Donde nos separamos nuevamente
Era tarde y las oscuras calles de eran apenas iluminadas por los faroles que había en cada hogar, esa noche por extraño que pareciera no había luna la ciudad estaba cubierta de nubes lo que la hacía ver fría y triste, o más bien así la veía Kaeya, se dirigía a hablar con una de sus más grandes y leales amigas, Jean. Sabía que era tarde, pero lo más probable es que aun siguiera trabajando en la sede de los caballeros de Favonius, era una mujer fuerte, que muy pocas veces se relajaba. proteger a la ciudad era una responsabilidad y honor que no se tomaba a la ligera. Abre la puerta y la encuentra en su elegante escritorio sumergida en una enorme pila de documentos, Pronto ella se da cuenta de la presencia de alguien más en su oficina.
- Kaeya? ¿Qué estás haciendo aquí? – se sorprende bastante al ver a altas horas de la noche a Kaeya aun rondando en la sede, ya que lo más probable es que estuviera en el bar de Diluc bebiendo junto con otros caballeros.
- Jean vengo a renunciar como caballero de Favonius ...por favor no me preguntes la razón, ni me trates de convencer de lo contrario- su semblante y rostro eran de una tristeza pura como nunca antes lo había visto se notaba que estaba sufriendo y que la decisión que había tomado le había sido difícil asimilarla.
- ¿Que? pero Kaeya no puedes ¿Qué te pasa? Si es algo en lo que te pueda ayudar tu solo dímelo...pero no renuncies – comenzaba a exaltarse ya que su amigo se encontraba de pie frente a ella llorando, le preocupaba verlo así, Kaeya jamás demostró debilidad ante nadie, él era diferente, su personalidad juguetona, bromista y por sobre todo de analizar las cosas antes de proceder, le daba una impresión de fortaleza, fortaleza que ahora no veía, estaba destruido y quería saber la razón.
- Solo estoy cansado de tratar de arreglar mis actos del pasado, de acercarme a alguien que jamás me volverá a mirar cómo era antes, de intentar hablar sin recibir su desprecio y veneno... duele querer tanto a alguien que ni siquiera te voltea a ver – saco de su pecho lo que le quemaba por años, continuaba viviendo con la esperanza que algún día podrían volver a ser unidos, Kaeya amaba por sobre todas las cosas a Diluc, se preocupaba por él y procuraba mantenerse cerca para protegerlo aunque sabía que no necesitaba ser protegido, lo hacía solo para darle un poco de alivio a su corazón.
Si bien solía siempre guardar sus emociones bajo una sonrisa o tomar las cosas por el lado suave, bromear o ser sarcástico, esta vez algo era diferente en su interior ya no lo soportaba.
- ¿Discutieron tú y Diluc? – Jean quería saber qué es lo que estaba pasando con ellos y la razón de que Kaeya estuviera tan destrozado como para hablar de esa forma.
- - El solo me ve como un maldito traicionero, no soy parte de su familia... no soy nada para él, así que como un último acto de aprecio he decidido desaparecer de , cumpliré su mayor deseo, pero no podía irme sin antes dejar mi cargo, Jean no te diré a donde iré porque ni yo lo sé, tal vez busque a Aether y me una a él en su viaje, la verdad es que no he pensado en nada, aun así, te doy las gracias por toda la confianza que me has tenido.
- Kaeya por favor piénsalo bien aquí no estás solo, nos tienes a mí, Lisa la pequeña Amber y todos los ciudadanos que confían en ti, luego podrán resolver sus malos entendidos con Diluc.- Ella le toma las manos, pero Kaeya no la mira a la cara, no puede hacerlo, teme arrepentirse y volver a jugar a lo mismo.
- No Jean siempre estoy tratando de hablar con Diluc, en su bar, en la mansión, lo acompaño cuanto más puedo, sabes que siempre he querido que no se sienta solo, pero todo es inútil, nada cambia sin importar cuanto me esfuerce, haga o diga...quiero olvidar, suena egoísta, pero hasta el hilo más fuerte se rompe si lo estiras demasiado y este es mi limite.
- ¿Cuándo te vas? – pregunta ya resignada de la decisión que ha tomado.
- Ahora, solo pase a dejar mi cargo y despedirme de ti, aprovechare la noche para desaparecer, así nadie puede ver que camino tomare solo te pediré que cuides al gruñón pelirrojo por mí y además confió en que no le dirás nada a nadie como ultima solicitud de mi parte – trato de sonreírle a Jean sin mucho éxito, se despide con la mano de su amiga y sale de la sede.
- Mucha suerte Kaeya...que Barbatos te guie ...espero vuelvas con nosotros algún día – susurra entre lágrimas con un gran nudo en su garganta, observando por donde se había retirado uno de los que sin duda había sido de los mejores caballeros de Favonius.
Kaeya sale de la ciudad, camina por un sendero donde había hermosas lucettas sus pies lo habían llevado a las afueras de los viñedos del amanecer donde mira por última vez la mansión, sabe que Diluc está ahí ya que puede ver la luz de su habitación, recuerda cuando eran pequeños y pasaban horas juntos. No les importaba no tener la misma sangre, entre ellos había un vínculo más fuerte que ser hermanos, Vinculo que Kaeya creía que ya estaba roto por los innumerables rechazos que recibió de parte del pelirrojo.
- Espero hacerte feliz ahora Diluc, cumpliré con tu deseo, te amo tanto que siempre hare lo que me pidas, sé que tú me odias hoy me lo dejaste más claro que nunca, no volveré a estorbarte, de un principio alguien como yo no podía ser parte de tu familia- susurra esas palabras mirando hacia su ventana, en símbolo de despedida. Toma su espada y un morral con algunas cosas importantes que ya tenía preparado. Comienza a alejarse de Mondstadt con la sola idea de olvidar todo y comenzar nuevamente, sin arruinar la vida de su amado Diluc. El clima era frio, pero agradable para el de alguna forma sentía que estaba haciendo lo correcto por primera vez.
Pensado a donde ir Kaeya al menos esperaba encontrarse con Aether por lo que viajo a Liyue, es una ciudad bastante grande y él podría hacerse de algunas moras haciendo trabajos en el puerto, no sería difícil ya que la ciudad gozaba de diversos negocios e intercambios entre su misma gente, sin duda una buena parada para reorganizar sus ideas, además se mantendría ocupado para no pensar en Diluc.
Kaeya sin duda tenía un gran don para la palabra en una de sus pausas para poder comer algo ya se había informado de ciertos acontecimientos, grande fue su sorpresa al enterarse que hace muy poco dicho lugar había sido sede de una batalla feroz, resultando vencedores los Adeptus, la Geoarmada y las siete estrellas de Liyue, también se enteró que Aether había estado en dicha pelea, no podía decir que la ciudad no era interesante. Su comida era muy diferente a la de Mondstadt y su gente pese a que hace no mucho su arconte había fallecido continuaban trabajando duro, era una ciudad muy tradicional por su apariencia no pasaba desapercibido y había tres pequeños que lo observaban con gran curiosidad.
Llego al puerto donde se vendían todo tipo de artefactos y mariscos un grupo de tres pequeños se acercaron con curiosidad a Kaeya.
-ERES UN PIRATA! – grito uno de ellos.
- ¿Quien? ¿Yo? – Kaeya los mira extrañado y a la vez un poco ofendido.
-Si tienes un parche en el ojo entonces eres un pirata- dijo el otro pequeño
-No niño la verdad es que no soy un pirata- los miraba divertidos los pequeños de verdad estaba emocionados con verle.
- ¿viajas junto a Beidou? Ella también tiene un parche como tú, pero en su otro ojo- decía emocionada la pequeña del grupo.
-Niños la verdad es que yo no conozco a casi nadie de aquí, llegue hace muy poco y de verdad no soy pirata- se agacha para estar más cerca de los niños.
--No te creo que no lo seas, te ves raro, me dejas ver tu parche- uno de ellos se lanza a Kaeya para ver debajo de su parche.
-EYY EYY QUIETO NIÑO ¿QUE HACES? – grita Kaeya cayendo al suelo de trasero con el pequeño encima tratando de quitarle su parche.
No se había dado cuenta de que había llamado la atención del joven Fatui, que se encontraba realizando su trabajo relacionado con el Banco del reino del Norte en Liyue.
- AJAJAJAJA que peculiar escenario, niños déjenlo él no es un pirata- se acercó un joven más o menos de la misma estatura de Kaeya de pelo color castaño claro y de ojos azules como su visión, tenía una extraña mascara a un costado de su cabeza, los niños al verlo se van del lugar.
- Vaya Gracias no pensé que sería abordado por tres pequeños Hilichurls- Dice poniéndose de pie
- jajajaja solo son niño querían jugar, tú no eres de por aquí ¿verdad? Nunca te había visto- dice el joven mirando a Kaeya con gran interés.
-No, llegue hace poco no vengo de muy lejos soy de , me llamo Kaeya- le extiende la mano para saludar.
-Vaya otro viajero de Mondstadt, Me llamo Childe-. le aprieta su mano y lo observa con gran interés.
- ¿Conoces a más viajeros que vengan de Mondstadt? -. pregunta Kaeya con curiosidad.
- SI hace unos días conocí a un joven de cabello rubio-. Sin querer entregar más información ya que quería investigar a Kaeya.
- ¿Entonces Aether sigue aquí? ¿De casualidad sabes donde se encuentra? -. Habla con evidente emoción ya que al menos tiene una pista de alguien familiar.
- Mmmm lamento decirte que no sé dónde se pueda encontrar ahora... ¿sabes? eres bastante interesante Kaeya, si me acompañas puede que encuentre algunas pistas de donde pueda estar, la verdad me alegraría volver a ver a ese pequeño viajero-. Se lo dice mientras apoya uno de sus brazos en el hombro de Kaeya como si fueran amigos de toda la vida.
-Está bien la verdad es que tampoco tengo nada mejor que hacer-. Dice bastante alegre y con su usual sonrisa.
-Bien entonces vamos tú me haces compañía en mis aburridas labores, mientras buscamos al joven Aether, así aprovechas de conocer el puerto-. Childe por alguna razón se sentía bien estando junto a Kaeya muy similar a cuando conoció al pelirrubio y eso que solo habían intercambiado algunas palabras. Ciertamente quería saber más del moreno y por supuesto sobre su conexión con el viajero.
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Bien aquí el primer capitulo de esta historia, espero les guste pronto subiré el resto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top