∞ Capítulo 30: Noche inolvidable


—¿Plan? ¿Qué plan? Pff... ¿De qué están hablando? —Mencionaba Sophia un poco alterada negando todo.

Mientras que Hailey se mantenía callada.

—Ya lo mencionaron así que suelten —Decía Glen arqueando una ceja cruzando sus brazos.

Mientras que yo esperaba la respuesta, puse mis manos en mis caderas moviendo mi pie, haciendo que la arena saliera un poco, aunque en el fondo no estaba enfadada

—Está bien, nosotros ideamos el plan entre los cuatro Glen, Sophia ideo el plan y junto con Dylan y Derek lo planeamos y se sumaron. Además, las mirada que se daban era más que obvio, también sabíamos que necesitabas tiempo para aclararte... ustedes no podían negarlo, se olía a kilómetros —Mencionó Hailey mirándonos.

—Además —Agregó Derek—. Tú me comentaste que sentías que con Cassy la conocías desde antes... y que tienes pruebas...

—Muchas gracias traidor —Indicó Glen riendo y observando a su amigo—. ¿Alguien más quiere saber cómo conocí a Cassy? —sugirió.

Todos levantaron la mano.

—Solo diré que más adelante se lo diremos —Mencioné haciendo un guiño cerrando uno de mis ojos.

—Yo solo diré, que a ambos se notaba a kilómetros se olía el amor que tenían entre ustedes dos. —Me dijo Derek abrazando a Grace feliz.

—Es verdad, sé que se olía a kilómetros, pero, tenía mis razones y Glen también las tuvo, de todas formas, estamos juntos y eso es lo cuenta, a pesar de tener una historia detrás desde antes... pero cuando vi en el pub a Glen supe que ustedes habían ideado una especie de plan —Arquee una ceja, para luego reírme.

—Así es, solo nosotros nos dejamos llevar~—Agrego canturreando Glen soltando una risa.

—Así vemos. —Dijo Hailey riéndose.

[...]

Pasaron un par de horas y comimos lo que habían traído Sophia y Hailey, Hailey era muy buena en cuanto a hacer pasteles, y Sophia en cuanto a postres, ambas eran unas excelentes cocineras, y lo bueno de Hailey es que tenía una buena memoria y en cuanto a Sophia, ella tenía todo escrito en un cuaderno, con sus recetas y otras cosas, en comparación a mí, no podía decir lo mismo, era una pésima cocinera. Solo sabía lo básico.

Conversamos de las anécdotas que teníamos. Sobre la agencia de modelaje, y algunas cosas que no me había enterado después de aquel suceso que tuve en hospital y sobre otras cosas que Grace nos contó sobre Lisa y de que por qué tenía esa personalidad y en específico sobre lo que la propia mujer había dicho sobre nosotros, gracias a Grace.

Lisa también pensaba que todos nosotros haríamos una linda pareja, desde el momento en que nos asignó a trabajar a cada uno con el otro, aunque sabíamos que Hailey con Cameron se quedaron solo en grandes amigos y compañeros de trabajo, Incluso mandó con Grace las revistas y las fotos.

—Vaya esas las tomaron en la fiesta, se ve bien Hailey, al igual que Sophia... —Comenté.

—Tú no te quedas atrás—Mencionó Derek riéndose, mostrándome la foto que salía con el vestido largo que llevaba aquel día.

Las demás eran fotos individuales otras en pareja, la que más adore fue una en la que Glen estaba de espaldas y yo abrazándolo, viéndome de perfil en blanco y negro, había otras que eran un poquitín subidas de tono, me llegué a asombrar que se encontraban, allí, sobre todo cuando en una Glen me besa mi vientre desnudo en ropa interior y el semidesnudo.

—Esas me las llevo—Anuncio Glen.

Eran fotos en las cuales estábamos muy, pero muy fogosos, se daba a entender a simple vista en posiciones candentes que no recordaba que nos habían tomado, solo en ese entonces hacía mi trabajo.

— ¿Por qué? También son mías. —Hice un puchero.

—Sí, pero me las quiero quedar.

—Glen tendrá su noche matutina con esas fo....¡Au! —Inquirió Dylan.

— ¡Eso no es verdad Dylan! —Exclamó Glen con un ligero rubor en sus mejillas.

—Tu cara lo delata. —Anuncio Hastings con una risa.

— ¡Oh por dios...! Me saliste pervertido—Mencione llevándome las manos a mi boca cubriéndome, haciendo un pequeño teatro.

—Eso no es cierto, me gustan estas fotos porque salgo con la chica más atractiva que he conocido y esa eres tú. —Declaró acercándose a mí, mientras se acercaba a rozar mis labios contra los míos.

—Aww que lindo, pero aun así no te creo Glen —Anunció Hastings riéndose.

—Ni el mismísimo Papa lo creería. —Decía Derek riéndose.

—Ya, no sigan, están destruyendo a mi novio—Señale mientras lo abrazaba acariciando su cabello. Cuando acariciaba a Glen en el proceso los demás se paraban yendo hacia las cabañas.

— ¿Chicos a dónde van? —pregunté al ver que algunos se iban a las cabañas de madera que se encontraban cerca.

—¿No te dijo Glen? Arrendo cuatro cabañas para pasar la noche. —Mencionaba Derek.

—¿Que? —Miré anonada a mi novio.

—Eh... sorpresa. —Dijo un poco nervioso.

—Tengo que avisarle a mi mamá o se preocupará. —Dije sacando mi celular.

—Espera ¿Por qué no la llamas por video llamada?

—Brillante idea cariño, ups... amor, quise decir Glen —Dije un poco nerviosa.

—Así que amor, cariño ¿eh? Me gusta, pero prefiero Ángel... o supermán, Nena... —Sonrió guiñando un ojo para abrazar de mi cintura, mientras me reía.

Me reí antes ese gesto de Glen. Luego Inicie la video llamada esperando a mi mamá que contestase y así lo hizo.

—Hola hija, ¿Cómo la estás pasando? ¡Oh estas con mi yerno! ¡diviértanse mucho!

—Hola señora Kayla, Cassy tiene algo que decirle. —Mencionó con una sonrisa.

—Sí, mamá veras Glen, me dio una sorpresa, y.... pasare la noche aquí en la cabaña.

—Con cuidado, hija y... ¡no quiero nietos aún!

— ¡Mamá! —Grité toda ruborizada, miré de reojo y Glen también lo estaba.

—Se ven tan lindos sonrojados, y bueno, cuídense, pásenlo muy lindo, el amor joven es tan alegre, y más si ambos se corresponden, porque el amor se construye de a dos; hija me alegro por ti que hayas encontrado a tu amor, reflejas en tu rostro la felicidad, se te ilumina cuando estas con Glen. Y... —agrego mirando a Glen—. Y sé que cuidarás mucho a Cassy, Glen me lo demostrarte aquel día.

—No se preocupe señora Leethood, la cuidaré porque ella me ilumina con todo su ser—sonrió feliz.

Nos despedimos de mi mamá con una enorme sonrisa mientras guardaba mi celular en mi bolso.

—Bueno señor millonario, ¿Me daría un tour por nuestra cabaña por esta noche?

—Deseo concedido —Beso el dorso de mi mano derecha con una sonrisa.

[...]

La noche ya había llegado y corría un poco de viento, así que tenía la suerte de que había echado mi ropa adecuada para esa ocasión, y algunas cosas como aquel poema que había hecho, esperaba que Glen lo hubiera traído. Para así poder explicar aquel suceso inexplicable y que quedarían con la boca abierta.

Todos estábamos afuera tomándonos un té para abrigarnos.

—Con Glen queremos decirles algo—Mencioné seria.

—¡No puede ser estas embarazada! —Inquirió Grace, llevándose las manos a su rostro.

—¿Que? no, Cassy no lo está. —Dijo Glen de lo más despreocupado.

—¿Entonces ya lo hicieron? —Indico Hastings riéndose.

—¿Debemos contestar? —Mencioné arqueando una ceja.

—Eso me dice que es un sí—Indico Derek riéndose—. Pero bien, ¿Qué es lo que quieren contarnos?

—La verdad, es sobre cómo nos conocimos con Glen—Aclaré mirando a cada uno de los presentes.

Nos sentamos en las sillas de madera y los demás no decían nada, ya que estaban atentos.

—Para empezar con Cassy nos conocimos mucho antes, alrededor de los catorce años, yo en ese tiempo tenía quince. Mi adolescencia no fue tan buena que digamos... —Mencionó mirando a los chicos—. Tampoco me enorgullezco de lo que hice en ese momento.

—Lo sé, Glen—. Indicó Derek dándole una palmada en su hombro.

—El hecho es que, en ese tiempo, iba a entregar un poema en una editorial. En ese tiempo vivía en mi país, Chile y resulta que me tropecé con un chico; y ese era Glen.

—Al verla, quede embobado; por así decirlo, pensé que ella me gritaría por estar tirado en la calle, pero no fue así...

—Nos miramos y hubo como una especie de conexión—Declaré, observando a cada uno sus reacciones, algunos eran de asombro, otros expectantes.

—Yo no entendía, pero Cassandra me ayudó con el poco inglés que sabía, me sonreía cada vez que decía algo y a ella se le ocurrió en partir en dos su poema. El cuál; lo encontraba perfecto.

—Así es, y Glen me dio el anillo que el lleva, es bastante loco, pero es cierto y Glen no es el que ven, tenía su cabello teñido y largo. —Mencioné riéndome, para sacar el pedazo de papel, y Glen también lo hacía.

Todos se acercaron y quedaron con la boca abierta, literalmente; no podían creerlo.

—¡No puede ser! ¡Es cierto Cassy! —Chillaba Sophia leyendo el contenido.

—Es verdad... ¡por dios! —Gritó Hailey anonadada de lo que acababa de ver—. ¿Por qué no nos dijiste Cassy?

—Es como si el destino estuviera a favor... —Mencionó Grace.

—¡Si de ustedes! —Exclamó Dylan.

—Porque no lo recordaba... —Señale de manera honesta.

—Se nota que no te acordabas con la persona con quien pasaras el resto de tu vida... —Mencionó Hastings.

—Espera... ¿Qué dijiste? —pregunté sin entenderle.

—Eso. bueno... en Alemania existe una leyenda sobre la persona a quien no recuerdas. Es decir, uno de ellos recuerda con exactitud, pero el otro no, significa que su destino ya se unió, el hilo que tienen ambos lo sellaron el día en que se vieron y se prometieron en buscarse con aquel trozo de papel. —Sonrió Hastings acomodando sus gafas.

—¡Que romántico! —Mencionó Grace—. De verdad Cassy estoy muy feliz que sea Glen.

—Es verdad, se merece que escriban una historia de su amor—Dijo Sophia.

—Nos alegramos mucho de que su destino sea el volverse encontrar, no todos los días se aprovecha esta oportunidad, ¿eh? —Se rio Derek pasando sus dos brazos en nosotros, y nos abrazó.

Luego de risas, conversaciones y algunos cantos con la guitarra que había traído Derek, llevaba mi chocolate caliente a mi boca cuando Dylan dio una idea.

— ¿Y si jugamos un juego? —Sugirió Dylan.

—Trajimos un par de juegos... —agregaba Sophia—. Pero...

—¿Pero? —Decía Hailey arqueando una ceja.

—No me digan que es con licor.

— ¡Exacto! —Exclamaron al unísono la pareja.

—Ustedes me llevaran al alcoholismo—Exclame riéndome.

—Querrás decir por el mal camino querida—Mencionaba Hailey riéndose.

—Tranquilos, aunque no crean con Derek habíamos ido a fiestas y he tomado así que no se preocupen, pero este día quiero recordarlo así que tomare menos.

—Yo también, tomare menos—Decía Glen con una sonrisa.

Los juegos que traían eran dos, uno era el jenga en su versión licor y el otro era una ruleta con varios vasos.

Comenzó el juego con el jenga, que era el típico juego de armar la torre, pero este era diferente traía varios vasos pequeños y el mismo juego, solo que también Sophia traía un marcador y un lápiz ya que ellos mismos habían escrito los retos y claro por supuesto con la ayuda de Derek.

Ese juego consistía en que cada bloque del jenga, escribirás pruebas que deberá cumplir cada participante una vez que se retire de la torre, y una vez completado el reto, el jugador recién podrá colocar el bloque retirado en la parte superior de la torre, el jugador debe retirar un sólo bloque con una sola mano, y colocarlas ordenadamente en la parte superior de la torre para que así crezca y así sucesivamente se va jugando, hasta que el jenga se derrumbe. Y finalmente gana el último jugador que realizó su prueba antes de que caiga la torre.

A lo menos eso habían explicado los chicos, por lo que comenzaron a armar la torre y dando así el comenzó del juego, poco a poco se estaba tornando divertido e incluso muy subido de tono, —a mi parecer—, aún procesaba la información de lo que estaba observando enfrente de mí, no podía creer que mis propias amigas fueran tan osadas, ¡daba gracias a dios! que los bloques que sacaba en algunos mencionaba en beber un poco al igual que Glen, pero nada más que hacer cosas atrevidas; eso definitivamente no. Y en comparación a los demás, éramos los dos que bebíamos poco, esta noche estaba a nuestro favor.

Los ebrios eran nuestros amigos.

Hubo un momento que los demás ya no se encontraban y me encontraba con Glen afuera.

—Dejen a los no ebrios retirando las cosas... —Mencioné riéndome mientras ayudaba a Glen terminar mucho más rápido e irnos a la cabaña, ya que, se estaba colocando helado.

—Vámonos antes de que pesquemos un resfriado Nena—Me decía entrelazando mi mano, caminamos un par de pasos y cerramos la puerta.

—Bueno y ahora... ¿Qué hacemos? —Preguntó con una gran interrogante.

—No lo sé... ¿Cosquillas? —Mencioné al aire, sin saber que Glen se lo tomaría en serio.

— ¿Cosquillas?— pregunté arqueando una ceja—. Glen... para, no te me acerques no... —Exclamé, comenzando ya reírme y alejarme de él.

Pero ya era tarde, ya que, me ataco con cosquillas mientras me reía muy fuerte, en ese entonces estaba sin la chaqueta y llevaba un crop top con mis pantalones, no me había dado cuenta de que caímos en la cama, mi respiración se volvió agitada mirando a esos hermosos ojos celeste que llevaba, ese peinado alborotado tan característico de él.

Él me observaba todo el tiempo desde que habíamos caído a la cama, con una mirada bastante tierna acaricio mis pómulos, luego delineo mis labios de manera lenta y delicada e inmediatamente yo le acariciaba su cabello y poco a poco nos fundimos en un beso.

Glen se separó a milímetros de mi rostro, observando detenidamente que se sacaba su camisa de manera lenta y al observar ese cuerpo semi desnudo que estaba delante de mí.

Inmediatamente me incorporé de la cama.

—Nena yo... —Murmuro, pero le calle con mi dedo índice.

—No digas nada, Glen...

—Solo hazme tuya, como la primera vez. —Le sonreí.

—Nena, cada vez que pasa el tiempo me sorprendes mucho más. No sé si es el poco alcohol que tenemos, pero estoy muy caliente—Dijo de manera dilecta.

Una chispa en mi mirada se encendió.

—Entonces somos dos. Porque yo estoy muy caliente Glen. —Mencione desabotonándome el pantalón que llevaba.

Di un suspiro, para luego atraerlo hacia mí cuerpo, mi aliento chocaba con el de él, la misma sensación que recorría desde la punta de mis pies hasta mi cabeza. Las manos de Glen eran rápidas, sacando mi pantalón acariciando mi trasero y estrujando en el proceso y acaricio por encima de mis bragas, haciendo un leve jugueteo que me hizo estremecer y jadear.

—Glen...

—¡Oh! Siempre te mojas en los lugares que te toco, ¿no?

Asentí.

—Siempre, mi ángel.

Glen subió poco a poco sus manos acariciando con suaves toques, roces que me hacían estremecer cada vez que pasaban sus manos por mi piel, sin despegarnos de los besos que nos dábamos haciendo que el ambiente se tornará lleno de pasión y de lujuria, cada vez más soltaba suspiros en el oído de Glen y eso provocaba en él esa sensación que lo estremecía tanto como a mí.

Me tiré a la cama, mientras que él se posicionaba, en mis caderas, dando suaves besos, bajo hasta el nacimiento de mi entrada, comenzando a dar suaves y leves lamidas, estimulando poco a poco.

Los suspiros, jadeos y gemidos eran inminentes por aquel sexo oral que me estaba dando, era exquisito, aprete las sábanas en el proceso oprimiendo uno que otro gemido, mordiendo mi labio inferior.

—No te contengas Nena... quiero oír tu voz.

Volvió a lamer una zona en la cual me produjo una sensación que acabó por venirme.

—Quería satisfacerte Nena, tal como lo haces tu... ¿Por qué no? —Menciono bajándose el pantalón con su ropa interior.

Su miembro se encontraba erecto, pero aceleré el proceso metiendo su miembro a mi boca. Lamí de manera lenta y tortuosa para Glen. Lo cual él solo mi miraba fascinado a lo que sus ojos estaban viendo.

—Nena te estás volviendo realmente buena, aunque ya lo eres... pero. Mhm. —Gruño.

Haciendo que sacara de manera lenta su miembro.

Su voz se tornó ronca, pero a la vez sexy eso siempre me despertaba una sensación bastante placentera. Nos subimos a la cama y poco a poco Glen me estimulaba con las caricias que ya sabía en donde tocar, todo mi cuerpo respondía a los estímulos de Glen, me estaba desesperando un poco, ya que quería sentir el miembro de Glen en mi interior.

Glen sacó un preservativo, colocándose inmediatamente.

—¿Listo Nena?

—Siempre lista, mi Ángel.

Introdujo su miembro en mi interior, haciendo que nuestros cuerpos se acoplaban una vez más a la perfección, comenzó con movimientos suaves, incitando que salieran mis gemidos que lo estimulaban cada vez más en la labor, su lengua me estimulaba en los lugares y en zonas que sabía muy bien que me provocaría más gemidos y suspiros. Y al besarme miles de sensaciones me volvían a inundar, me aferraba fuertemente a él, las embestidas eran cada vez más fuertes, provocando que enterrara mis uñas en su espalda cada vez que repetía aquella acción, Glen se había estremecido, consideraba que le gustaba aquella acción, ya que le provocó que le saliera un gemido ronco de sus labios, eso me había encendido mucho más.

Mis caderas siempre se acoplaban a la perfección al cuerpo de Glen, el seguía con los movimientos que cada vez más eran rápidos, certeros, puso sus manos en mis caderas, apretándolas un poco, haciendo que me inundara en el placer, soltando su nombre una y otra vez, agarrando las sábanas y estrujándolas en el proceso.

Luego intentaba acariciar cada parte de él, primero por su cabello, ya que el número de embestidas disminuyó, haciendo que nos mirásemos y acariciáramos cada porción de nuestro cuerpo.

Acaricie su torso desnudo, tocando en lugares que sabía muy bien, que provocarían en él una sensación de jadeo y deleite.

Poco a poco estábamos llegando al clímax, en el cual, se estaba anunciado cada vez más por los jadeos y gemidos que provocábamos ambos, incitando a que pronto acabaríamos.

Llego un momento en que todo mi cuerpo se tensó haciendo que una ola de placer inundara mis sentidos y los nublara por completo una vez más, —era una sensación exquisita y repetirla era grandioso—, se sentía muy bien llegar al clímax junto con tu novio. Ambos jadeamos y nos inundamos en un hermoso beso, al final nos miramos, sonreímos y nos acomodamos uno encima del otro
Antes de quedarme dormida, visualice que en nuestra mesita de noche se podía observar aquel poema ahora pegado, junto con el anillo de Glen.

Aquel poema que nos hizo unir, y que sabíamos que no nos dejaríamos ir; sabíamos que esta vez no.






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