? ¡¿Qué está-
—¡Deja de tratarme como un desconocido!—se quejó el Dragon Slayer.
—Ah, Lucy, solo estábamos espiando vuestro entrena-
—¡Gato idiota!—interrumpió el Uchiha, bastante molesto.
Ambas chicas se rieron.
—¿Quieren probar?
—¿Qué?
—Nosotros contra vosotros. ¿Qué os parece?—propuso Lucy.
Natsu comenzó a arder de la emoción. Que le propusieran combates era su pasatiempo favorito. Normalmente solía hacerlo con Gray, Gajeel, etcétera. Pero sería divertido hacerlo con ella.
—Me niego—pero fue Sasuke quien destruyó todas sus ganas al rechazar aquel suculento combate—. Ni siquiera puedes contra un ninja y Sakura no sabe ni mantener firme la espada.
—¿Ah, no?—la pelirosa intentó ignorar el comentario de aquel imbécil frío.
¡Jamás se enamoraría de él!
Sasuke dio un paso hacia adelante. Cogió la mano de la Haruno y también su espada.
Al hacer eso, hizo que estuviese cerca. Muy cerca. Demasiado cerca.
En cuanto la Haruno alzaba su vista podía notar los labios de aquel chico tan frío.
"¿Cómo sería besarlos?" se preguntó "¿Su temperatura sería cálida, o sería gélida como ya aparenta?"
Pero Sakura, ¿en qué estabas pensando?
"Como sea. Seguro no sean como los labios de Loke" volvió a pensar, más animada y victoriosa.
Loke.
¿Qué haría él en su situación?
Sacudió su mano para deshacerse de su agarre y dio un paso hacia atrás.
Aquella acción sorprendió al Uchiha, que cada vez se encontraba más y más perdido.
—Por favor, apártese. Yo aprenderé sola. Gracias por su consider-
Tiró la espada al suelo, dándole la espalda completamente.
—Como quieras—refunfuñó.
—¡Oye, maldito! ¡Esas no son formas de tratar a una-
—Lucy—interrumpió Natsu—. Quédate atrás de esto...
—¿Eh? ¿Por qué? ¡Él es-
—¡Un idiota!—la Haruno terminó finalmente su frase. Estaba agotada por el entrenamiento, pero más mentalmente.
Tenía las respuestas, pero no podía recordarlo.
—¿Cómo se supone que estuve enamorada de usted? ¡No es más que un idiota gruñón, frío e insensible!
El Uchiha interrumpió su paso bajo aquellos cuatro espectadores. Happy quiso ir a por un pescado para disfrutar del espectáculo, pero solo calló.
Natsu se puso delante de Lucy estratégicamente por si aquella pelea se le iba a ambos a de las manos.
Miró a la Haruno.
¿Por qué?
Estaba enfadada, pero parecía que quisiera llorar. ¡Quería golpear a Sasuke, pero a la vez arrodillarse para que le hablara de todo al cien por cien!
—Es cierto—dijo al fin. La voz ronca y masculina que tenía resonó por todos aquellos oídos—. ¿Cómo es posible que estés enamorada de mí?—preguntó.
Aquella pregunta se la hacía día tras día. Noche tras noche.
Sakura era perfecta. Sonriente, feliz, optimista, afable... Era todo lo opuesto a él. ¿Por qué alguien así se enamoraría de un ser que le dio la espalda más de dos veces? ¡Incluso intentó matarla! ¡Él iba a hacerlo de verdad! ¡Esperaba matarla aquel día!
Siempre recordaría cuando, cada vez que la veía, ella le lanzaba una mirada de súplica de: "por favor, vuelve".
Siempre recordaría cómo no quería volver.
Cómo la apreciaba, pero no hasta el punto de atesorarla.
—¡Vosotros dos, ya basta!—gritó la rubia para sorpresa de todos—. Saku-san. Cuando me hablabas de él... realmente lo hacías con amor—comenzó a explicarle con un tono más calmado—. Pero también de dolor—en ese momento, lo señaló—. No sé quién es realmente él para ti, pero deberías averiguarlo. ¡Ojalá mis recuerdos vinieran solos! No sé qué hacer para que eso ocurra. Pero tú tienes una pista. Aprovéchala.
Sakura negó.
—Tengo miedo de recordar cosas del pasado.
Natsu afirmó eso sin que nadie se diese cuenta.
Según lo que Sasuke le había contado, sería mejor comenzar de cero. Que ella olvidara que la intentó matar y la dejó sola.
Pero en el fondo sabía que Sakura debía de recordar. Saber toda la verdad.
—Sasuke...—susurró.
Sasuke asintió.
—Intenté matarte—las palabras de aquel Uchiha punzaron el corazón de aquella pelirosa—. Antes de eso te abandoné en la aldea con el idiota de Naruto—Sakura tragó fuerte, pero siguió escuchando—. Intenté matar a las personas que querías destruyendo la aldea que tanto querías proteger—volvió a afirmar, mirando la reacción de la Haruno. Lucy y Happy no pudieron creerse todas aquellas horribles cosas. ¿Cómo alguien podía hacer eso y después presentarse ahí, delante, esperando que ella volviese a casa?—Te hice llorar y, finalmente, esperar aún más mi regreso.
—Sasuke, ¿qué estás haciendo?—dijo Natsu, bastante sorprendido.
Sakura solo se giró. Caminó los pocos centímetros que le separaban de la Heartfilia y comenzó a abrazarle.
Lucy solo acarició sus cabellos sedosos, aquellos que tenían un fuerte olor de sudor y champú.
—Por eso prometí protegerte—volvió a interrumpir el Uchiha antes de irse.
Desapareció en cuestión de segundos. Natsu intentó seguirlo con el olfato, pero solo pensó que sería mejor dejar las cosas tal y como estaban.
—Saku-sa-
Los sollozos de aquella chica comenzaron a ser firmes y fuertes.
Comenzó a recordar.
"¡Te quiero con todo mi corazón! Si tú te vas, sería igual que estar sola. Si te quedaras conmigo no habría con un remordimiento, ¡lo juro! Te prometería hacer cosas divertidas todos los días. Haría cualquier cosa por ti, así que, por favor, ¡quédate conmigo! Y si no puedes... ¡llévame contigo!"
—Cálmate, por favor, Saku-san...—le susurró aquella voz tan dulce que tenía la Heartfilia. ¿Desde cuándo el amor se había vuelto más doloroso?
"Pero si te vas, será lo mismo que estar sola."
Su mente no dejaba de torturarla. Una y otra vez.
"Te amo más de lo que piensas."
¿Por qué él justamente se dio cuenta de ello cuando era demasiado tarde? ¿Por qué estaba recordando aquellas cosas tan dolorosas? ¿Por qué no había nada bueno?
—Sakura...—dijo esta vez Natsu, acercándose a ella. Se preguntó a sí mismo si alguna vez había hecho llorar a Lucy de aquella manera, porque no se lo permitiría.
¿Y dónde estaba ese idiota? ¡Simplemente había huido!
"No hay amores imposibles. Solo personas incapaces de amar."
¿Es que acaso el Uchiha era de ese tipo de persona?
"¿Otra vez vas a escoger estar solo?"
Sus lágrimas dejaron de ser del tipo silencioso.
Salieron.
¡Ya había aguantado muchos todos estos años!
"Sakura-chan. ¿No deberías esperar su regreso en otro sitio? Esto está helado..."
Esperase donde esperase, ella tenía tanta soledad encima que no encontraría calidez humana. Y sin él, aquello llamado hogar jamás se completaría.
"Frentona. He encontrado a un chico perfecto para ti. Es alto, ojos celestes, cabello castaño... Lo mejor, ¡dice admirarte! Mira, mira, ¡le di tu número!"
Si tan solo él hubiese estado ahí. Si tan solo hubiese ignorado lo que sentía por Sasuke, habría aprovechado la oportunidad para salir con aquel hombre que estaba frente a ella, admirándola de verdad.
"¿Lo rechazaste de nuevo? ¿Cuánto tiempo vas a estar esperando más por ese chico? Escúchame, pequeña discípula. Los hombres son como el sake. Una vez los saboreas y te encantan. Y después quieres más. Y más. Y más. Pero, ¿por qué quedarte solo con un vaso cuando puedes tener cientos?"
La razón era simple; porque se sentía idiota al querer a una sola persona durante el resto de su vida, pero era lo que había escogido.
"S-Sakura-chan. Quisiera hablar contigo, ¡te lo debo! Tú me ayudaste con Naruto-kun y... pensé que yo... Sakura-chan, ¡no sé cómo decírtelo, pero no creo que él regrese por ti! Quizás sí, p-pero... ¿y si conoces a otras personas mientras...?"
Hinata. Siempre estuviste ahí.
Siempre viste las lágrimas que derramaba aquellas chicas hasta quedarse seca.
No, corrección: siempre viste las falsas sonrisas de aquella pelirosa, mientras, cada día, iba al distrito Uchiha para tener esperanza de que hubiese llegado sin avisar.
Pero jamás era así.
"¡Se acabó! ¡No puedo verte llorar más, eres mi pequeña! ¡Yo traeré a ese idiota de vuelta! ¡Pero tú ahora mismo tendrás que ser feliz!"
Sus padres siempre fueron testigo de aquel dolor.
"¿Por qué te estás haciendo esto, Sakura?" se dijo una vez a sí misma frente al espejo. "Mírate. Estás intentando mantenerte en línea por si regresa. Estás intentando verte perfecta. Entrenas, comes sano, sonríes... Pero lloras a escondidas. ¿Esta es la clase de vida que te esperaba después de haber vencido en la guerra? ¡Tú no eres yo! ¡Tú solo dependes de Sasuke-kun!"
—¡Saku-san!—Lucy meneó a su mejor amiga en cuanto vio que había callado de repente.
Natsu se molestó. Por cada segundo que veía a aquella chica sufrir, sería un puñetazo que le pegaría a aquel Uchiha en seguida.
—Ya estoy bien...—siseó la Haruno. Dio un paso hacia atrás, soltando a su amiga.
Realmente se veía bien. Con ganas de llorar, pero no con ganas de morir.
—¿Qué ocurrió, Saku-san?
—Creo... Que lo recordé todo—informó, mirando el césped que estaba bajo sus pies—. Konoha, Naruto, Sasuke-kun, Hinata, Ino, la quinta... En fin. Todo. Incluso... Mi historia con él—volvió a declarar—. Mi corazón está latiendo muy deprisa de emoción...—y las lágrimas, de nuevo, volvieron a aparecer—. Lu-chan, ¿por qué estoy emocionada por estar enamorada de un idiota?
—N-No lo sé...
—Recuerdo el sentimiento. Lo comienzo a sentir de nuevo. Pero... ¡sigue siendo doloroso!—masculló—. Muy doloroso...
—¿Qué quieres decir?—preguntó Natsu. Sus manos comenzaron a temblar—. ¿El amor es...doloroso?—el primerizo en aquel sentimiento se asustó. No le importaba hacerse daño a él, ¿pero qué había de Lucy?
—No lo sé. No sé qué está ocurriendo—con la manga de su camiseta comenzó a limpiar sus lágrimas—. Solo... Recuerdo todo mi pasado, y mi amor por Sasuke-kun. ¡Lo amo! Pero estoy decidida a dejar ese sentimiento de lado y... a quedarme en Fairy Tail.
N/A
Bueno, me costó escribirlo.
¿Qué les parece? Solo por curiosidad, ¿qué esperan que pase?
Ciertamente yo ya sé qué pasará.
Intento hacer esto lo más realista posible.
Incluso—por favor, felicitadme, esto que diré jamás volverá a ocurrir— ya pensé en el final de esta historia.
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