CAPÍTULO 43
Nicole
—Buenos días —. Theo camina hasta el escritorio para dejar los exámenes encima.
Parece demasiado cansado, la expresión en su rostro es abrumada, además de tener una apariencia un poco desarreglada pues hay ojeras debajo de sus ojos, evidencia de que no ha dormido mucho. Su camisa está un poco arrugada, la corbata desatada alrededor de su cuello y las mangas hasta arriba de sus codos.
Lo miro con preocupación por el aspecto tan raro en él; no lo he visto así desde el día que dejé de ir a las tutorías hace ya varios meses. Cuando se da la vuelta, logro cruzar la mirada con la suya y le hago un gesto preocupado con la cabeza. Me ofrece un encogimiento de hombros casual junto con una leve sonrisa a cambio, sin duda como una manera de apaciguar mi angustia. No me convence del todo, algo tuvo que haber sucedido ayer después de que me fuera, pero lo dejo pasar.
—Siéntense en sus respectivos lugares, chicos, vamos a comenzar.
Saca algunas hojas de una bolsa para comenzar a repartir por cada puesto. Miro a Daniel desobedecer sus órdenes, camina hasta donde estoy sentada al lado de la ventana con determinación en sus ojos. Antes de que pueda llegar tan siquiera a unos cuantos centímetros de mí, Theo lo intercepta con una mano sobre su hombro junto con una dura mirada.
—Dije que se sentaran, Smith. Vaya a su lugar si no quiere que lo deje sin hacer el examen.
La mirada retadora del que hasta hace poco era uno de mis mejores amigos no se hace esperar, pero toma la sabia decisión de no contradecirle, en su lugar decide pasar por su lado con un ligero empujón en el hombro. Theo aprieta la mandíbula sin despegar los ojos de la parte posterior de su cuello hasta que se sienta de nuevo.
Mueve la cabeza en negación antes de volver a la tarea de repartir las hojas. Cuando se detiene frente a mi escritorio por un segundo, paro sus movimientos con mi mano sobre la suya.
—¿Estás bien? —Susurro lo más bajo que puedo para no alertar a nadie de la pequeña interacción entre nosotros.
—Sí, solo estoy cansado, tranquila.
Asiento un poco antes de dejarlo ir. Sé que no es solo eso, sin embargo; decido no preguntarle hasta que vaya a su apartamento en la tarde.
Al terminar de repartir, vuelve al frente y se sienta en la silla, luego cruza los brazos sobre el pecho, su expresión severa de siempre se posa sobre sus rasgos.
—Pueden iniciar, tienen una hora a partir de este momento. No quiero ruido ni que giren la cabeza hacia los lados. Al primero que lo haga, le quitaré su examen y será reprobado.
Con eso dicho, todos nos apresuramos a mirar nuestros cuestionarios. Ojalá esta vez si pueda terminar todos los ejercicios, necesito pasar la materia. A diferencia de lo que Daniel o cualquier otra persona pudiera pensar sobre tener una relación amorosa con un profesor, Theo no me regala ninguna buena nota a no ser que en realidad haya estudiado y me la merezca, así que espero no decepcionarlo.
****
Daniel me agarra del brazo a la salida del examen antes de arrastrarme a un lugar alejado. Me dice que quiere hablar para arreglar las cosas; que ayer no pudo dormir en toda la noche pues no dejaba de pensar en lo que pasó. Que fue un idiota insensible al no darse cuenta que me llevó a mi punto de quiebre hasta hacerme explotar contra él.
Menciona cuánto lamenta haberse comportado así pues, aunque lo haya lastimado, no tenía ningún derecho a reclamarme nada debido a que siempre fui clara con respecto a mis sentimientos por él y que lamenta haber tratado de obligarme a besarlo aún cuando le advertí que no quería hacerlo. Sin embargo, a pesar de todas sus disculpas, también me dice que todavía cree que él me merece más que Theo, que no se va a rendir en luchar por mí hasta ganarse mi corazón. A pesar de sus tantas disculpas, no puedo aceptarlas. Quiero perdonarlo, en verdad lo deseo, pero ayer, cuando trató de forzarme a algo que no quería, logró recordarme a Rick; a la manera en la que siempre quiere besarme a la fuerza; que por eso no sé si pueda disculparlo.
¿Cómo perdonar después de que te lastimaron de maneras que la otra persona nunca entenderá? Suena hipócrita de mi parte pues así se debió sentir él luego de enterarse de todo, pero esto es muy diferente.
Él no comprenderá los sentimientos tan repulsivos que me embargaron después de lo que hizo conmigo. En la noche, cuando la oscuridad se hizo presente en la habitación y me quedé sola con mis pensamientos, aquellos sentimientos que tengo con mi padre llegaron uno tras otro y me hicieron sentir mal, pues en lugar de la cara de Rick, la que miré en mi mente fue la de Daniel.
Él nunca comprenderá esos malditos sentimientos: cómo es sentirse indefensa ante otra persona. Esto va más allá de todo lo demás. Más allá del drama de un adolescente enamorado e incomprendido; así que no puedo otorgarle el perdón que necesita para calmar su conciencia.
—No te perdonaré tan fácilmente lo que hiciste. Como te lo dije ayer, ahora soy yo la que no quiere perdonarte, debes esforzarte mucho más para lograrlo.
Y eso es todo lo que le ofrezco antes de alejarme de él hacía la salida. Quiero romper algo, soltar esta ansiedad repentina en mi pecho. Odio que mi mejor amigo haya causado todo esto en mí.
Kate me alcanza al momento de salir de la escuela.
—Lamento lo de Daniel, Nikki. Me gustaría que arreglaran todo.
—Lo sé, también yo, pero...
Miro al frente pues mi cerebro lucha por encontrar las palabras a continuación, solo que me detengo de forma abrupta en la entrada cuando mis ojos captan a una figura a lo lejos. Algunos estudiantes chocan contra mi espalda, sin embargo no puedo sentirlo.
Mi cuerpo se paraliza. Mi mente se aleja millones de kilómetros de aquí hasta dejarme en estado de shock total. Luego de unos instantes, el shock da paso al miedo. Parece que ya no tuviera huesos, músculos, sangre ni células dentro de mí, nada. Es como si lo único que quedara dentro de mí es pánico del tipo paralizante, del que no te deja reaccionar ni moverte.
No puede pasarme esto, es lo que pienso. Quiero creer que no está aquí, apoyado en el poste frente a la escuela con sus ojos en dirección hacia acá. Sin embargo, en ese momento Kate me da un codazo en el estómago y se inclina a mi oído para preguntar.
—¿Quién es ese hombre guapo? —Me atraganto con mi propia saliva al escucharla.
"No sabes quién es", quiero decirle.
"Si lo supieras, no te parecería guapo." Es lo que pienso.
—Es... —el nudo en mi garganta no me deja explicar, así que trago saliva —, ese es mi padre.
Oigo el jadeo de sorpresa salir de su boca después de decirlo en voz alta. Su expresión cambia de la admiración al asco en cuestión de segundos.
Debo salir de inmediato de aquí, necesito encontrar a Theo e ir por Elizabeth. Necesito un plan de respaldo en este momento para alejarme de él porque tengo el presentimiento de que no voy a salir ilesa de esto. No obstante, al observar el poco esfuerzo que hago para ir hacia él; descruza los brazos y comienza a caminar hasta aquí.
A medida que avanza, varias estudiantes giran la cabeza para verlo pasar mientras que Kate me toma del brazo para tratar de llevarme hacia dentro, pero es como si mis piernas no quisieran cooperar. Solo unos cuantos centímetros nos separan... y ya no tengo escapatoria.
Llegó por mí.
Tiemblo. No se suponía que lo vería de nuevo tan pronto.
—Hola, cariño —. Me da aquella sonrisa burlona a la que estoy acostumbrada. La hace cuando está enojado conmigo.
No puedo destrabar mi lengua para hacer la pregunta que ronda en mi mente. Quiero correr en la dirección contraria, lejos de este momento. Quiero que sea un sueño. Retrocedo un paso, pero Rick toma mi muñeca con un fuerte apretón y quiero gritar ante el dolor.
—Papá... ¿qué haces aquí? —Cuestiono antes de tratar de aflojar el agarre mortal para evitar que me lastime demasiado.
—Vine por ti, nena. Hace tiempo que no venía por ti a la escuela.
Mi amiga mira entre ambos, asustada y sin saber qué hacer.
—Kate, me tengo que ir, nos vemos luego, ¿bien?
Quisiera decirle que busque a mí novio y le cuente que Rick vino por mí así él sabrá que hacer, solo que con la presencia de mi padre a mi lado no creo poder hacerlo, así que solo le echo un último vistazo a una Kate pálida y con mi cabeza le hago un gesto hacia la escuela en una indicación para que vaya a buscar a Theo. Parece captar mi gesto porque asiente antes de girar sobre sus talones para regresar adentro.
Una vez que ella desaparece en la distancia, Rick me jala a su pecho donde susurra en mi oído que no haga nada a parte de seguirlo. ¿Por qué no le hice caso a Theo cuándo tuve oportunidad? Sí él está aquí, quiere decir que algo va a ir muy mal.
Me obligo a seguirlo con las piernas débiles por el temor; esto no puede ser bueno. Lo presiento en lo más profundo de mi corazón.
Sigue sin dejar de apretarme con fuerza ahora con su brazo por encima de mis hombros para presionarme contra su costado.
—Buena chica, Nikki. No hagas nada hasta que estemos en la casa.
Eso es todo lo que me dice en el camino de regreso.
****
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top