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Uchiha Madara

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Seina POV.

Yōton: Yōgan Gurōbu.

Los globos de lava cubrieron el hoyo que había creado en la pared.

Sasuke me volteo a ver junto a todas las miradas de los demás, pero sin duda alguna la Mizukage y uno de sus guardaespaldas eran los más asombrados.

—No te dejare ir tan fácil, Sasuke. —me quite con mis dedos en mis labios donde había quedado restante de lava.

—Seina. —me miro con su Sharingan. —No quiero pelear contigo.

Antes de poder decir una palabra la voz de la Mizukage se hizo presente.

—Ustedes Akatsuki manipularon al Yondaime Mizukage y pisotearon a toda la Villa de la Niebla. —el azabache la miro. —Y todavía cuando miro de cerca, ustedes los Uchiha son atractivos. ¿O no, Hokage-sama?

—A mi punto de vista, prefiero a los Hyuga. —me senté encima de la mesa cruzando mis piernas. —De hecho se podría decir que son dos clanes casi idénticos en algunos aspectos.

—Me imagino que su novio pertenece al clan Hyuga. ¿O me equivoco? —solo me limite a mirarla de reojo afirmando lo dicho.

Sasuke me miro de una manera que jamás había visto en nadie más que en Itachi, fue la misma mirada que puso al contarle todo sobre Neji. Talvez piensen que exagero pero puedo asegurar que esa mirada era de celos.

—No interfieras. —miro a la Mizukage con el Mangekyō Sharingan activado.

—Un hombre tan guapo... —se levanto de su asiento. —Que desperdicio. —levanto la mirada hacia el. —Por lo menos te daré un beso que te hará derretir.

Me quede callada al escuchar sus palabras sintiendo los mismo que sentía al ver a las chicas estar de empalagosas con Shisui e Itachi cuando era niña. Incluso ellos se reía al verme celosas de las tipas estar cerca de ellos.

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Shisui-kun. —una tipa se le restrego al nombrado quien estaba parado al frente mío. —Es bueno verte.

Itachi-kun. —otra chica se abalanzó hacia los brazos del azabache, esta me empujo al ver lo cerca que estaba de el haciéndome caer de espalda contra el piso.

Los dos Uchiha trataban de alejarlas pero estas parecían tener pegamento. Ignore el enojo que comenzaba a sentir en mi al ver como los dos comenzaban hablar con ellas como si se les olvidara el que yo estuviera aquí.

Shisui-kun, me ayudas con mi entrenamiento de shuriken.

—A mi igual, Itachi-kun.

Ya no soporte el verlas tan cerca de ellos.

Patético. —mi voz fría hizo que los cuatro prestaran su atención a mi. —Son genin y todavía siguen entrenando con la puntería de los shuriken. —me crece de brazos mirandolas fríamente. —Talvez si se ponen a entrenar en lugar de estar de arrimadas con alguien que ni siquiera saben su nombre, posiblemente puedan darle al centro. —cree cuatro shuriken de agua y los lance dando en el centro.

Las dos se fueron con su cara ardiendo de la vergüenza al ver a una niña de ocho años ganarles.

Mire a los dos hombres quienes me miraban con una sonrisa burlona, di media vuelta dispuesta a irme pero los brazos de alguien me sostuvieron de mi pequeña cintura elevandome hasta sentarme en sus hombros.

Bajame ahora mismo, Shisui.

—No, mi pequeña celosa.

—Yo no estaba celosa. —me cruce de brazos.

Si lo estabas. —mire a Itachi quien me miraba con una pequeña sonrisa.

Por mi pueden estar con quien ustedes quieran.

—Pero solo queremos estar con una. —a lo dicho por Shisui me sentí un poco deprimida, sera que no les caigo bien.

—¡¡Pues váyanse con ella!! —grite a lo que ellos rieron. —¿Cual es el chiste para reirme con ustedes?

—Tu realmente eres un mencita. —hablo Itachi acercándose a mi.

Tu eres a la única a la que vamos a querer. —ante lo dicho por Shisui lleva mi cabeza hacia abajo mirando sus ojos.

No te vamos a cambiar por nadie, ni dada del mundo. —sentía una inmensa felicidad al escucharlos.

Recargue mi cabeza con la de Shisui mientras mis manos se aferraban a su cuello sintiendo como si esa fuera la ultima vez que los vería.

Y no me equivoque, esa misma noche Shisui se suicido, y a la noche siguiente Itachi masacró el clan Uchiha dejando solo a su hermano vivo... o eso creía hasta que conocí a Minari-sensei.

Para ser sincera no le tengo mucha confianza, se que esconde un secreto y no uno bueno. Una vez le pregunte el como vivió de la masacre pero ella solo me invade el tema. Además descubrí que es la nieta de nada más y nada menos que Uchiha Madara pero se que algo no cuadra, según lo que investigue Madara nunca tuvo familia el único que tuvo un hijo y esposa fue su difunto hermano, quien murió en manos de mi abuela.

No se como, pero descubrire la verdad de ella.

Por las buenas o por las malas.

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E

l ruido de la chica peliroja acompañante de Sasuke, me hizo traerme de regreso. Esta estaba como loca al escuchar como la Mizukage dijo que le daría un "beso".

Creo que tienes más competencia, Sakura. —pensé la verla gritándole a la Mizukage. Hasta el punto de gritarle "vieja bruja".

Yo por mi parte permanecí sentada encima de la mesa cruzada de brazos mirando la escena, a mis lados se encontraban Sasari y Shiori.

—Tsuchikage-sama, si no va a participar por favor mantén tu cabeza abajo. —comenzó a realizar sellos de manos conocidos para mi. —Usted puede disfrutar la función, Hokage-sama.

—Porque no. —sabia lo que pasaría, el jutsu que va a ejecutar fue el mismo que me hizo vencer a casi mil clones de Naruto en nuestro reencuentro.

Tanto el Tsuchikage como yo nos paramos en el techo mirando la lamina de lava que cayo en Sasuke quien se protegió con su Susanoo.       

—¿Mantener mi cabeza abajo? Exagerada.

—Ya sabe que nosotros los Kages exageramos un poco. —el Tsuchikage me miro. —Aunque lo ocultamos por dentro nos sentimos los reyes del mundo. Y no diga que no es cierto, en alguna ocasión lo pensó.

Este solo cerro sus ojos para después sonreír.

Mire a Sasuke quien se veía un poco débil debido al Susanoo y porque gasto mucho chakra.

La Mizukage se encerró con Sasuke y gracias a eso ya no mire lo que estaba sucediendo con el Uchiha. Solo sentía el chakra de Sasuke debilitarse.

Una cosa blanca comenzó a cubrirnos el cuerpo, no solo a mi sino a todos, sabia de quien era este chakra era de Zetsu.

—¡Maldito! —una cabeza se formo al frente mío. —Sabia que harías algo como esto.

—Entonces porque estas atrapada. —sonreí.

—No me vencerás, Zetsu. —active mi Byakugan.

Libere chakra por todo mi cuerpo y con un poco de dificultad logre girar sobre mi propio eje.

Sabia que con esto no me libraría tan fácil pero si girara con mayor velocidad incrementando mi chakra este no soportaría absorber tanto. Y como lo había predicho, Zetsu no pudo absorber todo mi chakra.

Un estruendo se escucho, mire sobre mi hombro a Sasuke salir donde antes estaba con la Mizukage.

El Tsuchikage junto a su acompañante como las mias lograron liberarse del agarre de Zetsu. 

—¿Así que un niño como tú derroto a Deidara? —la pregunta del Tsuchikage me hizo enfurecer.

—Deidara no se dejo vencer por el. —el me miro. —Deidara utilizo la cuarta boca; la de su pecho. Utilizando así el C0. —mi mirada se torno nostálgica al recordar su muerte.

—Al parecer se en cariño con Deidara, Hokage-sama.

—Esa rubia explosiva. —solté una casi notable sonrisa. 

—Bueno, no tengo rencor contra ti, —le hablo a Sasuke. —Pero muchos ninjas quieren verte muerto. —este solo lo miraba tomándose su ojo izquierdo. —Jinton: Genkai Hakuri no Jutsu.

Un cubo apareció dentro de Sasuke creando una nube de humo cuando se disperso no había rastro de el.

—¡Sasuke! —grito su acompañante.

Cerré mis ojos concentrandome en su chakra pero no lo encontraba.

—El chakra de Sasuke se... fue. —la peliroja estaba en un trance. —No puede ser...

—¡Estas en lo correcto, porque desintegre su cuerpo al nivel molecular! —hablo el Tsuchikage quien estaba flotando. —Tu sigues.

Sabia que los chakra de los de demás estaba llegando hacia la sala donde estábamos nosotros, dentro de mi sentía nervios al saber que ellos saben que soy una Jinchuriki capaz de liberar a Isobu.

—¿Sasuke? —pregunto el Raikage.

Yo por mi parte ayude al chico de lentes que venia con la Mizukage, a liberarse de los Zetsu.

—Gracias, Hokage-sama. —mire un pequeño sonrojo en sus mejillas.

—No hay de que. —sentirá las miradas de los recién llegados.

—¡¿Donde esta?! —grito el Raikage al no mirar a Sasuke por ningún lado.

Antes de poder ayudar a los demás, Kankuro libero a los Zetsu de los samurái.

—¡Tsuchikage! ¡¿Dónde está Sasuke?!

—Lo convertí polvo.

—¡¿Qué?! ¡Yo quería hacerlo!

—Lo hecho, hecho esta. —hablo volviendome a sentar cruzando mis piernas. —Y no lo puede cambiar, Raikage-sama.

—Seina tiene razón. —me paralice al escuchar una voz detrás mia. —Tuviste tu oportunidad. Así que deja de hacer escándalo, Raikage.

Retrocedi al mirar a Tobi, pero dentro de mi sabia que no era el, su voz es diferente y tenía una leve sospecha de saber quien es.

—Mi nombre es Uchiha Madara. —este tenía a Sasuke inconsciente. —Se me olvidaba que ahora eres la Hokage, Seina-chan. —lo ultimo lo dijo de broma al saber que así me llamaba Tobi. —Tengo algo que quiero explicarles a todos ustedes. Y cuando lo comprendan, quiero plantear una pregunta.

—¡¿Qué?! —hablo el Raikage.

—Es sobre mi plan. —nos miro con su Sharingan. —Proyecto Tsuki no Me.

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