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Secreto de estado
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Seina POV.
Cerré mis ojos soltando un suspiro para esconder mi rostro en el pecho de Neji quien me abrazo por la cintura, nege con la cabeza a lo que el entendió que era negativo.
Una parte de mi estaba aliviada de no haber sido positivo, no por el hecho de que no quiera un bebé si no que en estos tiempos no son los más apropiados para convertirme en madre, pero por otro lado me entristeció el no haber podido experimentar la sensación de volverme madre.
Siempre pensé en hacer una vida con Neji, porque en cierta forma siento que no estará conmigo siempre.
—Nunca creí que fuera hacer esto. —susurro Tsunade. —Bien les daré la platica, todo comienza cuando dos personas que se aman... —tome la mano de Neji y comencé a correr lejos de mi prima ante su intento de darnos una platica.
En todo el camino no hemos dicho ninguna palabra, solo caminamos en un silencio cómodo.
—¿Como te encuentras? —me pregunto cortando el silencio.
—Bien, eso creo.
Nos sentamos en una banca enfrente del parque y justo había madres con sus bebés recién nacidos.
—Oye, no te pongas triste talvez más adelante seremos padres. —recargue mi cabeza en su hombro. —Talvez no lo parezca pero estuve pensando en un nombre por si estabas embarazada. —levante mi cabeza para mirarlo.
—¿En serio? —este me miro con una pequeña sonrisa. —Yo también. —volví a recostar mi cabeza en su hombro.
—¿Niño o niña? —entrelazo nuestras manos.
—Niño. —sonreí al pensar el nombre. —Estoy entre Itara o Deichi. Aunque creo que el primero suena más para mujer.
—A mi me gustan.
—¿Y tu? —lo mire de reojo. —¿Niña o niño?
—Niña. —giro su cabeza para mirarme a los ojos. —Cuando tenga a mi hija en mis brazos sabrás el nombre.
—Eso es trampa yo dije dos. —hice un puchero que lo hizo reír debido a que no tengo la mascara puesta. —Bien entonces no habrá besos por todo el dia. —me cruze de brazos y de reojo vi como se sorprendió pero lo oculto. —Sera tu castigo por no decirme.
—No puedes estar sin mis besos. —lo mire con una ceja alzada.
—Me estas retando. —este solo me sonrió confiado. —Bien probare que estas equivocado, tu eres quien no puede vivir sin mis besos. —me acerque a el rozando nuestros labios para cuando el intento besarme me aleje de el. —¿Que decías Hyuga? —lo mire con una sonrisa burlona.
—Hmp. —me rei al mirar como me volteo la cara y se cruzaba de brazos.
—¿Que era lo que tenias que decirme?
Me sentía incomoda a la mirada de seriedad de Tsunade, Kakashi, la de los dos consejeros y un señor quien tenía la mitad de su cuerpo cubierto con vendas.
—Lo que te dire es un secreto de estado, y es tiempo de que lo sepas. —tenía un mal presentimiento sobre esta conversación si es que así se le puede llamar. —Tienes que escuchar y calmarte.
—Me esta asustando Hokage, ¿Porque me dirán algo que es secreto de estado? —no mentía mis manos comenzaron a temblar al sentir un gran silencio incomodo y todas las miradas sobre mi.
—Conoces la historia sobre lo que paso hace 16 años. —mire a uno de los consejeros. —De cuando el Kyubi ataco la aldea.
—Si, tengo entendido que el Yondaime Hokage lo sello en Naruto.... su hijo. —ante lo ultimo todos se sorprendieron. —Uno tiene que ser un idiota para no darse cuenta del parentesco y aunque no lleve su apellido la esposa de el es una Uzumaki la antigua contenedora del Kyudi.
—Eres más inteligente de lo que aparentas, igual al Nidaime. —comento uno de los consejeros, para ser más específicos la anciana.
—¿Pero para que mencionar lo que paso hace 16 años?
Pregunte cruzada de brazos y les daba una mirada seria tal y como me dicen que es igual a la de mi abuelo.
—Un año antes de ese incidente, corría un rumor de que fue encontrado el lado Yang del Bijuu del Sanbi ya que el lado Ying fue sellado en el Yondaime Mizukage. —mire fijamente a Tsunade quien tenía la mirada cabiz baja.
—Ante esto el Yondaime Hokage mando a un grupo de Jonins de confianza a investigar si eran ciertos los rumores. —mi respiración comenzó agitarse.
—El reporte que dieron, nos indico que esos rumores eran ciertos, Konoha actuó más rápido que las demás aldeas.
Mordi mi ladio inferior al pensar en que a esta aldea no le basto con tener al Bijuu más fuerte de todos, si no que obtuvieron el de tres colas.
—El mismo Yondaime sello el lado Yang en un recién nacido dándole a Konoha dos Bijuu y es por eso que se mantuvo en secreto de estado. —mire con furia a los consejeros y el otro tipo.
—El clan Uzumaki son los más aptos para ser contenedores de los Bijuu y en esos tiempos ese clan estaba extinto. Solo la esposa de el Yondaime y el hijo del Nidaime eran algunos de ese clan pero había nacido un bebé que tenía genes de ese clan...
—Yo... —murmure cabiz baja a lo que ellos se quedaron callados.
Ahora entendía por completo el porque mis padres me llamaban monstruo.
Ahora entiendo porque su rechazo.
Ahora entiendo el porque dormía en el sótano.
Ahora entiendo el porque no debía comer con ellos.
Ahora entiendo porque alejaban a mi hermano de mi.
Ahora entiendo TODO...
—¡¡SOY YO, ¿VERDAD? —los mire friamente. —Todo este tiempo con la voz en mi cabeza, es el Bijuu quien me habla. —los mire a todos hasta que mi vista cayo en Tsunade quien estaba cabiz baja. —¡¡CONTESTA TSUNADE!! ¡¿SOY YO LA JINCHURIKI DEL SANBI?! —golpe el escritorio en donde estaban todos, Kakashi estaba por tomarme de los brazos pero me safe de su agarre. —¿Lo sabias? —le pregunte mientras retrocedía.
—No tenía ni idea de que fueras tu.
—No me salgas con mentiras Hatake, lo sabias.
—Si. —me aleje de el con mis ojos cristalizados.
Mire hacia un lado y sin esperar le di un golpe al quien se suponía que era mi padre esto alento a todos quienes se levantaron a lo que golpe el escritorio que se convirtió en polvo.
—Al menos recuerdas como lo hicieron. —le hable a Tsunade.
—Todos los días, de verdad lo siento Seina. —mire a todos con mi mirada seria.
—Espero y se prudan en el infierno.
Les dije con mi voz seca y fría antes de saltar por la ventana.
Corrí por los tejados con mis ojos humedos al vivir toda una vida de engaño y mentiras por las personas que más confianza les tenía.
Realmente siento un gran vacío en mi pecho, esa fue la razón por la cual Shiro se distanció de mi.
Mis supuestos "padres" siempre me hablaban con asco algunas veces ni siquiera me miraban y ni hablar cuando no comía porque mi "madre" se le olvidaba alimentarme.
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—¿Mamá?
—¿Que quieres ahora?
—Y-yo no he comido desde ayer.
—¿Y?
—Tengo hambre.
—Pues dile a alguien a quien le importe, monstruo.
—P-ero...
—Lárgate de aquí, solo estorbas en esta casa. Maldigo el dia que te tuve.
No lo soporte y corrí lejos de casa, lejos de ellos.
Era de noche, el viento era frio y yo sin abrigo con hambre, mucha hambre. En cualquier momento caería desmayada en medio del oscuro bosque.
¿Que hice mal? ¿Porque mis padres me odian?
Esas preguntas siempre me invadían mi mente, solo quiero saber las respuestas. Porque una niña de cinco años no recibe el amor cálido de sus padres.
El rugido de mi estomago me trajo de regreso de mis pensamientos, hice una mueca mientras me sostenía este con mis manos las cuales de color blanco pasaron a un morado azul, mis labios titiritiaban.
Me senté debajo de un árbol abrazando mis piernas y ocultando mi rostro entre ellas tratando de entrar en calor lo cual no logre.
Mis parpados comenzaban a sentirse pesados, a pesar de mi intento de no cerrarlos fue en vano. Estos se cerraron y mientras lo hacían unos brazos calientes me tomaron colocándome una colcha calentita.
Lo ultimo que vi fueron unos ojos azabaches que me miraban con preocupación, susurrandome...
—Vas a estar bien, descansa Sein.
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Llegue a donde era el campo de entrenamiento numero 3 y de el enojo comence a golpear los arboles que eran destrozados.
—Los odio. —le tire un golpe. —Los odio. ¡¡¡LOS ODIO!!! —al tercer golpe el árbol cayo haciendo un gran ruido.
Me deje caer al suelo llevándome mis manos con sangre saliendo de mis nudillos, a mi rostro tratando de esconder mis lagrimas.
—Lloro como una fuente sin fin. —me dije a mi misma al darme cuenta que he llorado mucho últimamente. —Me parezco a Sakura. —llore con más razón al parecerme a ella. —Incluso me siento una inútil.
▻Es porque eres una inútil.
Escuche una risa a lo que abrí mis ojos, pero me pare enseguida al ver que no me encontraba en el bosque si no que estaba en un tipo acuario oscuro y mucha agua en el suelo que me llegaba hasta casi encima de mi rodillas.
Camine por un pasillo observando todo el lugar hasta llegar a una gran habitación en donde en el fondo podia ver que estaba una gran reja.
—¿Hola? —escuche el eco que hizo mi voz. —¿Hay alguien aquí? —al acercarme a los barrotes di un salto al ver como una gran cola quería golpearme. —¿Que rayos te pasa imbecil, casi me golpeadas? —le grite al mirar sus ojos.
▻Esa era la idea, maldita mocosa.
—No es mi culpa que te hayan encerado dentro de mi, es más hasta hoy me entero de eso. —lo mire fijamente analizando lo enorme que era. —Ahora que te veo bien pareces una tortuga. Una muy fea.
▻¿Que has dicho enana? Sabes que te puedo aplastar. Odio a las ratas y en especial a las albinas de ojos rojos.
—Yo tambien te quiero. —le dije sarcastica. —Y por lo que veo no creo que puedas aplastarme en tu estado. —este gruño al saber que tengo razón. —Como sea, no se como funciona esto de ser Jinchuriki. Así que.... ¿Quien empieza?
▻¿Empezar que rata albina?
—Bien así que empezamos con apodos. —pensé en uno. —Que te parece... Pato.
▻¿Pato? No se si lo notaste pero soy una TORTUGA maldita rata albina.
—Si lo note pero no soy buena poniendo apodos. —solté un suspiro. —Bueno Pato te llamas Sanbi o solo te dicen así por tener tres colas. —este me miro.
▻Eso no es de tu incumbencia maldita humana albina.
—Oye yo estoy cooperando así que pon de tu parte.
▻¿Que es lo que piensas que hacen los humanos con nosotros?
—Pues se hacen amigos, digo ustedes viven dentro de nosotros me imagino que se llevan bien ¿no? —ante esto el comenzó a carcajearse sin parar. —¿Cual es el chiste?
—Humana ilusa, todos nos tratan como monstruos nunca nos llevaremos bien con su estupida raza, solo nos usan como armas.
—Yo... no sabia eso. —susurro para mi misma. —Bien pero yo no soy como los demás así que porque no convertirnos en amigos. —el se rio pero al ver lo seria que estaba paro de hacer eso.
▻Hablas en serio rata albina. ¿Quieres que sea tu ami-go...?
—Claro, podemos llevarnos bien los dos amamos el agua. —le di una sonrisa sincera. —Entonces ¿Como te llamas, Pato? —este lo dudo pero termino hablando.
▻Si piensas que hacerte mi amigo es fácil estas equivocada, maldita rata albina no soy un pato.
—Esta bien que no me tengas confianza, yo recién me entere de ti y de las personas que más amaba nunca me lo dijeron. —baje mi cabeza pero la subí. —No me rendire tan fácil, haré lo posible por ganarme tu confianza. —lo apunte con mi dedo. —Es una promesa, Pato.
Cuando pestañe aparecí de nuevo en el bosque.
▻No soy tan fácil, rata albina.
—Ya lo veremos. —hable al escuchar su voz en mi mente.
Observe a Naruto sentado en la banca con la paleta en su mano derritiéndose y sus ojos soltaban lagrimas.
Me entere de la muerte de Jiraiya cuando regrese de mi misión y se que el esta sufriendo mucho tal y como lo hace Tsunade.
—Esa paleta se derretirá. —la tome y la partí en dos una para mi y una para el. —Ten come. —este solo la tomo con la mirada gacha escondiendo su lagrimas.
Tome con una mano su rostro y hice que sus ojos conectaran con los míos.
—Tus ojos no combinan con las lagrimas. —le seque estas con mi pulgar. —Naruto no me gusta verte así y se que a Jiraiya no le gustaría tampoco. Una sonrisa que solo tu puedes hacer nos da una gran alegría a mucho de nosotros y eso era lo que Jiraiya admiraba de ti.
—Seina, yo lo extraño... —se aferro a mi pecho donde sentía mi blusa siendo empapada por sus lagrimas, le acaricie su espalda mientras que escuchaba sus sollozos.
—Lo se, lo se... —suspire al pensar en lo que haré. —Hace poco me entere de algo y es por eso que no le hablo a Kakashi y Tsunade.
Este absorbió sus mocos y se limpio sus lagrimas para mirarme.
—¿De que te enteraste? —sus ojos rojos e hinchados me miraron.
—De que soy una Jinchuriki. —baje mi mirada.
—¿Una Jinchuriki? —pregunto sorprendido y sin querer unas lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas al recordar mi infancia. —Seina, yo...
—No te preocupes estoy aprendiendo a lidiar con eso. Es como un parasito.
▻¿A quien le llamas parasito? Maldita rata albina...
—Lo siento Pato. —me rei al escuchar su gruñido.
—¿Pato? —pregunto Naruto.
—Bueno el me dice rata albina así que su apodo es Pato aunque es una tortuga gigante. —este se quedo pensando.
—Eso es divertido, apenas sabes de el y ya tienen apodos. —lo dijo cabiz bajo.
—Pero eso no significa que seamos amigos, ha intentado matarme cada que me acerco a la reja. —solté un suspiro al recordar eso. —Pero bueno el es el lado Yang así que lo entiendo. —le di un mordisco a la paleta.
—Gracias... —solo lo mire comer su paleta. —Siempre has estado conmigo en todo y cuando me necesitastes no estuve contigo.
—Tienes más cosas importantes que yo además quería estar sola y tengo a Neji a mi lado. —este me miro alzando una ceja.
—La otra vez que fui a buscarte a tu casa, no te encontré. —lo mire de reojo.
—Pues a la otra ve a la mansión Hyuga, me encontraras en la habitación de Neji para ser más precisa. —este escupió la paleta.
—¡¿Vives con Neji?! —me miro esperando una respuesta.
—No es obvio, y déjame decirte que es lo mejor del mundo. —el solo pensar en este sin camisa me sangra la nariz. —Pero ahora esta en una misión. —dije deprimida.
—No quiero ni imaginar lo que hacen los dos solos.
—Ni siquiera tu lado prevertido soportaría lo que hacemos. —este se alejo de mi rezando mientras que yo me reia.
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Abrí mis ojos lentamente al sentir estos pesados, me sentía fatal todo mi cuerpo ardía con cualquier movimiento sentía un gran dolor, sentía algo húmedo en mi frente.
La puerta se abrió y de esta apareció un chico, lo conocía perfectamente en cualquier lugar reconocería sus ojos azabache aunque todos los de su clan los tengan yo sabia diferenciar los suyos.
—Me alegra verte despierta. —me cambio el pañuelo de la frente. —Me tenias preocupado.
—Nos tenias preocupados. —mire en la puerta aparecer al segundo azabache. —Te recuerdo que yo también estoy aquí.
—No es necesario que estes aquí cuando yo lo estoy. —trate de sonreír pero me salió una mueca. —¿Verdad Sein? —lo mire. —¿A quien prefieres? Ha este hermoso hombre o...
—O ha este hermoso sexy hombre. —mire a los dos hombres que se estaban mirando retadoramente.
—S-hisui... —este estaba por decirle algo al otro. —Itachi... —ambos me miraron. —¿Tengo hambre?
—Creo que prefiere la comida.
—Definitivamente.
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