Vida infernal

¿Alguna vez se han preguntado qué existe en el más allá? Unos creen que el cielo y el infierno, otros creen que no hay nada, que nosotros desaparecemos, que reencarnamos...

Es un lugar misterioso, para muchos es algo de temer. El pensar que serás olvidado o algo parecido.

Pero lo que muchos asocian con la palabra infierno es "sufrimiento y castigo" por tus pecados.

Bueno... puede que suene exagerado... pero cuando pienso en esa palabra... lo primero que se me viene a la mente es mi hogar...

¿Qué es lo que hice mal? ¿Por qué mis hermanas me desprecian tanto? ¿Tan poco valgo?

Realmente nunca creo ser capaz de poder superar todo esto... cada vez siento que me quedo sin salidas...

¿Habrá alguien que pueda ayudarme?

-Itsuki Nakano

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Itsuki se encontraba apenas despertando, se frotó los ojos debido al cansancio que estaba sintiendo en ese momento, había sido la primera vez que se había desvelado y eso le estaba pasando factura. ¿Y qué demonios había pasado? Tres palabras: Chatear con Fuutarou.

¿De qué habían hablado? Pues de ellos mismos. Se conocieron un poco más y se dieron cuenta de que habían cosas que tenían en común, aunque para la chica sentía que era muy pronto para revelar algunos gustos demasiado personales, como su gusto exagerado por la comida o que realmente es una comelibros... aunque sea tonta y se le olvide lo que lee en cuestión de minutos.

La chica tomó su celular y al desbloquearlo notó que había un mensaje de Fuutarou, eran de esos mensajes que te entran cuando estás ya durmiendo.

La chica sonrió levemente y se levantó para poder arreglarse. Tras verificar que ninguna de sus hermanas estuviera utilizando el baño, la chica entró y se duchó.

Al salir se topó de frente con Miku. La pelicastaña simplemente la empujó para poder entrar al baño.

-Miku, ¿qué te pasa?- preguntó con un poco de enojo.

-Cállate ya. La basura como tú no debe hablarme así.- dijo mientras la miraba con desprecio.

Itsuki por más que intentó, no pudo hacerle frente a la mirada de Miku, así que solo bajó el rostro mientras evitaba llorar, no habían pasado ni 20 minutos desde que despertó y ya estaba siendo menospreciada... como siempre.

Tras eso, Miku cerró con fuerza la puerta del baño, dejando detrás a Itsuki bastante lastimada. Por más que quisiera, no podía odiarlas. Ellas eran lo único que le recordaban a su madre, así que siempre trataba de hacer que todo funcionara bien, pero de poco servía.

Tras varios minutos, bajó a la cocina con intenciones de poder preparar algo para desayunar, pero al notar que Nino estaba usando la cocina, ella sabía que intentar quitarla era imposible.

En el sillón se encontraba Ichika durmiendo mientras que Yotsuba estaba sosteniendo la cabeza de la chica y revisaba tranquilamente su celular.

-Bue-buenos días chicas...- dijo con nervios la pelirroja. Lo único que tuvo como respuesta fue una mirada de parte de Yotsuba y el silencio.

-Solo vete ya. Estaba todo tan bien hasta que apareciste.- dijo Nino con seriedad.

-Nino...-

-Nino tiene razón, tu escuela para idiotas cierra pronto, así que corre hasta allá, quizá hasta te ayude a perder el peso que has estado adquiriendo por comer como cerda.- dijo Yotsuba sin siquiera apartar la mirada del celular.

Itsuki decidió no decir nada más, solo apretó los puños y salió corriendo de ahí lo más rápido que pudo.

¿Saben qué es lo irónico?

Esto es todo lo que vive la pelirroja a diario.

La chica corría hacia la escuela, por suerte para ella en ese lugar nadie la conocía realmente y por consiguiente, nadie podría burlarse de ella.

Al llegar, la chica pasó al baño y se revisó el rostro para tratar de ocultar todo rastro de que había llorado. Con un poco de agua, logró hacerlo, aunque sus ojeras seguían diciéndole a todo el mundo "mira, me desvelé".

Luego de eso, la chica se dirigió a su salón. Ahí pudo ver a la razón de su desvelo y su primer y único amigo.

El chico estaba concentrado charlando con un chico rubio, ambos reían por lo que rápidamente intuyó que se llevaban bien. No había que ser un genio para notar eso.

La chica se dirigió a su lugar mientras observaba todo su entorno. Algunas chicas estaban hasta el fondo charlando mientras reían, Fuutarou charlaba con ese chico rubio, otro grupo de chicos estaban jugando a las vencidas... y ella estaba sola.

No se sentía mal por eso, estaba acostumbrada a estar así, asi que si nadie la llamaba para conversar, le era irrelevante.

El tiempo pasó y el profesor entró, causando que todos los chicos regresaran a sus lugares. Ahí fue cuando Fuutarou vio a Itsuki y decidió saludarla, al estar al lado, era obvio que iba a llegar el momento en el que se saludarían.

-¡Buenos días Itsuki! ¿Qué tal estás?- preguntó mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

-Buenos días Uesugi-kun... perdón, aún me cuesta llamarte por tu nombre... a pesar de que ayer dije que lo iba a llamar así...- dijo mientras apartaba la mirada.

-No te preocupes, como te dije, llámame de la manera en la que te sientas cómoda.- dijo mientras comenzaba a sacar unos cuadernos.

La chica sonrió levemente, aunque el peliazul hizo un movimiento repentino que la hizo sonrojar un poco.

El chico de repente se había acercado bastante a su rostro, todo esto sucedía mientras él mantenía una mirada algo... seria para ser él. Apenas lo conocía, pero estaba segura de que él no era de los chicos que se enojan rápido.

-¿Se habrá dado cuenta que estuve llorando? Me revisé y logré ocultar todos los rastros que indicaran eso...- pensó mientras trataba de calmarse.

-Oye Itsuki... esto...- trató de decir, pero la voz de un señor lo interrumpió.

-Fuutarou Uesugi... ¿ya terminó de revisar a su compañera? ¿Puedo continuar con la clase?- preguntó el maestro, puesto que esos 2 acaparaban toda la atención del resto de los alumnos.

Esto provocó que Fuutarou comenzara a reír de manera nerviosa, mientras que Itsuki trataba de simplemente desaparecer. Ella lo que más deseaba en ese momento era que la tierra se la tragara.

Esto provocó que varias personas comenzaran a murmurar sobre lo que habían visto, aunque esto es un tema para tratar luego.

Ambos trataron de enfocar su atención a la clase. Y de esa manera, otro día empezó para Itsuki Nakano.

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El timbre sonó y la pelirroja casi que salió disparada de su salón, esto debido a que tení demasiada hambre y quería llegar rápido a comer.

La chica compró... casi todo lo del menú y se dirigió a una mesa que estaba vacía. Se sentó y comenzó a comer. Mientras ella comía, pudo sentir que alguien le tocaba el hombro, no habí que ser demasiado inteligente como para saber de quién se trataba.

-¿Puedo sentarme contigo?- preguntó Fuutarou.

La chica un poco avergonzada, estuvo a punto de decirle que no, que a pesar de ser amigos no lo conocía y no se sentía cómoda con él... pero hasta ella sabía que ese pensamiento fugaz se debía a su propio sistema de defensa que su cerebro había creado.

-Bueno, lamento lo que pasó en el salón. Debiste sentirte avergonzada por tener tanta atención encima, yo estaba así al menos.- dijo mientras se rascaba la cabeza y reía ligeramente.

-No-no te preocupes. Estoy acostumbrada a ser el centro de atención de una u otra forma.- dijo mientras seguía comiendo.

-Por cierto, ya no terminé de hablar ahí. Lo que quería preguntarte es que... ¿fue mi culpa?- dijo mientras sus ojos se dirigían directamente a los de la chica.

-¿Eh? No no no, eso no fue tu culpa para nada. Es solo que tengo algunos problemas y todo eso...- dijo ella, tratando de evitar a toda costa la razón por la que había llorado.

El chico suspiró y se dejó caer en el respaldo de su asiento mientras que su rostro se relajaba notoriamente.

-Uf, pensé que era mi culpa que tuvieras esas ojeras infernales.- dijo el chico.

-¿Ojeras? Ah... no se refería a que yo hubiera llorado... que tonta.- pensó la chica.

-Bue-bueno, es solo a medias. Pero en general, también yo tuve la culpa. Estuve arreglando unas cosas y eso hizo que me costara dormir. Tú en cambio puedo ver que acostumbras irte a dormir tarde. Eso o te maquillas para ocultar tus ojeras.- mencionó mientras reía levemente.

-Nah, no soy tan narcisista como para hacer ese tipo de cosas. Nunca me ha interesado el cómo me veo.- respondió con una sonrisa

-Je, ya desde eso sé que no te llevarías bien con Nino...- "pensó" la chica, aunque ese pensamiento fue en voz alta.

-¿Nino? ¿Quién es ella?- preguntó el chico.

-¿Eh? Ah... pensé en voz alta... bueno, ella es mi... es mi hermana.- dijo ella, aunque al decir eso Fuutarou pudo notar cómo el tono de voz de la chica cambió.

-Ya veo... ¿y donde está? ¿En qué grado va?- preguntó él.

-En el mismo que nosotros, pero está en otra escuela por... diversos motivos. En fin, ¿tú tienes hermanos?- preguntó ella, tratando de cambiar el tema.

Esa pregunta... esa simple pregunta hizo que el rostro del peliazul cambiara abruptamente.

-Sí... una hermana menor. Se llama Raiha.- dijo él secamente, cosa que hizo que la chica se sorprendiera.

-Ya... ya veo.- dijo ella, sin saber qué más decir.

-En fin, luego de esto tenemos examen corto. ¿Estás preparada?- preguntó Fuutarou, aunque lo único que recibió como respuesta fue una negación.

-No te preocupes, igual suelen ser fáciles. Por lo general todos lo aprueban.- dijo él restándole importancia a dicha prueba.

-Sí... pero yo soy muy mala para esos exámenes, entro en pánico y olvido todo lo que estudié.- mencionó ella.

-No exageres... ya sé. Si logras superar mi puntaje en el examen, entonces te invitaré a un restaurante bastante bueno.- dijo él mientras sonreía.

-Mmm... vale, ¡me esforzaré! Pero te advierto que yo como mucho.- dijo avergonzada.

-Ya lo noté.- dijo mientras reía.

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Ambos chicos estaban en la salida, el día había sido algo pesado y apenas habían tenido tiempo para hablar luego de la prueba.

-Bien Itsuki, hora de la verdad. Mi puntaje fue de 90/100.- dijo mientras una sonrisa orgullosa se mostraba en su rostro.

La chica bajó el rostro mientras sostenía su prueba con molestia. ¿Cómo era posible que todos aprobaran eso? Ella apenas y había respondido 2 preguntas de entre como 12.

-Yo... saqué 20...- dijo mientras su cabeza permanecía baja.

-¿Eh? Perdona, creo que escuché mal. Digo, no creo que haya alguien que saque menos de 40 en esos...- dijo mientras se rascaba la cabeza.

A la chica le molestó mucho eso, apenas conseguía un amigo y éste ya se burlaba de ella.

-Nada, no importa. Iré a mi casa, se hace tarde.- dijo mientras se daba la vuelta y dejaba atrás a un chico bastante shockeado.

La chica se alejó mientras aguantaba las ganas de llorar.

Narra Itsuki
Esto es el colmo, no puedo creer que haya confiado tan rápido en él... y todo por un maldito recuerdo. Ya no importa, debí suponer que él se burlaría de mí como todos los demás.

Caminé de manera rápida tratando de alejarme de ahí. Lágrimas amenazaban con salir y no entiendo por qué. Apenas lo conozco, entonces... ¿por qué me duele tanto?

Luego de unos segundos, pude escuchar cómo alguien se acercaba mientras decía mi nombre. Asumo que es él...

-Itsuki espera... mierda... uf... no puedo... correr tanto.- dijo él mientras respiraba agitadamente.

Apenas me he alejado de donde estabamos, ¿tan mala es su condición física?

-Perdóname... creo que mi comentario estuvo fuera de lugar. Lamento lo que dije, no era mi intención burlarme de ti.- me dijo mientras hacía una reverencia.

No sé si creer lo que dice, aunque el ver que haya tenido la dignidad de siquiera pedirme perdón hizo que mi pecho doliera un poco.

Desde que murió mamá solo he escuchado insulto tras insulto, muchas veces cada uno peor que el anterior... jamás he escuchado una sola pizca de arrepentimiento en otras personas... pero este chico... lo que me dijo es tan trivial, algo que es hasta ridículo, pero ¿por qué me afecta tanto? ¿Por qué me alegró el verlo así?

-No te preocupes, estoy acostumbrada.- fue lo que le respondí.

-Acompáñame, quiero enseñarte un lugar.- dijo mientras tomaba mi mano.

Por alguna razón... cuando mi mano entró en contacto con la suya... pude sentir calor en mi pecho, me sentí aliviada... pero, ¿por que? No entiendo nada.

Me dejé arrastrar por él, comenzó a caminar a paso rápido mientras miraba hacia varios lados, como si estuviera buscando algo.

-¿Sabes siquiera a donde te diriges?- pregunté, ayer me ayudó... pero hoy parece perdido.

-Tranquila, estamos cerca.- dijo mientras me seguía jalando.

Luego de varios minutos, el chico se detuvo en seco y soltó mi mano, esto hizo que yo lo volteara a ver, ¿al fin habíamos llegado?

-Bueno, bienvenida a este lugar. Es un restaurante conocido por ser de los mejores del distrito.- dijo, respondiendo así a la duda que giraba por mi mente.

Cada vez que lo veo pienso... ¿Quién es él? ¿Por qué se me hace conocido? Mejor no le doy tantas vueltas, solo debe ser una simple casualidad el hecho de creer conocerlo...

Narra Fuutarou
Lo admito, lo arruiné. Ella parece... un caso bastante especial, es demasiado frágil. Veo que no debí burlarme así de ella, a mi parecer no fue para tanto, pero para que lo haya tomado así... significa mucho más.

Quiero compensárselo, sé que dije que la invitaría a comer si ganaba... pero espero que esto la haga sentir mejor. Sé que ella ama la comida, se puede notar a kilómetros.

-Pero no te gané, no tienes que hacer esto. Si sientes pena por mí, agradecería que no lo hicieras, no me gusta que los demás sientan pena por mí.- me respondió fríamente, sé que lo arruiné, pero se lo compensaré a cualquier precio... después de todo, puede que sea ella...

-No es por eso, eres mi amiga y me gustaría hacer esto... a manera de disculpa.- le dije.

¿Por qué voy tan lejos por ella? Aunque apenas la conozca, mi corazón dice que ella es la misma chica de hace varios años... ¿pero si no lo es?

Volví a tomar su mano y la arrastré conmigo al lugar. Entramos y pude ver cómo su expresión cambiaba y se iluminaba al ver toda la comida que se servía en el lugar. Por suerte el atractivo del lugar era el buffet, así que mis ahorros no corrían tanto riesgo.

Al entrar, ambos decidimos ir por el buffet y diablos... ¿cómo carajos no engorda esa chica? Literalmente comió como el triple de lo que yo comí...

Pero en ese momento fue donde pude ver su sonrisa... digo, su verdadera sonrisa.

Sé lo que es una sonrisa falsa, la conozco de primera mano y conozco la diferencia entre una falsa y una verdadera.

¿Qué la habrá llevado a tener que fingir? No lo sé... pero justo ahora siento calidez en mi pecho... y siento que debo protegerla. Me haré su amigo y descubriré qué es lo que la mantiene fingiendo para poder ayudarla.

El tiempo pasó y no conversamos mientras comíamos, solo uno que otro comentario respecto al apetito gigante de Itsuki y algunas opiniones de los platillos.

Salimos del local luego de pagar y emprendimos camino a su hogar, aunque algo me seguía preocupando. No solo era la falsedad de su sonrisa... también me preocupa el hecho de que sus notas sean demasiado bajas... me gustaría ayudarla, ¿pero irá a querer? ¿No se sentirá ofendida por eso?

Al diablo, si no le pregunto no voy a saberlo.

-Itsuki... ¿puedo preguntarte algo?- pregunté con algo de nervios, aún podía sentir que ella estaba... extraña.

-Hazlo.- me respondió sin más ni más.

-Bueno, ¿no te gustaría que te ayudara a estudiar...? Ya sabes, para que puedas comenzar a acoplarte bien al sistema que maneja la escuela. Esa debió ser la razón por la que sacaste baja nota, apenas te estás acostumbrando.- mencioné, eligiendo en todo momento cuidadosamente mis palabras.

Ella bajó el rostro mientras veía que apretaba sus puños... mierda, la volví a arruinar.

-¿Tan mal estoy...? Apenas 2 días llevo aquí y ya hay alguien que me ofrece ayuda porque soy una tonta.- mencionó ella con decepción... así que es eso, un complejo de inferioridad.

-Nunca dije eso. Pero solo te digo que no está mal recibir ayuda de vez en cuando, y creo que tú la necesitas un poco. Pero claro, solo si quieres, no te obligaré a nada, ni siquiera te pediré una compensación por eso. Consideralo como un regalo, de tu primer amigo en este lugar.- fue lo que dije mientras observaba atentamente su reacción.

-De mi primer amigo en general... supongo que sería descortés rechazarlo, además... sé que necesito ayuda porque soy una idiota...- mencionó ella, por alguna razón me dolía que dijera eso de ella misma.

Este deseo de protegerte y ayudarte apenas surgió y no tengo idea de por qué... pero sé muy bien algo, el hecho de que nuestros caminos se cruzaran... será de gran impacto para nuestras vidas... algo me dice que será así.

Estoy seguro que conocerte no fue una casualidad...

Narración normal
-Bien, entonces iniciaremos mañana, creo que habrá mucho en lo que trabajar, pero descuida, lograrás acoplarte, tenlo por seguro.- dijo Fuutarou mientras sonreía.

La pelirroja sonrió levemente, su corazón latía rápidamente y no podía estar más feliz, alguien por fin la estaba ayudando de corazón.

-De una u otra forma, te pagaré más de algo.- dijo mientras sonreía, aunque la respuesta del chico fue que negó con la cabeza.

-No es necesario, pero si insistes, entonces no reprobar en los exámenes será pago suficiente.- dijo mientras reía.

Así, ambos chicos continuaron charlando hasta llegar al hogar de la pelirroja. Allí, la chica nuevamente se sintió mal, no quería volver ahí bajo ninguna circunstancia. Le dolía tener que regresar.

-Uesugi-kun... ¿puedo pedirte algo?- mencionó mientras bajaba el rostro.

-Por supuesto.- respondió con una sonrisa.

-Podríamos... ¿podríamos pasar juntos un rato más?- preguntó con timidez, no quería incomodar al chico.

-¿Por qué quiere pasar más tiempo conmigo? Es extraño, ayer sucedió lo mismo cuando llegamos...- pensó el peliazul.

-Bueno, vayamos al parque y charlemos un rato, ¿te parece?- dijo él tratando de seguirle la corriente.

-¡Claro!- respondió ella con muchos ánimos.

Ya estando en el lugar, los chicos pasaron el rato conociéndose aún más, charlando y sobre todo, disfrutando la compañía del otro.

Aunque su felicidad durará muy poco, porque desde la distancia una chica pelicastaña observaba atentamente dicha escena.

-Vaya... así que la idiota ya hizo un amigo, será divertido quitárselo.- mencionó ella mientras una siniestra sonrisa adornaba su rostro.

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Una chica rechazada y un chico con algunos problemas...

Se conocieron por destino,  ¿o fue una mera casualidad?

Eso es algo... que aprenderán en esta historia.

Esta es una historia de amor que depende de una sola cosa.

El destino.

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Próximo capítulo: Un nuevo tutor.

Joder, aquí está el primer capítulo de este nuevo fic. Espero que haya sido de su agrado.

¿Qué les pareció? A mí me gusta la verdad .

Por ahora no tengo mucho qué decir, asi que nos leemos en otra ocasión.

Fin de la transmisión.

-Writer_Bryan

(Joder que buena está la secretaria.)

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