Historia ubicada en universo alternativo Naruto AU

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-Demonios -limpió la sangre en su labio- vamos huérfano ¿no se siente bien tener nuestra atención?- Naruto apretó el ceño cabreado, respiraba agitado viendo a ambos hombres de mayor tamaño acosarlo- aaaaaahhh desgraciados- se lanzó sobre ambos derrumbándolos, los mayores se lo sacaron de encima y comenzaron a patearlo, uno tras otro los golpes llegaban. Naruto trataba de cubrirse, la suela de sus zapatos se enterraba con saña en su piel, le dolía como el infierno, vio que estaban bajando el ritmo, no lo dudó, se abrazó en un movimiento rápido de la pierna de uno y la mordió con fuerza- aaahhh- levantó su pie golpeando los bajos del segundo chico, se levantó con debilidad limpiando con su brazo la sangre en su ojo y frente, sonrió con burla- idiotas-

La puerta del baño se abrió, giró con duda, un alto azabache lo veía con seriedad. El chico observaba a los bravucones revolcarse y al chico lesionado respirar agitado, apretó el ceño -¿te encuentras bien?- Naruto suspiró con fastidio -tch me largo, llegaste algo tarde chico héroe -el rubio caminó cojeando al exterior del baño observando a un grupo de personas reunidas fuera del lugar, lo veían con sorpresa y duda murmurando -es el chico huérfano, el nuevo-

El rubio apretó el ceño cabreado- métanse en sus asuntos malditos metiches- acomodó su chamarra caminando cabreado tratando de aparentar que estaba bien, podía ver las miradas de terror por su actitud -mierda- susurró caminando más rápido hasta llegar a un pasillo, entró a uno de los salones dejándose caer al cerrar la puerta, respiraba agitado, levantó su playera viendo un gran hematoma -esos malditos me rompieron una costilla -el pequeño apretó suavemente su piel, abrió su boca con dolor, suspiró con fastidio dejando caer su cabeza en el muro donde estaba recargado, pensó por un momento en su desafortunada vida, al parecer era su realidad y debía aceptarlo, siempre era lo mismo, era un maldito imán de bravucones desde que era pequeño, creyó que en la universidad todo sería distinto -un nuevo inicio, ja pura mierda-

Cuando se sintió mejor, ya más tranquilo, se levantó con dificultad, abrió la puerta con cuidado, sus azules se abrieron de golpe al ver nuevamente al chico azabache -te llevaré a la enfermería, no estás bien, vamos- Naruto apretó el ceño- ¿A ti qué te importa? déjame en paz ¿O vienes a burlarte?- el chico mayor apretó el ceño- simplemente estás herido, no puedo dejarte así -el rubio lo vio con duda, suspiró con fastidio -haz lo que quieras - Naruto caminó lentamente siendo seguido por el chico insistente, giró sus azules con duda viendo con el filo de su mirada al hombre de cabello largo y oscuro, no entendía porqué lo ayudaba, eso nunca pasaba con él, la mayoría de la gente simplemente le daba la espalda y hacía como que no existía, lo hacía sentir incómodo esa tan extraña actitud “amabilidad”.

Al llegar a la enfermería la doctora lo recibió preocupada- por Dios ¿quién te hizo esto jovencito?- Naruto apretó el ceño- nadie, sólo cúreme- la doctora negó -no, necesito levantar un acta, si es un acosador la universidad debe saberlo- el rubio apretó el ceño- ¿para qué? simplemente serán amonestados y a mi me darán otras palizas iguales todo el maldito año por abrir la boca, al parecer no sabe cómo funciona esto del acoso doctora, así que simplemente haga su trabajo- la castaña mordió su mejilla, giró su mirada al chico azabache, sonrió algo tímida, era bastante atractivo -¿eres el encargado del edificio?- el azabache asintió -Uchiha Itachi, levantaré el reporte, no se preocupe doctora-

Naruto vio con asco a la señora de casi cincuenta años- tch ¿me va a curar o seguirá coqueteando con un alumno? me duele un carajo demonios -la castaña se avergonzó en sobremanera, apretó el ceño- al parecer no eres nada educado jovencito -el rubio la vio cabreado, giró su rostro hacia la pared no queriendo pelear más, se sentía débil y adolorido.

La doctora se levantó- acuéstate en la camilla por favor -Naruto simplemente lo hizo respirando hondo, apretó el ceño con dolor al respirar de esa forma, la doctora levantó su playera -por Dios, te fracturaron las costillas, tendré que tocar un poco, dolerá- el rubio cerró sus ojos soportando el dolor- siéntate por favor con cuidado, te vendaré, no necesitas yeso, sólo reposo, te daré un justificante para quince días, trata de no forzarte, esta pomada ayudará a desinflamar y con el dolor- le untó la pomada y colocó la venda con firmeza. Naruto apretó el ceño al sentir dolor, levantó sus azules sintiendo una mirada fija, unos onix lo veían intensamente, se sintió cohibido, hizo una mueca de dolor al sentir un algodón con desinfectante en su frente limpiar su herida, tenía una herida sobre la ceja, bastantes golpes en el cuerpo. La mirada onix lo incomodaba bastante, era como si lo recorriera lentamente, suspiró con fastidio girando sus azules al suelo, después de casi una hora la doctora terminó -toma estás pastillas, te ayudarán a relajar el dolor y a dormir -Naruto asintió tomando los medicamentos, vendas y receta- no te metas en más problemas jovencito- el rubio sonrió con sarcasmo, negó cabreado, se levantó con cuidado sintiendo al chico azabache a su lado.

-Ya puedes irte- Itachi levantó una ceja con duda- no tienes muchos amigos ¿Verdad?- Naruto afiló su mirada cabreado- métete en tus asuntos Uchiha- el azabache suspiró con fastidio, observó al rubio con cuidado, podía recordar la marca en su hombro, apretó el ceño con duda analizando, llegaron al piso cuatro, era la última habitación del edificio, vio al rubio levantar su mirada observando la puerta de su habitación -no tengo dinero y no te daré las gracias, así que no esperes nada de mí -Itachi negó con fastidio -supongo puedo vivir con ello- se dio la vuelta sin decir más desconcertando al pequeño que lo veía con sorpresa.

Naruto veía al chico alejarse por el pasillo sin entender, levantó sus hombros restando importancia. Entró en su habitación, era un lugar bastante reducido, estaba en el piso de becados, las habitaciones eran extremadamente pequeñas con un baño simple, suspiró hondo viendo el oscuro lugar, no le agradaba, entró prendiendo la luz y abriendo un poco la ventana, fue por un poco de agua al baño, de inmediato le puso un poco de agua a su pequeña planta, un gato gordo entró a la habitación por la ventana, sonrió con cariño, se agachó a su altura- pensé que te habías perdido, comenzaba a preocuparme- acarició su cabeza suavemente, sacó de su bolsillo un trozo de pollo y un brócoli, sonrió divertido al verlo comer- es hora de descansar, mañana será un largo día- entró al baño a darse una ducha, sacó con cuidado su ropa haciendo una mueca de dolor, tal vez no era buena idea hacerlo en ese momento, tomó un paño y lo llenó de agua, puso un poco de jabón lavando su piel suavemente, observó por el espejo algo raro en su hombro, giró su mirada viendo una marca, apretó el ceño bastante -¿qué demonios es esto? ¿es una maldita broma?- levantó su mirada con duda viendo un círculo en espirales, era de un centímetro de ancho, dejó caer su cabeza hacia atrás cabreado.

La marca había aparecido en su cuerpo, cuando la marca aparecía significaba que se había cruzado con su pareja destinada, era extremadamente extraño que sucediera a esas alturas de la historia, cada vez menos personas la presentaban- es una estupidez, hay prioridades -simplemente decidió ignorarla, no era una obligación seguir al destino, suspiró con fastidio terminando de limpiar con cuidado cómo podía su cuerpo evitando quitar los vendajes, una última vez observó a través del espejo la marca, pensó por un momento quién era la chica que cruzó sin darse cuenta ¿no sería la médico pervertida o sí? Abrió sus ojos con terror negando, salió del baño entrando a la cama, no tenía ánimos de más, se levantaría temprano a realizar sus tareas.