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Asuma...
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Seina POV.
Antes de que Tsunade me dijiera una palabra la puerta fue abierta bruscamente.
—¡Lady Tsunade! ¡Tenemos noticias del equipo de Asuma!
—Habla. —le ordeno Tsunade al chunin.
—Los dos Akatsuki se dirigen a una de las cinco oficinas de recolección. —Tsunade me miro.
—Tal como pense, Kakazu no dejaría ir dinero así como así. ¡Ese maldito avaro! Por cosas como esas prefería estar con Hidan. —realice sellos de manera rápida. —Kuchiyose no Jutsu. —de una bola de humo apareció Pakkun.
—¿Que hay, Seina? —me saludo este.
—Necesito que rastres a Hidan, ¿te acuerdas de sus olor? —le pregunte.
—Claro el que cree en un dios que no existe.
Durante mi tiempo fuera de la aldea, muchas veces Kakazu dejaba a Hidan a mi cuidado pero este se escapaba y para buscarlo invocaba a Pakkun quien olfateo su olor.
—Confía en mi, pequeña. —comenzo a correr a lo que lo seguí.
—¡Seina! —antes de saltar por la ventana Tsunade me hablo. —Cuídate por favor. —solo asenti.
—Bien, por aquí. —comenzamos a correr lo más que podíamos.
En mi mente solo pensaba en las palabras de Hinata. ¿Porque en estas circunstancias estas en mente, Neji?
—Huelo sangre. —hablo después de saltar por un rato.
—¿De quien? —me temia la respuesta.
—No es de ninguno de los dos Akatsuki.
—Si no es de ninguno de ellos, eso quiere decir que Hidan hirió a alguien y que todavía no ha realizado su jutsu. Solo espero llegar a tiempo antes de que eso pase. —aceleramos más el paso.
—Estamos cerca. —anuncio después de unos minutos andantes de silencio. —Huele más sangre, pero ahora son dos.
—¡Mierda! Ya inicio su ritual. —solo esperen un poco. —Hay que ir lo más rápido Pakkun.
—Sí. —llegamos al el lugar. —Bien aquí me despido, suerte. —se desvaneció en una nube de humo.
—Suiton: Suijinheki. —el muro de agua cubrió a Hidan del Katon: Haisekishō de Asuma. —Realmente me tientas en cortarte la cabeza, Hidan. —el nombrado me miro con su sonrisa.
—Vaya pero si es la mocosa, el líder se pondrá contento si te llevamos de vuelta. —gracias al muro de agua Asuma no resulto dañado.
—¿Seina? —mire a Shikamaru quien me miraba sorprendido. —¿Porque ayudaste al enemigo? —ante eso Hidan se comenzó a reír.
—¿Ayudar al enemigo? Eso es lo que yo debería de saber. —hablo a Shikamaru, el jashinista.
—¿A que te refieres? —pregunto Asuma.
—Ella salvo tu vida, por ahora. —mire su piel que era color negro con blanco.
—No, no lo harás. —corrí a el esquivando su guadaña. —No matarás a nadie si no tienes cabeza. —antes de que mi espada le cortara su cabeza realice sellos. —Doton: Doryūheki. —mi muro de tierra fue hecho polvo por el puño de Kakuzu.
—¡Kakazu! Déjame a la mocosa a mi. —le grito Hidan.
—Tu encárgate de los otros, yo me encargo de ella. —retrocedi al ver sus hilos venir hacia a mi. —Talvez el líder me de una recompensa si te llevo con nosotros. El no tolera a los traidores.
—Yo no soy fácil de atrapar. —me puse en posición de ataque.
—Y yo quiero esos 35 millones. —mire al equipo de Asuma que estaban peleando con Hidan. —No le des la espalda al enemigo. —concentre chakra en mi puño que choco con el de Kakuzu.
—¿Por quien me tomas? Conozco tus habilidades al igual que las de Hidan, pero ustedes no conocen las mias del todo. —antes de que me golpeara, realice los sellos correspondientes para ejecutar mi jutsu. —Mokuton: Shichūrō no Jutsu. —Kakuzu quedo encerrado en la prisión de cuatro pilares.
—¿Mokuton? Ya veo, nos engañastes a todos. —escuchamos los gritos de Hidan.
—¡Kakuzu! ¡Ayúdame! —Hidan miro a nuestra dirección. —¡Que idiota! ¡Haz algo rapido y sal de ahí para ayudarme! —mire como Asuma se dirigía a el con intención de cortarle la cabeza, este no podía mover su cuerpo gracias al jutsu de Shikamaru.
—Te dije que tuvieras cuidado. —le hablo después de ver como le cortaban la cabeza.
—No te dije que algún dia te contarían la cabeza. —le hable a Hidan mientras que me acercaba Asuma. —Curare tus heridas, Asuma-sensei.
—¿Eh? —miro mis manos en su pecho donde salía una neblina verde. —Gracias Seina, creí que estaba con ellos al principio. —lo mire a los ojos.
—No dejaría que el maestro de Shikamaru muera. Además eres mi tío o no. —termine de curarlo y me acerque a la cabeza de Hidan. —Ahora que se siente que te corten la cabeza, idiota. —este me miro enojado.
—¡Pequeña insolente! ¡Jashin-sama te castigara!
—Ni cortándote la cabeza te callas ¿verdad? —la tome de sus cabellos plateados.
—¿Que te pasa, idiota? Sueltame, maldita mocosa, cuando tenga mi cuerpo te mataré. —le di un golpe en la frente. —Te dije que me soltaras.
—Si tu lo dices. —la deje caer al suelo.
—¿Que te pasa, estupida?
—Me dijiste que te soltara, imbecil.
—Si querías ayuda, me lo hubieras pedido antes. —hablo Kakuzu mirando a la cabeza de Hidan.
—¡Fuiste tu! ¡Tu eres el lento, Kakuzu! —los demás se sorprendieron al escuchar a Hidan hablar. —Y no me digas que fue a propósito dejarte vencer por una niñata. —este miraba a su compañero dentro de la prisión de madera. —¿Mokuton? Vaya esta mocosa nos escondió algo, el líder sin duda talvez te perdone. ¿Que te parece Seina, volvamos a lo de antes? —pregunto con una sonrisa.
—Jamás, solo lo hice porque era mi misión.
—¡Maldita! ¡Tú y Kakuzu son unos imbeciles!
—Tú me pediste que no interviniera. Además tu no estas en posición alguna para quejarte. —este miro a Kakuzu, penso las cosas un rato para después soltar un suspiro.
—Bueno ya no discutamos, talvez si te dije eso pero te aseguro amigo que en ningún momento intente faltarte al respeto ni nada por el estilo. Así que… Kakuzu te molestaría acercar mi cuerpo hasta aca. —este solo lo miro inexpresivo. —Kakuzu vamos podrías por favor traer mi cuerpo devuelta hasta mi cabeza. Vamos, muchacho, Kakuzu viejo amigo.
Fue rápido, salió de mi prisión apareciendo detras de mi y sin dejarme defenderme me dio un golpe haciéndome chocar contra los baños donde estaba la oficina de recolección.
—¡Ja, eso te pasa maldita mocosa insolente! ¡Jashin-sama te castigo!
—¡¿Seina?! —escuche el grito de Shikamaru. —¡Maldito!
Como pude me levante y observe como Kakuzu estaba cosiendo la cabeza de Hidan a su cuerpo, antes de eso golpeo Asuma dejándolo mal herido.
—No lo harás. —me acerque a ellos antes de que acabara de coser por completo la cabeza a el cuerpo de Hidan.
Gran error.
—¡Mierda! —retrocedi al sentir la guadaña de Hidan enterrarse en mi piel.
Me tome mi hombro mal herido mientras miraba a este reírse de mi.
—¡Por fin! ¡Todos las formas en las que pensé en matarte ahora se cumplirán! —paso su lengua por su guadaña que estaba llena de mi sangre. —Déjame decirte que nunca en mi vida había probado una sangre tan exquisita. —se acerco hacia el diagrama que dibujo con su sangre.
—Asuma-sensei de la orden de retirada y váyanse todos. Hidan no podrá moverse y con eso podre detener a Kakuzu para darles tiempo de huir. —les grite pero ninguno parecía aceptar lo que les dije.
—¡No! No te voy a perder. Te perdí dos veces no dejare que haya tres. —Shikamaru trato de acercarse a mi pero al tener poco chakra cayo. —¡Por favor, Seina! No podre estar sin ti.
—Lo siento, Shikamaru. —di un grito de dolor al sentir un gran dolor en mi abdomen, mire a Hidan donde justo en el mismo lugar tenía enterrado una de sus lanzas negras.
—¡Eso es grita! ¡Quiero escuchar tus gritos de dolor! —enterró otra de esas cosas en donde tenía mi herida en el hombro.
—¡AAHA! ¡Maldito, Jashinista! —el dolor se sentía cada vez más grande.
—Terminemos con esto. —coloco su guadaña en su pecho.
—¡¡NO!!
Escuche el grito desgarrador de Shikamaru antes de sentir como todo en mi pecho doler a millon. Sangre salía de mi boca al igual que de mi pecho, sentí poco a poco mi cuerpo caer al suelo, aun tirada mire como Hidan volvía a pelear con Asuma, quien fue herido como lo fui yo.
—A-asuma-se-ensei. —con las pocas fuerzas me arrastre hacia el y comencé a curarlo pero sus heridas eran demasiadas. —¡M-mier-da! —tosi sangre, antes de caer en una oscuridad mire a Shikamaru, Ino y Choji llegar así nosotros. —L-lo sie-ento, tio A-asuma.
—N-no tengo nada que perdonar, pequeña. —me dio una sonrisa, ambos sabíamos que no lo lograríamos.
—¡¿SEINA?! ¡¿ASUMA-SENSEI?! —sentí los brazos de Shikamaru detener mi caída y con eso cerre mis ojos.
—¿S-sigues queriendo a Neji-niisan?
Siempre lo voy a querer.
—El te quiere.
Yo lo amo...
—No pensaras en sacrificar tu vida.
No lo creía que sucediera tan rápido.
—Sí es necesario lo hare cuando llegue el momento, no veré a mis seres queridos morir.—
Ya lo hice, aunque me gustaría vivir para contestar las preguntas de Hinata con la verdad.
—N-neji, te qu-iero...
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