CAPÍTULO 18

Nicole

En la noche, voy a recoger a mi hermana a casa de mi abuela, aún sigo sin creer este sentimiento en mi corazón; como si todo lo sucedido con Theo le hubiese pasado a alguien más. Parece irreal que alguien como él se haya fijado en mí, aunque nunca me sentido más feliz que en este momento por ello.

Una vez que nos despedimos de nuestra abuela, tomo su mano entre la mía para comenzar a caminar a casa.

—¿Cómo te fue hoy, muñeca? —Le pregunto a mi hermana y de inmediato parlotea sin parar sobre su día con una alegría tan grande que logra traer una sonrisa a mi rostro al ver su felicidad.

Una hora después, subimos hasta la puerta de casa para meter la llave en la cerradura. Abro despacio ya que las luces están apagadas, no quiero despertar a mi padre. Dentro todo se encuentra muy callado, parece que Rick no ha llegado aún. Me sorprendo unos instantes, a esta hora ya hubiese comenzado a gritarme por llegar tarde, pero decido no preocuparme por ahora, feliz como estoy.

—Ven, vamos a comer y luego iremos a dormir.

La guío hasta la cocina, luego abro la nevera para buscar algo que podamos cenar a esta hora mientras ella se sienta en una silla. La nevera se encuentra casi por completo vacía. Suelto un suspiro exasperado ante el descuido de Rick, ni siquiera ahora que Sasha está aquí con más frecuencia ha sido capaz de llenar la maldita nevera. Frustrada, agarro lo primero que encuentro dentro que resultan ser solo unos huevos y un poco de cebolla. No me queda más remedio que volver a tomar un poco de dinero a escondidas de mi papá para poder hacer las compras pronto pues él parece no ser capaz de comprar nada que no sea alcohol.

Decido preparar los huevos con un poco de arroz, aunque no es mucho. Sin embargo; tendremos que aguantar con lo que haya. Una vez está listo, llamó a Eli.  Empezamos a cenar mientras ella vuelve a hablar de su día en la escuela. Rio en algunas ocasiones, mi hermana no es tan juiciosa como pensaba, hace enojar a algunos profesores y a veces le gana una salida del salón, pero aun así no le impide ser de las mejores de la clase, según ella. Cuando le digo que tendré que verificar esa información por mí misma para ver su reacción, luce confiada y encoge sus hombros.

—Puedes ir si quieres, no tengo nada que ocultar —. Esperaba que me lanzara una mirada preocupada, si soy sincera, pensé que era mentira.

Después de eso dejamos de hablar para dedicarnos a terminar de comer. Una vez lavados los platos, nos dirigimos a su habitación.

—¿Dormirás conmigo? —Me pregunta al terminar de ayudarla a ponerse el pijama y a meterse dentro de las cobijas.

Dudo a medio camino. Pienso por un momento si será o no una buena idea hacerlo, la última vez, Rick se enojó conmigo y me hizo pagar el precio.

—Por favor. —Hace un puchero y parpadea con tristeza. Suelto un suspiro.

—Está bien. Solo déjame ir a cambiar —. Respondo al final sin importarme las consecuencias. No voy a dejar que el imbécil de mi padre me impida pasar tiempo con Elizabeth.

Voy a mi habitación a cambiarme con una sonrisa boba en mis labios al pensar en Theo, espero con ansiedad el día de mañana para hablar con él y hacer oficial nuestra relación. Me cepillo los dientes con rapidez antes de regresar con Elizabeth. Apago la luz, luego corro a la cama junto a ella donde nos colocamos frente a frente. Aprovecho la posición para acariciar su cabello con suavidad.

—Tengo algo que decirte —. Hablo después de pensar la mejor forma de abordar el tema. En la oscuridad no puedo ver su cara, pero sé que me observa con atención.

—¿Qué es? —Siento la sonrisa regresar a mí cara, lo que me avergüenza un poco.

—Me gusta alguien —. Suelto en voz no demasiado alta. La habitación se queda en silencio y luego la escucho soltar un pequeño grito.

—¿Tienes novio? —Su voz suena más alta de lo que debería.

—Shh —la mando a callar de inmediato, asustada. No sé porque la silencio si no hay nadie más a parte de nosotras en la casa, es solo que siempre seré una paranoica en lo que respecta a nuestro padre —. No, todavía no es mi novio, aunque espero que lo seamos pronto. Pero no puedes decirle a nadie, ni a papá, ni mucho menos a Sasha. —Ella se lo diría a él y aunque no sabe cuánto lo afectaría, no quiero arriesgarme.

—No me dejas acercarme a papá ni dos centímetros, nunca se lo diría y mucho menos a ella, no confio mucho en su novia, hay algo malo en Sasha —. Su voz sale molesta al mencionarla.

—¿Por qué lo dices? —Estoy sorprendida, pensé que le agradaba Sasha. Suelta un bostezo.

—No lo sé, pero siempre nos mira raro, en especial a ti.

Antes de preguntarle a qué se refiere con eso, otra rápida pregunta sale de su boca. 

—¿Él que te gusta... es tu profesor, no es así? —Me atraganto con mi propia saliva al escucharla. La miro sorprendida de que lo haya descubierto tan rápido.

—¿Cómo es que sabes eso? 

—Oh vamos, Nicole, soy una niña, sí, pero no soy tonta. 

Abro la boca, luego la vuelvo a cerrar. Puedo sentir a Elizabeth sonreírme en la oscuridad de la habitación.

—Me alegro por ti, Nikki. Te mereces ser feliz.

Otro pequeño bostezo se le escapa después de hablar y en pocos minutos siento cómo su respiración comienza a volverse más pesada. Me quedo en la oscuridad de la habitación con pensamientos acerca de lo que mencionó de Sasha. No había notado nada de eso antes, aunque supongo tiene algo que ver con nuestra última conversación sobre su compromiso con mi padre.

Mi celular vibra debajo de la almohada y una sonrisa boba se apodera de mí con expectación. Lo tomo entre mis manos.

10:30 pm:

Desconocido: Espero que duermas bien, hermosa. ✔✔

No necesito mirar el número para saber de quién se trata. Sonrío aún más y de inmediato cambio su nombre antes de responder.

10:32 pm

Yo: Tú también, Theo. ❤ ✅✅

10:33 pm

Theo: No puedo esperar para verte de nuevo. Nos vemos mañana en clases. ✔✔

Mis labios duelen de tanto sonreír por sus mensajes. Suelto un suspiro tonto de enamorada antes de levantarme de la cama para poner a cargar el celular sin volverle a responder. Luego caigo rendida en un profundo sueño.

Estoy parada frente a las puertas del salón sin dejar de mirar en dirección a Theo quien escribe en el tablero. Retuerzo mis manos sin saber cómo debo actuar en clases ahora que estamos casi juntos.

¿Entro y lo ignoro? ¿Lo saludo sin mirarlo a los ojos? ¿O entro, le doy un beso y salgo corriendo? O quizás falte a la primera hora. O solo debería dejar de actuar tan infantil y entrar a clases como si nada hubiera cambiado entre nosotros.

Alguien más decide por mí.

—¿Qué haces aquí mientras miras al profesor como una acosadora? —Puedo sentir una respiración en mi oído y pego un brinco en mi lugar.

Doy la vuelta con rapidez preparada para golpear a alguien. Al ver de quién se trata, suelto un suspiro asustado.

—Por Dios, Kate, casi me haces dar un ataque —. Llevo una mano a mi pecho donde siento mi acelerado corazón. Suelta una carcajada al tiempo en que me empuja dentro del salón.

—Lo siento, no pude evitarlo.

Todavía sigue con sus risas como una foca retrasada. ¿No tienen esos amigos a los cuales podrían reconocer con solo escucharlos reír? Bueno, en mi caso, Kate es esa amiga. Su risa podría escucharse hasta kilómetros de distancia.

—Buenos días señor Jones —. Hablamos al mismo tiempo al caminar a nuestros asientos.

Voltea a vernos de forma disimulada. Su mirada permanece en mí unos segundos demasiado largos al responder. Una sonrisa ladeada aparece en sus labios lo que provoca un inesperado calor en mi rostro en un instante. Tiene que dejar de hacer eso si no quiere causarme un paro cardíaco algún día.

—¿Qué fue eso? —Cuestiona mientras nos acomodamos en nuestros lugares. Ella se inclina hacia mí para esperar por una respuesta.

—¿Que fue qué? —Trato de hacerme la loca con el tema, pero Kate me conoce demasiado bien y no me cree.

—Oh, no me vengas con eso, Nikki, eres una pésima mentirosa.

—No sé de qué hablas, loca —. Me observa con un brillo conocedor en sus ojos. Diablos. Aquí viene.

—El profesor no te quitó los ojos de encima. Ni siquiera se enteró que yo estaba a tu lado. Además te pusiste más roja que un tomate, lo cual es demasiado raro si tenemos en cuenta que ayer ni siquiera querías mirarlo por más de un segundo a la cara.

—S-solo imaginas cosas —. Suelta un gritito que llama la atención de los demás estudiantes, incluida la del profesor. Me hundo un poco en el asiento, quisiera desaparecer de las miradas curiosas, en especial la de Theo.

—¡Cállate, boba! —Pongo una mano en su boca para tratar de impedir más gritos de esos, solo que la quita de un manotazo.

—¡Tartamudeaste! Oh, aquí pasó algo. ¡Dime! No trates de negarlo, eres más transparente que el agua.

¿Acaso creí que podría engañar a Kate? Al parecer, no. Antes de poderle contestar con alguna grosería, Daniel ingresa y me salva de tener que hacerlo.

—De esta no te escapas, Nicole. Me lo dirás después, no lo olvidaré.

Guarda silencio cuando nuestro mejor amigo camina hasta nosotras con paso seguro. Al llegar se inclina para darnos un beso en la mejilla a cada una aunque se demora un poco más de tiempo en la mía. Casi de inmediato escucho un carraspeo al frente del salón por lo que me separo confundida de Dani para mirar a la fuente del sonido.

Theo aprieta el marcador tan fuerte en su mano que temo la tinta pueda llegar a explotar por todos lados, además tiene el ceño fruncido con molestia sin dejar de observarnos con ojos entrecerrados.

—Ahora que todos ingresaron a clases, vamos a iniciar. Siéntese, señor Smith.

Daniel hace una mueca y susurra algo demasiado bajo para poderlo oír, pero de todas maneras obedece. Se va al otro lado del salón debido a que los lugares cerca de nosotras se encuentran ocupados.

—Sí, ahora si me dirás después, Nikki —. Canturrea Kate como una niña chiquita luego comienza a sacar sus cosas de su bolso. Tiene una sonrisa conocedora en sus labios.

Bueno. Supongo que no podré escapar de lo que sin duda será un difícil interrogatorio por parte de mi mejor amiga.

Dedicado a: YadiraValderramaChot ElyTorres5 MilangelaPelaez ValeriaAazco PatataFujoshi19

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