46.- Tuyo por siempre
La noche pareció no llegar nunca pero hubiera preferido mil veces que nunca llegará.
Jonathan sigue en pijama y se rehúsa a irse sin ver a Marian de nuevo, las únicas personas a las que deja entrar son a sus padres, que también decidieron que lo mejor era que ella se quedará la noche a pesar de no ser necesario.
—Tía debes ir a descansar —le dice Kate después de verla quedarse dormida en el sillón de la sala de espera—. Marian ya se encuentra mucho mejor, no es necesario que todos estemos aquí, yo me quedaré con ella.
Jonathan reacciona de inmediato, como si de pronto alguien le hubiera pasado energía, llevan todo el día así, alguien dice algo y ellos de inmediato dan su opinión, nunca coinciden y terminan por pelear, cuando su tío los detuvo en la mañana dijo algo que me llegó pero que parece que ellos pasaron por alto.
Sus peleas como su tío bien lo dijo parecen riñas de amantes despechados, eso parecen y no me gusta que sea así, ahora ni creo que tenga que preocuparme por sus sentimientos, los dos están llenos de dolor y resentimientos para que algo positivo salga de todo esto.
—No, tú no tienes nada que hacer aquí —dice Jonathan levantando la voz—, yo me quedaré con ella.
—Pero si no te quiere ver —le responde Kate con un poco de burla en su tono de voz—. No seas orgulloso estoy tratando de ayudar.
Es que el orgullo de Jonathan se la ha pasado muy mal, lleva horas peleando con ella y no creo que pueda ganarle.
—Kate sólo porqué estamos en un hospital, y por respeto a tus tíos no te digo lo que te mereces —además yo no voy a dejar que la insulte—, Marian es mi prometida, mi socia y el amor de mi vida, tú solo eres su prima que no ha visto por egoísta así que no tienes ningún derecho a opinar. No es por mí maldito orgullo el cual no te has cansado de herir, es por ella que ahora se encuentra sufriendo.
Nadie dice nada ante sus palabras y cada vez le cuesta más trabajo a Kate acostumbrarse a que nadie intenté defenderla de los ataques de Jonathan, yo lo haré solo si él le dice alguna cosa que sea para hacerla entrar en razón.
—Kate, sé que me vas a odiar pero nosotros no tenemos nada que hacer aquí, además Anna y Juan van a venir a acompañarlos —la tomo del brazo para evitar que se lance hacia Jonathan, no me muevo de su lado porque en algún momento alguno de los dos suelte un golpe—. Es mejor que tú descanses y los vengas a ayudar mañana, cuando todos estemos más tranquilos.
—Tía, ¿vienen? —bueno por lo menos piensa hacerme caso— Los llevamos a casa.
—No gracias, ya vienen por nosotros —eso hasta yo sé que es una mentira, no tienen más familia que ella y sus padres.
—Está bien —lo dice derrotada—. Vendré mañana antes de ir a clases, si necesitan cualquier cosa llámenme, hable con unos amigos y estarán al pendiente de ella.
Querrá decir mis amigos, ellos a Kate solo pueden verla como una figura de autoridad, la admiran demasiado como para poder considerarse sus amigos.
—No te necesitamos aquí —le responde—, así que será mejor que no regreses, si Marian quiere verte ella te llamará.
Kate camina hasta estar frente a él, Jonathan es unos diez centímetros más alto pero en este instante se ven del mismo tamaño. La fuerza de Kate siempre hace que se vea más alta de lo que en realidad es.
—Jonathan serás todo lo que quieras pero no me das órdenes y ya perdí mucho tiempo no pienso perder más solo porque a ti te da la gana —le mira con un profundo resentimiento que hasta a mí me hace estremecer—. Así que por más que hagas dramas nos vemos mañana.
Se aparta con la cara en alto, en efecto ella no siente ningún tipo de culpa o lástima por Jonathan.
Vamos a la recepción en donde se encuentra una de nuestras amigas, ella nos dice que nos informará cualquier cosa, no confía en sus tíos y mucho menos en Jonathan, deberían entender que pese a todo Marian es la hermana de Kate, ella está muy preocupada, ya ni le va a hacer ningún daño, tengo que hablar con ellos para que le den una oportunidad, tienen que permitir que la vea y sólo así todo regresará a la normalidad.
Vamos camino al estacionamiento cuando un auto se detiene abruptamente frente a nosotros Kate da unos pasos atrás cuando ve quién sale del asiento de copiloto, es Anna y no se le ve para nada feliz, Juan se baja y corre para agarrar a Anna, tenía la intención de lanzarse en contra de Kate.
—¡¿Qué haces aquí?! —le grita sin importarle que estemos fuera de un hospital—. No te da pena seguir aquí después de lo que le hiciste a Marian.
—Anna yo no le hice nada —le dice Kate sin ningún apice de remordimiento—. Todo el día me han reprochado y no he hecho absolutamente nada.
—¿Nada? La abandonaste, ¿se te hace poco? —Juan sigue sosteniendola por la cintura y Kate, ella solo la mira sin demostrar cuánto le duele que la persona que considera su mejor amiga le hablé de esta manera.
El distanciamiento de Anna no fue planeado, todo fue algo fortuito, no teníamos tiempo para nada, íbamos de la facultad a la fundación y de ahí a planear más y más actividades, dejamos de tener tiempo para salir con las personas, yo también estuve un tiempo alejado de mis amigos, todo por el trabajo que nos comprometimos a hacer, adquirimos una responsabilidad y de ninguna vamos a abandonarla.
—Te recuerdo que estuvimos de acuerdo —da unos pasos hacia Anna pero yo la hago para atrás de nuevo, no quiero que la lastimen—, desde un inicio fuiste parte de todo esto, así que no entiendo porque te molesta tanto.
—No, te equivocas, yo estuve de acuerdo en que te mantuvieras lejos de la relación entre Jonathan y Marian —Anna también tendría que hacerse responsable porque la apoyo desde un inicio— pero era solo parcialmente, nunca dijiste que ibas a desaparecer de nuestras vidas.
-—¿Por eso le hablaste de nuestro plan a Marian? —ahora se le escucha herida, eso la hace más humana y así es mejor, no deben creer que Kate es indiferente a todo lo que está pasando.
—No es nuestro, fue tuyo pero te equivocaste, hiciste las cosas mal y ahora Marian perdió a su bebé —eso de ninguna manera es culpa de Kate y eso también se los voy a demostrar—, te puedo decir que después de casarse con Jonathan su mayor sueño era ese bebé y ahora también se lo arrancaste de las manos, ¿no te cansas de quitarle todo? ¿en qué momento te vas a detener?
—Anna yo no le quite nada, ella hubiera perdido al bebé de todos modos y por la amistad que teníamos te pido lo mismo que a Jonathan —hace muy mal en amenazarla también—, tendrás que acostumbrarte de nuevo a mi ya que con lo que acaba de pasar no pienso separarme de ella.
—Kate vámonos a casa —le digo llevándola del auto, me pone resistencia pero no dice nada, o no lo dijo hasta que estuvimos junto a nuestro auto, el cual nos trajo uno de los choferes de Jonathan, no quería nada de nosotros en su casa.
—¿Por qué hiciste eso? —no suena enojada pero tampoco rebosante de felicidad.
—Para evitar que te odie, Kate ya perdiste a muchas personas —aunque yo quiero creer que solo están enojadas—, quieres regresar a tu vida pero no podrás hacerlo si te ganas el odio de toda persona que te marca tus errores.
No dice nada más sólo entra al auto pero las cosas no terminarían ahí, no vamos a terminar bien.
—¿Por qué todos piensan que estoy haciendo todo para hacerle daño a Marian? —me pregunta como si no supiera lo que ha hecho.
—Lamento tener que decirte que eso parece —seguro me arrepiento de mis palabras—, Kate tienes que pensar lo que dices y lo que haces.
—¿Estás tratando de darme algún tipo de terapia? —me mira incrédula— Adam deja de intentar hacerme sentir culpable, sé que lo soy pero no necesito que nadie me lo recuerde cada tres minutos.
—No, nadie tiene la culpa de lo que pasó con Marian —nos urge un parte médico más conciso solo para saber que pasó exactamente—, solo estoy diciendo que estás haciendo todo mal. Mira siempre te he apoyado aunque sabes que no estoy de acuerdo en lo que haces y perdón que te lo diga pero parece que te da gusto que Marian perdiera a su bebé.
—No me da gusto pero piénsalo, ahora que perdió al bebé va a poder dejar a Jonathan y conseguir a alguien mejor —no pienso seguir apoyándola en esto—. Alguien que esté a la altura de la mujer exitosa, fuerte e inteligente que es. Necesita a alguien que le pueda dar más y no a alguien como Jonathan que solo le va a recordar a ese bebé que perdió.
—No puedo creer lo que estás diciendo, tiene que ser una maldita broma —ahora ya poco me importa sonar como los demás—. Ahora es cuando más necesitan el uno del otro, el duelo no es algo que pueden superar por separado.
Por eso sugerí la terapia, siento que esto de la manera en que pasó —tan repentino— le va a causar un gran dolor a Marian, además Jonathan también está pasando mal y por si fuera poco también está el regreso de Kate, todas las emociones por las que Marian va a pasar son muy duras, todo esto es demasiado fuerte como para que pueda superarlo sola, ella solo va a salir adelante con Jonathan a su lado. Los dos se harán fuertes juntos, no puede ser de otra manera.
—Es cierto pero Marian me va a tener a mi por compañía, unos días y Anna también estará de mi lado, sin Jonathan estorbando podrá concentrarse en terminar la carrera, también puedo presentarle a varios compañeros, tuyos o míos. Estoy pensando en que tal vez le ayudaría trabajar en la fundación conmigo, ya que tanto quería un niño, estar rodeada de ellos le hará ver qué es mucha responsabilidad —en la voz se le nota el entusiasmo que le generan sus planes—. Voy a hacerle ver qué la pérdida de ese bebé fue una señal para un nuevo comienzo.
—Kate, ¿te estás escuchando? Acabas de planear la vida de Marian y eso no te corresponde —deja caer la cabeza en el respaldo del asiento, suspira como si estuviera cansada—, así como tampoco decidir qué es lo que está bien para ella y a quien debe amar. Te estás imponiendo aquí, solo estás buscando controlarla no ayudarla. Jonathan la hace feliz, no necesita a otra persona.
—Adam ya sé que es un instinto tuyo defender a Jonathan —ahora si voltea a mirarme— pero no significa que solo porque se gano tu amistad sea la mejor persona para Marian.
—Se nota que has estado ausente los últimos cinco años. Nunca los viste como una verdadera pareja, nunca has visto los ojos de Jonathan cuando la mira, o lo feliz que fue Marian cuando él le pidió matrimonio —se ha negado a verlo, no quiere escucharme o los demás—. No viste los detalles que tenía Jonathan con ella o simplemente no los viste tomados de la mano. Nunca te diste la oportunidad de conocerlos, por puro egoísmo. Nunca les diste la oportunidad y mira a donde nos ha llevado todo eso, a una tragedia que se pudo evitar.
Salgo del auto porque ya no quiero seguir peleando, odio tener que pelear con ella pero ella no me lo va a permitir, toca el claxon dos veces y después avanza con el auto hasta que me cierra el paso.
—Adam tenemos que hablar —asoma la cabeza por la ventana—. No me pienso ir y dejarte así, ven conmigo no tenemos que hablar, solo ven —eso es perfecto ya que no tengo a donde ir, entro al auto y es la primera vez que no tengo la menor idea de como hablar con ella—. Adam no tienes que decir nada, pero yo sí, sé que lo quieres, es uno de tus pocos amigos pero desde que está con Marian me siento desplazada, él ya me quito a mi prima. Yo nunca me he sentido cómoda con la situación pero si los quisiera separar lo habría hecho hace años, en cambio me aleje para que él pudiera amarla y ya estoy empezando a creer que estaba mal. Solo quiero que entiendas que para mí fue y es bastante incómodo después de lo que pasó, y sí, yo lo volví incómodo, ¿pero tú qué hubieras hecho?
—Nunca lo he pensado pero te aseguro que lo hubiera intentado, no tenía que ser incómodo para nadie —olvidar no es fácil pero en ocasiones es lo mejor—, porque a mí sinceramente no me importa la aventura que hayas tenido con él, por una simple y sencilla razón, siempre he estado seguro de tu amor pero tú nunca has superado lo que pasó con Jonathan, y quizá no son celos hacia Marian o amor hacia Jonathan es algo que está en ti, es una inseguridad, temes por Marian, por ti, por mi, por Jonathan. En alguna parte de tu subconsciente sabes que si ella sufre por él, de alguna manera será culpa tuya y por eso te alejaste, para no ser el arma que le cause dolor.
—Adam no es… —no la dejo terminar, no tiene caso si solo me va a dar más excusas.
—Olvídalo, sólo vámonos de aquí —asiente y después solo mira al frente.
Al llegar al departamento intenta hablarme de nuevo pero no lo permito, me encierro en la habitación de huéspedes, es la primera vez en años que duermo lejos de ella, y también fue la primera vez que vi la actuar totalmente fría y sin sentimientos, la primera vez que ella me mostró su lado más obscuro, uno que no me gusta para nada.
Pero no puedo cambiar quién es, si lo hago ya no será mi Kate y sin embargo no puedo permitir que todos crean que es un monstruo que no lo importa nada de lo que le pasa a su alrededor, tengo que hacerle entender que hay más maneras de proteger a quienes amamos, y el único plan que por el momento tengo es una basura pero tengo que hacerlo sin detenerme a pensar mucho en las consecuencias. Quién no arriesga no gana. Voy a arriesgar mi felicidad por la de Marian y Jonathan, solo espero que funcione.
—¿Adam? ¿en dónde estás? —no hay respuesta, se ha ido solo.
Me preocupa, no quiso hablar anoche sobre lo que dije pero él regresará en la tarde, ahora tengo otra cosa que hacer, tomo el teléfono y llamo a mi tía.
—Buenos días tía, sé que aún es muy temprano —a penas darán las siete de la mañana—, pero solo quiero saber cómo sigue Marian.
Puedo enterarme por otro lado pero prefiero saberlo por ella.
—Kate pensé que ya no volverías —esos comentarios pronto me comenzarán a fastidiar—. Marian saldrá en una hora, así que después de todo no tendrás que venir al hospital una vez más.
—Supongo que irá a su casa con Jonathan —para mí será un reto hablar con ella y con Jonathan mirando lo será aún más—, solo espero que me deje pasar no quiero entrar por la ventana, es algo arriesgado.
—Hija había olvidado el buen humor que te caracteriza y también la buena suerte que tienes —por lo menos suena a que ya me está perdonando—. Se quedará en nuestra casa en lo que se recupera, ahí siempre serás bienvenida. Sin importar lo que pase.
—Gracias por eso tía —le he bajado a mi tonito con ellos, después de que papá me regañara he entendido que pese a todo les debo respeto—. Iré en la tarde para ver cómo sigue, ya verás que poco a poco voy a compensar todo el daño que le he hecho.
Después de una despedida nada cálida, me pongo a planificar que es lo que voy a hacer de ahora en adelante, para empezar esta el tema de la terapia que por supuesto será con un psicólogo que es parte de la fundación y también tengo que hacer que Adam me perdone y pues si no hay de otra también tendré que tratar a Jonathan.
Me voy a la facultad pero voy puedo concentrarme y gracias a eso me sacaron de una clase por distraída, algo que nunca me pasa, decido ir al departamento para cambiarme de ropa y hablar con Adam, quiero que me acompañe con Marian pero cuando llegó solo están sus llaves sobre la mesa de la cocina con ellas un sobre con mi nombre escrito en el.
Todo se siente mal, muy pero muy mal pero al abrir el sobre me doy cuenta de que puede empeorar.
Kate.
Se supone que quien te ama no te hace daño y yo estoy a punto de hacértelo; te juro que no entiendo de dónde saco el valor para hacer esto, nunca he sido ni la mitad de fuerte de lo que tú eres y por eso es que dejó esta carta, nunca podría soportar ver tus ojos cuando me marché. Sé que amas, sé que esto te dolerá en el alma.
Todo lo que pasó me hizo pensar en la perdida, sabes que antes de ti nunca me había sentido en casa, me diste un hogar y eso no tengo manera de pagar por eso. Dependo de ti, cada día más que el anterior, eres como una droga y tú mejor que nadie sabes el daño que una adicción nos puede llegar a causar. Si continúo por más tiempo de esta manera puede que llegue el día que te canses de mí y si llega no sabré que hacer. Odió los viajes pero este es uno que debo hacer, uno en dónde necesito encontrarme, necesito saber que soy útil, que también valgo por mi y no por tenerte a mi lado.
Por favor aprovecha este tiempo para pensar en si de verdad me amas, si de verdad vale la pena lo nuestro, si de verdad estás dispuesta a seguir a mi lado sin condición. Si no es así, esto llega en un buen momento pero no te preocupes yo siempre te voy a amar.
No iré tan lejos y así podré seguir ayudando en las fundaciones, para mí es un gusto trabajar a tu lado en ese proyecto que gracias a ti tomo forma. Me alegra saber que eres buena, que no me equivoqué al enamorarme de ti.
Por último te pido que hables con Anna, ella te va a dar todos los detalles del porque Jonathan es la mejor opción para Marian, date la oportunidad de conocerlos, entérate de ver cuánto se aman.
Tuyo por siempre.
Adam.
Un inmenso temor se instala en mi pecho, cada palabra con cada palabra sentí como mi corazón se desgarraba.
Voy por mi teléfono, marco una y otra vez su número y nada, no contesta.
No sé a dónde ir y en realidad no puedo ni levantarme del sillón de la sala, no puedo, las piernas y las manos no dejan de temblarme, lo único que me calma es fumar y le prometí a Adam que ya no lo haría pero hoy no tengo fuerzas para resistir, no tengo su luz para guiarme. Llegó a mí habitación tambaleándome, de detrás de una de las puertas de mi armario saco una cajetilla y al encender el primero las lágrimas brotan de mis ojos, finalmente el dolor de mi corazón se manifiesta de esta manera, con lágrimas que caen sin control por mi rostro.
No soporto estar en la habitación que por años he compartido no estoy dispuesta a dormir una noche más sin Adam a mi lado. Es algo antinatural, por años he estirado mi mano en la madrugada y siempre ha estado ahí, no verlo me aterra.
¿Pero en qué demonios está pensando? Claro que lo amo. Claro que por el estoy dispuesta a abandonar todo.
Él también es mi adicción. Él también es la luz de mi vida.
Se volvió indispensable como solo él sabe hacerlo. No importa cual sea el precio que tenga que pagar, Adam va a volver a mi lado. No importa quién tenga que rogarle para que me dé su ubicación. No importa si él vuelve a mi. Cualquier sacrificio es pequeño por él.
Alguien tendrá que darme las repuestas que necesito, y ese alguien me las va a pagar si tuvo algo que ver en qué Adam me dejará. Espero que la persona que lo hizo sepa que no me puede causar este dolor tan grande sin pagar las consecuencias.
Después de pensar toda la noche decidí que lo mejor era alejarme por un tiempo. Jonathan me ha hecho pensar, el mundo sabe que yo soy valioso por ella pero yo quiero saber quién soy sin ella, no tengo absolutamente nada, dinero, pero no me sirve de nada si me siento solo. En este momento creo que solo puedo recurrir a una persona.
—Jonathan —me contesta de inmediato—, hola se que estás muy ocupado con lo de Marian pero necesito un favor urgente.
—Si dime, lo que sea —suena muy cansado—, solo veo que Marian este bien y haré lo que me pueda para ayudar.
—¿Puedo dejar unas maletas en tu casa? —también tengo mucha ropa, estando con Kate me he hecho de una gran colección de ropa elegante— Solo son tres espero no sea un inconveniente.
—¿Maletas? ¿Kate te saco del departamento? —suena incrédulo y tiene razones Kate nunca me haría eso.
—No, yo decidí irme —es muy raro decirlo, siento que es la peor estupidez que alguien ha hecho pero es necesario para que Kate cambié su forma de pensar.
—¿Tienes en dónde quedarte? —suena apenado, a pesar de los problemas con Kate siempre se va a preocupar por mi y aunque le tenga resentimiento también se va a preocupar por ella.
—No, voy a pagar un hotel, no quiero llevar todo ahí —mi papá va a estar feliz en cuanto ponga un pie ahí—. Es como volver a mi antigua vida y no quiero que mi padre crea que ganó.
—En lo que resuelves te puedes quedar en mi casa —eso no contaría como alejarme—, Marian va estar con sus papás, unos días en lo que se siente mejor, además eres un amigo, cuando Marian regrese va estar feliz de tenerte con nosotros.
—¿Ya hablo contigo? —ya que lo que está pasando con ellos es mucho más difícil.
No sé si yo lo tomaría tan bien como Jonathan, sé que le dolió perder un hijo pero lo deja pasar para no hacer sentir mal a Marian, él preferiría perder cualquier cosa menos a ella.
—No, ni siquiera me deja entrar a la habitación, espero que cuando salga podamos hablar de la terapia, su mamá dice que no ha parado de llorar y le exigió al doctor decirle las causas exactas —eso ya lo sabía, está mal pero también me pasaron el parte médico a mi—. Le explicaron y aún así sigue culpándose. Mis suegros están totalmente de acuerdo en la idea de la terapia pero Marian no los deja hablar de ello, dice que no quiere volver a pisar un hospital.
—Si quieres también puedo hablar con ella —aún me falta aprender algunas cosas, no soy la persona que ella necesita— pero solo hablar, no darle terapia, eso no tendría ética profesional.
—El mundo se te viene abajo y primero estás pensando en resolver los problemas de otro —siempre me he sentido responsable por arrebatarle a Kate y por eso es que siempre quiero ayudarlo.
—Tu harías lo mismo por mi —después de los años de amistad puedo hacer esa afirmación con total seguridad.
—No lo dudes hermano —la última vez que me dijo así estaba pasadito de copas y ahora, por raro que suene eso somos, hermanos, gracias a una sola persona.
Kate es mi ángel, ella me ha llevado a las personas más importantes de mi vida después de mi familia y yo la estoy abandonando. Solo espero que esto funcione, que Kate cambie un poco su manera de hacer las cosas.
Gracias por seguir leyendo.
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