Capitulo 4: Compañia


La cachorra humana se desplomó encima de mí. Por un momento pensé que se murió, pero luego de olisquearla un poco, vi que se sigue moviendo.

Aún no puedo creer que mi pata se sienta mucho mejor, la magia es extraordinaria. 

Deje de perder el tiempo mirándola, a decir verdad, me di cuenta que me gusta hacerlo. Me parece una humana muy linda, a pesar de la suciedad que tiene, me transmite mucha calma. Es una lastima que su pelo rubio este tan sucio, seguro que al estar un poco más cuidado brillaría mucho.

«No tengo tiempo para pensar estas tontearías», pensé para no seguir distrayéndome. Deje a la cachorra humana ahí tirada y fui por mi banquete, me lo gane. Di un par de pasos hacia adelante para acercarme al cuerpo de la serpiente muerta. Está a un costado del gran árbol blanco, el cual voy a usar como refugio. Luego de comer, voy a hacer mejor mi madriguera. 

Al morder la carne del animal no tardo en notar que su sabor es horrible: mucha piel y poca carne, es gomoso y en su mayoría no tiene gusto, salvo por las tripas que son demasiado agrias... «Tampoco es que me queje, comida es comida». 

Tengo demasiado para un par de días y al darme cuenta de esto, recuerdo que pude matarla gracias a que no se fijo en mí por estar concentrada en la cachorra humana. Es como si fuese una cazaría en grupo, uno distrae y el otro ataca. 

Con esto en mente, supe que tengo que dejarle su parte a ella, aunque una más pequeña, ya que soy yo quien hizo la parte difícil. 

La partí en 3 pedazos casi iguales y uno de ellos, el que parece más pequeño, lo separe para dárselo. Cuando me voltee para llevárselo, me dio algo de pena verla ahí tirada, en medio del pasto. Cualquier otro animal la va a encontrar fácil de esta manera. 

No se por qué me molesto, pero voy a darle una "pata". Me acerque a ella y la tome de los harapos que tiene, arrastrándola hasta la base del árbol, del lado contrario al lugar que estoy cavando para refugiarme. Una vez en posición, le deje su porción de serpiente a un lado de sus pies. Sin duda va a agradecerme cuando se despierte, pero no lo hago por eso, solo soy educado, como me enseñaron. 

«Bien, ahora ya estoy un poco mejor y no tengo que preocuparme por el alimento», pensé sintiéndome un poco aliviado. Aún me duele el cuerpo, pero es soportable, no me puedo quejar. Ya cumplí con ella por lo que ahora puedo enfocarme en terminar mi guarida. Rodeé el tronco y comencé a cavar en el pequeño hueco que llevo haciendo.

Me tomó bastante tiempo y quede casi exhausto, pero ahora puedo acostarme sin estar apretado. Todavía no esta acabado, así que una vez que recupere energías voy a seguir.

Si quiero salir de aquí, primero debo recuperarme por completo, hacerme con provisiones y explorar de a poco la zona. Estar en un sitio extraño es peligroso y al no saber que criaturas son las dueñas del territorio, dar un paso en falso puede ser mi final. No creo poder salvarme de nuevo si me topó con esa enorme criatura del primer día...

Mientras repaso mi plan de acción, en la frescura de mi madriguera, me percate de algo que necesito si o si: «Agua», estuve tomando de uno que otro charco con el que me encontré, pero ahora tengo que buscar alguna fuente que me sirva para abastecerme hasta que este mejor.

Sali del lugar y comencé mi búsqueda. Al alejarme del gran árbol blanco y meterme entre los otros que están a lo lejos, hice lo primero que me enseñaron a la hora de explorar: marcar un camino. Con mis garras arañe algunas raíces para señalar por donde volver. 

Mantengo un perfil bajo, agazapado mientras avanzó, tratando de ir con cuidado. Mi olfato es bueno, por lo que puede ayudarme bastante, pero no por eso debo confiarme; Hay animales que camuflan su olor con tierra o sus heces, incluso los humanos lo hacen...

Tampoco quiero alejarme mucho, es solo una pequeña escapada para explorar los alrededores. Ahora que estoy más atento a lo que me rodea, me doy cuenta que todo es igual: arboles inmensos, con las copas llenas de hojas evitando que pase la luz del sol y la maleza que se encuentra también se repite una y otra vez. «Que extraño», pensé, por lo general aun si mantienen cierto tipo de fauna, no suele verse todo tan "ordenado" de la misma manera.

Esto no me detuvo, seguí avanzando un poco más por unos minutos. Al sentir que ya me aleje demasiado, preferí dejar una ultima marca y volver. Además ya está oscureciendo. 

Luego de un rato, llegue a la "base". Voy a esconderme en mi madriguera y de paso descansar hasta mañana. Salir a esta hora de seguro es peligroso. Antes de irme a dormir, tuve curiosidad por la cachorra humana.

Me asome por unos de los costados del árbol blanco y la vi, aún está durmiendo. «¿No se murió, verdad?», ni siquiera cambio la posición en la cual la deje. Mientras observó su lindo rostro, me sentí un poco feliz, no se como explicarlo. Verla de manera tan inocente es... relajante. Su pecho se mueve por lo que parece que solo esta inconsciente.

«Bueno... tampoco es mi problema...», me dije a mi mismo y volví a mi lugar. 

Cuando al fin me acomode, le di un par de bocados al pedazo de serpiente que tengo, así podre dormir con el estomago lleno. Al terminar de comer, me di cuenta que no podía dormir. Por alguna razón, no dejo de pensar en la humana.

Deje escapar un suspiro, se lo que tengo que hacer. Una vez más, salí de mi lugar y fui por ella. La tome de sus harapos y la arrastre hasta que quedo delante de mi hueco. También traje su parte de la serpiente para dejárselo a su lado, así cuando despierta tiene para comer.

Ahora si, me siento más tranquilo. Entre una vez más a mi madriguera y no tarde mucho en dormirme...



Un fuerte grito me despertó y por reflejo levante la cabeza, dándome un fuerte golpe contra el techo. No le di mucha importancia a esto y salí del lugar para ver que ocurre.

—¡Ah, estoy sangrando! —gritó la humana tirando manotazos para todos lados.

Sus manos están rojas por la sangre de la serpiente, no entiendo por qué está tan alterada. Aún es de noche, no tiene que hacer tanto ruido, puede atraer a otras criaturas. 

—¿¡Quien anda ahí!? —preguntó al escucharme salir del hueco. 

Estoy parado cerca de ella, parece... que no me puede ver. «¿Los humanos no ven en la oscuridad?».

Ahora que le presto atención, se encuentra bastante asustada. Su pecho se levanta y baja de manera rápida con su respiración. Además no deja sus manos quietas, las mueve de un lado a otro.

Sentí compasión por ella, el estar frente a una situación peligrosa es normal que reaccione así. Quizás es la primera vez que se aparta de su grupo... después de todo, es demasiado pequeña y frágil. 

Para que se calme, me acerque aun más a ella y le apoye mi nariz en su pie para indicarle que soy yo. Grave error, al instante recibí una patada. Aunque no fue lo suficientemente fuerte como para que me doliera, pero al golpearme desprevenido retrocedí un poco y al dejar todo mi peso sobre mi pata lastimada si sentí dolor, por lo que deje escapar un pequeño quejido.

—¿¡Eres tú!?

«¡Claro que soy yo!», pensé molesto, pero no voy a hablarle, prefiero mantenerme como un lobo común y así evitar cualquier tipo de problema. 

Aun así, para comunicarme con ella, gruñí de la misma manera que cuando la vi.

—Si eres tú... —dijo en un tono más bajo—. Perdón por lo de recién... yo... no sabia que era lo que me toco. Y por alguna razón, estoy cubierta de lo que parece sangre, ni se donde estoy lastimada...

Habla demasiado rápido, no se que hacer para que se calle y deje de hacer ruido. En ese momento, recordé que mi madre se me acercaba cuando me encontraba asustado y se echaba a mi lado. 

Con cuidado, de manera lenta para no asustarla, me puse a su lado, dándole la espalda. Ella empezó a acariciarme, es algo bastante agradable, aunque seria bueno que no lo hiciera tan fuerte...

Poco a poco su respiración se calmo y se quedo quieta. Me rodeo con un de sus brazos y apoyó la espalda contra la raíz que tiene detrás para estar más cómoda.

Cada vez que se escucha algún ruido, ella gira la cabeza en esa dirección. Sin duda se encuentra alerta. Está bien mantener la guardia, pero estar tan tensa no es bueno... mucho menos si en realidad no puede ver. 

«¡Ah, ya entiendo!», pensé al darme cuenta de algo tan obvio. Ella está así de exaltada porque está completamente a oscuras. Sin dudas vas a estar asustado en una situación tan desfavorable. Tendré esto en cuenta a la hora de pensar en los humanos, son débiles en la noche... o por lo menos este.

Tal vez por las caricias y que ella ya no está haciendo ruido, me relaje bastante. Todo lo relacionado a esta cachorra me tranquiliza... no se como explicarlo. Sé que no tengo que bajar la guardia frente a un humano, me lo dijeron muchas veces. Pero... ahora estoy dándole la espalda, dejando que me abrace. «¿Será por qué piensa que soy un animal común y corriente?», creo que esa es la razón. Me enseñaron que estos seres nos cazan de manera constante. Nuestros dientes y garras son especiales: sirven demasiado bien para dañar cualquier ser o objeto mágico. Al igual que nuestra piel, es bastante resistente contra la magia.

Por eso, en nuestra manada nos movemos de un lado a otro, sin permanecer mucho tiempo en un lugar. Salvo por mi padre, Fafnir, y uno que otro amigo de él, todos los demás mantienen una postura en contra de los humanos. Los consideran enemigos peligrosos.

Al pensar en mi padre, los recuerdo de hace unos días me invadieron. No entendí muy bien que paso, solo sé que Golder movía a otros de la manada para hacerse con el poder de esta, empezando una batalla en grupos. 

Mi madre cuando vio que Canine y el resto que apoyaba a mi padre no iban a ganar, me obligó a huir con ella. Escuche algunos gritos y peleas, muy por encima algo sobre que Fafnir nos traiciono uniéndose con los humanos, pero no tenía idea, todo sucedió muy rápido. 

Espero que ella y el resto estén bien. Por mi padre no se que decir, nunca me presto mucha atención y siempre se mantuvo más pendiente del resto de los lobos que de mí. Además, es quien salía a explorar para comprobar que fuese seguro avanzar.

Nunca lo vi como alguien malo o capaz de dañar a la manada, pero no lo se... Él y su postura de no ver a los humanos como enemigos o de atacarlos sin razón, es algo que nunca perdía la oportunidad de remarcar.

Sin darme cuenta, empiezo a sentirme triste, pero... no solo. La cachorra humana a mi lado y el calor que sale de su cuerpo es agradable. Sus caricias son suaves, por lo que no me molestan, todo lo contrario, me gustan. 

Es la primera persona que conozco y esta muy lejos de los cuentos de terror que sé sobre ellos. Bueno, Golder y su grupo siempre me parecieron exagerados. 

Espero poder salir pronto de aquí y encontrarme con mi madre. Mañana va a ser un día largo..., ojala que ella no se vuelva un enemigo. No quiero tener que matarla, ni muchos menos... quedarme solo en este lugar.

Unos segundos después, logre dormirme. No solo tengo el estomago lleno, cosa que hace unos días no sentía, sino que también mi corazón lo está. En ese momento no lo supe, pero lo peor que te puede pasar en esta situación es estar solo, y ahora por primera vez desde que estoy aquí, no solo estoy acompañado, me alegra de estar con alguien en la misma situación que yo.

Además, debemos ir acostumbrándonos el uno al otro, ya que, mañana descubriremos que: "es imposible salir del bosque de la penumbra"

Fin del capitulo 4

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