∞ Capítulo 27: Canción para dos


Lluvia de alegría - Malú

—De verdad chicos, no presionen ¿sí? mire a ambos chicos, dándole una sonrisa.

Aunque el presentador seguía animando, haciendo que otras personas se subieran a cantar, no podía negar que algunos de los presentes tenían una voz tan bonita como la de nuestro grupo, aunque tenía la inmensa curiosidad y a la vez un dejo de duda si Derek también cantaba o si Glen también lo hiciera, me daba muchísima la curiosidad por saber aquello.

Volví a beber otra vez el trago y cuando iba a agarrar unas de las papas que quedaba, Tristán también la agarro.

—Cómetela.

—¿De verdad no quieres? Es la última Cassy.

—Tranquilo, puedo pedir otra—Mencioné de manera calmada con una sonrisa.

Tristán miró a Amber luego lentamente se colocó la papa frita en su boca y ella la agarró feliz.

Glen no estaba probablemente había ido por unos de los meseros a pedir una tabla.

Luego me sorprendió que Glen me besará mi cabeza con una gran ternura. Lo cual provocó que parte del grupo dijera un «aww»

—Oh, yo quería un beso—Mencionaba Derek cabizbajo.

—Nosotras también—Decían al unísono Hailey y Sophia.

Di un ligero suspiro cerrando mis ojos, Glen se sentó al lado mío sin decir ninguna palabra luego miré al presentador que animaba la noche, realmente era encantador como ese chico podía animar así.

Luego de unos minutos se oyó la canción de fondo que conocía tan bien, me salía la parte de la chica, pero la del chico no, y siempre la cantaba, me gustaba aquella canción, se llamaba Llueve Alegría de Malú que la interpretaba Alejandro Sanz.

—Esa canción me parece que la canta una mujer y un hombre ¿no? —Mencionaba Sophia.

—Si... ¿Cómo se llamaban? — Preguntaba Hailey mirando a Sophia con una sonrisa cómplice.

—Saben, uno de mis amigos se sabe esa canción, pero lástima que se sabe la parte del hombre. —Suspiro Derek.

—Eso es verdad—Menciona Dylan con una sonrisa.

— ¡Cassy se la sabe! —Dijo efusiva Sophia.

—¡Oh tenemos a una participante, la chica Cassy que subió con su amiga Hailey! ¡Muy bien! ¡Me encanta el entusiasmo! Exclamaba el presentador, yendo hacia la mesa de nosotros.

—No, espere... —Titubee nerviosa.

Luego de unos segundos di un suspiro para levantarme.

— ¿Quién será el compañero? —Anunciaba él con entusiasmo.

—Yo—Dijo con seguridad Glen.

Se paró del asiento para ir hacia el escenario, no si antes de hacer una reverencia para tomar mi mano e ir con él hacia el escenario, al estar junto a mi lado, colocaron de nuevo la canción instrumental, no tenía la necesidad de mirar la pantalla para poder cantar mientras leía.

No le tengo miedo a la escalera...

Cuanto más se elevaba mientras más alto quiero subir

Y trepar como una enredadera

Cantaba con toda la emoción como si yo fuera la que trasmitía aquellas palabras mientras cantaba, termine partes de mis líneas y sabía que había una parte en donde ambos cantaríamos.

Y al escuchar la voz de Glen me había producido un impacto impresionante, nuestras voces se complementarían tan bien.

Luego vino la parte de Glen, y cuando cantó solo todas las chicas del bar gritaron exceptuando las de la mesa donde nos encontrábamos.

Cada palabra que salía de los labios de Glen era música para mis oídos, me quedaba anonada cuando escuche de nuevo su hermosa voz que para mí era un canto celestial, sabía que Glen cantaba con la misma fuerza que yo, y de vez en cuando nos mirábamos.

Ambos nos complementamos el uno con el otro, la mirada que nos dábamos cuando cantábamos era indescriptible, había química instantánea, como si realmente éramos almas gemelas.

Seguíamos cantando a todo pulmón, la sonrisa no se nos esfumaba de ambos, manteníamos la mirada en el otro, esa conexión entre nosotros que era inexplicable desde esa vez que nos conocimos, sentía que por mi parte se había encendido por completo al recordar cómo nos conocimos.

La canción había acabado y terminamos mirándonos el uno con el otro, frente a frente, mientras que nuestras respiraciones estaban sincronizadas, todo el mundo comenzó a aplaudir incluso a silbar.

Me di cuenta de que Glen me agarraba fuertemente de mi cintura, tarde unos minutos de lo anonadada que estaba, cuando Glen me tomaba de esa forma el fuego interior se encendía en mí, estábamos a centímetros de darnos un beso.

Me mordí los labios, en observar detenidamente esos ojos celestes, que me miraban con mucho deseo, ternura y amor.

Reí por los nervios.

—Cantas, bien —Le sonreí acariciando con mi pulgar lentamente su mejilla.

No me sentía preparada para decirle si recordaba o no, sentía que todavía no era el momento.

Deje el micrófono en el lugar del pedestal y baje del escenario lentamente, sentí a Glen me seguía desde atrás, el caminaba al mismo tiempo que yo.

Aunque sentía una mirada fija detrás de mí, no tenía la necesidad de adivinar de quien se trataba o eso creía.

Una voz masculina se acercó. Diciendo que le encantaba como había cantado.

Y yo mencioné un Gracias.

Me dirigí hacia la mesa donde se encontraba mis amigos, le sonreía a cada uno de ellos, Glen se iba a sentar a mi lado, pero Amber había tomado un poco y Tristán le reclamaba.

Había dicho que iría al baño, mientras algunos de mis amigos asentían.

Al salir unas manos me agarraron y me estrellaron contra la pared, comenzando a tocarme de manera insistente.

Comencé a forcejear con el sujeto, hasta que observé como un puñetazo iba hacia el sujeto.

—¡Ha dicho que la sueltes carajo! —Mencionó Tristán.

Eso me había sorprendido, no me había dado cuenta de que él había ido al baño, pero debía agradecerle porque me salvó de aquel toqueteo.

Asustada, y mi respiración bastante agitada Tristán me guio tomando mis hombros y al salir me encontraba con una expresión de pavor en mis ojos.

Inmediatamente Glen se acercó sin titubear.

—¡Nena! ¿Qué pasó? Dime algo...

No podía decir ninguna palabra me encontraba estupefacta, las imágenes de aquel suceso con Adrien venían en mi mente una y otra vez. Aunque escuchaba a lo que comentaban mis amigos.

—Este sujeto comenzó a toquetearla si no fuera por mi... maldito, como te atreves a tocar a una mujer—Masculló, agarrando al sujeto que había salido.

Luego observé como Glen le daba un puñetazo de nuevo al sujeto. Quien cayó otra vez

—¡Esto es porque te lo mereces bastardo!, ¡cuando una mujer dice no es no, aléjate de ella. —Gruño Glen vociferando al igual que Tristán.

De repente la música había parado de manera abrupta, las personas estaban oyendo todo, e incluso intervinieron sacando al sujeto quien me había tocado, pero más allá se quedaron expectantes, nadie decía nada.

—Claro, dijiste que ibas a mojar el paño para Amber para quitarle la mancha del vestido. —Mencionó Derek.

Mientras que todos mis amigos asentían.

—Espera ¿entonces fue una casualidad que la salvarás? —Arqueo una ceja Glen.

—Sí. —Dijo Tristán teniendo el paño mojado para su novia.

Amber se paró un poco tambaleante dirigiéndose hacia donde nos encontrábamos.

— ¡Tú! No creo que lo sea cierto. Aun no me creo todo esto... —Arrastro la palabra «creo» debido a su ebriedad y luego agregó—. Desde hace bastantes meses que he estado en Sídney no te has despegado de mi novio...

No decía nada, el pensamiento de aquel suceso había desaparecido cuando Glen me abrazó y acaricio mi cabello lentamente, solo esperaba a que hablará y se desahogará.

—Ya que lo citaste en el centro comercial para hablar...

—¿Espera, que? Cassy ¿eso es cierto? No me dijiste que ibas...

— ¿Y para que te ibas a decir? ¿para qué te de una escena de celos? Glen, déjame explicarlo.

—Hablamos con Cassy, pero no es lo que tú crees.

Luego Amber se volvió a meter.

—Tu... eres una roba novios, sientes cosas por mi novio todavía, no creo lo que ocurrió en el baño, ¡me tienes harta Cassandraaah! —Arrastró mi vocal con burla luego agregó—. Lo que te ha pasado... te lo mereces por ser una pu... —No dejé que terminara la frase.

Le había dado una tremenda cachetada que sonó bastante fuerte, haciendo que todos los presentes no pronunciarán ninguna palabra.

—¡Cállate! ¡tú no sabes nada sobre mí! No tienes derecho a repetir lo que digan de alguien, si tu pareja te cuenta debes guardarlo no divulgarlo, Además —Agregué—. ¡Eres una niñata malcriada y mimada que te dieron todo sin recibir nada a cambio, en cambio yo, me lo gane por esfuerzo cada dinero que he reunido y no toleraré que alguien como tú digas cosas que son relativamente falsas! ya era hora de que te pusieran en tu lugar Amber. —Escupí las palabras como si fueran dagas, ya que la borrachera de la chica rubia desapareció. Ya que su cabello era castaño, pero en los meses se lo había teñido.

Sólo se llevó una mano en su mejilla enrojecida y no pronunció ninguna palabra, es más se fue hasta su asiento, agarro sus cosas y caminaba hacia la dirección de la salida.

—Gracias Cassandra, no había manera de frenarla ni yo podía —Mencionaba Tristán. Acto seguido se fue tras ella.

Glen no decía ninguna palabra, agarró su chaqueta y se fue de ahí.

—Hey. Glen... ¡espera! —Grité.

Como pude agarré mi bolso y mi chaqueta despidiéndome de los chicos.

Ellos asintieron diciéndome que corriera por él, asentí, corriendo hacía donde se encontraba la salida del pub.

—¡Hey! Glen... ¡espera! —Volví a decir—. ¡Glen Jackman! —Vocifere, alcanzándolo y agarrando uno de sus brazos, tirando hacia atrás.

—¿Qué? Cassandra —Mencionó en un tono agotado y cabreado.

—Déjame explicarte yo...

—No tienes nada que explicar, ¿sabes? Me cansé de tu juego, no sé qué quieres, las personas también se cansan.

No respondí, dejé que hablará.

—Me cansé ser el único que demuestra su amor siempre, un día quieres que nos acostemos y al otro me tratas como si fuera tu amigo, tú sabes mis sentimientos por ti... cuando Amber lo dijo...

—Te lo iba a decir Glen... yo...

—No es que me molestará, que lo dijo Amber, me molestó que no confiarás en mí, me molesta que no seas sincera conmigo, tú me gustas y mucho.

—Glen. —Mencioné seriamente—. Te lo iba a decir cuando nos íbamos a ver que ya sabía a quién iba a escoger, pero... —murmuré bajo—. Surgió lo casi secuestró en el centro comercial y nunca te lo pude decir —Volví a murmurar mientras bajaba una lágrima por mi mejilla.

—Nena yo... lo siento, fue muy duro de mi parte... —Mencionó mientras me abrazaba de manera cariñosa y le respondí el abrazó.

—Ya sé a quién quiero.

—Ah, ¿sí? —contestó con una voz que lo sentía más tranquilo.

—Si. Te elijo a ti. Glen Jackman.

Le sonreí, mientras que Glen hacía que poco a poco retrocediera mis pasos hasta chocar con una pared, mi respiración comenzó a acelerarse cuando veía que Glen no despegaba la mirada de mí. Él observó detenidamente mi rostro, delineando lentamente con una de sus manos mis pómulos, pasando por mi barbilla, lentamente me acarició mis labios, yo instintivamente mordía mis labios y el los suyos.

—Sabes que lo encuentro tan atractivo cuando muerdes tus labios nena

—Y tú me matas cuando lo haces —Mencione—. Además... —Iba a hablar cuando uno de sus dedos se puso en mis labios.

—Shh, preciosa mía, calla esos lindos labios que tienes...

Me callé, un ligero rubor se asomó en mis mejillas.

Otra vez lo hizo, amo cuando me calla de esa forma, ¿a quién no?

Lentamente se acercó a mi rostro, y me beso de una manera exquisita como él sabía hacerlo, quería que continuará, pero, mi razonamiento me decía que lo detuviera—estábamos en un lugar público— intenté apartarlo de mí, pero, sin éxito, ya que, agarro mis dos brazos y los coloco encima de mi cabeza.

Poco a poco nuestras respiraciones se sincronizaban entre sí, se separó un poco y él observaba mi rostro que estaba quieto ante el suyo, él se aproximaba de manera peligrosa cada vez más, volví a morderme mi labio inferior, sin despegar nuestra mirada del uno con el otro, delineo nuevamente mis labios con su pulgar.

—Jamás te pude olvidar Cassy, Jamás. —murmuró Glen.

Oí, oí esas palabras de la boca de Glen, lo sabía bien, jamás dude de sus sentimientos, jamás pensé que lo diría, acaricie su rostro y le sonreí para acercándonos mucho más, hasta volver a sentir esos labios carnosos presionado mis labios contra los suyos, al principio fue muy lento, despacio y un poco candente.

Ambos suspiramos al instante, para seguir ese beso que era mágico, tantas noches había soñado este momento, una de sus manos se dirigió a mi cabello acariciándolo lentamente, dejo mis brazos libres e instintivamente pose mis brazos a su cuello, dentro de nuestras bocas una danza de lenguas danzaba entre sí, era un beso exquisito, que hacía que rogara por más. Me dejaba sin aliento, ¡Glen Jackman eres único!

Estuvimos unos minutos así, pero, tuvimos que separarnos por falta de aire, poco a poco nos separamos, sin despegar la vista con la de él.

—Debo decirte que... sí lo recuerdo—Titubeé soltando un suspiro.

—¿Lo recuerdas? —Dijo con una emoción en su rostro.

Asentí.

—Recuerdo todo, el poema, la promesa que nos hicimos, Todo y... —Dije mientras sacaba aquel trozo de papel que tenía en la mochila dejándolo ver en mis manos.

Glen no podía creer, en sus ojos se mostraba la emoción que sentía.

—No puedo creerlo. Pensé que tu... —Titubeó.

—¿Qué jamás lo había recordado? resulta que tu carta que me hiciste que fue muy hermosa y que por cierto me hizo recordar.

—¡ay nena me sonrojas! —Dijo un poco nervioso llevando una de sus manos a su nuca.

—No sabía que Glen tenía esos dotes de escritor romántico...

—Cassy, Nena me harás sonrojar...

—Seductor, apasionado y muy bueno en la cama...

—Eso me está gustando —Murmuró de manera sensual.

—Además... todavía conservo esto—Mencioné sacando el anillo del bolsillo de mi pantalón que me obsequió.

—Lo tienes todavía, después de tantos años... —Exclamaba con una sonrisa sincera y con un brillo en sus ojos.

—Después de tanto tiempo, olvide aquella promesa que nos hicimos Glen—Luego agregue—, ¿Me perdonas?

—Pues claro que te perdono nena. —Me dijo acariciando mi cabello y luego beso mi frente.

Luego paso sus manos en mi cintura que se aferraban de manera fuerte y segura, el olor del perfume de Glen invadía mis sentidos y sonreí para mis adentros.

—¿Estas lista?

—Lista ¿para qué?

—Ya lo veras Nena, la noche es bastante joven para esta sensual cumpleañera. —Guiño el ojo besándome el dorso de la mano.

—Espera... ¿me darás otro regalo?

—Querrás decir «EL» regalo. —Mencionó con una sonrisa pícara.

—Glen Jackman, me sorprendes...





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top