Capitulo 9.


ALLEK.


Cuando estaba a punto de dormir recibí una llamada de Liam, me dijo que había tenido un problema con Lauren y tenía que llevar a Heather a su casa, que si podría llevarla por él. Para mí no fue problema. 

Es alegre y comprensiva, el gesto que hizo el día que recibí la noticia de que mi mamá estaba en el medico nunca lo olvidaré. La verdad, su compañía fue muy agradable es ese momento. Creo que ella no sabe cuanto le agradezco. 

Al llegar a la casa de Liam, ya veo el ambiente de fiesta incluso en el jardín, donde hay algunos charlando delante de la puerta, y otros fumando en la esquinas de la casa, pretendía llamar a Heather y preguntarle dónde estaba, pero no hizo falta. 

Apenas baje de mi viejo auto divise su pequeña figura saliendo de la casa, caminaba apresurada y se notaba que estaba borracha, ya que su andar era algo raro. Me acerqué a ella, y justo cundo me puse delante de ella vi como casi-mente caía así que la sostuve por los hombros.

—Allek, ¿qué haces aquí? —me pregunto con el ceño fruncido. 

—Vine a llevarte a casa. 

Heather sin preguntarme o cuestionarme nada se abalanzo hacía mí, y me dio un abrazo. Algo que de verdad yo no esperaba, así que al principio me quedé algo asombrado, pero luego le respondí el abrazo. 

—¿Estás bien?

—Ahora estoy mejor —respondió con su cabeza apoyada en mi hombro. Vi como la pesada Anne se acercaba a nosotros, la ¨pesada Anne¨tiene ese nombre apodado por mí en mi cabeza, porque es una chica que siempre me vive buscando la vuelta, y ya la he rechazado 2 veces.

—Bien, ¿ya nos vamos? —le pregunté a Heather antes de que ella llegue hasta nosotros. 

—Okay —respondió y empezó a reír, mientras caminábamos al auto, ella reía sin razón alguna. yo sólo me preguntaba ¿qué tanto había bebido?

La ayudé a subir a mi auto, mi auto de 295 años A.C.

Encendí el motor y me puse a conducir hacía mi casa. Al ser tan tarde no había casi nada de tráfico, lo que permitió que condujera más rápido. 

—¿Por qué me viniste a buscar? 

—Sólo soy un buen samaritano, Heather. 

—Ejem. 

—Eso y Liam me pidió que te vaya a buscar. 

—Bese a Liam —comenta ella y empieza a mirar al frente, por primera vez en la noche, ya no está riendo. 

—¿Y? —le pregunto, no creo creo que sea un dato que me interese en lo absoluto. 

—Se fue, con su ex. Argh, ella me cae mal. 

—Sí a mí también —le digo siendo sincero. Lauren a todos nos cae mal. 

—¿A Liam le cae mal?

—No creo, por algo está con ella —le digo a Heather sin importancia. Y luego caigo en cuenta de que probablemente a ella le guste Liam—. Digo, ya terminaron, así que, ya sabes, Liam seguirá a su camino, y se enamorará de otras chicas, ¿no? Seguro está interesado en ti. 

Ella empieza a reír muy fuerte, como si eso fuera imposible. Heather es una chica muy linda y dulce, ¿por qué a él no le gustaría ella?

—¿Piensas que no? Eres muy linda e inteligente, eres su tipo. 

Noto como Heather se sonroja un poco, no sé si es porque le dije que es el tipo de Liam, o porque está muy borracha, aunque no sepa el porqué de ese leve sonrojo me hizo sonreír. 

—No me rió por eso, es que me hablas como si fuera una chica enamorada de Liam, que se pondría a llorar si dijeras que el no gusta de mí.

—¿Y no es así? —pregunto un poco más interesado en la conversación. 

—No —responde Heather muy segura lo que me hace sonreír una vez más—. ¿Cuál es tu tipo, Allek? —me pregunta Heather, y me mira tratando de descifrar lo que pienso con esos ojos color avellana, tan característicos de ella. La miro con el ceño fruncido y ella asiente— ¿Cuál es tu tipo  de chica ideal Allek?

Si me hubieran preguntado lo mismo hace unos meses, hubiese respondido con certeza: Darlenne. Pero ahora, ni siquiera sé si tengo algún tipo de chica ideal. 

Ahora mismo no quiero ninguna relación. 

—No tengo. 

—¿Seguro? —me pregunta Heather, enarcando una ceja mientras sonríe. ¿Me está coqueteando?

—¿Bebiste mucho?

—No evadas la pregunta Allek —me dice Heather con un tono juguetón. ¿Es la misma Heather que conozco? Me quedo observándola mientras el semáforo está en rojo, ella se remueve en el asiento, tal vez mi mirada le incomoda, así que la desvío—. Sólo bromeo —dice y se encoge de brazos. 

Nos quedamos en silencio, al cabo de un rato le empiezan a mandar mensajes al teléfono, yo me limito a conducir y mirar hacía delante. 

—Allek, sé que será demasiado lo que te voy a pedir pero, por favor, te lo pagare con lo que sea —dice Heather algo avergonzada. Lo que llama mi atención, cuando está borracha es muy bipolar. 

—¿Qué es?

—Veras, mi hermana me escribió a las 01:00 que mis padres se durmieron a las 11:00, así que no me están esperando, lo que significa que si voy ahora a las 03:00 am, y llamo a la puerta para que me habrán me mataran, y no quiero morir joven, ¿sabes? Aún me quedan muchas cosas por hacer...

—Ve al grano, Heather —le digo antes de que se enrede más. 

—¿Podría quedarme en tu casa por esta noche? Donde sea, no importa. 

La verdad no me importaría, pero si mi padrastro llega hoy y hace un escándalo con Heather ahí..., no me lo permitiría. 

—Bueno, es que allá sólo tenemos tres habitaciones; la de mi mamá, la de mi hermanita y la mía. No sé dónde podrías dormir —le digo diciéndole la verdad.

—No te preocupes por eso, hasta en el piso duermo. Por favor, jamás te pediré nada más — Si no estuviera viendo su expresión juraría que está haciendo pucheros. Bueno, seria muy raro que llegara mi padrastro precisamente hoy, a las 3:00 de la mañana. 

—Está bien. Y no me debes nada, es sólo un favor. 

—¡Gracias! —me responde con alegría. 

Al llegar a la casa, estacione el auto por la acera, lo apague y baje de este. Ya cuando estaba abriendo la puerta de la casa me di cuenta que Heather aún seguía en el auto, pero con la puerta abierta, ella tenía la mano en la cabeza y tenía una mueca..., se sentía mal. Fui hasta donde ella y la tome de los brazos para ayudarla a salir del carro. Le tome de la barbilla suavemente para verle el rostro, examinarla, pero no pude parar de verle sus hermosos ojos marrones que miraban directamente los míos, de repente su mirada bajo y sabía qué estaba mirando ahora, mis labios. 

Me permití ver los de ella y sentí ganas de besarla, por instinto me mordí el labio, y ella al parecer lo noto ya que se puso de puntillas para acercarse más a mí. Y justo cuando nos acercábamos al punto de casi besarnos, Heather miro hacía abajo y se puso las manos en el abdomen, algo le dolía.

—Heather, ¿qué te sientes? —le pregunte con preocupación.

—No lo sé, siento como si... —Ella ni siquiera necesito terminar su oración, ya que de una vez vomito, y sí. Vomito encima de mí. Un vomito caliente y muy liquido. Asco, menos mal que fue del cuello para abajo—, lo siento mucho —se disculpo y noté su voz muy avergonzada.

—No pasa nada, vamos arriba para limpiar todo esto —Cerré la puerta del carro, y dejé que ella caminara por delante de mí, mientra la sostenía por los hombros, lo que se me hacía más cómodo porque ella era de una estatura más baja que yo.  

Al llegar a mi habitación. La dejé sentada en mi cama, mientras fui al baño a quitarme el t-shirt y lavarlo, para luego tenderlo en la ducha. Cuando salí no la vi ahí, revise debajo de la cama, ¿por qué? Ni yo mismo sé, pero por alguna razón entre en pánico. Ella estaba mal, qué tal si bajaba las escaleras y luego se cayó. Salí corriendo de mi habitación y me detuve frente a la puerta del otro baño. Estaba escuchando agua caer de la llave. Toqué la puerta. 

—¿Heather estás ahí? —pregunte algo preocupado. No lo quise dar importancia al porqué estaba tan preocupado, supongo que sólo porque hoy me levante con ganas de ser una buena persona. 

—Sí. Estoy lavando mi ropa, le cayo algo de... vomito, otra vez, perdón. 

—Está bien, no fue tu culpa, te voy a traer ropa para dejártela en la puerta del baño, ya vengo. 

Lo único que encontré en mi ropa fue un T-shirt que le quedará muy grande, y un pantalón corto que no creo que le sirva. 

Se lo deje en la puerta del baño y volví a mi habitación, le arreglé la cama para que se acostara, y me arreglé una cama improvisada en el piso al lado de ¨la de Heather¨. 

Estaba a punto de dormirme cuando la escuché llamarme. Abrí los ojos, y la vi parada al frente de mí, sólo llevaba puesto el T-shirt que le llegaba un poco más debajo de los muslos, básicamente le podía ver casi todas las piernas..., Dios ¿qué hago mirándole las piernas? Desvió mi mira rápidamente a cualquier lugar de la habitación. 

—¿Paso algo?

—Podrías dormir en la cama —me sugiere ella, ¿está es una propuesta indecente? yo enarco una ceja y ella sonríe—. No seas tonto. Es tu cama, no hace falta que duermas en el piso, la cama es bastante grande, además no pasara nada entre nosotros. 

No pasara nada entre nosotros. 

—Bueno, está bien, pero yo tomo la almohada más cómoda —Ella extiende sus brazos para ayudarme a levantar, al levantarme quedo en frente de ella. Y la miro directamente a los ojos, detallando partes de su cara, como algunas pecas que apenas son visibles. Como algunas pequeñas espinillas que a mi parecer se les ven bonitas. Como una eleve sonrisa que se le eleva en la mirada. Ella para mí era perfecta, pero yo no para ella. Así que reprimo el impulso que sentí de besarla, y me acuesto en una esquina de la cama dándole la espalda. 

Ella apaga el bombillo de la habitación y se acuesta al otro lado de la cama. 

—Allek de verdad, gracias —susurra Heather, al parecer está apunto de dormirse. 

—No es nada.

—Sí, ya lo has dicho varias veces. 

—Tú me has agradecido varias veces. No hace falta. 

—Y si no hace falta, ¿por qué siento que te incomoda que esté aquí? — Siento como la cama se mueve, supongo que Heather está de frente hacía mí ahora, yo me acomodo para también estar de frente a ella. De ella apenas logro ver el color de su cabello que resalta un poco por la luz de la luna. 

—No me incomoda que estés aquí. ¿Por qué sientes eso?

—Porque estás algo raro. 

—¿Raro cómo? 

Sé que soy raro, pero de qué forma ella se refiere. 

—Pues, sueles estar más... —se queda en silencio buscando la palabra correcta— feliz. 

—Bueno, no es normal estar siempre feliz. ¿Tú sonríes todo el tiempo?

—Sí la mayoría. 

—Tú eres rara. 

—Buenas noches Allek. 

Sentí que no había dormido nada en el momento que Heather me despertó. Ella ya tenía la ropa que llevaba ayer puesta, lo que significa que ya llevaba rato despierta. 

—¿Qué hora es? —le pregunto sentándome en la cama con mucho sueño todavía. 

—Las siete. Necesito llegar a mi casa antes de que se despierten los demás.

—¿Cómo lo harás? —le pregunto mientras me paso la mano por mi enredado cabello. Tenía que recortarlo, seguramente ya parecía un vagabundo. 

—Tú me ayudarás a entrar por la ventana. 

—¿La dejaste abierta? 

Ya al fin me levante de la cama y me fui al baño, necesitaba cepillarme. 

Heather contesto que sí. 

—¿No le tienes miedo a los ladrones? —le pregunte con el cepillo en la boca. 

—Hasta ahora el único ladrón que ha entrado por la ventana haz sido tú, así que...

3 maneras de como NO enamorar a nadie.

1- Sé

2-Allek

3-Jones

Bajamos a la segunda planta en silencio, mi mamá se había despertado y no quería que viera a Heather aquí. Si la veía empezaría a pensar cosas que no son. Mi madre se inventa una historia con tan sólo ver una imagen. 

Llegamos al patio de la casa de Heather, yo coloqué la escalera que traía de mi casa delante de la ventana de su habitación. La moví para asegurarme de si estaba bien y asentí en respuesta a Heather.

Ella se queda mirando la escalera pensativa, luego cierra los ojos, libera aire de la nariz y se gira hacía mí.

—Disculpa mi actitud de anoche —dice avergonzada. ¿Por qué lo estaría?

—Anoche no hiciste nada malo. Sólo vomitarme pero bueno, me quedaré con que es algo normal de tu primera resaca.

—Gracias por cuidarme, te debo una. 

Cuando Heather termino de subir por las escaleras me limite a agarrarlas para llevarlas a mi casa. 

Luego de llevarlas a la marquesina entre a la casa, y me encontré con mi madre en el comedor tomando una taza de té mientras miraba pensativa el teléfono.

 Me acerque a ella y le di un beso en la mejilla. 

—Buen día, ma. 

—Allek tengo que decirte algo, siéntate por favor.

Ya sé de que va esto. 

Me senté molesto desde ya en la silla del comedor. 

—Anoche... anoche hablé con Ricardo .

Con tan solo escuchar su nombre quería vomitar, lo repudiaba.

 Sentí como los músculos se me tensaban.

—Él ha cambiado y...

No dejé a mi mamá tan siquiera terminar de hablar y me levante de la mesa y subí a mi habitación ignorándola. 

Hasta que ella entro y me grito.

—¡Esta vez ha cambiado! Lo hará por Alba —dice refiriéndose a que cambiara por mi hermana, Alba. Él no cambiara por nadie. 

—Las personas no cambian, y menos él, él no cambiara, no permitas que vuelva a esta casa. 

—Allek, lo hará.

—¿Por qué crees que lo hará?

—Porque... él me ama Allek — Al escuchar eso solté una risa de ironía. 

—Entonces, te ama tanto que te hizo esto —le digo señalando le los moretones que le ha dejado ese monstruo—. Si llega a poner un pie en esta casa, te juro por Dios que acabaré con él, por ti, y por Alba.



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