Capítulo 10.


Heather.

—Adiós, Heather —se despedía Allek, y ya cuando iba a salir por mi ventana, sentí que no debía dejarlo ir, no sin antes...

Casi como si mi cuerpo me impulsara a hacerlo me acerqué hasta a él, lo jale por el brazo, cuando se volteó quedó frente a mí. Y sin siquiera esperarlo, él me empujó hasta acorralarme en la pared, poniendo sus manos a los de mi cabeza, y me beso. Rápidamente sin siquiera esperarlo, así que cerré los ojos. Sentí que se me iría el aliento con tan sólo un beso...

—¡Heather! —escucho gritar mi nombre por Tiara.

¿Tiara?

¿Qué hace aquí?

Miro mi alrededor y me doy cuenta que sigo en mi habitación, pero estoy en mi cama, y no hay rastro de mi vecino. Era un sueño. ¿Qué rayos con mi sueño?

—¿Has visto a Mimi? —me pregunta Tiara por su horrenda muñeca.

—¿Me has venido a despertar sólo para buscar a tu muñeca? —le pregunto soñolienta. 

Y tan bueno que estaba el sueño.

—De hecho son las 12, o sea, que si no te despierto ahora, pronto mamá vendrá a sacarte de la cama por los moños.

—No puede ser tan tarde —digo levantándome de la cama para ver la hora y confirmarla, mi mamá me matará. 

Me levanto de la cama rápidamente y tropiezo con mi mochila, que estaba en el piso, Dios, mi habitación es un cochinero. 

Al bajar las escaleras me encuentro con mi familia quitando las decoraciones navideñas. 

Así es, navidad paso hace como tres años y en mi casa aún tenemos las decoraciones puestas, me gustaría decir que es porque nos fascina la navidad, pero es porque somos perezosos. 

—Heather tenemos que hablar —me dice mamá y se va caminando a la cocina para que la siga, ahora si me jodí, ya sabe lo de ayer. 

Me siento en la silla de la encimera. 

—Heather tú le sigues a Dean y Antonella, debes de ser más responsable, ¿entiendes?

—Si mamá, ¿qué paso?

—Dime tú que paso —dice muy tranquila mientras toma agua.

Sí, sabe que no dormí aquí.

Vayanme comprando la pala, que yo misma me entierro. 

—No sé de qué me hablas. 

—¡Pues claro que sabes Heather Peterson! ¿cómo es posible que te levantes a esta hora?

—Ahh, eso —suelto en tono de salvación. 

—¿Cómo que eso, hay algo que no sepa?

—No ma.

—La vecina de al lado esta buscando niñera, y creo que ya va siendo hora de que te hagas responsable y nos ayudes con el dinero en la casa. Así que le dije que a ti te encantaría trabajar. 

—Espera qué, primero: soy horrible con los bebés, segundo: soy horrible con los bebés, otra vez.

—No lo sé, Heather, ese será tu trabajo hasta que encuentres otro — El timbre de la casa suena, y veo como Kyle abre la puerta y deja a Allek entrar.

Dios mío, Allek está en mi casa, y estoy vestida como una loca. Me voy corriendo a las escaleras tratando de que él no me haya visto, y dejando a mí mamá hablar sola en la cocina. 

Me encierro en mi habitación a buscar que ropa ponerme. Tocan la puerta y me acerco sin abrirla. 

—¿Quién? —pregunto esperando que no sea Allek. 

—Heather el vecino vino —me avisa Kyle, con la voz calmada que lo caracteriza. 

—Dile que me espere, apenas me desperté y me tengo que bañar, ¡pero no le digas eso! Más bien dile que espere un momento porque tengo que... no sé, ay no se me ocurre nada.

—Sólo le diré que te espere, cálmate. 

Agarré la ropa que me pondría, que sería un pantalón jean y un suéter crema, me bañe, me cambie y me cepille. Trate de hacer algún peinado diferente que quedará bien, pero el resultado de los que hice fueron horribles, así que opté por dejármelo suelto. 

Salí del baño hacía mi habitación para dejar mi toalla ahí, y justo cuando estoy dejando la toalla en el perchero me percato de que hay algo en mi cama, más bien alguien. 

Allek. 

Le tiro la toalla encima y le cuestiono: —¿Qué haces aquí?!

Él atrapa la toalla y la tira a un lado de la cama.

—¿Uh? — Uh, es lo unico que me dice Allek, está en mi habitación acostado en la cama y dice uh. 

—A ver, ¿y mi familia?

—Salió hace rato. 

—Me estás diciendo que mi familia me dejo sola con un completo desconocido para ellos. 

—De echo Dean estaba conmigo en la sala, pero luego se aburrió y se fue a su habitación, y luego yo me aburrí de esperar y vine aquí. 

—Bueno, igual no puedes estar acostado en mi cama. 

—¿Por qué?

—No está bien. 

—Tú te acostaste en la mía. 

Asiento y cojo mi toalla para ponerla en el perchero. 

—Como sea, ¿a qué viniste?

—Perdona, me paro y me voy —dice Allek haciéndose la victima ya que mi pregunta fue algo cortante. 

—O sea, me refiero a que imagino que no sólo viniste a saludar.

—Pues no, de echo te vengo a proponer algo —me dice y se sienta en la cama.

—¿El qué? —pregunto expectante a su propuesta. 

—Que te hagas pasar por mi novia por un mes. Pero recuerda, no nos podemos enamorar. Lo que imagino para ti será más difícil —dice Allek tratando de verse serio, lo que me hace reír y a él también—. Ah no te creas, mi mamá me dijo que te tendría que avisar los días que trabajarías de niñera, es de martes a jueves. Dice que podrías empezar este mismo martes si quieres.

—Está bien, no hay problema.

—Dicho esto, ya me tendría que ir —dice Allek, se levanta de la cama y pasa por mi lado para salir. 

Y ya, ¿eso es todo? ¿tardé media hora arreglándome para estos dos minutos? No es que esperaba un casamiento, pero al menos más tiempo con él. 

¿Y se puede saber por qué quiero más tiempo con él?

—Allek —lo llamó. 

Él se da la vuelta y me mira esperando que le diga algo. 

Pues la verdad no tengo que decirle.

—Mmm, ¿tienes algún compromiso? 

—No, estoy soltero y a su disposición madame —me dice y me guiña un ojo. 

—Me refiero a que si debes hacer algo ahora. 

—Lo sé, sólo bromeo —dice sonriendo, cada vez que sonríe sus hoyuelos adornan su mejilla —. Pero no, ¿por qué?

—Es por... por si quieres quedarte un rato aquí conmigo.

—¿Qué clase de propuesta es esta Heather? —pregunta en un tono pícaro.

—Es sólo para que veamos algo en Neflix.

—Esa sí que es una propuesta indecente —dice Allek con sarcasmo, como siempre — Ya en serio, claro que me puedo quedar, ¿qué película vamos a ver?

—La que quiero ver se llama: ¿Quién mato a Lunes? 

—Oh, esa ya la vi, intentaré no spoilearte. 

Así fue como nos sentamos en el piso de mi habitación con la computadora delante de nosotros. Preparé una palomitas para los dos, de la que Allek se termino por comer la mayoría.

Había buscado una colcha para acurrucarme ya que empecé a sentir frío y Allek se envidió de esta y se acurruco él también. Ya para el final de la película Allek se había encargado de quitarme la mayoría de la colcha, y acapararla él. Así que de forma vengativa la jale toda hacía mí. Él se dio cuenta de eso y la jalo hacía él, claro que él tiene más fuerza que yo, así que como yo tenía la colcha enredada en mis manos, me fui junto a ella cuando él la jalo y  caí muy cerca de Allek. 

—Heather yo soy el invitado aquí, yo merezco esta colcha. 

—Eso qué tiene que ver —digo y nuevamente empiezo a jalar la. Lo que lleva a Allek a jalar la igual, y así estamos como dos niños pequeños peleando por un juguete. En un mal calculo mío dejo de hacerle fuerza a la sabana, lo que hace que Allek tire de ella y yo casi caiga sobre él. 

Me caí a los pies de Allek, y creo que casi me como el piso de no ser por mis manos que amortiguaron mi caída. Al levantar la mirada me encuentro con la de Allek que me ve como si estuviera demente, para luego echarse a reír.

Cojo la colcha y la tiro en su cabeza. 

—¡Auch! —se queja y yo lo ayudo a apartarla de su cara. 

Ni siquiera estábamos tan cerca para esperarme algo como lo que paso. Sólo sé que Allek se acerco hasta donde yo estaba y se puso de rodillas —como yo estaba— para llegar a mi altura. Agarro suavemente mi mentón y lo impulso hacía arriba, hasta que nuestras miradas se conectaron. Yo todavía no podía creer qué estaba pasando, así que simplemente me límite a ver sus movimientos.

 Él empezó a acercarse lenta y dolorosamente tratando de pedir permiso para lo que se venía, nuestros rostros estaban tan cerca que nuestras respiraciones se entre lazaban, él se relamió el labio, y mordió mi labio inferior, algo que no me esperé para nada, Luego me beso lentamente casi como si tratará de degustar todos los sabores que nuestro beso brindaba, yo me dejé llevar y empecé a seguir el juego. El beso empezó a tomar un ritmo más rápido y más placentero, las manos de Allek agarraron mi cintura y me atrajeron más hacía él, yo enrede mis dedos en su cabello, que estaba ya muy desordenado. 

Supe que este beso exigía algo más en el momento que sentí un punzón en la parte baja de mi abdomen. Supongo que él también sintió lo mismo, ya que de un momento a otro me tumbo en el piso y se coloco arriba de mí, sus dedos entrelazaron los míos y puso mis manos a los lados de mi cabeza, se inclino hacía mí y empezó a besarme nuevamente, al separarnos nos miramos a los ojos por primera vez después del beso, y no supe descifrar qué decía su mirada. Él empezó a depositar pequeños besos en algunas partes de mi cuello.

En el momento que succiono el borde de mi oreja no pude evitar dejar escapar un leve gemido, lo que me avergonzó e hizo que me sonrojara bastante. 

No sé si él sabía, pero con cada minuto que pasaba de nuestro beso, sólo hacía que incrementaran mis contradictorios sentimientos hacía él. Contradictorios porque ya no sabía si sólo me gustaba o lo empezaba a amar, y es que Dios, este chico sabe cómo besar.

Pero cada vez que lo miro a los ojos él aparta la mirada, lo que me hace pensar que no está sintiendo lo mismo que yo. 

Así que saco estabilidad mental de no sé donde, para apartarlo hacía atrás. Él se separa de mí. 

—¿Qué paso? —pregunta con la respiración entre cortada, y la voz más ronca y profunda. 

—No creo que debamos seguir. 

—Está bien —me dice y se recuesta de la cama y empieza a mirar hacía el techo, absorto en sus pensamientos. Y está tan perdido en ellos que ni siquiera me pregunta porqué. Pasados unos segundos él ni siquiera se atreve a mirarme. 

Esto hace que por alguna razón mi débil corazón empiece a desmoronarse. Y simplemente quiero salir de la habitación, me levanto del piso y salgo de la habitación, y me voy hacía abajo. 

Tomo un vaso de agua de la cocina, y me siento en una silla de la encimera. 

Dios, ¿qué acaba de pasar? 

Todo paso tan rápido que tan siquiera me lo podía creer, me acababa de besar con Allek Jones en mi habitación. Y eso no es malo, lo malo es que sentí demasiado con ese beso, cosas que no creo que él sintiera. 

Me quedé ahí, en la cocina, hasta que unos minutos después llego mi familia. Ellos estaban en el supermercado. Más tarde cuando subí a mi habitación él ya no estaba, se había ido por la ventana. 

Heeey, ese fue el capítulo de hoy. Me quiero disculpar por no actualizar hace varias semanas, pero estaba en exámenes, ya al fin salí, y soy libre. 

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