CAPÍTULO 34

Camino por los pasillos de la escuela mientras jugueteo nerviosa con la correa de mi mochila. Me siento bastante cansada tanto física como mentalmente. Luego de discutir casi toda la noche con Theo, nos quedamos en la cabaña a dormir ya que era muy noche para volver a mi casa. Dormir al lado de él fue una experiencia por completo nueva para mí y para nada desagradable, aunque lo único que hicimos fue abrazarnos y hablar hasta quedarnos dormidos. Después de eso tuve que rogarle durante una hora entera para que me llevara a mi casa en lugar de su apartamento con la única condición de que lo llamaría cada hora o si las cosas se ponían mal. Por suerte, cuando llegué a casa, Rick aún no llegaba de donde sea que haya ido a beber.

Ahora camino a la cafetería para encontrarme con Kate y Dani después de recibir sus mensajes en mi celular de que quieren hablar conmigo. Tenemos varios minutos antes del comienzo de las clases con nuestra profesora de inglés, el tiempo suficiente para poder hacerlo sin interrupciones. Los nervios tienen mi estómago hecho nudos, no sé sobre qué es lo que quieren discutir. Una vez estoy frente a la entrada, tomo una respiración tranquilizadora. En ese momento decido ingresar al lugar vacío y me dirijo hasta donde están sentados en la misma mesa de siempre.

—Hola chicos. —Saludo con un suspiro a mis dos mejores amigos.

Dejo las cosas sobre la mesa antes de tomar asiento. Hago una pequeña mueca al darme cuenta de cómo pudo escucharse mi saludo; como si estuviera harta de encontrarme con ellos. Levanto mis ojos a los suyos justo a tiempo para notar la mirada que intercambian entre los dos, entre preocupados, molestos y más que un poco sospechosos. Las cosas entre nosotros tres han estado muy tensas en los últimos días debido a su constante vigilancia sobre mí, aunque sobre todo ha sido por causa mía ya que no me he sentido muy cómoda a su alrededor.

Siempre que estamos en un mismo lugar por más de unos pocos minutos, ya sea en los descansos entre clases o en la cafetería, puedo notar sus miradas desconfiadas en mi dirección cuando creen que no les presto atención; es como si después de todos estos años de amistad por fin se dieran cuenta que no me conocen en absoluto o como si me vieran por primera vez en su vida. No es que pueda culparlos, no después de haber estado triste la mayor parte del tiempo y no cuando cada vez que estamos juntos, cualquier aporte que les haga a la conversación es casi inexistente. Tengo miedo de decirles algo que pueda causarles aún más desconfianza. Nunca hemos estado en una situación en la que no nos sintiéramos cómodos entre nosotros, principalmente a causa mía.

Lo odio.

—Nikki. —La voz irritada de Kate me saca de mis divagaciones mentales y me obligo a concentrarme en ella.

—¿Sí? —Fuerzo una sonrisa aunque se siente falsa en mis labios.

—Hemos hablado con Dani y hemos decidido que esto no puede seguir así.

El aire se escapa por completo de mis pulmones al escuchar la determinación en su voz. El temor y la ansiedad comienzan a hacer un agujero en mi estómago ante la posibilidad de perderlos como amigos.

—¿Qué quieres decir? —No puedo evitar que algo del pánico que siento por dentro se demuestre en mis palabras, lo que capta la atención de ambos de inmediato.

La mirada de Daniel se suaviza y acerca su mano para colocarla encima de la mía con la intención de detener el golpeteo en la mesa que ni siquiera me había dado cuenta había comenzado a hacer.

—Nikki, cálmate. No es nada malo es solo... —hace una pausa e intercambia otra mirada con Kate antes de continuar —, has estado en esta actitud todos los días desde hace un tiempo. Para ser más exactos, desde que desapareciste por días sin siquiera dejarnos una llamada o un mensaje. Luego volviste más cerrada de lo normal. No nos gusta verte así, nos preocupamos por ti. Por eso hemos estado detrás de ti a cada momento estos últimos días. Sé que tal vez te irrite o estrese, pero somos tus mejores amigos, nuestro deber es preocuparnos.

Mi garganta se aprieta con fuerza por sus palabras, las lágrimas se acumulan en mis ojos por su sinceridad. Amo que quieran estar aquí para mí, es solo que... no sé si pueda soltar todos mis secretos así, de la nada. Desde mi regreso a la escuela, he pensado en innumerables maneras de contarles la verdad para alejar sus miradas de lástima y su constante deseo de seguirme a todo lado. Sin embargo, no hay una manera fácil para hacerlo, no es como si pudiera acorralarlos y decirles: "hey, resulta que mi padre abusa de mí desde los nueve años, ¿vamos a tomar un café". Sí, eso no va a pasar.

Solo de recordar lo que pasó con Theo ayer, sus lágrimas después de escucharme, las ganas de irse de la cabaña con la intención de matar a Rick junto con su insistencia para denunciarlo e irme con él, no quiero pensar en cómo podrían llegar a reaccionar ellos al saber todo y darse cuenta que he soportado esta carga sola sin que me hayan podido brindar ningún tipo de consuelo. No quiero herirlos.

Kate es la primera en notar mi desesperación porque se levanta de donde estaba para caminar hasta mi lado de la mesa. De inmediato, sin palabras o dudas, me toma entre sus brazos. Ahí es cuando pierdo mi determinación.

Lloro con desesperación de nuevo después de solo horas de haberme derrumbado con mi novio. Parece que llorar es lo único que sé hacer en estos días y no logro entender la paciencia que tienen las personas importantes a mi alrededor para soportar verme así cada poco tiempo. Me hace sentir débil. Si yo fuera ellos, no quisiera estar cerca de mí. Sin embargo, recuerdo las palabras que leí una vez después de estar en mi peor momento:

"La vida es dolorosa y no te hace débil sentirte vivo, herido, mostrarles a los demás cómo te sientes. La conexión es lo que hace que valga la pena".

Así que me niego a dejar que la vergüenza de que me vean así me impida confiar en ambos para que me sostengan a través de mi dolor. Después de un momento, siento también a Dani acomodarse a mi lado para envolver sus brazos alrededor de mi cintura. Nos quedamos en esa posición durante un largo rato hasta que decido apartarme de ellos.

Llevo mis manos a mis mejillas para secar mis lágrimas restantes y de inmediato tomo una profunda respiración con la intención de armarme de valor. En ese momento, les cuento porqué desaparecí de la escuela. Les cuento cómo durante años papá ha abusado de mí. Derramo todos los secretos que escondí de ellos y es como si todo el peso por fin se terminara de deshacer de mis hombros. Hubiese preferido ocultarles la identidad de mi padre aunque solo sea para evitar su insistencia como Theo para que lo denuncie, sin embargo; no es justo volverles a mentir.

Después de varios minutos, cuando la campana de entrada a clases ya ha sonado y las mesas de la cafetería se llenan un poco más que antes, termino de contarles todo. Ambos tienen expresiones llenas de dolor, lástima, tristeza y sus rostros están surcados de lágrimas. En algún momento de mi historia me tomaron de las manos, aunque ninguno parece darse cuenta de eso.

—Lo siento tanto, Nikki. De verdad lo siento. —Logra hablar Kate entre sollozos sin dejar de apretarme la mano.

Llevo mis dedos a sus mejillas para secarle las gotas saladas restantes de su llanto antes de tranquilizarla.

—No tienes nada porque disculparte, no es tu culpa.

Daniel no ha dicho nada desde que comencé con mi relato, no me gusta para nada la expresión en su rostro. Es como si sintiera vergüenza, culpa u otro sentimiento que no puedo identificar.

—¿Dani? ¿Qué sucede? —Pregunto con un poco de temor. Su expresión no me hace sentir bien, es muy diferente a la que tenía Theo ayer.

Por varios minutos no me responde, sus ojos permanecen en la mesa mientras aprieta la mandíbula con fuerza, desde aquí puedo ver el músculo que salta por la presión. Mi pulso está acelerado como un loco, casi puedo sentir sus latidos en mis oídos por la tensión.

—¿Cómo es posible que tu propio padre te haga eso? No lo entiendo —suelta una risa sarcástica —. Lo peor de todo es... que ya lo sospechaba.

Me atoro con mi propia saliva, toda la sangre abandona mi rostro, lo que estoy segura me deja pálida.

¿Cómo diablos pudo sospechar algo así? Siempre he tenido especial cuidado al hablar de mi relación con el único padre que me queda en frente de ellos; siempre me he asegurado a lo largo de los años de no darles motivos para conocer a mi padre. Excepto... mierda.

—¿P-por qué dices eso? —Suelta una risa tan amarga que me pone los pelos de punta.

—Puede que sea despistado, pero no soy estúpido. Me di cuenta que algo pasaba al ver el miedo en tus ojos ese día en tu casa. Pensé que tal vez estabas asustada porque faltaste a la escuela y tú padre podría enojarse, solo que... —pasa su mano por su rostro, sus ojos se aprietan con fuerza —, no se sintió bien, ese miedo no era normal. Traté de decirme a mí mismo que estaba paranoico, ahora me doy cuenta que en realidad no lo estaba. Dios, soy un imbécil.

—Dani, ¿por qué no me dijiste nada? —Pregunta Kate en un tono de voz enojado, su voz se eleva unas cuantas octavas lo que provoca la mirada de algunas personas en las mesas cercanas —. ¡Eso pasó hace meses! Pudiste haberme dicho y hubiésemos podido descubrir esto hace rato, ¡no dejarla sufrir sola todo este tiempo!

Aprieto su mano un poco más fuerte para hacerla tranquilizar, no es culpa de Dani, no es culpa de nadie. En ese momento él la mira más enojado que nunca.

—¿Y cómo querías que te dijera algo? ¡Solo era una sospecha, no estaba seguro de nada! ¡no te atrevas a echarme la culpa de esto!

—Pero tú...

—¡Chicos, basta! No tienen que pelear por esto —aprieto las manos de ambos en advertencia antes de continuar —. Es muy seguro que si me hubiesen preguntado algo en ese entonces, lo hubiera negado hasta el final pues aún no estaba lista para contarles nada. Él único motivo por el cual les dije ahora es porque ya no quiero arruinar más nuestra amistad.

En ese momento ambos me miran arrepentidos por su arrebato y me piden disculpas. Nos quedamos callados un momento, los tres metidos en nuestros pensamientos, al menos hasta que Kate saca el tema que más temía.

—Kate... lo siento, pero no puedo hacerlo todavía.

Y vuelvo a obtener las mismas expresiones que obtuve de Theodore ayer. Comienza otra nueva discusión, ellos me impulsan a hacer las cosas bien por mi hermana y por mí, yo discuto todos los pros y los contras de la decisión. Ellos me presionan para hacerlo lo más pronto posible, yo les pido lo mismo que a Theo, que me den unas cuantas semanas. Ambos me ofrecen sus casas para vivir mientras logro encontrar una solución, yo rechazo sus propuestas. Al final ninguno está de acuerdo con el otro y eso provoca una tensión, ambos enojados cada vez más conmigo.

¿Por qué la vida tiene que ser tan complicada?

*****

Unas horas después de nuestra discusión, camino hasta el salón donde Theo imparte sus clases de matemáticas. Hace ya rato que me separé de mis amigos pues ellos tenían muchas cosas con las que lidiar además de otras clases por lo que no quería molestarlos con mi presencia, al menos hasta que se hubiesen logrado calmar un poco. Al faltarme unos cuantos pasos más para llegar a mi destino, miro a lo lejos a Kate con Jacob apoyados en una pared, sus labios unidos en un largo beso como si no hubiese un mañana.

Me quedo parada incómoda en mi lugar, sin saber cómo va a reaccionar ahora si me ve. Luego de un rato, se separan un poco, Jacob le dice algo al oído y ella se ríe antes de que gire un poco la cabeza. Nuestros ojos se encuentran en ese instante mientras le ofrezco una sonrisa débil con algo de inseguridad. Sus labios me ofrecen una sonrisa comprensiva a cambio antes de comenzar a correr hasta donde me encuentro. Una vez llega, me abraza con fuerza, tanto que me saca el aire.

—Siento haberme enojado, Nikki. Puedo entender tus razones para no denunciar a ese desgraciado y aunque no estoy de acuerdo, no te presionaré. Solo... por favor, prométeme que tomarás la decisión correcta muy pronto —. Aliviada, le devuelvo el abrazo con la misma fuerza.

—Te lo prometo.

Una vez dicho eso, nos separamos del abrazo luego me toma del brazo y comienza a arrastrarme hasta donde dejó a su novio.

—Ahora arregladas las cosas entre las dos, es hora de hacer algo con Daniel. Él está mucho más enojado en este momento.

Una vez llegamos donde Jacob, me sonríe con preocupación. Me da un abrazo rápido antes de volver al tema en cuestión: Daniel.

—¿Que pasó con él? — cuestiono, preocupada.

—Qué no le pasó, querrás decir. Desde que nos separamos en la cafetería tiene un humor de perros. Está de mal genio, no habla con casi nadie y cuando lo hace les contesta de mala manera.

—Cierto. No habla ni conmigo —corrobora Jacob que es uno de sus mejores amigos —. No sé qué pasó entre ustedes tres y Kate no me quiere decir nada, pero sea lo que sea, deben arreglarlo.

La culpa por todo lo que me cuentan se apodera de mí. La actitud de mi mejor amigo es casi siempre alegre y extrovertida, no se suele portar así, sin embargo; después de lo sucedido, no estoy sorprendida.

En ese momento, el timbre de inicio de clases suena e interrumpe nuestra conversación. Jacob se despide de nosotras con la promesa de ayudar y espero a corra a su clase antes de preguntar:

—¿Cómo vamos a arreglar las cosas con él? es mi culpa que esté así —. Me da una mirada como si dijera: ¿acaso eres tonta?

—No es tu culpa, cariño. Él... solo se culpa a sí mismo por no darse cuenta antes y tiene miedo por ti. No le gusta que todavía no quieras solucionar las cosas con tu padre. Dale tiempo.

Me siento muy mal por todo esto. Nunca se había portado así y saber que se culpa por algo fuera de su control... sí, no me gusta.

Al girar en la última esquina para llegar a nuestro salón de clases, lo vemos apoyado en la pared con su celular en la mano sin dejar de escribir de manera rápida. Suelta un suspiro frustrado antes de guardarlo en su bolsillo. En ese momento, levanta la mirada, nos ve paradas como tontas en medio del pasillo y sus ojos atormentados se conectan con los míos. Le doy una pequeña sonrisa tentativa antes de continuar nuestro camino hasta él donde me encuentra a medio camino. Tira sus brazos a mi alrededor como lo hizo Kate con la diferencia de que me alza en el aire. Suelto un chillido de sorpresa.

—Dani... —hablo un poco incomoda por la posición.

Miro al frente para ver si se han dado cuenta, pero todos a nuestro alrededor están en sus propios asuntos, excepto por unos ojos cafés clavados en nosotros. De inmediato hago palanca con mis manos y empujo hacia atrás para que me ponga en el suelo.

Kate me da una mirada interrogativa ante mi obvia incomodidad. Señalo con mi cabeza al frente donde está Theo y sonríe con complicidad.

—Lo siento mucho —. Susurra Dani con la cabeza agachada.

—No te disculpes, no es tu culpa.

Me recorre con la mirada desde mi cara al resto de mi cuerpo antes de tomarme con suavidad de la cintura para acercarme a él. Puedo decir por la expresión de sus ojos que se encuentra a punto de besarme en disculpa como si fuésemos pareja o algo así, aunque no lo dejaré hacer eso. Me hago a un lado para evitarlo, en su lugar agarro su brazo y lo comienzo a arrastrar al salón.

Theo me mira con las cejas arqueadas junto con una pregunta en sus ojos oscuros sobre si estoy bien. Suelto el brazo de Dani antes de acercarme a él de manera discreta.

—Buenos días, señor Jones.

—Buenos días, señorita Johnson.

Entre dientes le susurro una respuesta a su pregunta no formulada antes de pasar por su lado. Tomo asiento lo más alejada posible de él puesto que no quiero distraerme como la última vez. Mis amigos entran unos segundos después, Dani camina hasta donde estoy a paso decidido y se acomoda a mi lado.

—Kate y Jacob me dijeron que has estado durante horas de mal humor con todos tus otros amigos. Sé que te encuentras molesto, pero no debes tratar así a los demás.

—No quería tratarlos así, es solo que mi cabeza está en un mal lugar en este momento. Es normal, después de todo lo que me contaste —. Muevo la cabeza de un lado a otro en negación.

—No, no es normal. Puedes enojarte conmigo, solo que no con los demás. Tu estado de ánimo no es una excusa —. Tomo sus manos para darle un apretón con la intención de llevar mi punto a casa.

Theo:

Aprieto tan fuerte el marcador entre mis manos que creo voy a romperlo. No puedo quitar mis ojos de sus manos sobre las de él. ¿Qué me pasa? Es solo su amigo, por amor a Dios.

Solo un amigo que está enamorado de tu novia. Se mofa mi subconsciente de mí. Gruño un poco ante el pensamiento indeseado. Él está enamorado, no ella, me tranquilizo antes de aclararme la garganta con fuerza.

—Todos miren al frente, vamos a iniciar con la clase. Ahora, por favor saquen una hoja y sepárense —. Ella me da una mirada confusa con una ceja arqueada. El señor Smith aleja las manos de su agarre para comenzar a sacar su cuaderno de la mochila.

Muy bien. Manos quietas con mi novia, muchacho.

Comienzo a escribir en el tablero unos ejercicios para resolver como examen sorpresa, aunque este no era mi plan. De hecho, iba a darles una nueva temática hoy junto con trabajo en clase en binas, pero ahora quiero que su concentración esté en otro lado y no en Nicole.

Te comienzas a convertir en alguien celoso, Theodore. Recuerda a quien quiere ella.

****

Nicole:

Levanto la vista mientras muevo mi cabeza de un lado a otro para aliviar un poco el dolor de cuello después de estar tanto tiempo inclinada. A veces olvido cuánto odio las matemáticas, por el simple hecho de que mi novio es mi profesor. Me tomo un momento para verlo por debajo de mis pestañas. Está apoyado en la silla sin dejar de jugar con el marcador de una mano a otra y con los ojos fijos en mi dirección general.

Al principio pienso que me observa a mí, pero descarto la idea al darme cuenta que el foco de atención está centrado en mi amigo sentado en la parte de atrás. Parece que le quisiera mandar rayos láser a su frente con sus ojos. La comprensión de repente me golpea, ahora entiendo el tono de su voz al inicio de clases. Está celoso.

Sonrío de manera discreta, el calor me recorre por dentro al descubrir sus sentimientos. Se ve demasiado lindo cuando se pone un poco celoso. Sin embargo, espero que no vaya a ponerse muy intenso con eso. Una cosa es sentir celos por un momento o situación en específico, otra cosa son los celos constantes y eso ya no me gusta.

Vuelvo a poner mi atención en mis ejercicios. Aún me faltan dos. Suspiro. ¿De qué me va a servir en un futuro saber el seno y coseno? Digo, no es como si fuera a estudiar matemáticas o que esa fuera a ser mi carrera elegida.

—Término el tiempo, entreguen sus hojas —. La voz de Theo me saca de mis pensamientos. Mierda. Siempre me falta algo por resolver.

Me paro de mi lugar para ir a dejarle la hoja. Se la entrego junto con los demás en su escritorio. Una vez despejado, me inclino lo más que puedo a su rostro sin que parezca algo malo.

—Te odio —. Susurro con una mueca.

—¿Por qué? —Parece divertido ante mi cara.

—Por ser profesor de esta estúpida asignatura —. Suelta una risita ligera.

—Aún así te gusto, ¿o no? —Me guiña un ojo.

Jadeo indignada y me doy la vuelta para ir a recoger mis cosas. Siento mis mejillas calientes porque lo peor es que tiene razón.

—Señorita Johnson —Me llama al estar por sentarme de nuevo. Me quedo quieta un momento.

—¿Si?

—Quédese unos minutos después de que salgan todos, por favor.

—Claro.

Este hombre me va a matar. Pienso con un suspiro.

****

Feliz año nuevo, mis lectores 🎊. Espero que este año sea lleno de alegrías y prosperidad tanto para ustedes como para sus seres queridos. Gracias a todos por estar pendientes de la historia. Gracias a mis antiguos lectores que aún después de años de tener abandonado Destinos Encontrados, todavía sigan aquí a la espera de ver el final de la historia de Nicole y Theodore. A los nuevos lectores por sus comentarios, sus votos y a mis lectores fantasma que aunque no comenten, todavía se tomen el tiempo para leer los capítulos.

Por último, pero no menos importante, a quienes ya no leen la historia aunque nunca vayan a leer esta dedicatoria, pero gracias por haber estado en los inicios de DE hace ya 5 años, por sus comentarios que me alegraron el día, por sus lecturas porque gracias a ustedes puede tener mayor visibilidad y porque sin su apoyo hace ya tiempo que hubiese dejado de escribir.

A todos gracias. Continuaré escribiendo este año cada vez que pueda hasta por fin poder darle un cierre a nuestra protagonista. Espero tenerla finalizada en poco tiempo. Gracias por su paciencia y comprensión.

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