Capitulo 1: Encuentro
Sin previo aviso estalló una lucha por el poder de la manada. En medio del estruendoso conflicto y agonizantes gritos de la batalla, una oración se distinguía y repetía con furia "Fafnir nos traiciono". ¡Mi padre jamás sería capaz de algo así! Pero no hubo tiempo para pensar, mi madre me tomó del pescuezo y me sacó a toda prisa del lugar donde acampábamos.
A penas y pudimos escapar, mejor dicho, pude escapar. Mi madre se detuvo para frenar a nuestros perseguidores y desde ahí no volví a saber de ella. Lo único que hice fue huir como un cobarde, sin mirar atrás. Eso sucedió hacía una semana, cuando el sol estaba en su punto más alto. Ahora, en medio de la noche, me encontraba corriendo una vez más, sumergiéndome a la espesura de un bosque gigante. Jamás había visto arboles tan grandes, la oscuridad engullía cada centímetro a mi alrededor.
Una inmenso animal, de más de cuatro metros de altos, con aspecto de oso, me había atacado hacía unos instantes. No pude, ni me detuve a apreciar que tipo de criatura era, parecía un hambriento demonio. Me escabullí entre la maleza como pude, agradeciendo las escasas heridas que sufrí de ese terrorífico encuentro.
Aun así, que esté vivo no significa que todo haya acabado. Estando aquí, ya tengo claro que ningún lugar es seguro, y mucho menos para alguien herido.
No sé cómo lo hice, pero logré alejarme demasiado. Solo tengo una cosa en mente «¡debo huir!». En mi desesperación y desconcierto, salté por una pequeña pendiente. No voy a mentir, pensé que no la contaría. Si de verdad esa criatura hubiese querido cazarme, estoy seguro de que no habría tenido problema en perseguirme. Creo que solo me crucé en su camino y como todo lo que hay en este bosque, atacó primero.
Estaba exhausto y ahora que bajé el ritmo por el cansancio y mis dolorosas heridas, sentía como mi corazón latía a mil por hora. Aun cuando estoy respirando lo más rápido que podía, me faltaba el aire. Miré alrededor y cada árbol me parecía igual. No sé cuanto pueda seguir soportando esto, ya llevó una semana corriendo por este maldito bosque y cada vez es peor.
Tenía la escalofriante sensación que algo me forzaba a quedarme en el interior del bosque, no solo las temibles criaturas que estaban al acecho, algo más, como si la naturaleza tuviese vida y me forzara a quedarme en su interior.
No podía dormir bien, siempre había sonidos extraños cerca. Cada vez que intentaba relajarme, distinguía ojos y sombras moverse por las oscuridad. El crujido de las ramas y arbustos delataban a las alimañas que se andaban ansiosas por verme muerto. Incluso en mis sueños, me veía huyendo de los animales que había aquí. No tenía descanso alguno. Me preguntó si realmente voy a poder sobrevivir...
En medio de mi búsqueda de un refugio, encontré algo que parece... "menos terrible". No diría agradable, pero algo es algo. Un gran árbol cubierto de hojas color blanco de un lado y verde del otro. Está rodeado de lianas, hongos y de algún líquido viscoso de color verde que no conozco. Bueno, en realidad, no se nada de la fauna de este lugar, por lo que describir o tratar de saber que es algo, lo veo difícil.
«¡Que más da! No tengo tiempo, ni ganas de seguir», pensé resignado. Sin bajar la guardia, me dirigí hacia allí. Ahora que pude calmarme un poco, empecé a sentir un intenso dolor en mi pata izquierda. No es el único sitio que me duele, pero si el peor.
Me detuve al frente del tallo del árbol y levante la mirada para asegurarme. No es como si pudiera ver mucho, está rodeado de hojas. Supongo que está bien... mi cuerpo me exige descansar, si ahora apareciese otra criatura, definitivamente seria mí fin. Mi instinto me grita que es lo que debo hacer, creo que es la primera vez que siento algo así. Nadie me lo enseño, pero sé que es la mejor decisión ahora. Me cuesta apoyarme, por mi pata, aun así, logró cavar un hueco en la parte de abajo del árbol. Es lo último de fuerza que me queda. Lento, por el cansancio, con cada poco de tierra que saco, tengo que tomar una gran bocada de aire. Empiezo a sentirme mareado, ni siquiera puedo hacer esto... vaya... creo que no me importaría dormir sin esconderme, ¿pensar así significa qué acepto mi muerte?
«¡No! ¡No puedo darme por vencido!, de lo contrario... su sacrificio... habrá sido en vano», con esto en mente, sentí la motivación suficiente para seguir. No tarde mucho en hacer un pequeño y estrecho hueco, es lo justo para que entre y este cubierto de la fría noche. Además, puede que así, cualquier cosa que esté buscando alguna presa no me encuentre.
Siento que voy a perder el conocimiento en cualquier momento... es extraño, no debería de poder dormir con lo incómodo, adolorido y hambriento que estoy. Sin embargo, mis ojos se cierran.
—¡Corre, Silver, corre! —gritó desesperada—. ¡Rápido, por aquí!
No entiendo qué pasa, ni porque estoy huyendo. Hay gritos por todas partes y me siento asustado, muy asustado. Ni siquiera el blanco pelaje de mi madre, con esa mancha negra en la punta de la cola que tanto me gusta, me tranquiliza.
—¡Hay que llegar al bosque, no te detengas! —me dijo sin dejar de mirar al frente.
Al mismo tiempo, escucho como varias pisadas se nos acercan. El miedo no me deja voltear, pero sé que están por alcanzarme.
—¡Tú sigue! —En ese momento se dio vuelta y corrió hacia mi dirección—. ¡Te alcanzare más adelante!
Cuando ella pasó por mi lado y llego a mi espalda, casi de inmediato, el sonido de los perseguidores se detuvo. Una vez más, no puedo voltear, solo tengo una cosa en mente «¡Huir!».
No tarde en perderme entre medio de todos los árboles. Sin rumbo fijo, seguí adentrándome en este peligroso lugar, conocido como "El bosque de la Penumbra". Mi cuerpo no se detiene y a pesar de no sentir cansancio por tanto correr, si me pesa la culpa de ser tan cobarde. Lo único que hice fue escapar. Ni siquiera... intenté ayudar... no hice nada. Abandone a todos y a mi madre, los deje de lado, sin siquiera voltear. Mi castigo por haber sido egoísta, es la muerte. La muerte en un lugar solitario, frio y oscuro. Me lo merezco.
Cuando dejo de distraerme con mis pensamientos, me doy cuenta de que por más que corra, no logró avanzar. Desesperado empiezo a mirar hacia todos lados, no veo nada. ¡Todo está totalmente negro! Poco a poco, voy hundiéndome en la oscuridad. Por más que intento salir, no puedo. Mis patas están enterradas, no las puedo sacar, no importa que tanto me esfuerce, esa cosa negra esta... comiéndome. A medida que eso sube, mayor es mi desesperación, ¡no quiero ser devorado! Mi voz no sale, no puedo pedir ayuda. Ya va por mi cuello, no siento nada debajo de este. Ni siquiera puedo mover la cabeza.
Cuando me di por vencido y deje de pensar solo en mí, pude escuchar a alguien. Está forcejeando, como si se ahogara. Lo extraño... es que no hay nadie más. Es escalofriante, siento como lucha por respirar, pero no puede...
«Parece... que este es nuestro final, ¿no?», fue lo último que se cruzó por mi cabeza cuando fui cubierto por esa masa negra que me tiene. Parece que yo también me estoy quedando sin aliento... sin duda esto es... horri...
En ese instante abrí los ojos. Es como si mi alma volviera a mi cuerpo. Por reflejo, desperté tomando una gran bocada de aire. Estoy agitado por mi sueño, pareció real, demasiado. Trató de ver a mi alrededor, pero no puedo moverme, estoy demasiado apretado. En el momento que vuelvo a la realidad, el dolor también. El estar aquí, en este pequeño hueco no me ayuda con eso.
«¿Qué... es ese sonido?», me pregunte. Aún escucho a ese "alguien", luchando. Sin perder más tiempo, me arrastré a pesar de mis heridas y salí afuera. Parece que es de día, aunque, la luz no llega en su totalidad por todos los inmensos árboles tapando al sol.
Antes de seguir viendo mi alrededor, me sorprendí al ver a esa enorme serpiente, está colgada del árbol donde estaba durmiendo. Es de un color verde claro y parece medir un poco más de un metro y medio. No solo eso, está en una de las ramas que se encuentra cerca del piso... ¡Podría haberme atrapado!
Menos mal, parece que atrapo a otro animal antes de llegar al suelo. Supongo que no fue tan afortunado como yo. La serpiente lo tiene enrollado casi en su totalidad... pobre criatura. Tal vez por lástima, baje la mirada para tratar de ver a la víctima, fue solo un reflejo. Una vez más, me asombré al percatarme de lo que vi: "pies" ¡Así es, pies! No es un animal, es... un humano.
Nunca vi a uno y todo lo que escuche de ellos es: que son la especie más peligrosa y al ver uno, hay que huir. Además, se parecen a nuestra transformación... de ahí que la llamemos "forma humana".
Estuve a punto de darme la vuelta y correr, pero... por alguna razón no pude. «¿Cómo es posible que algo tan peligroso este por morir de esa forma? O ¿Cómo es que algo tan temible pueda tener unos pies tan pequeños?».
De algo estoy seguro, estoy cansado de huir, de irme sin mirar atrás por miedo. Si sigo así, voy a encontrar una muerte miserable. Justo en ese momento, volvió esa sensación: mi instinto me grita que haga algo. Cargado con este sentimiento y la adrenalina por lo que estoy pensando hacer, me arme de valor para atacar a esa serpiente.
Corrí hacia ella, ignorando el dolor de mi cuerpo. Voy a aprovechar que esta distraída y no me vio aún. Su cabeza está sujetándose de la rama y el resto del cuerpo enrollando al humano, es una presa fácil.
Al estar lo suficientemente cerca, salte, atacando la parte más expuesta del cuerpo del animal. Fue sencillo, la corte con mis dientes. Lo más difícil fue aterrizar, estoy bastante débil y lastimado, por lo que solté un pequeño quejido al caer. Aún tengo la parte que le arranque, su sangre cae por los costados de mi boca. Sabe extraño, nunca comí esta especie.
Al voltearme, de manera lenta, vi que la cabeza de la serpiente aún seguía en la rama. Por otra parte, el extremo donde está el humano se encuentra en el suelo. No se mueve... «¿Acaso está muerto?», pensé mientras me acercó con cuidado.
En efecto... parece que llegue tarde. Nunca he comido un humano, pero siempre hay una primera vez para todo. Supongo que es mi recompensa por haber decidido ayudar, en vez de huir. Por fin voy a comer algo que tenga mucha carne, esta semana que pase en el bosque solo me alimente de insectos y una que otra criatura pequeña.
Aún seguía sin poder ver al humano, ya que, está enrollado por la serpiente. Solo están a la vista sus pies, empezaré por ahí. Antes de comer, no puedo evitar olfatear. Digo, no vaya a ser que esté podrido o en mal estado.
Acercó mi nariz a sus pequeños pies, los cuales, están bastante sucios. Huele a barro... supongo que esta parte las dejaré para el final. De todas formas, su piel se siente... suave. Seguí olisqueando un poco más, y al ver la parte de arriba de los dedos, no me aguante en pasarle la lengua para darle la primera probada. ¡Al instante, recibí una patada en la mejilla!, por lo que retrocedí para ponerme en guardia, o por lo menos lo intente. Al saltar hacia atrás, no tome en cuenta lo de mi pata y caí por el dolor. Si ya se encontraba bastante mal, ahora no la voy a poder mover.
Vi como el cuerpo humano se comenzó a mover. Con algo de esfuerzo, libero sus brazos, y luego, se fue quitando de encima a la serpiente.
Por mi parte, antes de que terminara de levantarse, me puse en posición de combate. No puedo mostrarle que estoy herido, tengo que verme fuerte delante de un enemigo. Por más que me doliera, apoye mi pata trasera lastimada y puse mi mirada más desafiante.
Lamentablemente, no pude mantenerme de esa forma por mucho tiempo. Cuando la humana se puso de pie, quede... desconcertado. Es una cachorra humana. Su pelo, está en mal estado y muy descuidado, aun así, tiene un bonito color rubio... de un tono claro, como el sol. Unos ojos celestes, al igual que un cielo despejado durante el día. Su piel es bastante blanca, puede que suene forzado, pero es como una nube, bueno, no es tan blanco, solo me da esa impresión. Ella... se parece a un día soleado, que agradable sensación me produce al verla. Quizás es porque hace mucho que no veo ese paisaje y solo estoy buscando una excusa para recordarlo. Da igual, eso es lo que pienso al verla.
La cachorra se encuentra agitada, está cansada, lo veo en su mirada. A pesar de eso, me mira desafiante. Como si no fuese a darse por vencido y que hará lo necesario para defenderse... Vaya, ¿será que está aparentando? ¿O de verdad puede pelear?
Entiendo que los humanos pueden usar magia, y algunas bastantes poderosas por lo que me contaron. No puedo bajar la guardia. Aunque... ¿En serio son criaturas peligrosas? Me cuesta mantener mi postura de combate, no solo por mi condición física, sino que, esa pequeña se ve demasiado débil. Tiene una especie de trapo como ropa, todo sucio y roto. Esta cubierta de tierra y por desgracia, ese bonito color de pelo se manchó con sangre de la serpiente.
—Yo... no voy a hacerte daño —dijo levantando sus manos arriba. Por un segundo miró hacia atrás, y luego, volvió a cruzar miradas conmigo—. Tú... me salvaste, ¿cierto?
No es muy difícil unir las piezas y sacar esa conclusión. Tengo sangre en mi boca y un pedazo de serpiente sobre mis manos, es bastante obvio.
—No soy peligrosa —remarcó ella.
Con cuidado, extendió la palma de su mano en mi dirección. Temblaba, a diferencia de su expresión, su cuerpo si se veía asustado. Después de unos segundos en esa posición, inhalo hondo, como si se estuviera preparando y al terminar, dio un paso hacia mi dirección.
—¿Ves? No... soy peligrosa —repitió, acercándose de a poco.
No quiero que continué, esta a tres pasos de distancia. Para evitar que siga, gruñí y trate de poner una postura amenazante. Lástima que no pude, mi pie izquierdo me jugó en contra. Solté un quejido y me recosté sobre ese lado por reflejo.
¡Me giré rápido para volver a mirar al humano!, aun en este estado, pienso defenderme si me ataca. Para mi sorpresa, solo está ahí, mirándome con una leve sonrisa.
—¿Tú... también estás lastimado? —preguntó algo obvio—. Somos dos... —indicó agachando la cabeza para ver sus brazos.
En efecto, estos tienen la marca de la serpiente. Un color rojizo alrededor de ellos y de las piernas. Aunque en sus muñecas y talones, se podía apreciar una marca diferente: más pequeña y de un color morado, es señal de que es otra herida, más antigua.
—Puedo usar magia para curar. Si me permites... te devolveré el favor por salvarme. —Levantó su mano y una leve luz verde empezó a irradiar de ella.
Definitivamente es magia. Así la describen en nuestros libros o en los relatos que escuche. ¿Es un truco? Quizás quiere que baje la guardia y...
Sin darme cuenta, el humano se acercó aún más. Aprovecho ese pequeño descuido que tuve al ver su poder y ahora lo tengo al lado. Se mueve despacio, con cuidado y de la misma forma, mientras se acerca, más le muestro mis dientes. «¡Si hace un movimiento en falso, lo despedazaré!», a esta distancia no necesito apoyarme en mi pata herida.
Sin dejar de mirarme a los ojos, acercó su mano junto al brillo que salía de esta a mi herida. En el mismo momento que entraron en contacto, sentí un alivio tremendo. El dolor desapareció, acompañado de una calidez recorriendo mi cuerpo. «¡Si, ahí! ¡Más por favor!», si no fuese porque estoy sentado sobre mi cola, de seguro la estaría moviendo de lado a lado por lo bien que se siente.
—Lo malo... es... que... no puedo... hacer esto... por mucho tiempo —dijo antes de desplomarse encima de mí.
Rápido, me la quite de encima, y me sorprendí mucho cuando pude apoyar mi pata lastimada. Aún me duele, mucho, pero a comparación de antes, esto no es nada.
«¿Se murió?», pensé. Al final, me ayudo un poco, lástima que no aguanto. Tendré que comerla en señal de respeto. Empecé a olisquearla de nuevo, su cara olía a tierra. ¿Es algo normal en los humanos el estar así de sucios? Cuando apoye mi nariz en su mejilla, cerro con fuerza los ojos, como si le molestara
Aún vive. Eso significa que... no puedo, o no debería hacerlo, ¿verdad? Digo, ella me ayudo con el dolor. Quizás sea buena idea tenerla cerca. Aunque sea, hasta que me cure del todo. Otra ventaja es que: verla me recuerda al día fuera de este horrible bosque.
Fin del capitulo 1
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