18.- Hasta ti
Estoy fuera de la cabaña, como una mala costumbre estoy fumando, vine aquí para intentar pensar y al entrar Anna estaba en la habitación con Juan quien intentó explicar que era lo que pasaba y porque no debía de meterse pero le costó hacerlo, Anna tenía la firme intención de salir corriendo para asegurarse que yo estuviera bien. Me hubiera gustado decirle que si pero tengo los nervios destrozados, mi mente trata de intentar procesar cada cosa que ha pasado en la última semana y cada vez se me hace más difícil. Entro a la cabaña y los dos están en silencio, Anna se acaba de bañar y cambiar de ropa, no creo a hayan hecho algo pero igual no me quedan ganas de hacer bromas al respecto.
Veo el reloj en la pared y ya pasó casi una hora, aún sigo muy consternada, apenas puedo creer que Adam ya sepa la verdad, nunca espere que me tratara tan frío y mucho menos que me pidiera que lo dejara a solas con Jonathan, quizá en este instante se están poniendo de acuerdo para ver de que manera me hacen pagar, el colmo sería que manden a traer a Axel y entre los tres se pongan a platicar de la manera en la que los hice sufrir. No, Adam no es capaz y Jonathan me ama demasiado como para planear una venganza en mi contra y si así fuera no me quedara otra más que responder, defenderme y eso solo lo va a herir más.
—Tengo que salir a buscarlos, ¿qué tal si Jonathan le hace algo a Adam? —no quiero seguir esperando a que alguien entre en la habitación y me diga que uno de los dos o los dos se encuentran en el hospital.
—No le va a hacer nada —dijo Juan—, no es una bestia, además el que lo golpeó fue Adam. Trata de relajarte, Jonathan tiene mucho que perder si algo pasa, así que tienes esa garantía.
—Y Adam no es capaz de hacerle daño —añadió Anna, aunque ella no vio la cara que tenía, ni la fuerza con la que golpeó a Jonathan—. Juan me dijo que Adam se detuvo antes de hacerle un verdadero daño, él no es agresivo. Seguro está tratando de arreglar las cosas.
—Ustedes no me están ayudando, Juan los viste y parecían animales —tengo que regresar para asegurarme que ambos están bien. Camine hasta la puerta y después de todo no va a ser necesario ya que al abrir la puerta Adam ya está en la entrada— ¿Adam estás bien? —lo primero que quería era lanzarme a sus brazos pero me impidió.
—¿Dónde está Jonathan? —pregunto Juan a mí espalda, supongo que ya empieza a entenderme.
—Nos pueden dejar solos —pidió Adam—. Jonathan está en nuestra habitación —Juan y Anna salieron corriendo, entienden que por ahora debo estar sola.
—Adam ¿qué pasó? ¿qué le dijiste, le hiciste algo? ¿está bien? —no debí haber hecho la última pregunta pero Jonathan me preocupa un poco, después de todo el siempre será importante para mí. Aunque mi única prioridad en este preciso momento es Adam.
—¡Puedes hacer silencio un momento! —me grito y me sobresalte, al notar mi sorpresa agacha la cabeza— Lo siento no debí hablarte así.
—No, yo debo hacer menos preguntas, no debe ser nada fácil y tampoco tienes que soportarlo. Entiendo perfectamente si quieres que terminemos —por favor que no lo quiera, que me siga amando y podré solucionarlo—. Asumiré toda la responsabilidad por Jonathan, él vino aquí por mi culpa.
—Así que eso es todo —la voz se le quebró—. No me amas; quién se va soy yo, ustedes pueden disfrutar sin mí —me besó la mano y salió por la puerta, por dos segundos quede en shock, ¿él me está dejando para que yo vaya con Jonathan? Sí, pero no es lo que quiero.
—¡Adam! —grite en cuanto salí de mi shock, sigue afuera afortunadamente no corrió hacia ningún lado— Yo no pienso regresar con Jonathan, aunque no esté contigo, esa relación es demasiado dependiente. Nos lástima.
—Yo también dependo de ti —murmuró, y yo de ti, quería decir pero las palabras se quedan atoradas en mi garganta—. No quiero nada contigo si vas a seguir ocultando cosas, sin confianza no tenemos nada; Kate quiero entender, te juro que quiero pero hay algo que no me queda para nada claro, ¿por qué lo ocultas? ¿por qué no decirles a todos? Nadie te puede culpar por dejarlo.
—No es eso, solo quería… —¿qué quiero? Dejar de ser tan débil o solo deshacerme de Jonathan— yo… Jonathan simplemente tenemos un pasado muy difícil de entender.
—Explícame —agache la cabeza intentando pensar que decir pero con esto solo hago que Adam se molesté más—. Levanta la cara, mírame cuando te hablo y solo así podré creerte —me siento tan débil en este instante, no soporto que me hable de esta manera.
Nadie en su sano juicio lo hace, ellos saben que no pueden meterse conmigo y sin embargo aquí está Adam, hablándome de esta manera gritándome y yo estoy callada, por la culpa que siento, ese maldito sentimiento es el que no me permite enfrentarlo pero aunque pudiera no tengo manera de ganar.
—No lo conté a nadie antes porque… yo no sé cómo hacerlo. Me duele hablar de él —intento estar tranquila y no entrar en una crisis, si los nos alteramos no veo la manera en la que está plática pueda terminar bien—. En mis planes no estaba contemplado que él volvería y fue entonces cuando apareciste tú. Nos besamos y fue tan diferente a los demás besos en mi vida, el tiempo paso y no pensé que te ibas a enamorar de mí y eso me dio otro motivo para no decirlo, ¿qué caso tenía decirte, a mis amigos? Jonathan después de todo ya estaba fuera de mi vida y así sin notarlo me construí una imagen a base de puras ilusiones, yo no soy como crees.
—Si te refieres a lo que creo, sí, te has creado una imagen impecable que te va a ayudar a futuro —más me vale que ese futuro sea perfecto—. Tus amigos y yo sabemos la persona que eres. Curiosamente eres buena, tu carácter es arrogante y soberbio, eres muy difícil de tratar si tú no quieres te traten pero te he visto por mucho tiempo y sé que simplemente eres buena, a tu manera —me fue mejor de lo que creí—. La primera impresión que me diste cuando te vi caminar por los pasillos fue la de una chica fría, antipática y me lleve una gran sorpresa cuando te vi leyendo sola en clase y desde ahí no me pude resistir, me has hechizado. Todos creen que me enamoré de ti por lo hermosa que eres, no negare que eso fue lo primero que me atrapó pero eso no era amor, sin embargo eran los inicios, lo supe porque estaba con una persona que me quería y que quiero pero nunca sentí lo que contigo, estando con ella me encontraba cada día esperando verte. Me haces sentirme parte de algo, me haces sentir que pertenezco a un lado y para alguien que nunca ha tenido un hogar, eso es importante —la mirada de adoración que me dirige me hace sentir mal pero me da esperanza—. Casi desde que te conozco llegue a la conclusión de que tienes el potencial y la belleza para que todo el mundo te adore, sin embargo solo te dejas querer por personas que son como tú, personas a las cuales no les importa un carajo lo que piensan de ellos; aún no entiendo del todo que odies a Danny pero empiezo a creer que solo lo haces para tener con que divertirte y con quién desquitar todo ese dolor.
No, mi dolor es solo mío, sólo hay dos personas que lo saben, que me han escuchado en los peores momentos y ni siquiera ellas conocen la magnitud de ese dolor, lo que me pasa con su amiga es que simplemente no me cae y no necesito tenerla de amiga, no requiero de ella para nada, sólo por esta vez no haré ninguno de mis típicos comentarios acerca de Danny pero es la única vez.
—Te equivocas —la verdad lo único bueno que sacó con esto es mucha diversión, ya que nunca me podrá provocar miedo, le falta mucho para eso—. Lo que pasa con él siempre se quedará solo para mí y yo sola lo voy a resolver, no te preocupes y no quiero que te vuelvas agarrar a golpes con él.
—Entiendo, ¿entonces lo vas a sacar del hoyo en el que se encuentra? —le tiene que caer muy bien para que me hable de esta manera—. Deberías empezar por ahí.
—No creo ser la mejor opción para ayudarlo, su hija es y tiene que seguir siendo su prioridad y consuelo —ya que no lo veo con nadie más o nadie que pueda hacerlo feliz—. No debí dejar a Jonathan de esa manera, así como tampoco debí ocultar quien era pero en el momento no se me ocurrió nada.
—¿Y es verdad todo lo que dijiste hace rato? ¿O tampoco se te ocurrió otra cosa? —su mirada me quema, como quisiera tener una ligera idea de que es lo que tengo que decir para que me crea— Si dices que no ya se me hace tarde para irme, mamá estará encantada de recibirme en donde quiera que se encuentre este momento —se da la vuelta y camina unos pasos, va lento y por eso me acerco lo más rápido que las piernas me dan y lo tomó por el brazo.
—Te amo, como jamás lo ame a él —le di la vuelta y le tome la cara entre mis manos—. Me enseñaste a amar de una forma diferente y me has dado más de lo que he pedido, más de lo que necesito y espero me permitas poder devolver aunque sea una pequeña parte de la felicidad que me has dado —viene la parte más horrible para Jonathan—. No me puedo arrepentir de dejarlo o de lo que he hecho en la vida porque todo me llevo hasta ti —acercó más su rostro al mío, solo unos milímetros me separan de sus labios—. ¿Quieres que te supliqué por un beso?
No tuve que hacerlo después de todo, sus labios se unieron a los míos casi de inmediato, fue un beso tierno, me abrazó y ahí me permití relajarme. Lo tengo de nuevo y me toca asegurarme de que se quede, ya más tarde me aseguraré de que no vuelva a caer en el dolor de Jonathan, me va a llevar tiempo y esfuerzo, poco a poco empecé a contarle la historia, espero que eso no le duela, que comprenda, sólo le pido a Dios que no se rinda, que aguante toda la historia.
—Jonathan se va a quedar —susurro contra mi boca, bueno si quiero ganar algo tendré que sacrificar otra cosa y serán mis vacaciones.
—Adam, nosotros… ¿vamos a seguir juntos? —pregunté con la voz temblorosa.
—No te vas a librar de mí en un buen rato —mis ojos se llenaron de lágrimas—. Tenemos una fiesta y nos esperan, no creo que quieras ir así, no es que te veas fea pero tu vestido está sucio y tú cara también —mientras estuve en la habitación no quise verme en un espejo pero ya me imagino que me devolverá mi reflejo.
—Dame cinco minutos y estoy lista —entre y en efecto mi cara está sucia, mi cabello enredado, el vestido lleno de tierra, no entiendo cómo Adam puede verme así y decirme que soy hermosa.
Salgo diez minutos después, ya me siento más respuesta pero aún tenemos mucho que enfrentar la noche es larga y aún me puede dar sorpresas. Al llegar al jardín del hotel ya están alrededor de una fogata, cantando, esto es lo que quería, este tipo de convivencia.
—Ya era hora, se tardaron demasiado —nos dice Francis cuándo nos sentamos a su lado.
En el camino hablamos y hemos decidido que lo mejor es callar, no queremos más golpes y malos entendidos así que Jonathan seguirá con su farsa al igual que nosotros, quién diría que empezaremos a mentirles a nuestros amigos por él. Cambiando de tema y hablamos, comemos y nos reímos un rato, así es como hubiera querido que fuera el resto de la noche pero por supuesto que no se podía, Juan, Anna y Jonathan llegan y al verlo mi corazón se hunde, quiero ir a verlo, no está muy golpeado solo tiene el labio hinchado, un pequeño golpe en la barbilla, uno más justo debajo de un ojo, no me gusta verlo herido pero menos me gusta tener problemas con Adam así que me quedaré sentada, pareciendo indiferente como siempre.
—¿Quién te golpeo? —le pregunto Manu levantándose para examinar los golpes.
—Nadie, solo un malentendido —dijo Jonathan tratando de sonreír pero solo hizo una mueca rara—, por eso desaparecí un momento.
—Si quieres vamos y lo buscamos para que no se vuelva a repetir —lo apoyo Brayan, como si de verdad supiera pelear.
—De verdad no es necesario. No quiero más peleas —respondió Jonathan sentándose junto a Juan.
—Como quieras, ahora sí es el momento de iniciar la verdadera fiesta —dijo Raúl sacando una botella de whisky— Adam, ¿quieres decir algo? Ya que te has comportado como el líder de este grupo.
—Muy gracioso —Adam me tomo de la mano— y no soy el líder, pero si me gustaría decir algo, quiero darles las gracias por su amistad, chicos sin ustedes el colegio no hubiera sido igual, en pocas palabras ustedes son la familia que me falta. Gracias por todo y sé que seguiremos juntos —me miró y apretó más mi mano—. Los quiero.
Es muy lindo, siempre fue así, queriendo a todos, ayudando a todos, resolviendo problemas, es por eso que lo amo. Pasan un par de horas y la mayoría nos encontramos en buen estado, es una noche para disfrutar no para perderse por las bebidas, las pláticas son bastante interesantes en su mayoría anécdotas de nuestros días en el colegio, pero como toda gran plática tiene que tener un momento incómodo y este llegó con la curiosidad de Francis.
—Jonathan —que reaccionó solo cuando Juan le dio un golpe en el brazo—. Cuéntanos más de tu vida, casi no sabemos nada de ti —no entiendo para que quiere saber de su vida, Jonathan probablemente no va a querer ver a nadie de nosotros después de lo que pasó está noche—. Dinos ¿tienes novia? Porque aquí hay varias opciones —dijo Francis, señalando a Alicia y Bere que lo miran sin parpadear, ellas nunca tendrán oportunidad con Jonathan para nada son su tipo y en cuanto a él ya está un poco mal, en mi vida lo había visto beber pero ya lleva varios vasos y pronto le cobrarán la factura.
—Sí cuenta tu vida privada —insistió Manu—, algo interesante, intenta sorprendernos.
—Chicos no lo molesten, ya pasó por mucho para que le hagan un interrogatorio —les pidió Adam, pero Jonathan no ayuda mucho.
—Está bien —le dijo a Adam—, no pasa nada, pues no hago gran cosa solo ayudo a mi papá con la empresa nada espectacular —así que también prefiere seguir con sus mentiras. A veces olvido que es un sujeto muy agradable.
—Sí eso es increíble pero dinos algo que de verdad nos sorprenda —dijo Bere después de terminar su plática con Danny, seguro preparaba las estrategias que pretendía usar con él pero para nada le van a funcionar.
—Tengo una hija —todos abrieron los ojos sorprendidos, otros más bebieron el contenido entero de su vaso y las candidatas de inmediato se retiraron. Típico, yo no soy la única que le teme a un compromiso como ese.
—De eso estaba hablando —dijo Francis rompiendo el incómodo silencio que se formó—. ¿Estás casado con su mamá?
—No, para nada, solo he querido a una persona en mi vida, pero ella ya es feliz con una persona que es más su tipo —dijo mientras nos miraba, Adam solo se tensó a mi lado mientras que yo trato de ocultar mi nerviosismo.
—¿La vas a dejar ir con el otro tipo tan fácil? Recuerda que un soldado es un héroe aunque muera en la guerra; no creo que pierdas nada intentando—dijo Manu—. Si quieres lo podemos intimidar entre todos.
—Creo que ya te está afectando el alcohol, solo están buscando la manera de golpear a alguien —contesto Adam a su amigo quitándole el vaso de la mano.
—Vamos Adam, no seas aguafiestas —se levantó Francis a servir otro vaso para Manu—. Tú lo hiciste con Kate, no niegues que lo volverías a hacer.
—No, si ella me pide que la dejé lo hago, no puedo obligarla a estar conmigo, lo hubiera dejado aquel día en clase pero una parte de mi me decía que ella me quería, de lo contrario tal vez ninguno de nosotros estaría aquí esta noche —dijo viendo a Jonathan—, yo estaría en mi casa y Kate… bueno ella sabe en dónde estaría.
—Chicos, ¿qué les parece si bailamos un poco? —propuse, el ambiente ya se está poniendo demasiado tenso y no voy a permitir que Jonathan ponga a Adam en contra de sus amigos.
—Lo dices porque tienes pareja —respondió Bere un poco afligida, se repondrá pronto de Jonathan, seguro mañana durante la fiesta encontrará a alguien.
—No todos los bailes son en pareja, podemos poner algo movido.
—Tu sabes cómo divertirte —dijo Alicia—, quien te viera tan santa y bailando esas cosas —si supiera que soy peor que el mismo diablo no se atrevería a hablarme de esa manera, pero por esta ocasión prefiero no pelear y solo ignorarla como comúnmente lo hago—. ¿Vienen? —la mayoría nos levantamos y en la mesa solo se quedaron los chicos al parecer ellos prefieren quedarse sentados.
Tiempo después cuando Francis los llamo de uno todos se unieron a la fiesta. Por fin empieza a ser el viaje que había imaginado, incluso Jonathan esta sonriendo con los bailes de Francis. Tal parece que todos se va a acomodar de a poco, después de esta semana creo que Jonathan me dejara en paz al ver que ya soy feliz con Adam; quizá algún día me perdone por haberle destrozado el corazón.
Espero sigan disfrutando de la historia.
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