∞ Capítulo 3: Hailey

Esperamos que la persona dueña del hogar nos abriera la puerta, pero me sentía tan emocionada y nerviosa por dentro que no entendía el porque me sentía así, además Sophia no mencionó ninguna palabra, y como no comprendía el por qué había dicho que podíamos ir a Opera House después.

¿Es que acaso ella vivía aquí? O ¿me había tenido una jodida broma? Si fuera lo segundo, no me gustaría para nada.

Tardaron en atender la puerta puesto que Sophia seguía insistiendo hasta que sacó su celular, marcó a un número que no logre identificar ya que lo hizo de manera rápida, aunque con la persona habló en clave.

—Ya estamos. Sí, ¿en serio? Ya vístete y nos atiendes la puerta... —Se comenzó a reír y luego colgó.

—¿Quién era? —Cruce mis brazos y arquee una ceja mirando a mi amiga.

—Eh...—titubeó—alguien, es alguien que... ¡ay no seas así Cassy!, no me mal intérpretes de que te estoy jugando una jugarreta o ¿sí?

Iba a protestar de todas formas, odiaba que me oculten cosas y más si es algo importante, estaba a punto de perder los estribos e irme de aquel edificio, pero la puerta se abrió.

Al ver a la persona parada ahí, no me lo podía creer, parpadeé un par de veces, incluso me apreté con mis dedos mi hombro para comprobar de que no era un sueño, ahí se encontraba mi otra mejor amiga de la preparatoria: Hailey Evanson.

Solo pude gritar de la felicidad, agarrar a Sophia y abrazarnos ya que habían pasado dos años, fue tanto la emoción que las tres caímos en la entrada del departamento de Hailey.

Hailey es una chica bastante peculiar como Sophia, ella era blanca como la nieve, su cabello rubio, pero no le gusta su cabello natural por lo que se tiñe de colores oscuros, le gusta toda la música rock y punk, adora todo lo que sea dulce, pero sobre todo tiene dotes para la manualidad y culinario, jamás he probado algo hecho por su mano, pero sí me regaló algunas de sus manualidades que había hecho.

Ella se apodaba como la chica «Darks» del grupo.

Su temperamento es bastante tranquilo, todo se lo toma con calma y no le importa el qué dirán ni siquiera si hablan de ella, es graciosa, amable, pero tampoco le importa si a primera vista le caíste bien o no, si no le caíste bien no le interesa. Hailey tiene un don bastante peculiar con solo mirarte puede decir dos o tres palabras y a medida que conocimos a la persona, le acertaba.

Si tuviera que describir en una sola palabra seria FBI, Hailey es ver a uno de esos funcionarios de la FBI, no hay nadie que se le escape ni siquiera el propio Satán se puede esconder.

Debo reconocer que extrañaba a mis amigas, pero ahora que están aquí, era aún más la emoción que me provocaba.

Era plena felicidad.

Seguíamos tendidas en el suelo, abrazándonos, eran varios años, al decir verdad eran cuatro para ser exactos, estaba tan feliz de volvernos a encontrar y volver hacer ese triángulo extraño.

«Las iluminatis» nos habíamos apodado.

—¡Saquémonos una foto! —Dijo entusiasmada Sophia.

Nosotras asentimos al estar de acuerdo aun tiradas en el suelo, dimos por par de carcajadas y posamos para la foto, luego nos paramos las tres de manera inmediata sacudiendo nuestras ropas. No podía dejar de sonreír, tenía una enorme sonrisa por aquella bienvenida y por la gran sorpresa que me tenían preparada ese par.

—Y ¿te gusto la sorpresa que te dimos Cassy? — Preguntó Sophia con una gran sonrisa.

—Me gustó demasiado chicas, gracias por este hermoso regalo —Mencioné sacando una carcajada y las abracé de manera efusiva.

Sophia cerró la puerta consigo del departamento de Hailey, era muy bonito, además con la decoración que había puesto Hailey daba una sensación agradable y sutil como ella era junto con toques hogareños como madera de roble y colores negros y grises.

Un toque de elegancia.

—¿Y desde cuando estás aquí Hailey? —Pregunté caminando junto con ella, mientras que ella me hacia un tour por su casa.

—Pues desde hace un año me vine a vivir aquí, tú sabes ayudo a mi familia mandándole dinero del extranjero a Chile, estuve en Alemania que era mi sueño, tú sabes, ver a esos alemanes... hubo unos alemanes que estuvieron muy guapos y como soy de tez blanca creían que era alemana. —Mencionó Hailey lo último con una carcajada.

—En realidad pareces una, pero me alegro de que por fin habías conocido tu preciada Alemania.

—Esta es mi habitación, aunque esta todo desordenado —Comentó con ademán en la mano sin darle importancia.

—Uy, ¿Entonces no te agarraste a un alemancito? —Dijo Sophia en tono juguetón en su voz.

—Qué cosas dices Sophia —Respondió con una mirada cómplice a ambas. Hizo una pausa y luego dijo—. Sí, conocí a alguien

—¡Oh! ¡Cuenta! —Exclamé mientras entramos a la habitación de Hailey.

Tenía una cama bastante grande, la habitación era de un color burdeos bastante oscuro casi parecido a la sangre, el piso le había colocado un piso flotante viéndose como madera y tenía dos futones en forma circular, de colores verde militar, junto a una alfombra muy bonita que combinaba con toda la habitación. Además, tenía un escritorio con su laptop y una pequeña biblioteca con sus libros, varios papeles y maquetas que había hecho.

—Si quieres te ayudamos a ordenar —Mencioné con una sonrisa viendo el caos, Hailey no había mentido, su habitación era un gran desorden.

—Sí, no es tan difícil —Dijo Sophia comenzando a ordenar la ropa.

—¿Esto va en dónde? —Estiré mi mano ya que era una de unas piezas de la maqueta que estaba en el escritorio.

—Eso va en la segunda maqueta Cassy —Respondió Hailey recogiendo la basura que había en el piso.

Busqué con cuidado aquel palo que faltaba, agarré un poco de pegamento que se encontraba en el escritorio de Hailey y aquella maqueta estaba completa.

Una vez que habíamos terminado de limpiar todo el desorden de la habitación de Hailey, quedo más que reluciente, Sophia y yo nos sentamos en los futones individuales y Hailey en su cama.

—Ya, suéltala de una vez —Dijo Sophia emocionada.

—Sí, ¿Qué paso con el alemán? —Mencioné queriendo saber el chisme de mi mejor amiga y su anécdota en Alemania, me senté cómodamente con las piernas cruzadas en forma de indio.

Hailey estaba vestida con pantalones negros, sus apreciados botines y una camisa corte «v» de color negra y una camisa con estampados militares y no podía faltar su apreciado cuarzo negro colgado en su cuello, el delineador en sus ojos y su piercing en su labio izquierdo que siempre llevaba.

— Ya, está bien se los contaré. Todo empezó cuando había llegado a Alemania, estudié un año allá y los otros años los estudiaré aquí. Estoy estudiando Ingeniería Civil, no sabía nada ni de cómo llegar, solo sabía hablar inglés por lo que preguntaba a cada rato hasta el mínimo detalle, pero una señora me ayudó diciéndome de que tenía que tomar un taxi y me anotó la dirección en donde quedaba, le di el papel al chófer y me llevó hasta la universidad que por cierto me había ganado una beca y gracias a eso, pude irme a estudiar allá. Al llegar me quedé anonadada, el paisaje era espectacular rodeada de áreas verdes, y que me otorgara un paisaje con montañas y que estuviera nublado era espectacular, claro que después me costó bastante caro pagar ese taxi. Recorrí todo el campus, estaba tan emocionada cuando choqué con un alemán, no les puedo mentir era jodidamente sexy, me había dicho que iba en su segundo año de Administración y que lo sentía por haberme golpeado accidentalmente, pasaron algunos meses ese chico se acercaba más a mí, inclusive ya me había aclimatado a mi vida universitaria, hasta que Hastings, así se llama.

— ¿Hastings? ¿Qué significa? —Pregunté curiosa por el relato de Hailey.

—El más rápido. —Contestó ella dándome una sonrisa que ya entendía a qué se refería, por lo que con Sophia nos miramos y sonreímos del mismo modo.

—Si, sobre eso, debo decirte que es «rápido»

—Oh, vaya...

—Seguiré contando—agregó Hailey—. Hastings me invitaba a muchos lugares, incluso el café y los dulces que vendían eran deliciosos, allá me podía dar un coma diabético si es que quisiera, de tantas salidas me pidió que fuéramos novios, por lo que lo acepté, aunque me asombré, él es lo opuesto a mí, Demasiado

Había recalcado esa palabra ya que, Hailey nos había mostrado una imagen de él, era bastante apuesto, tenía sus ojos de un color verde, se veía que era bastante aplicado en su materias o carrera que estaba estudiando, daba esa sensación de ser un chico ordenado, parecía un chico bueno. Se podía notar a simple vista con aquella imagen que nos mostró Hailey, pero cuando pasamos las demás fotos... tenían cuerpo no muy marcado, pero si resaltaba la parte oblicua de su torso.

Sophia y yo nos mordimos el labio inferior, quien no estaría con alguien así.

—Sí, de hecho, podría decirte que se la ha jugado por mí, y si paso algo más ahí, ósea obviamente tuve intimidad con él, para que estamos con cosas, soy sincera y ustedes me conocen, la verdad después de eso, seguimos saliendo, nos tomamos varias fotos en los lugares que me mostraba seguimos con nuestras carreras hasta que me pregunte como estarían ustedes, miraba Facebook y sobre tus publicaciones Cassy y que estabas en Australia con tu mamá, y me pregunte: ¿Y si hago los trámites para estar en el mismo país?, contacte a Sophia que estaba estudiando derecho en Cambridge, los tramites nos salieron positivamente y eros aquí.

—Y ¿ya no te has contactado con Hastings?

—Sí, mantenemos contacto, eso es lo bueno hablamos por video chat.

Hailey, se había parado para buscar su laptop y encenderlo para mostrarnos los lugares que había visitado ya que tenía muchas fotografías, nos acurrucamos las tres en la gran cama que tenía Hailey para mirarlas, hasta que una imagen nos sorprendió.

Aquella imagen nos hizo latir nuevamente nuestros corazones, me había puesto muy nerviosa con tan solo mirarla, al igual que ellas, el simple hecho de recordar que yo había hecho ese collage hace bastante tiempo.

Esa foto nos había hecho cambiar nuestro estado de ánimo en un segundo, esa fotografía se trataba de los tres chicos que nos hacían suspirar en la preparatoria, se trataban de: Cameron, Tristán y Dylan, Ahora no sabía qué hacer, me tomó por sorpresa.

Vale, estaba anonadada, y quién, ¿no?

Tantos recuerdos inundaban en mi mente...

Si mi mente estaba tranquila, ahora se encontraba hecha un caos.





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