Capítulo 11


Holaaa! Antes que todo me disculpo por no haber actualizado, pero me pasaron una cuantas cosas y no tenías ánimo.

Además quería cambiar algunas cosas en la trama, chaito<3

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—Señorita Heather —me llamaba el director Franklin.

Aparté mis auriculares, y me levante del asiento de espera, para entrar a la dirección.

Resulta que ya había tenido tres suspensiones por llegar tarde, y esta vez me tocaba llegar a la dirección.

Al entrar a la dirección noté que había otro estudiante sentado ahí, era Liam.

Ahora que recuerdo, a Liam no lo veía desde la fiesta, que había sido el viernes, pero por alguna razón me parece cómo si hubiesen pasado muchos días.

Él al verme me sonrío y asintió en forma de saludo, y yo hice lo mismo.

Tomé asiento al lado de él, y esperé a que el director hablára.

—Señorita Heather, ¿qué hace aquí? —me pregunto, el director, para que le explicará la situación.

—La verdad, señor director, ni siquiera sé porqué estoy aquí. Ya le expliqué a la profesora que hoy llegué tarde por culpa del transporte que me trajo. Se tardo mucho hoy —le dije al director trantando de que no se notara mi pequeña mentira.

—Bueno señorita Peterson, su maestra dice que lleva faltando mucho estás últimas semanas.

—Ya le dije, es por el transporte.

—Pero su padre es que la trae —dice el director enarcando las cejas. ¿Cómo carajos sabe eso? Ayssh, esa profesora.

—Ehh, sí, él lo hacía —Al decir otra mentira más a Liam se le escapa una risita, y yo le doy mi peor mirada, para que se calle.

—¿Lo hacía? —pregunta el director, dándose cuenta de mi mentira. Y empieza a girar con su silla.

No me gusta mentir, pero que conste que son mentirillas para sacarme de aprietos. Metiras piadosas le llaman.

—Sí, antes me traía, pero, ya no puede.

—¿Y por qué no puede? —pregunta el director Franklin apoyándose en su silla, en busca de comodidad.

—Él no puede porque... porque...—que se me ocurra algo ya—porque...

—¿Por qué? —pregunta, el director, impaciente.

—Porque lo operaron —dice Liam salvando me de una.

—¿De qué lo operaron?

—Ehh, lo operaron de... de...

—De la espalda —contesta Liam salvando me, otra vez—. Le dolía la espalda, fue al médico, y se la operaron. A Heather no le gusta mucho hablar del tema, a ella le afecta.

Wao, este chico es un buen mentiroso.

—Sí..., me afecta. Mucho —al final optó por agregarle el mucho, para que suene más convincente.

—Oh, lo siento mucho señorita Heather. Espero su padre se encuentre mejor, los dos pueden salir de la dirección sin ninguna suspensión. Pero traten de no llegar tarde.

—Está bien, adiós —le digo y me levanto y salgo lo más rápido posible antes de que se de cuenta de la mentira.

Al salir de la dirección Liam y yo nos empezamos a reír sin ninguna razón.

—Así que a mi papá lo operaron de la espalda, okey. Gracias por salvarme de esta.

—No es nada, Heather te tengo que hablar de algo.

—¿De qué?

—De lo que paso el sábado —me dice poniéndose serio... ¿qué pasó el sábado? Ahg, se me olvidó.

—Ahh, sí, lo que pasó el sábado —Luego de recordar, lo único que paso el sábado fue el beso, demonios, ¿y si le gusto? Él no me gusta, ¿cómo se lo diré? Soy muy mala para rechazar.

—Pues el beso me gusto, o sea, besas bien...—oh rayos, me dirá que le gusto—, pero actualmente estoy en una separación, y no sé si quiera una relación ahora. Lo siento.

Esperen... ¿Liam me está rechazando? Me está rechazando antes de yo rechazarlo a él.

—Oh, mmm, no sé que decir —Hiciste todo el trabajo por mí, eso podría decir.

—No te preocupes, no tienes que decir nada, entiendo que ahora te sientas lastimada, pero encontrarás a alguien para ti. Yo no soy esa persona.

Vaya, me está dejando bien en claro que no le gusto. Mejor.

—Está bien, lo entiendo.

—Vale. Entonces, ¿podemos ser amigos?

—¿Ahora me estás friendzoneando? —le pregunto frunciendo el ceño y cruzando me de brazos. Tengo que aprovecharme de esto y hacerme la víctima.

—Sí, apesto rechazando. Sabes qué, olvidemos todo. Haré como que no dije nada y desaparezco. ¿Mejor?

—Mejor. Adiós Liam, gracias por rechazarme, y ayudarme a no caer en detención.

Él se va alejando hasta desaparecer en mi visión..., vaya, eso fue raro, muy raro.

En receso me encontré con Kat y Jade y les conté lo de Liam, donde Kat quedó algo decepcionada ya que nos shipeaba a mí y a su hermano.

El día había transcurrió muy normal, hasta que en despacho sucedió algo que cambiaría todo.

Iba caminando hacía mi casa, ya que hoy mi papá no me había pedido ir a buscar, en ese momento Allek llego a mi campo de visión.

—Hey —saludo, y empezó a caminar a mi lado.

—Hey —salude, por cortesía ya que estaba molesta con él. ¿Por una estupidez? Sí, pero aún así estaba molesta.

—¿Cómo estás? —preguntó buscando conversación.

—Bien —respondí, siendo lo más cortante que podía.

—¿Estás molesta por lo que paso el domingo? —me pregunta Allek, y empieza a caminar delante de mí, y de espalda a la calle. ¿Qué come que adivina?

—No —le digo, tratando de que mi mirada no se cruce con la suya.

—Tu actitud no me dice lo mismo —dice, y al ver que lo ignoró agarra mis hombros para que parará de caminar.

—¿Qué quieres? —le pregunto enfadada. Esta vez si lo miro a la cara, a sus ojos.

—Que me digas qué hice para que estés así, ¿fue por lo del beso? —pregunta, enarcando las cejas, atento a mi respuesta, lo que me ponía un poco nerviosa, Dios, ¿por qué me pongo nerviosa por cosas como estás?

—No Allek, no fue por eso... ¿por qué más seria?

—Escucha, me fui porque...

—No me tienes que dar explicaciones, no somos nada —lo interrumpo antes de que me pueda explicar.

—¿Y quieres que seamos algo? —me pregunta sonriendo, mientras alza ambas cejas a la vez. Al parecer Allek no se toma nada en serio.

—No, ni siquiera te conozco.

—Claro que sí, me conoces lo suficiente.

—¿Lo suficiente? —le pregunto confundida.

—Lo suficiente para que seamos algo —dice en tono de broma—, escucha, sólo me fui porque supe que querías que me fuera. Sé que te molestaste, pero no sé porqué, sólo fue un beso.

《Ese es el problema, que para ti sólo fue un beso. Perdón por ilusionarme tan rápido》pensé.

Claro que no le diré eso.

—Está bien.

—Entonces..., ¿ya no estás molesta conmigo? —pregunta, con una luz de esperanza en sus ojos. Dios, no puedo dejar de mirarlo.

En realidad, no tengo razón para estarlo, pero aún así me molesta.

—No lo estoy, ¿podemos seguir caminando para llegar a nuestras casas rápido?—le pregunto ya que está delante de mí y me obstruye el paso.

—Claro que sí, madame —me contesta con una sonrisa y se posa a mi lado.

Así es como caminamos el trayecto a casa en silencio, Allek pensando en Dios-sabe-qué-carajos-cruza-por-esa-cabeza y yo en el beso.

Y sí, sólo era un beso, pero lo sentí especial. Además soy una adolescente hormonada que se enamora con todo, o bueno con un beso como ese sí.

No me gusta comparar, pero tengo que hacerlo, con Liam no sentí esa chispa que sentí con el beso de Allek. De hecho, nunca he sentido algo así.

Tampoco es que tenga una larga experiencia en el amor, ya que apenas tengo 17, pero de verdad que sentí algo especial.

Y eso es lo que me inquieta, que él no sintiera nada. Y la verdad una parte de mí quería saber qué pensaba él al respecto, y otra parte de mí le temía a su respuesta.

Aunque él dijo que sólo fue un beso.
Él ni siquiera le está dando mente a eso, y yo aquí, la pendeja, me he pasado el trayecto en eso.

Ni me había dado cuenta cuando una camioneta gris, con vidrios polarizados, se paro frente a nosotros, tan repentinamente que Allek tuvo que halar me para atrás para que no me estrellará con esta.

De un momento a otro Allek me halo por el brazo y se puso a correr, mientras me gritó: —¡Corre, Heather!

¿Hacía dónde corro, y por qué corremos?

Le doy un tirón a mi brazo para zafarme de la mano de Allek, la cual inconscientemente me estaba apretando bastante.

—¿Allek que está pasando? —le preguntó un poco exhausta.

Él no me pregunta y sigue corriendo, así que me detengo y le gritó.

—¿¡Allek qué demonios está pasando!?

Él otra vez me hala del brazo para entrarse conmigo a un callejón sin salida. Y me acapara contra la pared para que no pueda huir.

—¿!Qué mierda te pasa Allek!? —le pregunto, enfadada y asustada a la vez. Él está actuando muy raro.

—La persona que está en esa camioneta nos quiere hacer daño.

—¿Por qué? Ni siquiera sé quién es.

—Me quiere hacer daño, a mi familia y a mí. Así que tendrás que esperar aquí, hasta que me monté en la camioneta con él y te irás corriendo a tu casa, y le dirás a mi mamá que se vaya de aquí.

—Espera, ¿qué? ¿Por qué te montaraz en el auto de alguien que te quiere hacer daño? Deberías huir. No eres ningún superhéroe para arriesgar tu vida.

—Pero soy un hijo, Heather, y también un hermano. Y él le quiere hacer daño a mi familia. Y no dejaré que eso pase, así que por favor, espera aquí unos minutos, vete corriendo a tu casa, y llama a mi mamá y dile que se vaya lejos de aquí. Adiós, Heather.

Él sale corriendo del callejón dejándome con un millón de preguntas al aire.

—¡Allek espera! —le grité pero no me escucho.

Dios mío, ¿qué acaba de pasar? Debería llamar a la policía ahora mismo, ¿pero qué les diría? Una camioneta gris se acaba de llevar a mi amigo, hay demasiadas camionetas gris en Los Ángeles, y en California en general, estoy pérdida.

Así que hago lo que me dijo Allek, esperé 5 minutos y me fui corriendo a la casa de él. En él camino estaba rezándole a Dios, para poder encontrar a su mamá en la casa, y que esté bien.

Para mí fortuna al llegar a la casa de Allek, y tocar el timbre desesperadamente, su madre me abrió la puerta con una sonrisa.

—Hola, ¿eres la amiga de Allek, cierto?

—Señora Jones... —la llamo tratando de que sepa lo que le quiero decir.

—Allek no se encuentra, pero podrías entrar y sentarte a esperarlo —asiento y entró a la casa, mientras que ella cierra la puerta atrás de mí.

Dios, ¿cómo le diré que está en peligro y que secuestraron a su hijo? ¿Y si sufre de la presión? Ay por Dios, podría morir de un infarto por el impacto de la noticia.

—¿Quieres algún juguito, Heather? —pregunta, y sonríe amablemente, ya veo de donde saco la sonrisa Allek, ¡Dios, Allek!

—Ehh, no. ¿Señora Jones puede sentarse por favor? —le pido, con el tono de voz angustiado. Ella lo hace mirándome como si fuera un extraterrestre recién salido del área 51, o sea, mirándome como si soy muy rara. Tomo asiento en el mueble de al frente— ¿Sufre de la presión, o del corazón, o de algo malo?

—No, gracias a Dios estoy sana, además soy joven Heather, sólo tengo 36 —la miró muy sorprendida al escuchar su edad, se ve joven, pero nunca imaginé que tendría esa edad debido a que Allek tiene 18—. No pongas esa cara querida, me vas a hacer pensar que me veo vieja, es que tuve a Allek a los 16. Fui una adolescente muy loca.

—No, no es eso. Es que tengo algo que decirle, verá...

—Oh Dios mío, no me digas, estás embarazada. Yo voy a matar a Allek, tanto que le dije que se protegiera, hasta le compré condones. Y ese sin vergüenza viene y te deja embarazada. Pero no te preocupes querida, él se hará cargo. Ese bueno para nada se pondrá a trabajar —dice ella tan rápido, que no me da la oportunidad de hablar.

—Ehh, no, no es eso.

—Claro que sí, hasta se te ve —¿cómo que se me ve? ¿Me está diciendo que estoy gorda?—. Tienes la cara pálida, los ojos llorosos, y bueno, la pancita ya está creciendo.

Efectivamente me está diciendo que estoy gorda. Maldito mangú* con los cuatro golpe'. *

¡Heather concéntrate! Allek está en peligro.

—Señora Jones, escúcheme por favor, debo decirle algo de Allek —le digo seriamente.

—Ay mija, ni me lo digas, yo lo sé, es que ni sé porqué decidiste tener sexo con Allek, y sin condón —dice la señora Jones sin siquiera molestarse en ver mi reacción—. Sabiendo como es Allek, es un vago, se pasa él día entero jugando fútbol o jugando con el play ese, que estoy loca por botarselo. No sé cómo se hará para hacerse padre, pero tendrá que coger cabeza.

—Señora Jones...

—¿Lo quieres abortar? Es tu cuerpo, y también tu decisión pero...

—¡Señora Jones a Allek lo secuestraron! —sé que es la peor forma de decirlo, pero mi paciencia se estaba acabando.

Ella me mira con el ceño fruncido cómo si esto fuera algo incapaz de comprender.

—Disculpa —me dice confundida.

—Veníamos de la escuela y de pronto una camioneta gris se nos acercó y...—ni hizo falta terminar de explicarle, porque ella ya supo quién era.

—Ricardo..., no puede ser, debo llamar a la policía —ella se levantó del mueble y eso hizo inmediatamente.

《¿Quién carajos era Ricardo, y qué tan peligroso era como para hacerle algún daño a Allek?》Esas fueron las preguntas que rondaron por mi cabeza.

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Mangú: comida típica dominicana.

Con los cuatro golpe: Queso, salami, huevo y cebollita

Jelouuus. ¿Qué tal están?

¿Quién carajos es Ricardo?
¿Allek estará bien?
¿Allek morirá? Ahre no, aunque puede que sí...

Ahr, perdón por eso. Les quiero agradecer a los que están leyendo la historia y me alientan a seguirla. Como _LiveXYourDreams_ y laynila 💜

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