Una reunión conmovedora

Para las fiestas y festivales de la temporada, JongIn había recibido unas cuantas cartas de parte de su familia. KyungSoo no había preguntado sobre el contenido de las mismas, pero no fue algo necesario, el propio JongIn respondió fácilmente y sin ninguna restricción.

-Es de parte de mi madre y hermanas. Quieren verme en este festival de las linternas -había dicho con suavidad, sin comprometerse demasiado con el asunto-.

KyungSoo había sonreído entonces, se había acomodado junto a él en su oficina y apoyado un codo sobre su rodilla flexionada, la mejilla descansando en su mano abierta. Mientras esto ocurría, JongIn dejó a un lado la carta, con sumo cuidado, como si temiera romperla o doblar los bordes si la movía de forma demasiado brusca.

Fue adorable, verdadera y malditamente lindo.

-Ya veo... ¿Vas a complacerlas? Deberías hacerlo, incluso yo, un completo desconocido, puedo decir que realmente las extrañas y no compartes demasiado tiempo con ellas como quisieras.

-No eres un desconocido -se apresuró a asegurar y KyungSoo rió entre dientes-; por otro lado, ahora soy padre, tengo responsabilidades ineludibles y mi familia puede entenderlo.

-Hum, pues, a mi parecer, lo han entendido perfectamente bien. Vamos, nada te prohíbe ir y ver a tu madre y tus hermanas. SooBin-ah pasa un buen tiempo junto a tus sobrinos y JongSoo disfruta de la compañía de sus tías. ¿Por qué no ir y relajarse cuando puedes hacerlo?

JongIn terminó de acomodar la carta en uno de los cajones de su escritorio y luego tomó un pincel, retrajo su manga con la mano contraria y mojó la punta en la tinta molida, luego cepilló gentilmente el pergamino en blanco que esperaba para ser adornado con su linda y correcta caligrafía. Hermosos caracteres de un hermoso hombre, todo era completamente armonioso y perfecto.

KyungSoo sonrió profundamente.

-Tengo pendientes aquí.

Sus ojos se ampliaron con diversión y su cuerpo se inclinó hacia el contrario. JongIn no se inmutó, pero le lanzó una breve mirada de reojo.

-¡Oh! ¿Es así? ¿Y qué pendientes son esos? Porque tengo entendido que no estás dando clases debido a la temporada familiar y últimamente no has salido mucho de casa, por no hablar de la nula correspondencia que ha llegado a tus manos estos días. Realmente me encuentro curioso. ¿Qué tan ocupado puede estar este joven maestro?

Entonces las mejillas de JongIn parecieron un poco más oscuras y un pequeño tic apareció en su ceja derecha. KyungSoo rió abiertamente y, al no obtener respuestas, se apegó más al hombre y se apoyó esta vez sobre un espacio libre en su escritorio.

-Si no respondes, me temo que haré conjeturas equivocadas -canturreó y KyungSoo casi fue capaz de sentir cómo sus orejas animales temblaban contra su cráneo, buscando salir debido al buen estado de ánimo-.

Es entonces cuando notó que últimamente su zorro había estado bastante activo, tomándose este tipo de libertades sin su consentimiento, mostrándose tonto e indiscreto frente a JongIn. Reflexiona un poco y llega a la conclusión de que, quizás, se debe a la poca alimentación que ha tenido, pero debido al sobreestimulo de estar rodeado de un niño que absorbe su alma y su fuerza en medio de sus juegos y entrenamientos, ha conseguido mantenerse a flote, dejando un par de inconvenientes como consecuencia.

El instinto paternal podía ser tan bueno como el instinto sexual y ambos podían ser utilizados como una fuente de energía. Debido a su residencia en la casa de JongIn, no había ido a algún pueblo a alimentarse (tampoco estaba de humor como para intentarlo), así que se mantuvo lleno con la primera opción (pidió el consentimiento de JongIn antes de esto, por supuesto). Esto lo volvió aún más cercano a SooBin y provocó que su zorro tomara libertades que no le correspondían debido a sus instintos a flor de piel y el deseo de proteger al pequeño.

De esta forma, cualquier emoción lo suficientemente fuerte provocaría que sus orejas o sus colas se expusieran, lo que era bastante vergonzoso e incómodo, si tiene que opinar al respecto.

Después de un trazo suave, JongIn suspiró, dejó el pincel a un lado y se volvió hacia él, abandonando completamente su tarea. KyungSoo parpadeó con falsa inocencia, las pestañas revoloteando coquetamente mientras su sonrisa se hacía perezosa y atractiva en los bordes.

-Puedes hacerlas.

-Sé que puedo, pero no quiero hacerlo, prefiero que lo admitas abiertamente para exponerte mi repertorio de razones y argumentos completamente racionales de por qué debes ver a tu familia.

Un nuevo aleteo de pestañas después, JongIn se encontró exhalando profundamente mientras una mueca infeliz aparecía en su rostro. KyungSoo sintió su victoria en el paladar y su sonrisa se hizo aún más grande.

-No quisiera dejarte atrás -murmuró con cierta timidez que provocó que su corazón diera un salto en su pecho. Ah, él debía avisar antes de hacer este tipo de comentarios comprometedores-.

-Hum, no me estás abandonando ni nada por el estilo, JongIn, solo vas a ver a tus seres queridos por un par de días y eso está bien. Además, soy un hombre fuerte y completamente funcional, con un zorro bastante poderoso y capaz de sobrevivir un pequeño tiempo sin ustedes. Voy a estar bien. Lo he estado por doscientos años desde que me independicé de mis padres, así que seguiré estándolo mientras no estén aquí. ¡Podré soportar la soledad!

-Sé que podrás hacerlo, pero yo no creo que pueda soportar dejarte aquí. Quisiera tenerte a mi lado.

Oh, de acuerdo, ya había sido superado. ¡Esto era demasiado! Sus mejillas estaban calientes y su rostro se sintió ardiente contra su mano, porque sencillamente no era poca cosa recibir estas palabras y esta mirada de su parte.

Luego de un momento, tiempo que sirvió para recuperar un poco de cara delante del alto, KyungSoo empujó torpemente su brazo y frunció las cejas con cierta gracia.

-Aigoo, no digas esas cosas. No es para tanto, ¡no tienes que exagerar! Yo no desapareceré, de hecho, cuando regresen tendré lista una cena deliciosa para los tres y habré hecho algunas linternas para dejarlas ir juntos, ¿qué te parece?

-Aún poco convincente.

Irremediablemente, KyungSoo rió contra su voluntad y luego negó con la cabeza, mirándolo con un nuevo brillo en sus ojos, uno que fácilmente pudo reflejarse en los ojos cargados con diversión y obstinación del contrario.

-Tú realmente eres algo. ¡Déjame salirme con la mía! ¡Deja de ser terco! Me das muchos problemas.

Y entonces, sin saber cómo ni qué lo ocasionó, todo el buen humor se desplomó con la llegada del impacto y dolor visibles en el rostro de JongIn. KyungSoo borró su sonrisa lentamente y, preocupado, se acercó aún más al hombre cada vez más pálido.

-¿JongIn? ¿Estás bien? ¿Dije algo mal?

-No, yo... Discúlpame, KyungSoo, saldré un momento.

Sin agregar nada más ni aportar una explicación, JongIn se puso de pie y salió de la habitación, visiblemente atormentado y descompuesto. KyungSoo se quedó atrás y lo miró hasta que se perdió en el pasillo, sintiéndose culpable aún sin saber por qué.

Eso había ocurrido hace tres días.

Ahora KyungSoo se dedicaba a observar a JongIn a lo lejos y a darle un poco de espacio cuando se quedaban solos en la misma habitación. No tenía idea de lo que había ocurrido ese día, pero sentía un peso profundo en su corazón y algo en su interior le dijo que había hablado de más. Así, la situación entre ellos se volvió un poco incómoda y pesada.

JongSoo había notado esto con la facilidad de un observador por excelencia y no había tardado en acercarse a KyungSoo un miércoles en la tarde, cuando había abandonado el espacio que compartía con JongIn a favor de un poco de comodidad en medio de aquella tensión insoportable. El chico le había pasado una jarra de vino suave y costoso y se había sentado a su lado no mucho después. KyungSoo le hizo espacio y permitió que abordara el tema.

-Sea lo que sea que ocurra entre padre y usted, quiero que sepa que él no lo culpa por nada. Padre es una persona un poco complicada cuando quiere serlo y le cuesta mucho hablar de sus sentimientos o solucionar las cosas que tienen que ver con lo que piensa o siente; no es muy bueno hablando de esos temas, sin embargo, sé que no quiere que mantengan esta separación entre ambos.

KyungSoo le dio un trago a su bebida y sus labios se desviaron en una mueca ladeada.

-Sé que no me culpa, pero no puedo evitar pensar que ese día se vio de esa manera debido a mis palabras. Yo... Nunca lo había visto tan afectado por algo y no sé cómo reparar esto.

-Ninguno lo sabe, es bueno que entonces aprendan juntos, ¿no le parece?

KyungSoo miró a JongSoo y este se encontraba sonriendo amablemente para él. Y justo como si hubiera sido llamado, JongIn salió de la casa y se quedó de pie respetuosamente a algunos metros de distancia para poder darles privacidad, pero su mirada sobre KyungSoo y su posición inamovible le advirtieron que, de hecho, también quería reunirse con él. JongSoo se volvió y al ver a su padre rió suavemente; dejó un apretó sobre la mano pequeña de KyungSoo y luego se levantó para retirarse.

-Iré a revisar a SooBin y comprobar que no esté diciendo malas palabras mientras limpia los platos. Aún tiene esa mala costumbre cuando cree que nadie lo ve -formó una amigable reverencia y luego de sonreírle una última vez, se alejó-.

Asintió cuando pasó junto a JongIn y cerró la puerta de entrada al porche con un deslizamiento suave e insonoro. Una vez solos, JongIn se acercó a él con su acostumbrado paso tranquilo sumido en dignidad. Su rostro inexpresivo le impedía saber a ciencia cierta lo que estaba pensando, aún cuando se consideraba bastante bueno descubriendo sus pequeños gestos; esto fue capaz de agitarlo ligeramente, sin embargo, se obligó a tomar un trago de vino y calmarse de esta manera.

No dijeron nada por mucho tiempo. Mirando hacia adelante, permitieron que el viento helado les besara el rostro y moviera sus cabellos. Los arces se mostraban aún más hermosos con el paso de los días, resaltando con imponencia gracias a sus colores vibrantes y profundos. Junto a ellos, hibernando, los cerezos y el magnolio descansaban luego de un tiempo prolongado lleno de belleza y delicadeza. KyungSoo bebió un sorbo de vino, el calor arrasó su garganta y picó ligeramente en su recorrido.

-Cuando era joven, no solía escuchar demasiado las sugerencias de los demás -susurró JongIn. KyungSoo bajó la mirada a sus piernas cruzadas y escuchó en silencio-. Creía que mientras tuviera poder podría hacer cualquier cosa, proteger a los que amaba, seguir mis ideales. Cuidar a las personas que me importaban. No estaba en lo correcto.

»Más de una vez fui advertido, más de una vez me pidió abandonar, mantenerme a salvo y bajo perfil, estar con él y mantenernos con vida... Al final, fui demasiado terco y arrogante, nunca lo escuché ni me detuve por un segundo a pensar en las posibles consecuencias, solo me importaba mi moral y honor como guerrero en ese momento. Le di muchos problemas, lo hice más infeliz que feliz, lo alejé de mí tantas veces y, finalmente, lo vi morir delante de mí sin poder hacer nada al respecto.

»Desde entonces no puedo evitar recordar sus palabras o darme cuenta de que todo lo que dijo era cierto. Yo fui un tonto y él pagó las consecuencias de mis decisiones. Terminé perdiendo a la persona que más quería cuidar y ganado una gloria y unos méritos que no necesitaba.

Una vez más, ambos recurrieron al silencio, sin embargo, en esta ocasión estaban libres de alguna presión o tensión posibles. El ambiente incómodo entre ellos evolucionó hasta convertirse en algo melancólico, latente y nostálgico que iba muy bien con la estación y con el paisaje. KyungSoo le pasó su botella de vino y JongIn la tomó, le dio un largo trago y colocó la jarra entre ambos.

-Yo creo que... Él no te culpa de nada de lo que le pasó. Creo que comprendía tu manera de pensar y tus deseos y por eso te dejó hacer las cosas que hiciste, después de todo, era parte de ti y de tu felicidad. Tal vez las cosas pudieron haber sido diferentes, tal vez no, no sabemos lo que podría o no ocurrir de haber tomado otras decisiones, pero las cosas pasaron por alguna razón y de esta forma se quedarán siempre. Solo tenemos que tomar todas estas situaciones como lecciones, aprender de nuestros errores y vivir de la mejor forma que podamos porque, honestamente, no creo que él haya querido verte sufrir durante todos estos años.

Miró a JongIn luego de dar su opinión al respecto y se encontró con sus ojos bien puestos sobre él, húmedos y sospechosamente rojos. Era una visión lamentable y particularmente triste, e imaginar todo el tiempo que tuvo que soportar esta carga sin ningún tipo de consejo o apoyo de ninguna parte era realmente doloroso.

-Me gustaría que las cosas hubieran sido diferentes para él.

La primera lágrima cayó sobre su mejilla y se deslizó hasta su mandíbula solitariamente.

-Me hubiera gustado que tuviera una vida mucho mejor y que su final no hubiera sido tan abrupto y repentino.

La segunda lágrima la atrapó KyungSoo con su pulgar, junto a la tercera y cuarta que corrían descontroladamente por su rostro.

-Ojalá hubiese sido un poco más feliz. ¿Por qué no pude darle lo que merecía?

KyungSoo sintió sus propios ojos llenos y el frío deslizándose por sus mejillas heladas; el dolor en su corazón era profundo, como si hubiese sido perforado al ver a JongIn llorando con tanta pena y ahora se encontrara desangrándose violentamente contra sus costillas. Era tan doloroso, tan triste...

KyungSoo no pudo evitarlo y tiró de él hacia sus brazos, lo acunó contra su pecho y hundió su rostro en su cabello sedoso. Con los ojos apretados, dejó numerosos besos sobre su coronilla y JongIn correspondió abrazándolo con fuerza, aferrándose desesperadamente a su cuerpo mientras se hundía contra sí mismo, tratando de fundirse en él de alguna forma.

-Le diste lo que pudiste y él, seguramente, lo tomó con mucha felicidad. Si murió por ti, entonces eso significa que te amaba profundamente, si te pedía que cambiaras tu manera de actuar y huyeras a su lado, entonces es porque se preocupaba por ti. Él te quería realmente, haría cualquier cosa por ti, probablemente fue feliz a su manera,
y en silencio, así que, por favor, no pienses lo contrario. No minimices tu propio esfuerzo ni sus propios sentimientos.

Entre ellos, el vino se derramó y esparció por la madera del porche. KyungSoo continuó abrazándolo a pesar de la humedad, del frío y las lágrimas; lo consoló y reconfortó lo mejor que pudo entre sus brazos, lo apretó, hundió su nariz en su pelo y besó su cabeza dulcemente. Sin darse cuenta, había hecho un camino de besos desde su coronilla hasta su frente y su sien, suave y gentilmente, apenas un toque sutil; JongIn alzó la cabeza al sentir el contacto contra su rostro y entonces se miraron fijamente, ambos con lágrimas en los ojos y el corazón apesadumbrado.

Y justo como ocurrió en el recuerdo que había estado rondando últimamente en su mente, KyungSoo se inclinó lentamente hacia su rostro y dejó que su boca cayera efímeramente sobre la de JongIn.

Era incorrecto, lo sabía, la situación era delicada y no debería estar actuando de esta manera, pero su cuerpo había tomado este impulso imbatible y su zorro se había hecho cargo, instándolo a acercarse y acabar con la tristeza de su ser amado de esta manera.

Oh.

Oh.

Sus orejas espirituales salieron al exterior cuando captó el hilo de sus pensamientos y JongIn las miró; aún habían lágrimas en los bordes de sus ojos y mantenía una expresión lamentable, pero sus sollozos habían cesado con la llegada del rápido roce de sus labios y había un aire de promesa de calma entre ambos.

Finalmente, JongIn volvió a inclinarse y reanudó su abrazo sin decir nada y KyungSoo, demasiado avergonzado por su propia astucia, lo devolvió con gentileza.

⋆.ೃ࿔*:・

Decir que las cosas siguieron igual luego de eso sería mentir descaradamente. JongIn se había vuelto aún más apegado a él, lo tocaba por tiempos más prolongados y más seguidamente y, además, sus miradas se habían vuelto más insistentes, más profundas y mucho más agudas. KyungSoo había notado cómo sus ojos bajaban a sus labios más de una vez, y como un zorro de nueve colas sabía perfectamente lo que esto significaba.

No hablaron de eso, sin embargo, y decidieron continuar adelante y esperar a ver qué ocurría en el futuro. KyungSoo no hablaría sobre sus sentimientos recién descubiertos, no era el momento indicado y no lo sería mientras sintiera que caminaba sobre hielo quebradizo y frágil, además, el golpe de los recuerdos de su vida pasada lo impactaba con cada vez más constancia y eso era suficiente para mantenerlo pensativo por gran parte del día.

A pesar de esto, y de la obvia tensión entre ambos (una que resultaba ser bastante singular y que incluso podría disfrutar), acordaron silenciosamente que dejarían aquel episodio vergonzoso a un lado y continuarían con sus vidas como si tal cosa no hubiera ocurrido. De esta forma, dos días después, JongIn volvió a reunirse con él en la zona de descanso en el centro del patio trasero. No estaba solo, era acompañado de cerca por JongSoo y SooBin y los tres tenían una carga en sus manos. JongIn llevaba una bandeja con una tetera y sus vasos de porcelana, JongSoo transportaba dos botellas de vino y SooBin traía consigo algunas galletas y dulces. Los tres tomaron asiento a su alrededor y dejaron todo muy bien acomodado sobre la mesita de té.

Una vez exitosa su tarea, SooBin corrió a sus brazos y se sentó en su regazo con una gran sonrisa. Lo miró de reojo y él mismo tomó las manos de KyungSoo y las llevó a su cabeza desprovista de amarres, sujeciones o tocados que provocaran molestias. A los lados de su cabeza comenzaban a notarse dos pequeñas protuberancias azul verdosas, apenas dos puntos entre tanto cabello, pero que se veía especialmente adorable en él.

-¡Maestro Soo! ¡Por favor!

-Oh, ¿duele?

SooBin tomó un segundo de silencio y KyungSoo obtuvo su respuesta. Rió y ahuecó su cabeza entre sus manos.

-No duele, pero se siente bien. ¡Por favor! -pidió de nuevo con las mejillas sonrojadas y KyungSoo obedeció de buena gana, comenzando a masajear su cuero cabelludo con la yema de los dedos-.

Entonces JongSoo tomó la palabra con una sonrisa animada resaltando su llamado.

-¡Joven maestro KyungSoo! Tenemos noticias que darle.

KyungSoo alzó la vista para mirarlo por encima de sus pestañas y sus ojos se ampliaron ligeramente, con una vaga sorpresa llenándolo mientras veía como la alegría y el éxtasis salía en oleadas del mayor de los hijos de JongIn. Fue inevitable que la curiosidad lo picara.

-¿Es así? ¿De qué se trata?

JongSoo cruzó una mirada significativa con su padre y KyungSoo los miró de un lado a otro, confundido e infantilmente ansioso. En este punto, sus orejas cosquilleaban por salir.

-Bueno -dijo JongIn sin demostrar nada por el momento-, JongSoo, SooBin y yo hemos decidido-

-¡Que el maestro Soo venga con nosotros al festival de las linternas! -interrumpió SooBin, incapaz de guardar el secreto por más tiempo. JongSoo asintió y agregó con una sonrisa aún más brillante y emocionada que la anterior:-.

-Queremos llevarlo a celebrar el festival con nuestra familia.

-No es bueno que te quedes solo, allá estarás con nosotros y serás bien recibido -afirmó el inmortal con voz solemne y KyungSoo detuvo sus movimientos sobre la cabecita de SooBin a favor de la sorpresa-. También podemos llevar a tus padres. Puedo buscarlos a través de la teletransportación y así serás capaz de verlos y celebrar con ellos -agregó luego de un momento y JongSoo y SooBin asintieron seriamente, como si estuvieran hablando de un secreto del emperador-.

KyungSoo se había quedado congelado.

Parpadeó torpemente, tratando de ponerse al día, y les echó un vistazo a los tres. Con esa misma expresión realmente se parecían los unos a los otros, como si fueran verdaderos padre e hijos. KyungSoo se sintió abrumado y sobrecogido.

-Ah... ¿Mis padres? ¿Nosotros y tú familia? Yo... ¿No es demasiado? No quiero entrometerme...

-¡No te entrometes! -exclamó SooBin, girando su cuerpo para poder verlo cara a cara. KyungSoo lo sostuvo por la espalda para que no cayera de bruces-. El maestro Soo ya es parte de nuestra familia. ¡La abuelita te acepta! ¡Puedes venir con nosotros! -luego pareció pensar por un momento y cuando llegó a una conclusión, asintió con firmeza y le dijo en un tono más bajo:-. De cualquier forma, si no lo hicieran entonces les patearé el trasero a todos y me mudaré contigo por siempre. ¡Ya te hemos adoptado! No pueden rechazarte.

-SooBin, ya hemos hablado sobre adopciones y KyungSoo no siendo una mascota -reprendió JongIn con firmeza y SooBin se encogió un poco contra su pecho, huyendo de la mirada de su padre-. De cualquier forma, SooBin tiene un poco de razón. Mi madre te aceptará con los brazos abiertos y mis hermanas son bastante amables, no tienes que preocuparte por nada.

-P-pero... Incluso estás incluyendo a mis padres. No quiero ser una molestia cuando es la primera vez que tu familia me ve.

-El joven maestro KyungSoo no es una molestia. Todos saben lo valioso que es para nosotros, así que nadie podría verte como tal. Ya eres parte de la familia Ahn -dijo JongSoo con calidez, sus ojos brillando a causa del afecto y, oh, KyungSoo no sabía qué hacer ante tal despliegue de cariño-.

-¡Maestro Soo, di que sí! ¡Vamos, vamos!

-Por favor, joven maestro. ¡Haremos muchas linternas de zorro para usted!

-¡También habrá mucho vino! Podemos robar unos cuantos y beberlos a escondidas.

-SooBin... ¡También podemos ver los árboles florecientes y el paseo del puente escondido! La casa en la Villa está llena de magia, así que las flores y los árboles no mueren incluso en el invierno.

-¡Y podemos jugar con RaeOn y RaHee!

-¡Y escuchar la música de la abuela HyeJin y WheeIn!

-¡Y cazar mariposas espirituales!

-¡Joven maestro KyungSoo!

-¡Di que síííííí!

-KyungSoo -lo llamó JongIn esta vez, suave y calmado entre tanto desorden y entusiasmo y KyungSoo lo miró con sorpresa, aún abrumado por todo lo que ocurría-. Por favor, ven con nosotros.

Oh. Era esa mirada. Bueno, KyungSoo era fuerte y definitivamente tenía mucha determinación.

Si decía que no, entonces era no.

⋆.ೃ࿔*:・

-¡KyungSoo, niño irresponsable y desconsiderado!

Su madre apareció de la nada para abrazarlo fuertemente. KyungSoo podría sentir sus órganos siendo apretados hasta casi salir por su boca ante la fuerza de la mayor, sin embargo, devolvió el abrazo lo mejor posible.

-¡Ha pasado tanto tiempo! ¡Casi cincuenta y cinco años desde la última vez que te vimos! ¿Cómo puedes ser así? ¡Tu pobre padre ha estado insoportable este último tiempo por no tener noticias de su bebé!

-¡Querida!

-¡Y mírate! ¡Estás tan delgado! ¿Cómo es posible? ¡Mi niño no se ha alimentado adecuadamente! ¡Te lo dije, esposo! Es un descuidado.

-¡Mamá! ¿Cómo puedo estar delgado? ¡Definitivamente tengo mucho más peso de lo que tenía cuando vivía con ustedes!

-Pues tendrás más culo y más muslos, porque tu abdomen sigue siendo flaco. ¡Tan escuálido!

Oh, ha sacado el tema del trasero grande y la cintura pequeña. KyungSoo quería enterrar su cabeza en la tierra y jamás sacarla al mundo exterior nuevamente.

Detrás de él podía escuchar las risitas burlonas de JongSoo y SooBin con sus respectivo equipaje y KyungSoo recordó la razón por la que en un inicio no quería viajar con sus padres, a pesar de haberlos extrañado enormemente.

¡Eran demasiado descarados, ruidosos y siempre buscaban la manera de dejarlo en vergüenza! ¡¿Por qué eran así?!

KyungSoo tenía el repentino deseo de correr muy, muy lejos.

-Vamos, vamos querida, deja al chico en paz -intercedió su padre con voz conciliadora y una expresión suave en su atractivo rostro. Fue en el momento que su madre retrocedió cuando el mayor mostró su verdadera cara y lo apretó en otro abrazo demoledor que le robó el oxígeno-. ¡Mi bebéééééééééééééé! ¡Te extrañé tantooo! ¡¿Cómo es que no enviaste ni siquiera una miserable carta?! ¡Incluso hubiera sido feliz si me pidieras dinero! ¡¿Por qué no escribiste?! ¡Mi pobre corazón está roto!

KyungSoo miró por encima de la cabeza a su padre y cruzó miradas con JongIn, quien aguardaba detrás de ellos con una sonrisa paciente y afectuosa en su linda boca. KyungSoo tuvo que suspirar y soportar la larga jornada de apretujones, regaños, lágrimas y más apretujones y falta de oxígeno por un tiempo más, avergonzado al ser expuesto de esta manera ante los demás, pero sin poder hacer nada al respecto; después de todo, era válida la preocupación de sus padres y les debía al menos esto. Finalmente, cuando la excitación del momento mermó, KyungSoo dio un paso atrás con una sonrisa y miró a los mayores delante de él.

Su madre, llena de rasgos delicados, hermosos y armoniosos, con sus grandes ojos oscuros, labios finos y un cuerpo curvilíneo y menudo, sonreía con los brazos cruzados. Era una belleza fría, seductora y sumamente llamativa que hacía honor a su especie. Su padre, por otro lado, tenía una mandíbula definida, no era muy alto, pero poseía un buen cuerpo. Sus labios eran su mayor atractivo y KyungSoo los había heredados. Sus cejas eran elegantes, sus pecas cautivadoras y su largo cabello estaba suelto y perfectamente peinado. Juntos hacían una combinación complementaria del frío y del calor; su madre era una magnífica obra de arte helada y su padre irradiaba calidez.

No habían cambiado demasiado desde la última vez que los había visto, y KyungSoo no esperaba lo contrario. Fue verdaderamente nostálgico y a la vez una gran ola de alivio que agradeció profundamente.

-Realmente estoy feliz de verlos de nuevo. Lamento no haberme comunicado antes.

-Hmm, ya no hay nada que se pueda hacer. De igual forma, ahora estamos aquí y te estamos viendo, eso es una gran recompensa -dijo su madre con una sonrisa y su padre asintió vigorosamente, rodeándola por los hombros con entusiasmo-.

-Cierto. Nos complace ver que estás saludable y que te has encontrado con tan buenas personas. El joven maestro JongIn es ciertamente alguien confiable. ¡Incluso tiene sus propias historias y leyendas! Solo una persona con tu suerte podría dar con alguien así.

-Sí, lo mismo pienso. De verdad soy alguien con suerte -aseguró KyungSoo, esta vez mirando directamente a JongIn sin dejar de sonreír y este le devolvió el gesto cálidamente-.

Los mayores cruzaron una mirada cómplice, se sonrieron disimuladamente y luego el señor Do carraspeó sin perder el buen humor ni deshacerse del agarre sobre su esposa.

-Por cierto, ya que hemos sido invitados para participar en el festival de otoño junto a la familia del joven maestro, ¿no deberíamos preparar algún regalo como agradecimiento? Sería vergonzoso llegar con las manos vacías.

-Tu padre tiene razón. Aunque no contamos con demasiado tiempo, podríamos buscar algo adecuado.

JongIn decidió intervenir en ese momento, desplegando su encanto natural y su calma absoluta para relajar cualquier corazón inquieto.

-No es necesario preocuparse por esos pequeños detalles. No exigiremos tal cosa, después de todo, me he dirigido a ustedes tardíamente y este será un festival familiar.

-Con más razón debemos preparar un regalo -insistió su madre con terquedad-. Prepararé algunos platillos para poder disfrutarlos juntos, si no le molesta al joven maestro, luego podremos irnos.

JongIn abrió la boca, seguramente buscando alguna forma de hacerla desistir, pero KyungSoo se adelantó a sus palabras con una sonrisa imborrable, negando con la cabeza.

-No vas a convencerlos de lo contrario, así que déjalos hacer lo que quieren. Luego no molestarán más.

-¡Oye, respétanos!

-Nos tratas como si fuéramos ancianos molestos, tsk, tsk, tsk. ¿Tengo que reprenderte dándote nalgadas como cuando eras más pequeño?

Con las mejillas sonrojadas, KyungSoo miró a su madre con los ojos más ampliados de lo normal. Ella sonreía con burla y su padre la alentaba a continuar silenciosamente. ¡Tanto descaro!

-¡Madre, por favor! ¿No tenías ánimos de cocinar? ¡Entonces vamos, vamos, cocina antes de que se haga más tarde! ¡Padre, tú también debes venir! Mientras más manos, mejor.

Y así, KyungSoo los tomó a ambos y los arrastró hacia la casa, directamente a la cocina. Atrás, JongSoo y SooBin rieron por lo bajo mientras JongIn lo veía partir con cariño muy poco disimulado.

⋆.ೃ࿔*:・

-¿Y entonces? ¿Cuándo pensabas decirnos que ya tenías un compañero? Porque puedo aceptar que no te hayas mantenido en contacto con nosotros, después de todo, así eres, ¿pero que nos ocultaras a tu pareja? Eso es muy poco filial de tu parte.

Fue lo primero que dijo su madre una vez instalada en el fogón, encendiéndo con ayuda de la magia mientras su padre seleccionaba algunas verduras, las lavaba y comenzaba a pelarlas diligentemente (había asentido a cada una de sus palabras, por supuesto, era un marido complaciente). KyungSoo, que había estado sacando algunas cazuelas, sartenes y condimentos, se atragantó aparatosamente y miró a la mayor con abatimiento.

-¿Qué? Mamá, JongIn y yo no tenemos ese tipo de relación -afirmó con seriedad, dejando los implementos sobre el mesón para que su padre los utilizara. Su madre enarcó una perfecta ceja en respuesta, mostrando su escepticismo-.

-Lo llamas sin honoríficos, vives en su casa, compartes con su familia, te invitó a un festival de otoño, nos invitó a ese mismo festival de otoño donde también estará su familia, te permite usar su casa como si fuera tuya y tienes una expresión bastante estúpida cuando lo miras (por no decir que tus orejas han salido ligeramente mientras hablo de todo esto), así que dime, ¿cómo es que no es tu compañero cuando hacen todo esto?

-Oh, mamá...

-¿Cariño?

-También te has sonrojado cuando hablamos de él, te avergüenzas por nuestras anécdotas de cuando eras niño y le has dado la sonrisa. Un zorro no le da la sonrisa ni la mirada a cualquiera -aportó su padre, cizañero mientras continuaba cortando con deslumbrante experiencia-.

KyungSoo estaría disfrutando de su habilidad (como siempre solía ocurrir) si no estuviera tan incómodo y avergonzado por el tema que habían traído a colación. Una verdadera lástima.

-Bueno, realmente no tenemos ese tipo de relación. ¿Vas a hacer carne?

Su madre asintió, pero también se encargó de mirarlo con su ceja aún más alzada. La típica expresión que claramente decía un "¿me estás jodiendo, verdad?".

-Una carne bien preparada siempre será un buen regalo. Entonces, ¿la quieres? Ese tipo de relación, quiero decir -preguntó su padre, dejando su cuchillo a un lado a favor de observarlo por encima de sus largas pestañas-.

KyungSoo suspiró largamente y sus hombros se hundieron salvajemente. Sus orejas aparecieron repentinamente, solo para aplastarse contra su cabello de forma lastimera. Fue entonces cuando sus padres tuvieron todas sus respuestas.

-Aunque lo quisiera, no hay nada que hacer por ahora. Todo es un lío muy complicado; aparentemente soy la reencarnación de una persona muy importante para él, él está estancado en su primer amor, tiene muchos problemas ocultos... No hay espacio para algo como una relación ni una unión; sinceramente no es el momento indicado.

Sus padres se detuvieron de sus quehaceres y cruzaron una mirada significativa mientras KyungSoo se hundía en la autocompasión y en la incomodidad pesada en su corazón. Su padre limpió sus manos con un pañuelo y su madre se alejó del fogón para poder acercarse a él y hablar con más intimidad, creando una escena sumamente cálida que lo envolvió cómodamente. Entonces la única fémina en la habitación lo tomó firmemente del hombro y sus ojos resplandecieron cuando tomó la palabra.

-Tu padre y yo siempre supimos que esta no era tu primera vida -admitió con calma, sin inmutarse por la mirada sorprendida de KyungSoo-. Era notorio desde que eras un bebé, siempre tan despierto, tan maduro. Tus ojos mostraban muchas experiencias pasadas, mucho conocimiento y melancolía. Temíamos que crecieras siendo un adulto que nunca disfrutó de su vida o que no tuvo un trayecto normal como un niño, así que fuimos permisivos, te distraíamos lo suficiente como para borrar lentamente esos vestigios de tristeza que venían contigo y te dejamos marchar en su momento porque sabíamos que era lo que tu corazón te pedía. Después de todo, eres de otra época y era entendible que quisieras buscar retazos de una vida que pasó sin plenitud o completa felicidad.

»Honestamente, creo que el joven maestro JongIn es lo que habías estado anhelando durante toda tu vida, así que, ¿por qué no intentarlo?

KyungSoo formó una mueca y se abrazó a sí mismo por los antebrazos, repentinamente abrumado.

-¿Qué ganaría intentándolo cuando sé que su corazón está roto y ocupado desde hace tanto tiempo? Y si fuera por un KyungSoo de mi otra vida, ¿él podría amarme ahora mismo o seguirá prendado por lo que una vez fue mi alma?

Esta vez, sus padres se tomaron un momento de silencio. El mayor carraspeó un poco y una sonrisa ligera y cariñosa se posó en sus labios gruesos.

-¿Cómo preguntas eso, hijo? Si lo intentas y ganas, entonces habrás obtenido algo maravilloso, si pierdes... Bueno, aún puedes seguir intentándolo, tienes una larga vida por delante para conseguirlo -KyungSoo conectó su mirada con la de su padre en ese momento y él alzó la mano para acariciarle las orejas un poco erguidas nuevamente-. Sobre lo otro, no creo que tengas que preocuparte. Tú eres tú en una u otra vida. No importa cómo luzca tu rostro, cómo te comportes, si hay algunas nuevas peculiaridades o no, si tienes el mismo nombre o no, tu alma sigue siendo la misma. Y, déjame decirte algo más, un inmortal no solo se fija en la apariencia o los patrones conductuales de una persona, ellos aman el alma y el corazón por encima de todo lo demás, así que mientras tengas esto, siempre habrá una posibilidad.

-Nunca podrás ser el reemplazo de tu otro yo porque tu alma y la suya ya están unidas. Es algo que puedo asegurar, y que me corten una oreja si no es cierto.

KyungSoo rió un poco al oír esto; entonces repentinamente recordó que él mismo había dicho algo bastante parecido en su otra vida y en esta, hace un tiempo ya, y que esta manera de jurar no la había oído jamás de los mayores, al menos no en esta vida. Miró a sus padres con confusión y estos solo le sonrieron dulcemente.

-Si estás destinado a encontrarte con esa persona amada, entonces lo harás en una u otra reencarnación, una y otra vez, para siempre. El destino es así de bueno. Tu madre y yo se lo agradecemos cada día.

Los labios de KyungSoo temblaron vergonzosamente, descontrolados y un poco graciosos mientras los bordes de sus ojos comenzaban a calentarse sospechosamente. Su corazón oprimido dio un fuerte salto que le arrancó el aire y sus cejas se arrugaron al mirar los rostros de los mayores con más detenimiento. Fue en ese momento cuando descubrió las similitudes, la experiencia grabada en sus rasgos, la sabiduría que ahora se desplegaba más allá de la desvergüenza o el dramatismo conocido. Su alma palpitó duramente, haciendo conexiones con su corazón, con otra época.

-¿Mamá, papá? ¿Ustedes...?

Su padre asintió suavemente y le acarició el óvalo de la cara, borrando el rastro de una pequeña lágrima que había caído con suavidad.

-Hmm. Es un placer tenerte como nuestro hijo.

KyungSoo soltó un sollozo estrangulado y se arrojó a los brazos de ambos, que no tardaron en recibirlo apretadamente en un fuerte abrazo necesario. KyungSoo hundió su rostro en el cálido y seguro pecho de su madre y rodeó a su padre con un fuerte agarre, como si temiera que, de soltarlos, ambos desaparecían en la nada. La mujer pequeña y menuda le acarició afectuosamente el cabello, peinando sus hebras dispersas y su papá dejó algunos besos suaves sobre su coronilla.

Tan reconfortante.

Este también era su hogar.

Algunos minutos después, cuando las lágrimas se hubieron secado y las sonrisas lo abarcaron todo, la señora Do le palmeó suavemente las mejillas a KyungSoo y este rió un poco, ciertamente encantado con el trato conocido.

-Bueno, hay que dejar de llorar. Pongámonos manos a la obra y no hagamos esperar más al joven maestro JongIn.

KyungSoo asintió animadamente, deshaciéndose de los últimos vestigios de las lágrimas de felicidad en los bordes de sus ojos y pestañas, y pronto se unió a los mayores en la cocina, con el corazón completamente renovado y una nueva convicción renaciendo en su ser.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top