-Adrien, cariño ya levántate- Emilie movía a su hijo, quien seguía dormido plácidamente en su cama- se te hará tarde cariño.

-Mhmmm ... ya voy- respondió con pereza en su voz, removiéndose en su cama. Emilie le depositó un cálido beso en la frente antes de dirigirse a la puerta, dispuesta a salir.

-El desayuno estará listo en cinco minutos, no tardes Adrien- sin mas salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. El joven se movía remolón, no queriendo se tuvo que levantar.

Con pereza se dirigió al baño, se vio en el espejo admirando sus notables pero leves ojeras a causa de que no ha podido dormir muy bien en las últimas semanas. ¿La razón? Simple, no paraba de hablar con la azabache por video llamada, extrañaba a su mejor amiga. Después de unos minutos se despojó de su ropa para adentrarse a la ducha.

Terminó de ducharse y salió a vestirse. Antes de que su madre lo volviera a llamar, ya estaba escaleras abajo.

-Buenos días hijo- sonrió mientras colocaba los platos sobre la mesa, a la vez que le indicaba a su hijo que tomara asiento. Él asintió.

-Buenos días mamá- miró a su alrededor- ¿Mi padre no desayunará?- preguntó mientras tomaba una pequeña porción de fruta y la degustaba con parsimonia.

-No cariño, tu padre salió muy temprano esta mañana a la agencia- respondió. Tomó asiento junto a su hijo y al igual que él disfruto de aquel desayuno.

Al cabo de unos minutos, el Agreste Jr. terminó su desayuno. Le quedaban exactamente diez minutos antes de salir al instituto. Se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación a por su mochila y emprender su camino al instituto. A Adrien no le gustaba llegar tarde, así que siempre sale con tiempo de anticipación.

En cinco minutos ya se encontraba en la entrada del instituto. Caminó hasta el aula y se colocó en su lugar habitual encontrándose a su mejor amigo moreno.

-Hola Adrien- saludó el moreno con el típico saludo de hombres.

-Hola Nino- respondió de la misma manera.

-Que tal te fue en tu llamada anoche.

-¿Como tendría que ser?. Como siempre. Sabes que me gusta hablar con mi mejor amiga- sonrió ladinamente.

-Vamos viejo, sabes de que hablo- le depositó un leve golpe en el hombro- todos sabemos que no la ves solamente como tu mejor amiga.

-Nino tiene razón Adrien- Alya, la novia de Nino se incorporó a la conversación, posicionándose a un lado del moreno- de todo lo que nos has platicado no puede ser solo amistad.

-Si ni siquiera la conocen, como pueden asegurar que hay amor mutuo- alegó el rubio.

-¿Entonces si la amas?- preguntaron al unisono. El rubio solo bufó- ya admítelo.

-Ya les dije que solo es mi amiga- dijo ya un poco hastiado de esa platica.

-Bueno haremos como que te creemos- Alya dio por finalizada esa conversación. Cosa que dio tranquilidad a Adrien.

A los pocos segundos entró la profesora. Indicó a sus alumnos que tomaran sus asientos y guardaran silencio, ya que tenia un anuncio que dar. Todos se quedaron callados.

-Buenos días chicos, el día de hoy tenemos una alumna nueva en el colegio- hizo una pequeña pausa, al ver que tenia toda la atención de los presentes continuó- ella viene de intercambió de un instituto de Japón, hagan que se sienta cómoda tanto en el colegio como en la ciudad, ¿Puedo contar con ustedes?- se escuchó un sonoro "Siii". - De acuerdo- se acercó a la puerta y la abrió- Adelante, puedes pasar. Presentate por favor- dijo dedicándole una cálida sonrisa.

-Hola, yo soy ....

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Continuará....