Capítulo 2: Alex
Y aquí estoy como una idiota después de una patética fiesta, en la que, en "teoría", me lo iba a pasar en grande. Pero, no fue así. Mi ex-novio Daniel, me la ha pegado esta misma noche... Bueno, para que mentiros... ya lleva pegándomela, prácticamente, desde que empezamos a salir y yo "fingía" no darme cuenta aunque, la verdad, no quería darme cuenta. Lo amaba tanto... y, así me ha ido, de mal a peor.
Alex, eres un completo desastre. Te enamoras y mira como acabas, ¿dónde están los buenos chicos? ¿dónde os escondéis? Quizás no existan y solo lo piense yo. Sé que no es un cuento de hadas y que siempre no va haber un final feliz pero, creo que no me merecía los gritos, los golpes y las infidelidades.
FLASHBACK
Aun recuerdo la primera vez que le vi, que ilusa, ¿cómo se va a fijar en mi? pensé. Era muy joven, tendría unos 13 años cuando lo conocí, sinceramente él no me gustaba sino que me gustaba un amigo suyo. Su mejor amigo, para ser concretos, se llamaba Richard. Richard y yo hablábamos, nos saludábamos y para mí eso ya era demasiado, ¿qué más podía pedir? Nada, él tenía novia y estaban muy enamorados. No me metí en la relación, ni mucho menos, siempre me quedé al margen, era feliz con un simple "hola". Pero todo no podía ser bonito, un día unas "amigas" me preguntaron quien me gustaba y yo, la tonta del bote, les dije quien era. A la mañana siguiente, todo el instituto sabía que iba a por él y ahí fue el final de mí reputación. Todos se tronchaban de la risa al verme, ¿cómo se va fijar Richard en la gorda? Sí, para ellos era la típica chica gorda, aunque yo no pensaba eso. Yo me veía normal, ni muy delgada ni muy gruesa pero ya sabemos cómo puede ser la juventud de mala y, en este caso, yo era el punto de mira de todos. Desde ese mismo día, Richard no me dirigió la palabra, ese fue el final de los finales.
No se crean que esto duro dos días y se terminaron las burlas, no. Fueron más, para ser exactos, dos años. Dos años de burlas constantes, y la gran mayoría fueron de Daniel. Era el chico más odiable, imbécil, gilipollas... que podía conocer persona alguna. Estos dos años, me habían avergonzado tanto que mis "amigas" me dejaron de lado, hablaba con ellas sí pero, no salía con ellas por ahí, no tenía a nadie. Me quedaba todas las tardes en casa, ayudando a mis padres, haciendo las tareas, viendo la televisión o escuchando música. Fueron los dos peores años de mi vida, mis complejos aumentaron y, ni siquiera, me veía guapa. Casi todos se metían conmigo por una tontería, porque es lo que es al fin y al cabo. Si no era bastante humillación, que todos los días dijeran: "Mira ahí está Richard porque no le das un beso, él te quiere... ha dejado a su novia por ti"; "Qué gorda estás, ¿cómo piensas que Richard se fije en ti?; "Pobre ignorante... si se piensa que Richard se va a fijar en ella lo lleva claro"...
Asimismo, todo el mundo a los 15 años hablaba de ir a Albades, era una discoteca en la población de Muro de Alcoy, y yo ni siquiera sabía que era. Me hundí en mi mundo y me aislé con mi burbuja. Después de esos dos años, las burlas fueron disminuyendo y una de mis anteriores amigas me pidió que volviera a salir con ella ya que a ella también la habían tirado del grupo. Me supo mal, así verán lo tonta que fui, y le dije que estaba de acuerdo con que volviéramos a ser amigas. Ese mismo día, ella me presentó a Sara y desde aquel instante, nos hemos hecho inseparables, somos como hermanas.
Yo había repetido tercero de la ESO, por lo tanto, íbamos todas a tercero pero, en clases separadas. En mi nuevo tercero conocí a María y a Jessica, dos chicas encantadoras y en las que podía confiar, más o menos. Jessica era un poco mentirosa, nos contaba que estaba saliendo con un amigo de Daniel pero, era todo mentira pues sabíamos que ese chico tenía novia y estaba coladito. Una de las otras pruebas que teníamos era que decía que ella decía que casi todas las tardes las pasaban juntos, en cuanto, él tenía entrenamiento tres días a la semana y siempre lo veíamos salir de su casa. Al final, no le prestábamos atención a sus mentiras pero, nunca le dijimos nada. Por otro lado, a María, Jessica y yo la emparejamos con un chico de nuestra clase, David. Era muy buen chico y hacían una linda pareja. Ella siempre nos lo agradeció.
Yo aún seguía coladita por Richard, sí, soy una cabezona, me gusta lo difícil pero sabía que no tenía oportunidades, mis esperanzas eran cero.
Pasaba el tiempo e intentaba olvidarme de él pero, era un completo fracaso. Mi esfuerzo era en vano porque lo veía todos los días, por suerte mía, casi que nunca lo veía con su novia. En cuarto de la ESO, conocimos a unas chicas de segundo de ESO y nos hicimos muy buenas amigas o eso pensábamos Sara y yo. Con ellas pasamos buenos momentos pero, también de malos porque casi siempre que se peleaban la culpa siempre iban a parar a las mismas, a Sara y a mí. Una noche de Nochevieja, estábamos todas en casa de mis amigas y decidimos salir a ver el ambiente del pueblo, y nos encontramos con Daniel y sus amigos. Y, no sé por qué extraña razón, cuando me miró, note un hormigueo en el estomago. Era algo muy raro en mí, solo lo había sentido cuando conocí a Richard pero, ¿con Daniel? Desde ese día, mis ojos iban donde él iba, cada cosa que hacía yo estaba allí para verlo, sin darme cuenta me había colado por el chico que más odiaba en este planeta. No podía creerlo, ¿Yo pillada por Daniel? Mi corazón me jugaba malas pasadas, iba en mi contra. En el patio del instituto, solo pensaba en él o si lo tenía cerca, disimuladamente, lo miraba, e incluso, lo pillaba algunas veces mirándome. Pero, no me hacía muchas ilusiones porque era algo improbable que saliera conmigo. Aunque, me equivoqué.
Quién me iba a decir a mí, que pasado un año estaría yo junto a él, en su caseta, los dos juntos sin que nadie nos interrumpiera. Quedábamos todos los días por las tardes durante 8 meses, algunas veces en su casa, otras en la mía y, sino, en la caseta que casi siempre estaba sola. Nunca salíamos por ahí los dos juntos, raro ¿verdad? Pero yo no lo vivía así. Algunas veces Daniel venía con algún "moretón" que otro y me decía que habían dos chicos que venían a por mí y querían que él y yo termináramos, parar así, tener una oportunidad conmigo. Como una tonta me lo creí, así que, nuestra relación era secreto. Sólo lo sabían sus amigos, mis amigas y nuestros padres. Aunque, curiosamente, algunos conocidos de él, en teoría "amigos", lo sabían y le pegaban. Vamos un cuento chino del que no me daba cuenta. Este año fue uno de los más bonitos que había pasado, era muy tierno, cariñoso, dulce... o eso era lo que creía yo antes de perder la virginidad con él. Una vez entregada, mi chico empezó a mostrar su verdadera personalidad. Nada de lo que había pintado, era todo lo contrario. Quedábamos por las tardes igual, eso no había cambiado pero, se hacía lo que él decía, lo que él quería y, sobre todo, nunca le dijeras NO.
Fueron dos años llenos de infidelidades, de golpes, de gritos... no me dejaba hacer nada por mi propia voluntad. No podía ponerme minifalda porque decía que estaba demasiado gorda para ponérmela y no me quedaba bien, ni tampoco hacer amigos. En cuanto me viera acercándome a algún chico o hablando con alguno, la que me esperaba cuando llegara a casa. Pero yo era más tonta todavía, yo seguía enamorada como una tonta de él, mientras él salía con sus amigos y se echaba a la primera chica que se le cruzara por el camino. Claro está que yo no lo quería ver y como dicen, el amor es ciego. No obstante, con el paso de los meses sentía que ya no amaba tanto al chico, del cual, yo me enamoré. Intentaba hablar con él pero, él lo evitaba. Daniel no quería tocar ese tema y si lo intentaba se volvía romántico y dulce.
Cuando eran las fiestas de los pueblos, antes de irse siempre me repetía lo que debía o no debía hacer y cuando volvía, algunas veces amoratado, siempre quería lo mismo, un polvo que lo saciara y a dormir. Sus necesidades siempre estaban satisfechas pero las mías no. Siempre se hacía sexo cuando él quería. Nunca me sentí querida teniendo sexo con él, no sabía realmente que era hacer el amor y sentirse amada... Muchas noches pensaba como decirle que ya no quería estar junto a él pero todo fue en vano porque nunca tuve la valentía para decírselo hasta que vi con mis propios ojos, delante de mis narices, los besos que se daba con otra chica y el chupetón que se dejó hacer en el cuello. Ese fue el final, un adiós para siempre. Fui con muchas ganas de pasármelo bien con mis amigas, de disfrutar de la noche, de la fiesta... y acabé sentada en una silla de las terrazas de la discoteca con Sara y Lorena tragándome las ganas de llorar, ya que, no me gusta llorar en público. Lo que verdaderamente agradecí es, que Sara y mi mejor amigo Kiks, no me fallaron y estuvieron ahí cuando los necesité.
FIN DEL FLASHBACK
Hola!! Aquí está el segundo capítulo de ¿Destino o Casualidad?. Ya están hechas las presentaciones de los dos protagonistas de la historia, así que toca esperar para ver que pasa :)) El miercoles o el jueves subiré el tercer capítulo :D
Canción "Devuelveme la vida" de Antonio Orozco.
Esperamos que les esté gustando la historia... Un beso a todos y a todas :D
Vivirlocamente and Hugo_ita
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