Décimo Cuarto Capítulo

Estar enlazado había sido un cambio tan radical, había tenido que estar al pendiente de su Omega por instinto y se flustraba al ver que el menor no lo necesitaba para estar cuidado siendo el capaz de hacerlo por si mismo haciendo que su alfa se sintiera inservible, había estado llendo a la empresa ya que ahora por la situación de su hermana no había podido ella remplazarlo como siempre lo hacía su mente había estado igualmente muy ocupada por buscar alguna manera de que su hermana no corriese problemas con su embarazo ya que no era de su desconocimiento que cuando un Omega mujer u hombre se embarazada sin marca era un evento altamente riesgozo en donde eran contados los omegas que sobrevivían a ésto.

Pensar simplemente en que su hermana muriera le dolía pero tampoco la obligaría a abortar a su bebé, porque eso también a la larga la haría morir de tristeza.

Sin saber que hacer término su trabajo sin poder concentrarse del todo en lo que hacía, salió del lugar camino a casa.

Su casa era grande, bueno debido a que su cuenta se mantenía en números grandes era comprensible y aunque no le enorgullecía eso era gracias mayormente a su hermana que en todas sus pendejadas ella mantenía la empresa en marcha.

Entro y el olor de su Omega le llegó, era tan raro ahora estar consciente de que había alguien a quien debía respetar y no iba a mentir muchas veces paso por su mente ir al bar que frecuentaba para conseguir una cogida pero estaba ahí su lobo que le evitaba cometer algo así.

Porque pensé a que gracias a el lazo se sentía tan unido a su Omega su lado humano tenía aún un amor en proceso por el Omega que esperaba fuera creciendo más y más y poder así sentirse completamente del Omega.

Caminó lentamente aunque su alfa le rogaba por encontrarse rápidamente con el Omega, más el no quería verse tan necesitado. Abrió la puerta de su habitación.

La piel del Omega se veía tan suave, sus piernas eran perfecta su su trasero le llamaba, sin poder evitarlo camino hasta el Omega quien se encontraba en boxers claramente vistiéndose, tomo sus caderas y se apego a el.

—Amor —susurró en su oído.

—Alfa urgido, sueltamé.

El más alto no hizo caso a lo pedido y se apego más al cuerpo del Omega que desprendía su olor dulce haciendo que todo su cuerpo se relajara. El Omega notando aquello soltó más su olor y poco a poco el alfa dejó de aplicar fuerza en el agarre logrando así salir de los brazos del mayor.

—Voy a salir —anunció el menor vistiéndose.

—¿A dónde?

—Hay unos problemas con un clan de vampiros que han perdido su suministro de  sangre y si no voy ellos empezarán a matar personas con tan de saciar su hambre.

—No puedes ir, es peligroso —refutó el alfa un poco preocupado.

—Ellos no me harán nada, los he ayudado desde años atrás. Además que recuerde tú no querías un Omega a quien cuidar, lo tienes —dijo por último saliendo dejando al alfa ahí molesto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top