15.

Inhala, exhala, inhala, exhala, Shaile ha sido capturada y no sé qué sean capaces de hacerle, he perdido conexión con ella y no sé dónde la retendrán, maldigo por dentro toda mi mala suerte, si es que es correcto creer en la suerte en este tipo de situaciones. ¿A dónde iré? No puedo volver a mi apartamento y no conozco a nadie más que pueda acogerme. Empiezo a vagar por las aceras de la ciudad sin un rumbo específico y mi estómago empieza a retumbar, miro a mis alrededores buscando dónde pueda alimentarme y encuentro una pequeña cafetería con un brillante letrero LED con el nombre y avisando que trabaja las 24 horas, avanzo hasta ella y al acercarme a las puertas, éstas se abren y entro al pequeño lugar, un televisor está empotrado en una pared al fondo de la cafetería y una barra se extiende por todo el local, varios paneles en el techo iluminan la cafetería, detrás de ella está una chica limpiando un vaso de vidrio con un paño rojo y varias máquinas de café y jugo.

—Buenas noches —le digo a la mujer en la barra— desearía un café, cargado por favor —espero que con una carga de cafeína me relaje un poco de todo lo que me está sucediendo.

—Claro, un segundo —la chica se voltea y se acerca a una máquina de café, oprime varios botones y el café empieza a caer sobre un vaso de cartón, inmediatamente pienso en la gran máquina de café que cubre la entrada al sótano y todo lo que me ha sucedido alrededor de ella.

—Aquí tienes joven —me responde, entregándome el vaso con el café dentro—, son 4 Belios.

—Muchas gracias —intento sonreír pero el miedo no me deja, le pago la bebida.

Me siento en una de las mesas ubicadas de manera desordenada por todo el restaurante y empiezo a beber el café lentamente, empiezo a temblar mientras el líquido baja y pienso en lo que le podrían estar haciendo a Shaile "no le haremos daño, la usaremos... para otra cosa" fue lo que dijo el CEO en la primera y última llamada que había tenido con ella.

Termino de tomarme el café y salgo de la cafetería, la cantidad de autos en las calles ha disminuido, y al revisar la hora descubro que ya es muy tarde. ¿Seré obligado a dormir en la calle? La noche está congelada, y si no fuera por el uniforme y una chaqueta abrigada que me traje, me estaría congelando. Sigo caminando sin rumbo e indeciso sobre lo que tenga que hacer. Cuando de pronto, mi mochila empieza a vibrar, me detengo y saco de ella mi pantalla táctil, la cual estaba generando esa vibración.

—¿Marcus? —dice una voz salida de la pantalla táctil, está acompañada de estática y suena trabada, por lo que no reconozco de quién sea.

—¿¡Shaile!? —suelto esperando que haya logrado escapar y se haya podido comunicar conmigo.

—¿Qué es eso de Shaile? —me responde la voz de la pantalla—, perdón por conectarme a tu pantalla. ¿Eres Marcus, verdad?

—S-si —le respondo a la misteriosa voz, la cual reconozco de un hombre, joven.

—Escucha, tenemos que hablar —dice impaciente la voz— no sé qué has hecho, pero la liaste más allá de lo que nadie podría hacerlo.

—Espera —lo detengo abruptamente—, ¿quién eres?

—Cierto, debí haber empezado por eso, espero que no me hayas olvidado. Soy Lorien, el de la Academia.

Abro los ojos y empiezo a recordar a uno de los chicos más jóvenes de la Academia. No sólo era uno de los más jóvenes por nacimiento, sino que su contextura delgada lo hacía parecer un chico de unos 15 o 16 años.

—Lorien... —digo con voz callada y sorprendido.

—Así es —me respondió.

—Pero, ¿cómo llegaste a mi pantalla? ¿Qué sucede?

—¿No has visto? —me dice alarmado Lorien—, tu cara está en todos los avisos de calle del Centro Político.

—N-no, yo vivo en el Empresarial —le respondo tartamudeando.

—Podría apostar que ahí también tiene tu cara en todas partes, el caso es que, debes tener cuidado, ¿estás en un lugar seguro? —me pregunta.

—N-no, en realidad ya sé que estoy en peligro, pero no sabía de eso.

—Pues así es. Ven para mi apartamento de una vez, no podemos arriesgarnos, es más, iré yo por ti, déjame veo dónde estás... —hace silencio y empieza a sonar tecleos—, listo, ya sé dónde estás y de paso bloqueé la información de tu localización para otras personas, quédate ahí, iré por ti.

La pantalla se apaga y me quedo en el silencioso andén de la calle, los autos ya no pasan, y sólo me acompañan las luces de las aceras y la pequeña luna.

Pasa el tiempo y empiezo a impacientarme, reviso mi reloj cada tanto y miro hacia ambos lados de la calle, esperando que Lorien llegue. De pronto, veo un par de luces blancas acercándose a toda velocidad y antes de que me diera cuenta, Lorien me jalaba dentro de un taxi automático.

—Y entonces —me dice mirándome fijamente—, ¿qué fue lo que hiciste en Destino S.A.?

—Espera, ¿cómo sabes que trabajo ahí? —le pregunto.

—Fue fácil, cuando llegué a mi nuevo apartamento en el Centro Político, tan sólo irrumpí en la base de datos virtual de la Academia y revisé dónde te habían asignado —me respondió con una sonrisa—, recuerda, éramos los mejores en Tecnología.

—Claro —sonrío.

—Pero cuéntame, ¿qué fue lo que hiciste?

Me decidí a contarle todo lo que me había sucedido desde que había empezado a trabajar en Destino S.A., mis aventuras en el piso 101 y en el sótano, la Inconsistencia, cómo conocí a Shaile y el secreto que ella me confió.

—Entonces, ¿lo que hiciste fue atentar contra la empresa sabiendo lo que hacía? —me pregunta.

—Pues eso creo.

El resto del viaje transcurrió en silencio y pasamos del Centro Empresarial, lleno de altos rascacielos de ventanales relucientes, al Centro Político, el cual todos, o por lo menos la mayoría, de los edificios tenían una arquitectura más antigua, similar al del banco Richards&Richards, cada centímetro de las fachadas de los edificios que veía pasar estaban bellamente decorados con relieves y altas columnas en piedra blanca¸ otros edificios tenían una arquitectura más sencilla, pero que distaba mucho de parecerse a los edificios contemporáneos del Centro Empresarial.

El taxi se detuvo frente a un edificio de ladrillos grises, dos columnas sencillas adornaban la entrada, las luces de los diferentes pisos estaban apagadas, pero la recepción seguía encendida. Salimos del taxi y Lorien pagó. Entramos al edificio y veo que es muy similar al edifico en el que vivo, pero ciertamente estaba mucho mejor cuidado y tenía más decoraciones y detalle que el mío.

El ascensor en vez de estar al fondo de un pasillo, estaba en la pared al lado del mostrador de la recepción, Lorien saludó al guardia de seguridad que estaba sentado en el mostrador, procurando que él no me viera detalladamente la cara, y oprimió el botón para llamar el ascensor, cuando las puertas se abrieron entramos y Lorien dijo "Piso 4", el ascensor se pone en marcha y luego de un corto tiempo, salimos de éste y después de unos pasos, entramos a su apartamento.

A simple vista se notaba la diferencia entre mi apartamento y el suyo; aunque la distribución de las habitaciones era casi la misma y el tamaño muy similar, los lujos rodeaban este apartamento: En la sala, un televisor ocupaba la mayor parte de una de las paredes, la cocina relucía y tenía diferentes implementos para cocinar lo que fuera, la luz no provenía de unas lámparas colgantes, sino de unos paneles empotrados a la pared que le daban cierto aire de limpieza y pulcritud.

—Bienvenido a mi apartamento —dijo a secas.

Lorien se dirigió a la cocina y empezó a hacer la cena, me sorprende que supiera cocinar cuando a mí se me da muy difícil cocinar tan sólo un huevo.

Nos sentamos en una mesa de vidrio y metal y cenamos una carne asada con vegetales fritos, de beber era un jugo que me supo exquisito. Comimos en silencio y al final cada uno se dirigió a su cuarto, como sólo había una habitación, acepté dormir en el sofá de la sala, el cual era muy cómodo.

—Mañana Marcus, tenemos que hacer algo con Shaile —dijo terminando nuestra conversación de hoy—, tengo que trabajar pero cuando vuelva tenemos que hallar dónde tienen a Shaile.

—S-si, en serio es muy importante para mí. La amo más que nada o nadie en el universo.

—Lo sé, te entiendo y es por eso que te he dado mi ayuda.

—Muchas gracias —cuando ya se levantaba de la mesa recordé el archivo que había visto en la pantalla táctil de Shaile—, Lorien. Hay algo más. Cuando fui hoy a contactarme con Shaile descubrí un misterioso archivo que estaba fuertemente encriptado. ¿Podrías desencriptarlo por mí? Es de Shaile y siento que al tenerlo la tengo cerca de mí.

—Claro Marcus, pásame la dirección IP del directorio virtual de los archivos y veré que hago.

Le doy la dirección IP y se vuelve a sentar en la mesa, agarra su pantalla táctil y empieza a navegar por la red, después de un poco tiempo, se detiene y me voltea a ver.

—¿Es este? —me dice señalando un archivo con el nombre "█████ Virtual de Shaile".

—Así es —le contesto.

—Listo, espera hago algo por acá... Y otra cosa por aquí. ¡Vaya! —me dice después de un momento—, es un diario.

—¿E-e-en serio?

—Así es, te mando el archivo desencriptado, ya verás que haces con él —suena una notificación en mi pantalla—, listo, ahora me iré a dormir.

—C-claro, descansa —le digo.

Me voy al sofá y me acuesto, después demeditarlo unos segundos, decido leer el Diario de Shaile. 

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