17.

Cerré la puerta después de que Lorien hubiera salido para el trabajo. Me pasé toda la noche leyendo y releyendo el diario, siento algo más fuerte por ella, una necesidad de ayudarle, protegerla, salvarla y no dejarla sola, estar ahí siempre para ella. Ahora entiendo por qué no quería hablar de su pasado, ¡yo la ayudé a superarlo! Mis sentimientos están revueltos, Shaile me aceptó en su vida, la cual estaba destrozada, pero me dio un pequeño espacio en ella.

Pienso que inicialmente consideré suerte y felicidad haber sido admitido en Destino S.A., me hubiera gustado estar más ahí, quizá no haber escuchado sobre los asuntos con la empresa, vivir mi vida normal y descubrir las múltiples investigaciones y avances tecnológicos que ahí se daban, pero aquí estoy, inmerso en un caos y miles de problemas, y siento que recae en mí una gran responsabilidad de, en cierto modo, salvar a la gente de desaparecer. Además no hubiera conocido a Shaile, compartir con ella todas mis mañanas y desayunar todos los días, que ella se ría de mis bobadas y nos riamos juntos, creo que es lo único bueno que ha salido de la empresa.

Me relajo un poco y me siento en el sofá en el cual dormí anoche, enciendo la televisión y descubro que funciona con movimientos de la mano y comandos de voz; tardo un poco en entender cómo manejarlo bien, pero logro aprender y empiezo a pasar rápidamente de canales, buscando qué pueda interesarme para pasar el rato, al final me decido por ver las noticias de la mañana.

—... así es, dos nuevos desparecidos se han reportado esta madrugada a las autoridades, realmente no podemos contar exactamente cuántos van porque la Policía nos empezó a negar el acceso a la información —reporta un joven vestido de traje y ubicado en una acera con varias personas caminando en varias direcciones—, desde el Centro Económico, Demon 77.

La imagen cambia a una oficina de reportajes, un hombre alto y con canas vestido de traje acompaña a una chica de piel morena y ojos oscuros, vestida con un vestido sencillo, pero elegante.

—Gracias Demon —continúa la chica—, por otro lado, las autoridades siguen buscando al joven Marcus Z9, acusado de robos a la empresa en la que trabajaba Destino S.A. —abro la boca al escuchar de qué me acusaban, una foto mía apareció en una esquina de la pantalla con un número de teléfono debajo para que pudieran llamarme si me veían—, la última vez que se le vio, fue en las calles del Centro Empresarial ayer en la noche, hay una alta recompensa ofrecida por la empresa a quien dé pistas de su paradero.

—Así es Sandra, las autoridades dicen que el chico es muy astuto, por no decir inteligente, y que hará todo lo posible para escapar, por nada salió de la Academia.

—Pareces adulándolo Parrish —respondió la periodista, Sandra, al hombre.

—Claro que no Sandra, solo informo al público de lo que es capaz.

Cambio el canal rojo de ira y me distraigo con un documental; le subo el volumen y me levanto, avanzo hacia la cocina, saco un huevo y una sartén y empiezo a fritar un huevo, de manera inevitable aparece el recuerdo de Shaile enseñándome, me doy cuenta que unas pequeñas gotas de agua salada caen por mis mejillas, las dejo caer, no vale secarlas con mi manga, porque quiero que estén ahí, que me recuerden a Shaile y mi misión de rescatarla.

Desayuno en la mesa mientras observo el documental, termino y vuelvo a la sala, donde empiezo a ver más canales, esperando al medio día, que es cuando llega Lorien de su trabajo.

Un timbre me saca de mi burbuja con el televisor y reviso la hora: 12:30, apago el televisor, abro la puerta y está Lorien, con una caja en la mano derecha y con su mochila colgada en la espalda.

—Hola Marcus, traje el almuerzo. Comamos y luego revisemos lo de Shaile.

Nos sentamos y almorzamos, trajo pescado asado y dos bebidas de cola. Cuando terminamos, Lorien trae su pantalla táctil, que es ligeramente más grande a la mía.

—Lo he estado pensando, y no hay otro lugar donde la tengan que no sea dentro de Destino S.A. —le digo.

—Si es así, podemos ver si está usando alguna pantalla; supongo que la empresa tiene un alto sistema de seguridad, pero no hay sistema que se nos oponga. ¿No es así Marcus?

—Claro —medito un poco y continúo— podemos acceder a las cámaras de las pantallas y buscarla, voy por mi pantalla táctil.

Me levanto y voy a la sala, mi mochila está recostada en un costado de la mesa de centro, la abro y extraigo mi pantalla, vuelvo y Lorien saca un cable y conecta ambas pantallas.

—Espero que no se te hay olvidado la estructura de un sistema de seguridad —asiento—, bueno, aquí vamos.

Lorien abre un programa y éste se abre también en mi pantalla, es el acceso al sistema de redes de Destino S.A., empiezo a digitar el código de acceso por puerta trasera y empezamos a navegar por las redes de Destino S.A.

—Marcus, acceso por Firewall X-1

—En un momento.

Seguimos navegando, pasando por las cientos de pantallas que tiene la empresa, accediendo a sus cámaras y viendo si en alguna estaba Shaile, haciendo lo que hayan planeado con ella.

—¡Marcus! Aquí está —me grita Lorien emocionado.

—¿¡En serio!? —me voltea la pantalla y veo en ella a Shaile, con su cabello desordenado y unas ojeras.

—Piso 90, oficina de desarrollo de software —Lorien voltea a ver la pantalla—, ¿qué estará haciendo ahí?

—Sea lo que sea, debemos rescatarla.

—¿Pero cómo lo haremos? Está en el piso 90. Casi en la punta. Si sales a la calle cualquier persona te reconocerá.

—Tienes razón, podríamos usar un TICA del piso 2 y llegar rápido al 90, ¿pero cómo entraremos a Destino S.A.?

—¿TICA?

—Transporte Automático de Corto Alcance, una de las maravillas tecnológicas inventadas por Destino S.A —le respondo a Lorien con un toque de ironía—, hay uno en cada oficina individual al parecer, sólo se activa con un programa y te deja transportarte a cualquier piso.

—Qué interesante. Pensándolo bien, tengo una idea, conocí a un contacto en la alcaldía, trabaja con un nuevo invento.

—¿Invento? ¿De qué clase? —pregunto.

—Es un artefacto que permite alterar la visión de las personas y camuflar un objeto o una persona. Las personas te ven, pero como alguien más.

—Qué impresionante. Deberíamos considerar esa opción, es la única salida que tenemos para entrar al edificio.

Acordamos en citar al contacto en el apartamento de Lorien, para no atrevernos a salir y ser atrapados por la policía. Sacó un artefacto de su mochila: era una pequeña esfera blanca de plástico con unos puntos a un costado, me explicó que es un comunicador personal, uno se lo inserta en el oído y por comandos de voz genera las llamadas.

—Pero tendremos que hacerle un cambio, hacer que la llamada sea indetectable.

Mediante un comando de voz, activó la conexión inalámbrica y conectó su comunicador con su pantalla táctil.

—¿Tienes el comando de anonimato que usamos recientemente? —me dice.

—Sí, ya te lo paso.

El comando de anonimato es un código que genera que las búsquedas, conexiones y "viajes" por la red sean totalmente anónimos. Busco el archivo y se lo envío a través del cable.

—Perfecto, lo adaptaré para el comunicador —y empezó a teclear.

Cuando terminó, cogió su comunicador y lo colocó en su oído derecho.

—Llamar a Hyley A2.

El silenció reinó en la habitación durante varios segundos mientras Hyley contestaba, cuando de pronto Lorien empezó a hablar.

—Hola, ¿Hyley? —hace una pausa—, soy yo, Lorien... Sí el de la alcaldía.

—¿Trabajas en la alcaldía? —susurro con un tono de sorpresa.

—Sí —me responde susurrando—, pero no es el momento para hablar de eso... Sí Hyley, necesito de tu ayuda, de tu invento... No, no puedo ir a tu estudio, es un caso... peculiar —hace una pausa larga y empiezo a sentirme incómodo—, ven a mi apartamento y te explicaré la situación... 24 Lush Avenue PC... Muchas gracias.

Se retira el comunicador de la oreja y oprime el mismo botoncito para apagar la conexión, luego, lo tira al piso y con el pie lo destruye.

—Mejor prevenir que lamentar —me dice—, bueno, Hyley llegará en una hora, vive en el Centro Comercial y necesita preparar unas cosas antes de venir.

—Claro.

Volvimos a encender el televisor y empezamos a ver las noticias del medio día de hoy.

—Siempre las programo para verlas, no me gusta perderme nada.

Vuelve a aparecer Parrish y Sandra, los dos periodistas del estudio que vi esta mañana.

—Buenas tardes habitantes de la Capital Mundial —empieza Parrish—, diversos sucesos extraordinarios han ocurrido esta mañana.

—Así es Parrish —continúa Sandra—, unas personas más, de las cuales sabemos sobre un adulto del Centro Empresarial y un niño bajo el cuidado de la Escuela Friars han desaparecido como el resto de las personas anteriores, la tensión crece en las calles, y el ambiente en el Centro Político no anda muy bien.

La imagen cambió a unas transmisiones de vídeo de diversas partes del Centro Político con varios ciudadanos protestando en las puertas de distintos edificios, a continuación, en todas las imágenes, llegan unos grupos vestidos con trajes modernos azules, cascos de plástico y unos artefactos en las manos, me concentro en una imagen y veo que uno de los uniformados hace click en un botón en el artefacto y la multitud empieza a huir despavorida. La voz de Sandra empieza a sonar:

—Como pueden observar, grupos de la Policía, de la rama de la Paz, han acudido a dispersar los disturbios, pero el ambiente en la capital está turbio.

Seguimos observando las noticias. La mayor parte del noticiero se centró en noticias extranjeras y llega un momento en el que pasan de calamidades pequeñas a grandes "buenas" noticias, avances en diferentes campos de investigación, Lorien y yo estuvimos viendo distintos programas cortos en la televisión, hasta que el timbre sonó.

Al igual que hice yo para abrirle a Lorien, él apago el televisor y se acercó a la puerta, la abre y entra al apartamento una chica; debe tener unos veintitantos aunque disimula muchos menos, tiene su pelo color negro, recogido en una coleta y su piel es fina y tersa; viste una camiseta sin mangas un poco sucia y los pantalones están gastados.

—Hola Lorien —dice Hyley—, ¿aquí es seguro?

—Así es.

—Qué bueno, ya me cansaba de este aburrido pelo.

Sacó un control de su pantalón y oprime un botón de varios que están en el artefacto, de repente, su color de pelo cambia a un naranja intenso y parte de éste, a un costado, desaparece, dejando una zona rapada. Su piel seguía limpia en la mayoría de partes, pero en su brazo derecho apareció un dibujo en color negro.

—Eso es... —digo desde la sala.

—Un tatuaje —me responde Hyley—, fueron prohibidos en la Revolución pero uso mi invento para esconderlo.

—Así que tu invento permite cambiar la apariencia de uno a los demás.

—Exacto, algo muy útil, pero no es muy legal que digamos —voltea a ver a Lorien—, ¿Este chico no es el de las noticias y avisos? —lo dice como si no fuera nada preocupante— ¿Y qué era lo muy importante?

—Él, Hyley, es Marcus. Todo lo que has visto en las noticias es falso, él solo descubrió algo delicado de su empresa y han secuestrado a su novia. Necesitamos tu ayuda para rescatarla.

Cuando Lorien dice "novia" me sonrojo por un momento. Hyley camina hacia la mesa del comedor y se sienta en una de las limpias sillas, Lorien se sienta en otra y yo lo acompaño.

—Entonces —dice cortante Hyley—, quiero saber qué pasó.

Lorien me da un codazo y yo empiezo a contarle a Hyley todos los sucesos que me pasaron en Destino S.A., el secuestro de Shaile y cómo Lorien me ayudó a saber que se encontraba recluida en el piso 90 de la empresa.

—Muy bien —dice Hyley al yo terminar de relatar—, entonces quieres mi invento para entrar desapercibido.

—Así es —le respondo—, creo que la empresa no tiene cámaras de seguridad, por lo que pienso que no será difícil.

—Acepto —dice Hyley—, pero te advierto, la batería del invento no dura más de una hora, por lo que tienes que ser rápido.

—Teniendo en cuenta que pasaré desapercibido, podré usar los ascensores sin problema.

—Eso sí —dice Lorien—, debes cuidarte, si alguien te ve en un piso sin ser empleado, no sé lo que te harían.

Reviso la hora y veo que tengo tiempo suficiente para llegar a la empresa y salvar a Shaile. Agradezco a Hyley por su ayuda. Ella saca su pantalla táctil y la conecta a su artefacto, empieza a configurarlo para ser usado en mí.

—Listo, coloca este aparato en tus dientes —me pasa una clase de aparato dental—, tranquilo, no está usado —me dice entre risas.

Me lo coloco con dificultad y luego me pasa el control que anteriormente había visto.

—Mira, sólo tendrás que usar estos dos botones —me señala unos redondos y verdes—, el de la izquierda lo activa y el derecho lo desactiva. La luz que hay sobre ellos dos indica la batería que le queda, si se pone rojo, corre.

Oprimo el botón izquierdo y una corriente atraviesa mi cuerpo, Lorien y Hyley me observan, pero Lorien tiene los ojos abiertos y la boca abierta.

—Vaya Marcus, te queda bien el pelo mono —me dice Lorien.

Camino hacia la mesa para ver mi reflejo y veo que tengo pelo rubio, mis facciones son más perfiladas, mi mentón es mucho más grande y mis ojos ahora son azules.

—Listo, desactívalo para no gastar batería.

Lo apago y mi apariencia vuelve a ser la de siempre, Lorien camina hacia la cocina y llama al señor de seguridad, pide que llame un taxi y el responde amablemente.

—Bajemos, es hora de la verdad —dice Lorien.

Afuera del edificio hay un taxi esperando, tengo la apariencia falsa activada y Lorien me coloca una esfera en mi oído.

—Un transmisor —me dice—, para estar siempre comunicados.

Agradezco y salgo afuera y entro en el taxi, Hola Marcus, ¿me escuchas? Suena en mi oído.

—Sí —el taxista me mira y voltea de nuevo a ver la calle.

Excelente, nos estaremos comunicando si algo anda mal. El taxi arranca y le digo la dirección de la empresa, le pido que vaya rápido y el señor acelera, después de unos 25 minutos, estoy en frente al impresionante edificio de 101 plantas.

Pago al taxista, Vaya Marcus, que sorprendente, no han cancelado tu cuenta, colocaré una identidad alternativa a esa transacción para que no te rastreen. Salgo del taxi y entro al vestíbulo de la empresa, me dirijo rápidamente al ascensor más cercano y espero a que llegue, entro al ascensor con un par de personas más y digo "Piso 10", el ascensor se pone en marcha y varios segundos después salgo. Rápidamente, evitando cualquier contacto directo con las personas, me acerco al ascensor que dice "80-90". Lo llamo y espero a que éste llegue, se demora un poco y empiezo a sudar por los nervios. Varias personas atraviesan el vestíbulo y paso desapercibido "¿Qué sucede?" pienso. Marcus, si no has caído en cuenta, sigues con el uniforme de la empresa, me dice Lorien como leyendo mi mente. ¡Es cierto! Sigo con el uniforme y por eso nadie nota en mi presencia algo extraño. Entro al ascensor que ya ha llegado y digo "Piso 90", esperanzado de volver a ver a Shaile, antes de que las puertas se cierran, entra una mujer y llama el ascensor para el piso 89.

—Buenas tardes —me dice la mujer.

—B-b-buenas tardes —le digo tartamudeando.

—¿Eres nuevo? Creí que ya les habían dado los uniformes

Me han atrapado, empiezo a sudar y a revolver mis manos en mis bolsillos, me pongo rojo. ¿Qué hago? Solo dile una mentira, ¡rápido! Dile que no te lo dieron.

—N-no me lo dieron —Lorien susurra algo más en mi oído—, p-porque hubo una situación.

—Ya veo...

El ascensor empieza a subir y el silencio se me hace incómodo, los nervios se mezclan con mis sentimientos y el ambiente empieza a pesarme. Las puertas se abren en el piso 89 y la mujer se baja, luego, el ascensor sube y después de un segundo, vuelve a abrir sus puertas. Oigo a Lorien en mi cabeza, Gira a la derecha, Shaile está en las oficinas de la primera puerta. Obedezco sus direcciones y entro por una puerta, dentro de la sala hay varios cubículos sin puerta y en cada uno hay una persona trabajando. Algunos me voltean a ver, pero rápidamente vuelven sus cabezas a su trabajo "Shaile, ¿dónde estás?" Último cubículo a la derecha, me dice Lorien, leyendo mis pensamientos.

Sigo avanzando por el pasillo entre cubículos y llego al final de éste, miro a la derecha y veo a una chica con la cabeza mirando hacia una pantalla y con su cara arruinada por la falta de sueño, Shaile... Te he encontrado... Bueno Marcus, ahí la tien-. ¿Lorien? ¿¡Lorien!?

—¡Responde Lorien! —susurro fuerte y Shaile me voltea a ver, mis ojos se aguan y me resisto de darle un abrazo y un beso.

¿Dónde está Lorien? ¡No responde!

—¿Qué necesitas? —me dice Shaile.

Entro a su cubículo y me acerco a su oído más cercano.

—Shaile, soy yo, Marcus.

—¿¡Marcus!? Tú no eres Marcus —grita por lo bajo Shaile.

—Confía en mí —le digo, pero empiezo a esuchar un pitido que proviene de mi bolsillo. Saco lo único que tengo ahí, el control del invento, y veo la luz sobre los dos botones.

Roja.

—Oh... M-M-Marcus... En... En verdad eres tú... —me dice Shaile examinándome con la mirada.

—Mierda, mierda, mierda —es lo único que alcanzo a decir.

—¡¡Oye tú!! —dice un señor de un cubículo— ¡¡tú eres el de las noticias!!

—N-n-no...

—¡¡¡Seguridad!!!-GD

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